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OPINIO

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Mi casa y mi paĆ­s
Mi casa, donde comen 3 o algunos mƔs
Sin falsas modestias, puedo afirmar y afirmo, como hubiera dicho Adolfo SuĆ”rez, que soy un ā€œcordon-bleuā€ y un buen anfitrión. Aquellos que han disfrutado de mi hospitalidad y degustado mi cocina pueden avalarlo. Digo esto para traer a colación ese refrĆ”n tan espaƱol que reza asĆ­: ā€œDonde comen 3 comen 4ā€. SegĆŗn este aforismo, cuando hay comida para tres, por lo menos en mi casa, hay comida suficiente no para cuatro sino para algunas personas mĆ”s. Ahora bien, digo y digo bien, para unas pocas personas mĆ”s, no para un batallón.
A esto, y sigo con mi testimonio personal, tengo que aƱadir que a mi casa se entra previa invitación o sin aviso previo, pero llamando a la puerta. Dicho en romĆ”n paladino, sin violentarla, y, aĆŗn menos, entrando por la ventana. Y, mucho menos, con la pretensión de instalarse provisional o definitivamente en ella. Hacer esto (invadir mi casa forzando la puerta o entrando furtivamente por la ventana e instalarse en ella) va no sólo contra las reglas mĆ”s elementales de las buenas maneras sociales o de vecindad, que todos tenemos interiorizadas, sino contra el sagrado derecho de propiedad. 
Mi país y la inmigración ilegal
He aducido estos retazos de mi biografĆ­a personal para establecer una analogĆ­a con lo que sucede en la casa comĆŗn de los espaƱoles, EspaƱa, con la llegada de una inmigración descontrolada e ilegal, propiciada por las mafias que trafican con seres humanos, con la colaboración delictiva de ONG y ā€œoenegerosā€ carroƱeros.
Desde hace ya varias dĆ©cadas, las fronteras de EspaƱa y de la Unión Europea (UE) estĆ”n desprotegidas y confiadas, como sucedió con el final y la destrucción del Imperio Romano, a dos paĆ­ses mercenarios: TurquĆ­a y Marruecos. Y el resultado, hoy, es evidente: cientos de miles de inmigrantes colapsan, principalmente los puertos (pero tambiĆ©n los aeropuertos) de Canarias, del sur de EspaƱa y de Italia, asĆ­ como la isla griega de Lesbos, próxima a TurquĆ­a. 
En el caso de EspaƱa, los flujos inmigratorios no cesan y van cada vez a mĆ”s. Los medios se hacen eco de la llegada diaria de pateras y de las dificultades, por la inacción del Gobierno espaƱol, de la gestión y de la digestión de estas llegadas ilegales. Para los analistas no ensobrados-apesebrados, esta inmigración salvaje tiene consecuencias muy negativas no sólo para los inmigrantes (en la travesĆ­a,  muerte para muchos, explotación laboral y sexual, discriminación, xenofobia, etc.), sino tambiĆ©n para los espaƱoles (inestabilidad laboral, degradación de los salarios y de los servicios pĆŗblicos, inseguridad, etc.), asĆ­ como para la sociedad espaƱola y europea en su conjunto (pĆ©rdida de la identidad y de la idiosincrasia espaƱola y europea, sustitución de la población autóctona ante el invierno demogrĆ”fico europeo, inseguridad, etc.).
El buenismo y la falta de altruismo de ONG y ā€œoenegerosā€
Ante estas consecuencias negativas de la inmigración descontrolada, ilegal y delictiva, no es ocioso recordar la doctrina social de la Iglesia y hacerse una serie de preguntas. 
Ante el punto de vista expuesto, que no es una opinión sino una analogĆ­a razonable y descriptiva, los ensobrados-apesebrados e indocumentados de los medios lo tildarĆ”n de facha, de xenófobo, de racista, etc. cuando, en realidad, corresponde, punto por punto, a la doctrina social de la Iglesia. Para Ć©sta, la ā€œemigraciónā€ es una ruptura, un desgarro y un drama humano; por eso, hay que evitar que los candidatos a hacerlo salgan masivamente de su tierra, abandonando su estilo de vida, a su familia —padres, mujer(es), hijos— y amigos, empobreciendo a sus paĆ­ses de origen. Por otro lado, para la Iglesia,  el ā€œdeber de acogidaā€ tiene tambiĆ©n un lĆ­mite cuando compromete la felicidad, la estabilidad, la paz y la seguridad del que acoge. En efecto, donde trabajan y comen 3 pueden hacerlo 4, pero no un batallón. No es ocioso traer a colación el ā€œordo amorisā€, del que habla San AgustĆ­n en la ā€œCiudad de Diosā€: la virtud y el bien del ser humano se fundamentan en un orden correcto de los afectos: de lo mĆ”s próximo (uno mismo, familia, vecinos, pueblo, ciudad, paĆ­s, etc.) a lo mĆ”s alejado (el resto del mundo). Finalmente, el ā€œbien supremo de los MENASā€ es volver a su paĆ­s de origen y estar con sus padres y no repartirlos entre las diferentes CC.AA. o los diferentes paĆ­ses europeos, punto de vista compartido, por otra parte, por pedagogos y psicólogos.
La U.E. y EspaƱa estĆ”n gastando miles de millones de euros en rescatar, recibir y ocuparse de los inmigrantes ilegales, que hacen la travesĆ­a del MediterrĆ”neo o del AtlĆ”ntico desde Ɓfrica u Oriente Medio hasta la Unión Europea. En este intento, muchos naufragan y perecen  en el intento. Y los que llegan a la tierra prometida y deseada constatan que, en Europa, no se ata a los perros con longanizas. Por eso, podemos y debemos hacernos una serie de preguntas para disuadir a los candidatos a la inmigración ilegal.
ĀæNo serĆ­a razonable y lógico utilizar algunos de esos miles de millones de euros  para difundir mensajes —en los medios de los paĆ­ses exportadores de los inmigrantes y en las redes sociales— sobre la situación económica real de la UE y sobre los peligros letales de la travesĆ­a? ĀæNo serĆ­a mĆ”s razonable y lógico —como sucedĆ­a en la EspaƱa de los aƱos 60, cuando los espaƱoles emigramos, de una forma ordenada y legal, a los paĆ­ses del norte de Europa— ordenar la inmigración actual para que los candidatos sepan en quĆ© y dónde van a trabajar, cuĆ”nto van a ganar y dónde van a vivir? ĀæNo serĆ­a mĆ”s razonable y lógico llevar a cabo acuerdos y alianzas entre instituciones y empresas de la UE y los paĆ­ses emisores de emigrantes para mejorar la formación y el empleo en los paĆ­ses exportadores de inmigrantes ilegales y asĆ­ fijar la población en los paĆ­ses de origen?   
La respuesta concomitante a estas tres preguntas darĆ­a una respuesta mĆ”s sistĆ©mica y, por lo tanto, mĆ”s efectiva a la inmigración desordenada e ilegal actual. Por otro lado, en el mundo de la cooperación al desarrollo, poner el acento en la formación y en la cooperación real frente a la caridad de la ayuda asistencial ilustrarĆ­a la pertinencia del proverbio chino, que reza asĆ­: ā€œDale un pez a un hombre y comerĆ” hoy (caridad). EnsƩƱale a pescar y comerĆ” el resto de su vidaā€ (justicia). AsĆ­ se evitarĆ­an los peligros, los problemas y la explotación actuales de la inmigración salvaje e ilegal. Seguir como hasta ahora es practicar un buenismo ciego y bobalicón y hacer el caldo gordo a ONG y ā€œoenegerosā€, que no dudan en cronificar los problemas de los que dicen ocuparse y en vivir de los mismos.
2025 - Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Los ā€œoenegerosā€
ONG, Asociaciones, Fundaciones y otros chiringuitos
La sigla ONG (Organización No Gubernamental) empezó a ser utilizada por la ONU, tras la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, con esta sigla se designa a las entidades sin Ć”nimo de lucro, que persiguen objetivos humanitarios y que pretenden ayudar a los desheredados de la tierra. Por eso, hoy se las asocia con la cooperación, la solidaridad, el altruismo, la ayuda desinteresada, el voluntariado o la ayuda humanitaria. Esta funcionalidad altruista de las ONG se materializa en acciones asistenciales en situaciones de peligro o de vulnerabilidad o de catĆ”strofe, en la prestación de servicios educativos, sanitarios, de empleabilidad, etc.; y tambiĆ©n en la lucha contra la pobreza, la exclusión, la inequidad, la desigualdad, las emergencias humanitarias, la ayuda a los refugiados y migrantes, la degradación del medio ambiente,... ā€œEt que sais-je, encore?ā€.
Las ONG, al no tener personalidad jurĆ­dica, pueden adoptar tambiĆ©n la forma de ā€œasociacionesā€ o de ā€œfundacionesā€, persiguiendo siempre objetivos de interĆ©s general y sin Ć”nimo lucro. Constituyen lo que se suele denominar el ā€œTercer Sectorā€. La tipologĆ­a de las ONG es muy variada, segĆŗn su tamaƱo y presupuesto, segĆŗn el Ć”mbito geogrĆ”fico y el campo de actuación, etc. El nĆŗmero de ONG es muy grande: en EspaƱa, se contabilizan unas 30.000 ONG; en Europa, unas 129.000. 
Para que las ONG puedan alcanzar sus objetivos, necesitan financiación. Sus recursos proceden de cuatro fuentes: principalmente los Gobiernos o los Estados (62%, en 2022); otras ONG u organismos internacionales (la Open Society Foundations de Soros, la ONU, la UE, por ejemplo), empresas privadas y particulares (38%, en 2022). Y el volumen de recursos de los que disponen es tal que el denominado ā€œTercer Sectorā€ (ONG, asociaciones, fundaciones, entidades religiosas y otros chiringuitos) es un sector económico mĆ”s, como el sector privado y el pĆŗblico, donde hay mucho dinero en juego. En efecto, si las ONG fueran un paĆ­s, serĆ­an la 5ĀŖ economĆ­a mĆ”s grande del mundo. En EspaƱa, por ejemplo, en 2020, los ingresos del ā€œTercer Sectorā€ (unas 30.000 entidades) representaron un 1,41% de su PIB (unos 11.000 millones de euros). Para incentivar las aportaciones económicas a las mismas, las personas fĆ­sicas o jurĆ­dicas que lo hacen gozan de privilegios fiscales. En efecto, pueden desgravar dichas aportaciones en las declaraciones del IRPF (en el caso de las personas fĆ­sicas) y del ā€œimpuesto sobre sociedadesā€ (en el caso de las personas jurĆ­dicas).
Pero, Āæcómo gestionan las ONG tan voluminosos recursos económicos? ĀæCómo los gastan? En teorĆ­a y en principio, la mayor parte de los recursos deberĆ­an ser invertidos en llevar a cabo los programas especĆ­ficos de las ONG. Por otro lado y tambiĆ©n en teorĆ­a, una parte menor se tendrĆ­a que dedicar tanto a la administración de las mismas (pagar sueldos a los integrantes de las mismas) y a la captación de fondos. Ahora bien, son cada vez mĆ”s numerosas las denuncias y las crĆ­ticas a las ONG por el uso impropio (pagar sueldos desproporcionados a sus miembros o invertir el dinero en actividades que nada tienen que ver con los objetivos de las ONG) o por la sustracción de los recursos disponibles por parte del personal de las mismas, los ā€œoenegerosā€, denuncias y crĆ­ticas de las que se han hecho y se hacen eco los medios de comunicación.
Los ā€œoenegerosā€
Este neologismo, no reconocido todavĆ­a por el DRAE, es de uso corriente en la AmĆ©rica hispana. Con Ć©l se designa a aquellos que colaboran con las ONG. En el mundo del ā€œTercer Sectorā€, loable labor hablando teóricamente, hay, sin duda, ā€œoenegerosā€ honestos y altruistas, entregados a la consecución de los objetivos de las ONG. Pero, la realidad, segĆŗn los medios de comunicación, es muy diferente. En efecto, igual que un camionero vive del transporte que hace con su camión o un molinero vive de la molienda de cereales, demasiados ā€œoenegerosā€ no son altruistas y viven gracias a las ONG. Los ā€œoenegerosā€ y las ONG que les dan cobijo se comportan como los laboratorios farmacĆ©uticos, a los que no les interesa curar las enfermedades sino en convertirlas en crónicas (en esto estĆ” el negocio). Del mismo modo, a demasiadas ONG y a demasiados ā€œ0enegerosā€ no les interesa que los problemas a los que hacen frente se acaben, ya que se quedarĆ­an sin su ā€œmodus vivendiā€. Por eso, no dudan en vivir gracias al sufrimiento, a la miseria y a las desgracias de los desheredados de la tierra. Como dice un refrĆ”n tradicional, una cosa es predicar y otra dar trigo. Basta con citar algunos ejemplos para ilustrar lo aseverado sobre la degeneración de demasiadas ONG y ā€œoenegerosā€.
Con la llegada de Trump a la presidencia de EE.UU, Elon Musk fue encargado de llevar a cabo una auditorĆ­a de los gastos de la Administración y de acabar con los despilfarros de recursos. Entre los organismos fiscalizados y objeto de la motosierra ā€œmileicaā€, hay que citar la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), que gestionaba mĆ”s de 70.000 millones de dólares anuales. A los pocos dĆ­as y ante la falta de transparencia en la gestión de la USAID, Ć©sta fue eliminada y sus 10.000 empleados despedidos.
En EspaƱa, los medios se han hecho profusamente eco del desvĆ­o y/o del uso impropio de los fondos de ayuda exterior al desarrollo y de financiación a las ONG patrias. AsĆ­, por dar sólo algunos ejemplos, el ā€œladrillazoā€ de Ɓbalos en Chimbote (PerĆŗ), a travĆ©s de la ONG ā€œFiadelsoā€; el caso de la ONG ā€œLINCECIā€ (Liga Nacional Contra el CĆ”ncer Infantil), que dedicaba las donaciones a mantener el alto tren de vida de los ā€œoenegerosā€ y muy poco a sus fines solidarios; o el caso la gestión de MarĆ­a Blasco en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO); o la gestión de la inmigración ilegal, de la que nos ocuparemos próximamente, por parte de la Cruz Roja, CĆ”ritas, Open Arms,…; etc.
Ante la sospecha y la certeza del desvĆ­o o mal uso de recurso, se ha creado la Fundación Lealtad, que proporciona el ā€œSello Dona con Confianzaā€. Este certificado identifica a las ONG fiables y comprometidas con la transparencia y las buenas prĆ”cticas, lo que da certeza y confianza a los donantes. Por su parte, el Gobierno de EspaƱa pide auditorĆ­as a empresas externas (por ejemplo, Deloitte) sobre el destino de los fondos de ayuda al desarrollo (unos miles de millones de euros). ĀæQuĆ© ha tenido que estar pasando para que estos controles hayan sido necesarios?
Menos ONG y mƔs ayudas reales
No es oro todo lo que reluce en el mundo del ā€œTercer Sectorā€. La teorĆ­a estĆ” muy bien. Ahora bien, la realidad es harina de otro costal. En efecto, ante las cifras sobre el elevado nĆŗmero de ONG y sobre los ingentes recursos económicos, la sospecha sobre la deficiente deontologĆ­a profesional de las ONG es una realidad, desvelada por los medios de comunicación. 
SegĆŗn parece, las ONG son negocios muy lucrativos de los que viven millones de ā€œ0enegerosā€ en todo el mundo (y algunos muy bien), gracias a la generosidad de unos (los donantes) y a la pobreza-miseria de otros (los desheredados de la tierra). Algunos incluso apuntan que demasiadas ONG son, en realidad, lavaderos de dinero e instrumentos de robo, engaƱo, desvĆ­o de recursos pĆŗblicos y privados, de evasión fiscal,... Por eso, parece necesaria, por un lado, una poda con la motosierra ā€œmileicaā€ en el Tercer Sectorā€; y, por otro lado, un cambio en las relaciones comerciales, que acabe con la economĆ­a extractiva, de rapiƱa, por parte de los paĆ­ses desarrollados sobre los paĆ­ses pobres, como ilustra el mensaje lingüístico de la viƱeta ā€œut supraā€: ā€œPagadnos mejor el café… y dejaros de oenegĆ©sā€
2025 - Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez 


Pan y Circo
Se suele decir que, si olvidamos la historia, corremos el riesgo de repetirla. Ahora bien, a veces, sólo recordamos intencionadamente los peores ejemplos para conseguir nuestros objetivos particulares, empleando para ello recursos deleznables del pasado. Para ilustrar esta actitud, basta con recordar esa expresión latina, tan actual, que reza asĆ­: ā€œPanem et Circensesā€ (ā€œPan y Circoā€)  de la SĆ”tira X del poeta romano Juvenal. Esta expresión ha resistido el paso del tiempo, ha inspirado e inspira y ha servido y sirve hoy para justificar el hacer de la casta polĆ­tica espaƱola, de alta cuna o de baja cama, para conquistar y mantener el poder.
Juvenal  vs. Maquiavelo
Juvenal utilizó la expresión ā€œPanem et circensesā€ para describir y criticar el proceder de los emperadores, que buscaban distraer, entretener, manipular, anestesiar y controlar, por ende, al populacho, mediante la distribución de alimentos (ā€œpanemā€) y la organización de entretenimientos masivos (ā€œcircensesā€) en el circo. AsĆ­ conseguĆ­an que los ciudadanos olvidaran y renunciaran a sus derechos y deberes y se convirtieran en seres manipulables, dóciles e indefensos ante los abusos del poder.
Esta expresión se ha mantenido a lo largo de los siglos y, aĆŗn hoy, permite tambiĆ©n describir y denunciar los mĆ©todos utilizados por la casta polĆ­tica para distraer con actividades lĆŗdicas de ocio colectivo (toros, fĆŗtbol o deportes, en general; TV basura, etc.); y, por  otro lado, para satisfacer con migajas de tipo asistencial (paguitas, ayudas sociales, ingreso mĆ­nimo vital, etc.) a la masa, mientras que Ć©sta descuida y no se preocupa ni ocupa de las cuestiones mollares, vitales y personales para ella (cuestiones sociales, sanitarias, educativas, económicas, polĆ­ticas, etc.).
AdemÔs y nunca mejor dicho, el Parlamento, el Gobierno así como la vida política españolas son, en general, un circo, en el que priman la búsqueda de la viralidad, de lo estrafalario, de la provocación descarada, de las contradicciones-mentiras constantes. Estos comportamientos son cortinas de humo orientadas a distraer, entretener, desorientar, adormecer, manipular, etc. a las depauperadas masas, tanto económica como intelectual e informativamente. Así, éstas se olvidan de sus problemas o necesidades reales, aceptando sobrevivir (vivir de rodillas) en vez de vivir (vivir de pie).
El punto de vista crítico de Juvenal contrasta con el de Maquiavelo (cf. El Principe) y el comportamiento de la casta política española, que practica el engaño, la astucia y la doblez sistemÔticos con los ciudadanos. En efecto, Maquiavelo y la casta política española se rigen por tres principios: 1. El fin (conquista y permanencia en el poder) justifica los medios; 2. La política no tiene relación con la moral; y 3. ¿Para qué intentar ganar con la fuerza de la razón o con la fuerza bruta lo que se puede conseguir con la mentira? Un ejemplo ilustrativo y paradigmÔtico es Pedro SÔnchez, su equipo de Gobierno y su partido (PSOE), que mienten hasta la hora de almorzar y, luego, todo el día.
El fĆŗtbol y los deportes (el Circo), el nuevo opio del pueblo
He traĆ­do a colación esta expresión romana, ilustrada por la pintura  del ā€œĆ­ncipitā€ de esta reflexión, para ilustrar la permanencia de ciertos comportamientos tanto de los que mandan como de los que son mandados. El deseo de poder y de permanecer en el machito es tan grande en los psicópatas del poder de antaƱo y de ogaƱo, que siguen dando a las masas ā€œpan y circoā€. Y Ć©stas, bobas, alienadas e indocumentadas, siempre muerden el anzuelo.
En efecto, la afición por los deportes, en general, y el fĆŗtbol, en particular, hace que los ciudadanos se interesen mĆ”s por el fĆŗtbol que por la gestión de la ā€œres pĆŗblicaā€ (i.e. polĆ­tica). Se podrĆ­a afirmar que el ā€œpatriotismo de balompiĆ©ā€ no sólo ha desplazado sino eliminado el ā€œpatriotismo ideológicoā€. Basta con observar las celebraciones multitudinarias, a lo largo del 2024, de los Ć©xitos de los equipos espaƱoles o de la Roja para certificar la pertinencia de lo expuesto: celebraciones millonarias del tĆ­tulo de la Copa del Rey por el Athletic de Bilbao; de la Liga 2023-2024 y de la 15ĀŖ Champions, por el Real Madrid; de la 4ĀŖ Eurocopa, por la Selección EspaƱola; del Ć©xito de Carlos Alcaraz en Wimbledon; de las 18 medallas cosechadas en los JJ.OO. de ParĆ­s.
Todas estas celebraciones movilizaron a millones de ciudadanos, ocupados y preocupados por los resultados deportivos, en los que parece que les va la vida. ”Qué comedura de coco! Ahora bien, cuando estÔ en entredicho y en peligro la democracia en España y campa por sus respetos lo peor de la casta política, de alta cuna i de baja cama, cortando el bacalao y poniendo en peligro la unidad de España, la legalidad vigente, el estado del bienestar y sus servicios fundamentales, ni Dios ha movido ni mueve ni piensa mover un dedo.
Esta actitud adocenada de los ciudadanos (Āæse les puede llamar asĆ­?) espaƱoles confirma la actualidad y lo ajustado del ā€œpanem et circensesā€ de Juvenal, que adormecĆ­a, atontaba y manipulaba al populacho romano y que hoy adormece, atonta y manipula tambiĆ©n a la masa —desinformada, desnortada y, por lo tanto, sin criterio— de los espaƱoles. Da la impresión de que estĆ”n de acuerdo con Maquiavelo y no con Juvenal: parece que les gusta que los manipulen, que los ninguneen y que los engaƱen.
Como dijo AnaxĆ”goras, ā€œSi me engaƱas una vez, tuya es la culpa; si me engaƱas dos, es mĆ­aā€. Por eso, los ciudadanos (?) espaƱoles, como verbalizó y argumentó A. PĆ©rez-Reverte en una pertinente columna reciente (ā€œEspaƱa es culpableā€), no nos podemos llamar a andana ni irnos de rositas: somos tambiĆ©n culpables y corresponsables, ā€œpor estĆŗpidos, por indiferentes y por cobardesā€. SegĆŗn opinión tambiĆ©n de PĆ©rez-Reverte, adaptada para la ocasión, los ciudadanos espaƱoles tendrĆ­an que ir a votar con ā€œmenos ideologĆ­aā€, con menos ā€œpanā€, con menos ā€œcircoā€ y mucha ā€œmĆ”s bibliotecaā€. AdemĆ”s, como verbalizó un polĆ­tico inglĆ©s, dar a los ciudadanos el derecho de ir a votar, pero sin darles la información para hacer un uso racional, informado y responsable del mismo, es engaƱarlos y hacerles el caldo gordo a los de la casta polĆ­tica, de alta cuna o de baja cama, que viven de la polĆ­tica y no del sudor de su frente sino del de enfrente.
Hoy, se acumulan los motivos para mantener viva la indignación de Juvenal. El deporte sirve de coartada para las causas mĆ”s injustas.  Por ejemplo, con el mundial de fĆŗtbol catarĆ­ — cuya organización fue comprada a golpe de talón a la FIFA— se blanqueó un rĆ©gimen absolutista, que no tiene ningĆŗn reparo en admitir su carĆ”cter xenófobo, homófobo y machista; un paĆ­s donde no se respetan los derechos humanos, donde las mujeres son tuteladas e invisibles, donde los trabajadores extranjeros son prĆ”cticamente esclavos (por sus condiciones de trabajo). Esto estĆ” en las antĆ­podas de los valores que pretende sembrar y defender el deporte.
 2024 - Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez


ā€œĀ”Zorra!ā€
No es la primera vez que la palabra ā€œzorraā€ es utilizada en el tĆ­tulo y en la letra de una canción o incluso para denominar a una banda musical. Durante mi estancia de mĆ”s de una dĆ©cada en ParĆ­s, me topĆ©, una tarde de 1983, en la contraportada del vespertino Le Monde, con una noticia insólita, relativa a un grupo musical, formado por cuatro chicas bilbaĆ­nas. Ɖstas habĆ­an bautizado al grupo con el  nombre de ā€œLas Vulpesā€ (<latĆ­n ā€œvulpes, -isā€: ā€œzorraā€) e interpretaban una canción osada e irreverente para la mujer, titulada ā€œMe gusta ser una zorraā€. 
En el Benidorm Fest 2024, el dĆŗo Nebulossa se impuso con la canción titulada simplemente asĆ­: ā€œZorraā€. Esta canción representarĆ” a EspaƱa, el próximo mes de mayo, en el Festival de Eurovisión de Malmƶ (Suecia). A pesar de que no es algo nuevo y de que estamos en pleno s. XXI y en un paĆ­s occidental, el tĆ­tulo, la letra y la escenografĆ­a de esta canción han provocado un acalorado debate mediĆ”tico y social.  
Los partidarios de la canción 
Ɖstos consideran que la letra de ā€œZorraā€ constituye todo un himno de liberación y de empoderamiento de la mujer. En efecto, a lo largo de la misma,  se describen algunos comportamientos o actitudes de la mujer que, tradicionalmente, han sido considerados inadecuados y censurables. Para muestra, algunos botones: ā€œSi salgo sola, soy la zorra; si me divierto, la mĆ”s zorra; si alargo y se me hace de dĆ­a, soy mĆ”s zorra todavĆ­a;ā€ etc. Ahora bien, entre los hombres, estos mismos comportamientos no son socialmente censurables sino normales, lógicos y razonables. Por eso, con la canción ā€œZorraā€, afirman sus defensores,  el dĆŗo Nebulossa trata de poner el dedo en la llaga de ciertos estereotipos y prejuicios sociales.
Estos estereotipos, argumentan, son la constatación del uso de las dos varas de medir. Y esto denota que estamos en una sociedad donde hombres y mujeres no somos iguales en derechos y obligaciones. Por eso, el dĆŗo Nebulossa, con la canción ā€œZorraā€, intenta poner su grano de arena para que se tome conciencia de la discriminación y, asĆ­, contribuir a acabar con las desigualdades entre el hombre y la mujer. 
Para ello, con ā€œZorraā€, se pretende ā€œresignificarā€ el contenido semĆ”ntico de la palabra ā€œzorraā€, preƱƔndola con un nuevo significado. Para Nebulossa, ā€œser una zorra es saber lo que uno quiereā€. Y esto no tiene nada que ver con el significado peyorativo de la 7ĀŖ acepción de ā€œzorraā€ (ā€œprostituta, meretriz, puta, furcia, ramera, fulana, pelanduscaā€) del DRAE, acepción utilizada tradicional y coloquialmente para denigrar y vejar a la mujer.
Los Ć”rboles que no dejan ver el bosque 
La mĆ”xima popular ā€œquerer es poderā€ pone el acento en la importancia de la voluntad, del empeƱo y de la perseverancia para la consecución de nuestros objetivos. Ahora bien, tener la voluntad o el empeƱo de hacer algo no es suficiente. Se necesitan estrategias, recursos y poder para conseguirlo. Como reza otro aforismo popular, ā€œel hombre propone y Dios disponeā€.
A pesar de las intenciones liberadoras, empoderadoras e igualitarias del dĆŗo Nebulossa, creo que el lenguaje utilizado y la reiteración de la palabra ā€œzorraā€, a lo largo de toda la canción, pueden ser como los Ć”rboles que no dejan ver el bosque y empujar a los escuchantes de la canción a que miren el dedo (la repetición machacona de la palabra ā€œzorraā€, cargada de connotaciones negativas para la mujer) que les seƱala la luna (el pretendido empoderamiento de la mujer y la resignificación del contenido semĆ”ntico de ā€œzorraā€). En efecto, a lo largo de la canción, nos topamos con el martilleo constante de la palabra ā€œzorraā€, que es utilizada nada menos que 44 veces y que, segĆŗn la 7ĀŖ acepción del DRAE, estĆ” cargada de un contenido despectivo y malsonante para la mujer.
La mĆŗsica amansa las fieras, verbaliza otra mĆ”xima muy popular. Y, para los defensores de la canción ā€œZorraā€, Ć©sta puede contribuir tambiĆ©n a desfacer ciertos entuertos sociales y a acabar con las diferencias —en derechos y deberes— entre el hombre y la mujer. ĀæCómo? Gracias, como hemos apuntado ya, a la ā€œresignificaciónā€ de la palabra ā€œzorraā€, aƱadiĆ©ndole un nuevo y positivo contenido semĆ”ntico: si la palabra ā€œzorroā€, referida al hombre, tiene connotaciones positivas, la palabra ā€œzorraā€ las puede tener tambiĆ©n al referirnos a la mujer, afirma el dĆŗo Nebulossa. 
El punto de vista del lingüista 
Sin entrar en una valoración de la letra, de la mĆŗsica, de la interpretación y de la puesta en escena, voy a ponerme el hĆ”bito de lingüista, a pesar de que el hĆ”bito no hace forzosamente al monje, para analizar la pretensión del dĆŗo Nebulossa de ā€œresignificarā€ el contenido semĆ”ntico de la palabra ā€œzorraā€.
Las lenguas son una de las pocas cosas creadas por el pueblo (una comunidad humana) y para el pueblo. AdemÔs, sobre las lenguas, los usuarios tienen un poder absoluto. La RAE, ese organismo de sibaritas del lenguaje, sólo estÔ habilitada para aconsejar y levantar acta, como un notario, de cómo utiliza el español la comunidad hispanohablante. Por eso, el español actual y el futuro es y serÔ lo que decidan, con sus usos lingüísticos, los miembros de la comunidad hispanohablante.
Como subraya la profesora Ana Bernal-TriviƱo, en la ā€œresignificaciónā€ de una palabra, como pretende Nebulossa, es necesario distinguir si se hace ā€œde forma individualā€ (en un entorno limitado y cercano) o se pretende que sea ā€œsocial y colectivaā€ (en un entorno mĆ”s amplio, global). En efecto, no es lo mismo llamarse, entre lesbianas y homosexuales, ā€œbolleraā€ o ā€œmaricónā€, que hacerlo fuera de ese contexto limitado. En este caso, el tono y el retintĆ­n juegan un papel fundamental para cargar la palabra de connotaciones negativas, ofensivas y discriminatorias.
Por otro lado, fecundar una palabra con significados nuevos (ā€œresignificaciónā€) o el crear palabras nuevas no estĆ”n al alcance de cualquiera. Para ello, hay que tener un sólido predicamento social (al haber hecho aportaciones importantes a la comunidad de hablantes en algĆŗn sector del saber) o ser un personaje pĆŗblico muy popular, que no es el caso del dĆŗo Nebulossa. Por eso, la ā€œresignificaciónā€ no es fĆ”cil, no es exitosa y tiene un impacto social limitado o nulo, si el la hace es un indocumentado. AdemĆ”s, en la comunicación real, una cosa es la intención comunicativa del que habla o escribe y algo muy distinto lo que comprende el interlocutor. En efecto, la comunicación no siempre llega a producirse o se produce mal o es tergiversada por deficiencias en la ā€œcompetencia enciclopĆ©dicaā€ (U. Eco) o por los prejuicios del interlocutor.
La canción ā€œZorraā€ es pegadiza y bailable. Por eso, si por casualidad gana Eurovisión y se convierte en la canción del verano, no nos extraƱemos  que nuestros niƱos, en contextos lĆŗdicos y festivos, la bailen, la canten y tilden de ā€œzorrasā€ a sus compaƱeras de pupitre. Esto es algo que temen ya algunos sectores feministas, que no comulgan con el ā€œfeminismo polĆ­ticamente correcto y apesebradoā€.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Y todo esto, ¿quién lo paga?
SegĆŗn relatan sus biógrafos, cuando Josep Pla llegó a Nueva York, en 1954, sus amigos lo acompaƱaron a visitar las amplĆ­simas avenidas y los innumerables rascacielos de Manhattan. Y, ante el derroche de luces e iluminaciones, exclamó asombrado: ā€œY todo esto, ĀæquiĆ©n lo paga?ā€. Hoy, ante el derroche de recursos pĆŗblicos —tanto crematĆ­sticos como no pecuniarios (valores, principios, legalidad, estado de derecho, etc.)— del manirroto Pedro SĆ”nchez, para conservar cuatro aƱos mĆ”s su poltrona de la Moncloa, los espaƱoles podemos y debemos preguntarnos, como Josep Pla, ā€œy todo esto, ĀæquiĆ©n lo paga?ā€. Vayamos por partes y por derecho.
Terminado el escrutinio de las elecciones del 23J y a pesar de haberlas perdido, el psicópata yonqui del poder, Pedro SĆ”nchez, empezó a remover Roma con Santiago para asegurarse cuatro aƱos mĆ”s en la Moncloa. Para ello, no dudó en dejarse extorsionar por aquellos que tienen la sartĆ©n por el mango: los partidos perifĆ©ricos minoritarios de las mal llamadas CC.AA. ā€œhistóricasā€. Y, por eso, el ā€œinquiokupaā€ de la Moncloa no sólo ha prometido —aunque todavĆ­a no se conoce con exactitud la totalidad de sus concesiones— el oro y el moro a sus extorsionadores, sino que ya ha empezado a pagar alguna de las facturas por su permanencia en la Moncloa. Esto constituye todo un acto de ā€œautonepotismoā€ (uso del cargo y de los recursos pĆŗblicos para asegurarse la poltrona de Presidente del Gobierno de EspaƱa, al margen del principio de mĆ©rito y capacidad, y del estado de derecho). Sin Ć”nimo de ser exhaustivos, ilustremos lacónicamente algunas de las contrapartidas de Pedro SĆ”nchez a sus extorsionadores.
 
Las concesiones de Pedro SƔnchez a los chantajes nacionalistas
Conocido el escrutinio de las elecciones del 23J, los nacionalistas perifĆ©ricos (EH Bildu, PNV, ERC, Junts, BNG) vieron, en la necesidad de apoyos de Pedro SĆ”nchez para mantenerse en la Moncloa, la gran ocasión para dar jaque mate al Estado de derecho y a la unidad de EspaƱa. Y no la dejaron escapar, reuniĆ©ndose con el ā€œinquiokupaā€ de la Moncloa en diferentes patios de Monipodio.
Sin entrar en detalles, en estas rufianescas reuniones, Pedro SĆ”nchez hizo una serie de promesas no pecuniarias a CataluƱa. Por un lado, prometió una ā€œley de amnistĆ­aā€ para todos los implicados en el proceso independentista de CataluƱa y en el golpe de estado de octubre de 2017. AdemĆ”s, se comprometió a propiciar un ā€œreferĆ©ndum de autodeterminaciónā€ de CataluƱa, asĆ­ como una ā€œley lawfareā€ para meter en cintura al poder judicial. Por otro lado, ofreció un ā€œtrato singularā€ o ā€œrelaciones bilateralesā€, con mediadores nacionales o internacionales, que implica el reconocimiento del estatus de nación para CataluƱa. 
Ahora bien, el derrochador Pedro SĆ”nchez tambiĆ©n ha empezado a aflojar los cordones de la bolsa de los recursos pĆŗblicos para gastar, como dicen en El Bierzo, a grifo abierto y atender al chantaje de sus extorsionadores. Citemos, a tĆ­tulo ilustrativo, algunos de estos chantajes. 
En primer lugar, estĆ” la compra de pinganillos, para que los diputados puedan hablar en euskera, gallego y catalĆ”n en el Parlamento. Esta medida fue ilegal, ya que se implementó antes de que se modificara el Reglamento del Congreso. Fue, ademĆ”s, una medida discriminatoria para los diputados que han mostrado el deseo de hablar en aragonĆ©s, asturiano y aranĆ©s. Por otro lado, carece de toda lógica y no tiene nada que ver con las necesidades comunicativas. En efecto, se va a traducir del catalĆ”n, euskera y gallego al castellano. ĀæY por quĆ© no, si hubiera un real problema de comunicación,  del vasco al catalĆ”n y gallego; o del catalĆ”n al vasco y gallego; o del gallego al catalĆ”n y vasco? Todo esto es un despropósito, un simple postureo y un despilfarro de recursos.
En segundo lugar, estĆ” el peaje frustrado del estatus del gallego, vasco y catalĆ”n como lenguas cooficiales de la UE, exigido por Junts. Para vencer la lógica resistencia de la UE, EspaƱa se apresuró a prometer que asumirĆ­a el coste: unos 132 millones de € anuales. Pero, ni por esas. Para la UE, se trata de una propuesta precipitada, no argumentada y algo que no es urgente ni prioritario.
Debemos citar tambiĆ©n la red de embajadas(?) de CataluƱa por el ancho mundo. DespuĆ©s del cierre provisional, con la aplicación del art. 155 de la Constitución, la Generalidad de CataluƱa ha vuelto a las andadas, reabriendo y ampliando aĆŗn mĆ”s la red. La Ćŗltima, en noviembre de 2023, en Corea del Sur. Y en estas fruslerĆ­as se fueron, en 2021, mĆ”s de 90 millones de €. 
Por otro lado, hay que referirse a los derroches económicos, durante mĆ”s de 40 aƱos, por mor de la normalización(?) lingüística del sistema educativo y de la sociedad catalana, mediante la ā€œinmersión lingüísticaā€. ”””Tantos recursos humanos y económicos gastados en este capĆ­tulo para que, al cabo de varias dĆ©cadas, los resultados positivos no se vean por ningĆŗn sitio, pero sĆ­ los negativos!!! En efecto, segĆŗn los sucesivos informes PISA, asĆ­ como las evaluaciones nacionales y catalanas, las competencias lingüísticas en castellano y catalĆ”n, los niveles en lecto-escritura, en matemĆ”ticas, en conocimientos enciclopĆ©dicos, etc. dejan mucho que desear. A lo que hay que aƱadir el lógico fracaso y abandono escolares, la repetición de curso, etc.
Para no cansar enumerando otros muchos despilfarros económicos, es obligado subrayar la condonación (15.000 millones de €)  de una parte de la astronómica deuda (450.000 millones de €) de CataluƱa, hija pródiga donde las haya. Y, por supuesto, hay que citar el manĆ” de los fondos ā€œNext Generationā€ de la UE: CataluƱa, como no podĆ­a ser de otra manera,  ha sido la primera receptora (hasta ahora, el 18% del total de los fondos para EspaƱa). 
Ante este derroche de recursos pĆŗblicos y como reza ese aforismo popular del ā€œculo veo, culo quieroā€,  las otras CC.AA. dĆ­scolas no han dudado en exigir el mismo trato dado a CataluƱa. Y no sólo eso. Como uno de los hermanos Marx que siempre querĆ­a ā€œdos huevos duros mĆ”sā€, tambiĆ©n han aumentado y diversificado, conociendo el talón de Aquiles de Pedro SĆ”nchez, las exigencias-chantajes. 
Y todas estas extorsiones, ¿quién las paga?
En la lista inconclusa de concesiones (cf. ā€œut supraā€), unas son despilfarros de cuantiosos recursos pĆŗblicos, despilfarros que fragilizan y contribuyen a poner en entredicho las cuentas pĆŗblicas y el estado de bienestar. Otras (amnistĆ­a, referĆ©ndum, independencia, etc.) atacan las bases del Estado de derecho, lo que provoca un peligroso quebranto de la democracia, de la seguridad jurĆ­dica, etc., preludio de todo tipo de arbitrariedades y de un arriesgado cambio de rĆ©gimen.  
 ā€œY todo esto, ĀæquiĆ©n lo paga?ā€, podemos y debemos preguntarnos. Todo esto lo pagarĆ”n los espaƱoles honestos, leales, ejemplares, decentes, virtuosos y respetuosos con la legalidad vigente, vĆ­ctimas de un ā€œEstado anti-Robin Hoodā€ y de un yonqui del poder. Por un lado, al tener que satisfacer los chantajes de las CC.AA.-hijas pródigas, la inmensa mayorĆ­a de los espaƱoles veremos incrementados los impuestos, para hacer frente a los despilfarros, generadores de dĆ©ficit y de deuda galopantes. Y, por el otro, deberĆ”n arrostrar problemas sin cuento al haber sido degradado el estado de bienestar y el estado de derecho, que tanto costaron crear. Como dijo alguien de cuyo nombre no puedo acordarme, ā€œa veces es necesario y forzoso que un hombre se sacrifique por un pueblo, pero nunca que un pueblo entero deba sacrificarse por un hombreā€. 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

ā€œLey de Restauración de la Naturalezaā€ (LRN), huertos fotovoltaicos y parques eólicos

A iniciativa del Consejo Europeo, pero con el voto en contra de tres comisiones (Agricultura, Pesca y Medio Ambiente), los partidos de izquierda del Parlamento Europeo aprobaron, por una corta mayorĆ­a (336 votos a favor, 300 en contra y 13 abstenciones), el pasado 12 de julio, la propuesta de reglamento conocido como ā€œLey de restauración de la naturalezaā€ (LRN). A partir de ahora, se iniciarĆ”n negociaciones para fijar el texto definitivo de los objetivos y las obligaciones vinculantes para los paĆ­ses miembros de la UE.
La ā€œLey de Restauración de la naturalezaā€ (LRN)
SegĆŗn la exposición de motivos, la ā€œLRNā€ ha sido elaborada sobre la base de ā€œconstataciones documentalesā€ (?) y de ā€œla mejor y mĆ”s reciente información cientĆ­ficaā€ (?). En base a ello, se afirma perentoriamente que, en la UE, se ha producido una pĆ©rdida de la biodiversidad y una degradación de los ecosistemas (el 80% de los hĆ”bitats europeos estĆ”n en mal estado), que perjudican muy seriamente a las personas, a la economĆ­a y al clima. Y, como el tiempo apremia, para garantizar un futuro habitable y saludable, es absolutamente necesario tomar ā€œmedidas urgentesā€ para ā€œrestaurar los ecosistemas degradadosā€ y asĆ­ asegurar nuestra supervivencia, nuestro bienestar, nuestra prosperidad y nuestra seguridad a largo plazo. Sólo asĆ­ la UE serĆ” resiliente y se trabajarĆ” en pos de ā€œuna sola saludā€, concepto que establece una relación intrĆ­nseca entre la ā€œsalud humanaā€, la ā€œsalud animalā€ y ā€œuna naturaleza saludableā€.
El objetivo general (cf. arts. 1 y 4) de la LRN consiste, por lo tanto, en la ā€œrecuperación continua, a largo plazo y sostenible, de una naturaleza rica en biodiversidad, en todas las zonas terrestres y marĆ­timas de la UE, mediante la restauración de los ecosistemas terrestres, costeros y de agua dulceā€, hasta que todos se encuentren en buen estado. Ahora bien, ante la gravedad de la degradación de la naturaleza, hay que actuar urgentemente, para que la naturaleza virgen vuelva por sus fueros. Por eso, de aquĆ­ a 2050, deben ser restaurados progresivamente el 90% de los ecosistemas degradados.
La piedra angular de esta restauración es conseguir restablecer la ā€œconectividad naturalā€. Por un lado, en los rĆ­os; esto implica demoler embalses, pantanos, presas, azudes, para facilitar la circulación de los peces (truchas, salmones, anguilas, etc.); algo que se estĆ” haciendo ya en EspaƱa, donde mĆ”s de un centenar de embalses han sido derruidos, a pesar de la ā€œpertinaz sequĆ­aā€ que estĆ” castigando al campo espaƱol. Y, por el otro, la conectividad de las zonas forestales, lo que implica reducir las zonas agrĆ­colas, que son autĆ©nticos cortafuegos. Ahora bien, quedan fuera de la ā€œLRNā€ los cada vez mĆ”s numerosos, extensos y antiecológicos parques eólicos y huertos de placas solares, que son considerados de interĆ©s pĆŗblico y que crecen, como las setas en otoƱo, en las montaƱas y en las llanuras de EspaƱa.
Efectos indeseados o Āædeseados? de la ā€œLRNā€
Aplicar la ā€œLRNā€ y hacerlo en tan corto espacio de tiempo van a tener efectos lesivos tanto para los profesionales del sector primario (agricultores, ganaderos y pescadores) como para los ciudadanos, en general, e incluso para la naturaleza, que se pretende regenerar, recuperar y salvar. En efecto, las asociaciones agrarias, ganaderas y piscĆ­colas (ASAJA y SOS Rural) han levantado la voz contra una ley mal pensada, poco realista e inaplicable, y tambiĆ©n contra los eurodiputados espaƱoles, tildados de ā€œtraidoresā€, al haber aprobado la ā€œLRNā€, diseƱada por burócratas que nunca han pisado la tierra, sin el concurso-consenso de los profesionales del sector y, mĆ”s bien, contra ellos.
La ā€œLRNā€ va a provocar una pĆ©rdida de tierras de cultivo y de caladeros, en detrimento de la producción de alimentos. Y esto va a poner en peligro el medio de vida y los ingresos de agricultores, ganaderos y pescadores por partida doble: por la reducción de las tierras de cultivo y caladeros; y por tener que sufragar las restauraciones con los fondos de la PAC. Y esto, a su vez, va a agravar la crisis de rentabilidad, el relevo generacional, el envejecimiento y el abandono del sector primario espaƱol, lo que va a potenciar aĆŗn mĆ”s la desertización demogrĆ”fica de la EspaƱa vaciada y vacĆ­a.
AdemĆ”s, con la ā€œLRNā€, se pondrĆ” en peligro la soberanĆ­a o autonomĆ­a alimentaria de la UE, que va a depender, para nutrir a sus ciudadanos, de terceros paĆ­ses que, en general, no son tan cuidadosos con la conservación de la naturaleza, como exige Bruselas a los 27. Por otro lado, se verĆ” afectado el medio ambiente del planeta (degradación de los ecosistemas en otros lugares del mundo para poder alimentar a los europeos; y huella de carbono a causa del trasporte desde paĆ­ses lejanos). Y esto denota una gran hipocresĆ­a y una falta de coherencia de la UE, que importa alimentos vitales para alimentar a los europeos, al tiempo que exporta agresiones y degradación de la naturaleza a terceros paĆ­ses para producirlos y conseguirlos.
Bula para los huertos solares y los parque eólicos
Como hemos indicado ut supra, con la ā€œLRNā€ se pretende recuperar la naturaleza degradada y hacer que Ć©sta vuelva por sus fueros. Sin embargo, quedan fuera de la misma los parques eólicos y los huertos de placas solares, en aras del interĆ©s pĆŗblico para potenciar e implantar las energĆ­as renovables. Ahora bien, Āæestos parques y huertos no degradan la naturaleza, los ecosistemas y los paisajes, y no son un autĆ©ntico atentado de lesa ecologĆ­a? ĀæY la producción de alimentos y la autonomĆ­a e independencia alimentaria de la UE no son tambiĆ©n de interĆ©s pĆŗblico? Por eso, si alguien considera que la ā€œLRNā€ es coherente, lógica y ecologista, Ā”Que venga Dios y lo vea!
Un ejemplo ilustrativo de este crimen ecológico lo tenemos en el Bierzo (León), crimen denunciado por un manifiesto de la Fundación Prada a Tope. AquĆ­, como en otras regiones de EspaƱa, estĆ”n proliferando los huertos solares, que ocupan o van a ocupar las tierras de labranza (hortalizas, Ć”rboles frutales y viƱas) del Bierzo Bajo; y los parques eólicos, encaramados en la cimas de las montaƱas que circundan todo el Bierzo. Esta incoherencia flagrante me ha hecho recordar esa cita de Groucho Marx, que se puede aplicar a los burócratas desnortados de Bruselas y de aquĆ­, y que reza asĆ­: ā€œĆ‰stos son mis principios. Si no les gustan, tengo otrosā€.
Moraleja
Los profesionales del sector agrario y ganadero, como los cazadores, son los mĆ”s interesados en la restauración y el cuidado de la naturaleza, pero no se ha tenido en cuenta ni su voz ni su voto en la elaboración de la ā€œLRNā€, elaborada con criterios ideológicos y no tĆ©cnicos. Ɖsta ha sido impuesta por esos falsos profetas del ecologismo, el lobby de ā€œecolojetasā€, aposentado en Bruselas, y aprobada por el descarriado Parlamento Europeo, ese cementerio de elefantes de la casta polĆ­tica europea. Estos estómagos agradecidos y aquellos ā€œecolojetasā€, como hubiera dicho A. PĆ©rez-Reverte, tienen mucha ā€œideologĆ­aā€ y muy poca ā€œbibliotecaā€.
Para agricultores y ganaderos, la agricultura es naturaleza domesticada y no habrĆ” ni restauración de la misma, ni sostenibilidad, ni lucha contra el cambio climĆ”tico, sin un campo rentable. Como dejó para posteridad Aristóteles, ā€œprimum vivere, deinde philosophareā€: primero hay que tener las necesidades vitales cubiertas, que ya habrĆ” tiempo para filosofar. O, como dice la sabidurĆ­a popular, no se puede desvestir un santo para vestir otro.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


ā€œY tambiĆ©n dos huevos durosā€
En una delirante, hilarante y sarcĆ”stica escena de la pelĆ­cula de los hermanos Marx, ā€œUna noche en la óperaā€, Groucho pide a un camarero una ristra de platos de comida. A cada plato del supermenĆŗ, reacciona Chico con ā€œY tambiĆ©n dos huevos durosā€, mientras suena la bocina de Harpo, y Groucho apostilla: ā€œen lugar de dos, pon tresā€. Con el paso del tiempo, esta expresión ā€œmarxistaā€, ā€œtambiĆ©n dos huevos durosā€, indica que una petición o una promesa o una oferta o una propuesta son ilusorias, desproporcionadas, engaƱosas, falsas, mentirosas, imposibles,… i.e. un brindis al sol.
He traĆ­do a colación esta escena cinematogrĆ”fica porque le viene como anillo al dedo al Dr. Cum Fraude, Pedro SĆ”nchez , que algunos tildan de ā€œPedrochoā€ o ā€œPinochoā€, y que, como la SantĆ­sima Trinidad, personifica a los tres hermanos Marx en uno, su ā€œSanchidadā€. En efecto, desde hace meses y con la vista puesta en las sucesivas elecciones, se ha dedicado a prometer el oro y el moro.   Y, una vez verbalizada una promesa, ha aƱadido ā€œillicoā€ nuevas promesas, nuevos ā€œhuevos durosā€. Vayamos al grano.
Los ā€œdos huevos durosā€ de la precampaƱa y la campaƱa del 28M
En la precampaƱa y la campaƱa del 28M, el Presidente yonqui del poder, alias ā€œPues Esoā€, dueƱo de la bolsa del Estado y del BOE, no dudó en prometer, a grifo abierto, todo aquello que los votantes, principalmente jóvenes, querĆ­an oĆ­r. Un dĆ­a, 50.000 pisos de la Sareb, incrementados, al dĆ­a siguiente, en 43.000 viviendas mĆ”s; en 20.000, un dĆ­a despuĆ©s,…; y asĆ­, hasta llegar a las 180.000 soluciones habitacionales. Otro dĆ­a  prometió a los jóvenes el bono ā€œinterrailā€ europeo y nacional. Y, en dĆ­as sucesivos y tambiĆ©n para los jóvenes, nuevos huevos duros: un bono cultural, avales hipotecarios y crĆ©ditos ICO, mĆ”s dinero para becas y para la formación profesional. Otro dĆ­a, mĆ”s huevos duros: ayudas para la agricultura, para la ganaderĆ­a y para la EspaƱa vaciada y vacĆ­a. Otro dĆ­a, les tocó una pequeƱa pedrea a los jubilados: ir al cine por 2 €; dulcificar el copago de los medicamentos de los pensionistas. Y, asĆ­, un larguĆ­simo etcĆ©tera. No hubo dĆ­a sin promesas, sin sus ā€œdos huevos durosā€. Fue tal el ritmo vertiginoso de verbalización de las mismas que Peridis, en una de sus viƱetas, hace decir a Núñez Feijóo: ā€œ No te pases, Pedro, deja algo para las generalesā€. 
Y, por supuesto, todo esto y mucho mĆ”s gastando lo que no tenemos, financiado con deuda pĆŗblica, que se ha incrementado ya en 303.000 millones de euros, en los Ćŗltimos 4 aƱos del generoso despilfarrador P. SĆ”nchez. Esta deuda es la pesada hipoteca que tendrĆ”n que pagar, sin comerlo ni beberlo, las futuras generaciones, por la mala gestión y/o el despilfarro y/o el latrocino  de los recursos pĆŗblicos por parte de la casta polĆ­tica, de alta cuna o de baja cama.
A pesar de tanta dĆ”diva virtual, sus ā€œqueridos niƱosā€ —asĆ­ denomina David Trueba* a los votantes, en un ilustrativo y revelador relato donde narra lo que se cuece entre bastidores de las campaƱas electorales— no mordieron estos anzuelos, no cayeron en la trampa y le dieron una lección de jarabe democrĆ”tico a este engreĆ­do y narcisista tahĆŗr del Mississipi, Pedro SĆ”nchez, que tuvo que morder el polvo de un batacazo en toda regla y sin paliativos el 28M
Los ā€œdos huevos durosā€ de la precampaƱa y la campaƱa del 23J
A las pocas horas de conocido el fracaso en toda regla de Pedro SĆ”nchez y de los partidos de izquierdas, en las elecciones municipales y autonómicas del 28M, el ā€œokupaā€ de la Moncloa, el Dr. Cum Fraude, adelantó las elecciones generales, previstas para fin de aƱo, al 23J. Este adelanto electoral fue la seƱal de salida de una nueva precampaƱa electoral para hacerse, como hubiera dicho Miguel Delibes, con ā€œel disputado voto del Sr. Cayoā€, el próximo 23J.
Desde el momento de la convocatoria de estas elecciones (30 de mayo) y hasta el inicio de la campaƱa oficial (el 7 de julio), que es cuando escribo este texto, el mentiroso compulsivo de la Moncloa se ha dedicado fundamentalmente a comportarse cual pavo real en los medios de comunicación. Pero, con el fin de preparar el terreno mediĆ”tico, el mismo dĆ­a de la convocatoria para el 23J, regó generosamente con una lluvia de 440 millones de euros a los medios de comunicación ā€œapesebradosā€.  
Hecho esto, a lo largo de la precampaƱa para el 23J, por un lado, se ha hecho invitar a los programas de radio y TV, con mĆ”s audiencia y en ā€œprime timeā€, para mostrar su narcisista plumaje de pavo real y para aplicar concienzudamente el consejo de Joseph Goebbels​​: Ā«Miente, miente, miente que algo quedarĆ”, cuanto mĆ”s grande sea una mentira mĆ”s gente la creerÔ». Y, por el otro, se ha dedicado a entrevistar a sus ministros, en ā€œpetit comitĆ©ā€ (Pedro SĆ”nchez no soporta el algodón de la calle, que lo abuchea cada vez que aparece en pĆŗblico), para seguir mintiendo, esta vez, a cuatro manos. Con esta sobreexposición mediĆ”tica persiguió ocupar, en exclusividad, el espacio en los medios de comunicación para estar, como hubiera dicho la Mazagatos, en el candelabro, repitiendo las mentiras de rigor e impidiendo que los otros candidatos tambiĆ©n puedan aparecer.
Según la mayoría de las encuestas, el interfecto sabe que tiene muchas papeletas para ir a engrosar las listas del paro. Por eso, no es descabellado pensar que, en la campaña electoral para el 23J, que comienza hoy (del 7 al 21 de julio), el Dr. Cum Fraude pondrÔ toda la carne en el asador y utilizarÔ cualquier artimaña para no ser desalojado de la Moncloa. De ahí que haya que esperar una nueva oleada de promesas y muchos conejos saliendo de la chistera, así como una cascada de mentiras para confundir y engatusar al electorado y poder cantar victoria el 23J.
Moraleja
El comportamiento de Pedro SĆ”nchez es el de muchos o mejor dicho el de todos los polĆ­ticos profesionales, que son alumnos aventajados de Tierno GalvĆ”n, para el que ā€œlas promesas electorales se hacen para no ser cumplidasā€. En efecto, el polĆ­tico profesional promete, en campaƱa, lo que tenĆ­a que haber hecho en la legislatura que acaba; o hace promesas, sabiendo que no van a cumplir con su palabra. 
Por otro lado, Pedro SĆ”nchez —ahĆ­ estĆ”n las hemerotecas— ha mentido y miente como un bellaco o incumple lo prometido o hace lo contrario de lo prometido o, como dice Ć©l eufemĆ­sticamente, ā€œha cambiado de opiniónā€. Por eso, ha perdido toda credibilidad entre los votantes. Y, como dijo Aristóteles, ā€œla recompensa del mentiroso es no ser creĆ­do aun cuando diga la verdadā€. La diarrea verbal de Pedro SĆ”nchez es ilustrada de esta cita de Alexander Pope: ā€œel que dice una mentira no sabe quĆ© tarea ha asumido, porque estarĆ” obligado a inventar veinte mĆ”s para sostener la certeza de la primeraā€. Como dirĆ­a el fulero de la Moncloa, ā€œPues esoā€. Ā”A mentir tocan!
Los votantes tuvieron memoria y criterio, y no se dejaron engaƱar el 28M. Parece lógico y razonable que, casi dos meses despuĆ©s, el 23J, no hayan sufrido una amnesia y descabalguen del poder, con la honda del voto, al Dr. Cum Fraude. De no hacerlo, habrĆ­a que recordar a los votantes esa cita de George Orwell, que reza asĆ­: ā€œUn pueblo que elige corruptos, impostores, mentirosos, ladrones y traidores no es vĆ­ctima, es cómpliceā€.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


JosĆ© Luis BalbĆ­n, Āædónde estĆ”s? Ā”Vuelve! 

Desde hace ya demasiados aƱos, cuando me pongo a escuchar o a visionar un debate o una tertulia o una entrevista, me pegunto cómo los medios de comunicación son capaces, en general, de producir tamaƱa bazofia y cómo la sociedad espaƱola se la traga tan plĆ”cidamente y con tanta fruición. Y esta basura audiovisual va cada vez a mĆ”s. Entonces, me viene a las mientes el recuerdo de La Clave de JosĆ© Luis BalbĆ­n. Y me dirijo a Ć©l telepĆ”ticamente para preguntarle dónde estĆ” y para rogarle que vuelva. 

La Clave de BalbĆ­n  
CorrĆ­an los primeros dĆ­as de enero de 1976 cuando el segundo canal de TVE (UHF) empezó a emitir un novedoso programa de debate, propuesto, presentado y moderado por J.L. BalbĆ­n: La Clave. Este programa era un ā€œcopy-pasteā€ del francĆ©s ā€œLes dossiers de l’écranā€, en antena desde hacĆ­a ya una dĆ©cada y con un Ć©xito arrollador en Francia.
A aquellos que, entonces, eran menores de edad o que todavía no habían nacido, les informo que La Clave ha quedado como uno de los programas modélicos de debates televisivos y como uno de los grandes hitos en la historia de la televisión española. Fue el programa mÔs intelectual y uno de los de mayor calidad (el 5º, en un ranking de 100) de la historia de la televisión en España. Era emitido en directo y en prime time, en las noches del viernes o del sÔbado o del domingo.
El formato del mismo incluĆ­a cuatro elementos: 1. Presentación del tema de debate y de los invitados por parte del moderador; 2. Exhibición de un largometraje sobre el tema del debate; 3. Debate entre los tertulianos y con los telespectadores; y 4. Al final de cada programa, se proporcionaba una bibliografĆ­a sobre el asunto debatido, para que los televidentes pudieran profundizar en el tema. 
Los tertulianos invitados, entre los cuales habĆ­a siempre algĆŗn extranjero, eran especialistas en el tema del debate, pero con opiniones contrapuestas.  Sin embargo, respetaban la cortesĆ­a lingüística y no vociferaban para argumentar, aplicando el aforismo atribuido a Leonardo da Vinci, que reza asĆ­: ā€œQuien de verdad sabe de quĆ© habla, no encuentra razones para levantar la vozā€. Ahora bien, podĆ­an interpelarse e intervenir en cualquier momento para evitar los monólogos consecutivos y propiciar un autĆ©ntico y vivo debate. Con el formato del programa, con el tipo de tertuliano, con la dinĆ”mica de los debates y con los temas tratados (sociales, culturales, cientĆ­ficos y polĆ­ticos) se contribuyó a empoderar a los ciudadanos espaƱoles, al informarlos y al formarlos, durante los primeros aƱos de la Transición, en los valores democrĆ”ticos. 

El show de los debates, de las tertulias y de las entrevistas de hogaƱo
Hoy, en todas las cadenas de radio y de televisión, han proliferado las entrevistas, las tertulias, los debates y los opinadores. Pero ni las unas ni los otros son, en general, lo que fue La Clave de BalbĆ­n y sus invitados, semanalmente renovados (tema nuevo y, lógicamente, nuevos y autĆ©nticos expertos). Dejando de lado las tertulias-debates chafarderas sobre cuestiones del corazón, podemos diferenciar, en las cadenas de televisión, tres grandes tipos de tertulias (o debates), colonizadas por esos tertulianos que suelo denominar ā€œtodólogosā€: personajes indocumentados que han poblado los medios, que le hincan el diente a cualquier tema y que, segĆŗn la periodista Cristina SĆ”nchez, no son mĆ”s que ā€œestómagos agradecidos de polĆ­ticos y prebostes localesā€.
Algunas tertulias son autĆ©nticas ratoneras para alguno de los invitados. La presencia de este verso suelto tienen dos motivaciones: por un lado, poder afirmar que estas tertulias partidistas son plurales; y, por el otro, hacer del verso suelto un sparring o muƱeco de feria que recibe los golpes bajos y premeditados de los otros contertulios. Es el caso, entre otras, de ā€œPreguntes Freqüentsā€ (TV3).
Otras tertulias estĆ”n organizadas en dos bandos, situados estratĆ©gicamente los unos frente a los otros (cf. La Sexta Noche). AsĆ­, en este cuadrilĆ”tero, se organiza un pugilato verbal y la pseudo tertulia muestra su verdadera catadura: ser un show y un divertimento o pasatiempo para los televidentes, a la altura de esos programas de telebasura de Tele 5. Los tertulianos son autĆ©nticos ā€œshowmansā€, que no persiguen ni informar ni formar a los oyentes. Para ellos y para las cadenas de televisión, como hubiera dicho R. Kapuscinski (2016), ā€œla verdad [o la información] no es importante […]. Lo que […] cuenta es el espectĆ”culo y las audiencias. Y, una vez que hemos creado la información-espectĆ”culo, […] cuanto mĆ”s espectacular es la información, mĆ”s dinero podemos ganar con ellaā€. En el guirigay de estos pseudodebates o pseudotertulias, el quitarse la palabra y el uso de las vociferaciones, como argumento de autoridad, son el pan nuestro de cada dĆ­a. Y el que mĆ”s chifle (grite), capador. Ā”Lamentable espectĆ”culo y mal ejemplo! 
Finalmente, otras tertulias son monocolores: todos los tertulianos son de la misma tendencia o camada (cf. El Gato al Agua de El ToroTV; El Cascabel, de TreceTV;  Al Rojo Vivo de La Sexta;…). En Ć©stas, bajo la batuta del director-moderador de turno, reina el orden y la cortesĆ­a lingüística, Ā”no faltarĆ­a mĆ”s! Sin embargo, la pluralidad de opiniones no estĆ” ni se la espera. Y, por otro lado, en estas tertulias sólo se escucha la voz de sus amos: el poder polĆ­tico o económico.

ā€œTodo es mentiraā€
Ante estas tipologĆ­as de debates y tertulias, podemos preguntarnos si, como reza el nombre del programa de Risto Mejide (cf. Cuatro TV), ā€œtodo es mentiraā€. Como acuñó el sociólogo Gustave Le Bon, ā€œLas masas (las audiencias) nunca han sentido sed por la verdad. […] Quien sepa engaƱarlas serĆ” fĆ”cilmente su dueƱo; quien intente desengaƱarlas serĆ” simplemente su vĆ­ctima [y perderĆ” las audiencias]ā€. Por eso, podemos y debemos preguntarnos: ĀæLos periodistas apesebrados estĆ”n al servicio de los escuchantes y televidentes? ĀæSu hacer es periodismo? Creo que no. Eso es mancillar y prostituir la noble y necesaria actividad del cuarto poder. 
Ante este panorama, tiene todo su sentido que me dirija mentalmente a J.L. BalbĆ­n para preguntarle y rogarle: ĀæDónde estĆ”s? Ā”Vuelve! Como ya has pasado a mejor vida, reencĆ”rnate en algĆŗn periodista joven y transmĆ­tele tu ā€œsavoir-faireā€ y tu ā€œsavoir-ĆŖtre. La salud informativa y formativa de los espaƱoles estĆ”n en juego, y, por lo tanto, la democracia real, informada y consciente.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


El ā€œbilingüismo cordialā€ de Núñez Feijóo

DIACRONIA DE UNA IDEA. En 2007, siendo jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo acuñó la fórmula del ā€œbilingüismo cordialā€, cuando el Gobierno PSOE-BNG aprobó el Decreto 124/2007, de 28 de junio, por el que se regula el uso y la promoción del gallego en el sistema educativo. Este decreto ponĆ­a fin al ā€œbilingüismo armónicoā€ y a la ā€œpaz lingüísticaā€ —imperantes con Manuel Fraga Iribarne— y propiciaba una inmersión lingüística solapada. 
Ese mismo aƱo, surgió, en Galicia, la asociación Galicia Bilingüe con el objetivo de plantar cara a la polĆ­tica lingüística del Gobierno del PSOE-BNG y para reivindicar, entre otras cosas, el derecho a la libre elección de lengua en la enseƱanza. Feijóo se comprometió, entonces, a satisfacer la reivindicación de esta asociación, si ganaba las elecciones autonómicas  de 2009. Las ganó por mayorĆ­a absoluta. Pero se olvidó de la promesa, como es habitual en la casta polĆ­tica, y, en su lugar, propuso un ā€œtrilingüismo cordialā€ (33% de gallego, 33% de espaƱol y 33% de inglĆ©s), criticado hoy por Gloria Lago, la presidente de la asociación Hablamos EspaƱol, por su ā€œĆ©xito dudosoā€. En efecto, ante los resultados insatisfactorios, los padres prefieren que sus hijos no sigan consumiendo el menĆŗ del ā€œtrilingüismo cordialā€.
En abril de 2022, en el marco del congreso del PP en Sevilla, Núñez Feijóo, elegido presidente del partido, enarboló nuevamente la bandera del ā€œbilingüismo cordialā€ como talismĆ”n de una polĆ­tica lingüística racional y razonable para el conjunto de CC.AA. con dos lenguas cooficiales. Con este bilingüismo que, segĆŗn Ć©l, habĆ­a dado buenos resultados (?) en Galicia, pretende acabar con el ninguneo del castellano como lengua vehicular e institucional en las precitadas CC.AA. Y, ante estos cantos de sirena, algunas asociaciones de esos que se tildan defensores del espaƱol en CataluƱa se han dejado seducir, como siempre, y se han reunido con Feijóo, en octubre de 2022, para tener unos nuevos minutitos de gloria y ser engaƱados una vez mĆ”s.
EL ORƁCULO DE FEIJƓO. Pero, para Feijóo, ĀæquĆ© es el ā€œbilingüismo cordialā€? Con este sintagma quiere significar que las dos lenguas (el castellano y la lengua cooficial) deben convivir en armonĆ­a en las CC.AA. con dos lenguas cooficiales. Por esto, deben ser estudiadas y, ademĆ”s, ser vehiculares en la escuela, en igualdad de condiciones para que los alumnos aprendan bien las dos y, luego, se expresen libremente en la que consideren mĆ”s oportuna. Para Ć©l, la ā€œinmersiónā€ de CataluƱa y de otras CC.AA., que han copiado el sistema catalĆ”n, no casa con el ā€œbilingüismo cordialā€. En efecto, la inmersión nunca es cordial ni voluntaria sino una imposición y provoca un agravio comparativo entre las dos lenguas cooficiales y una discriminación del castellano. Para Feijóo, por lo tanto, el ā€œbilingüismo cordialā€ es un ā€œnoā€ a la inmersión y un ā€œsĆ­ā€ a la convivencia armoniosa, pacĆ­fica y amable de las lenguas en contacto. 
LOS TALONES DE AQUILES DEL BILINGÜISMO CORDIAL. Ahora bien, la etiqueta ā€œbilingüismo cordialā€ de Feijóo suena bien, pero es  un ejemplo mĆ”s de lo polĆ­ticamente correcto, que no aporta ninguna solución y sólo busca araƱar votos para alcanzar el poder. Esta denominación es ambigua, confunde y no permite designar una propuesta, realista y razonable, de polĆ­tica lingüística para todas las CC.AA. con dos lenguas cooficiales. Veamos.
Por un lado, el tĆ©rmino ā€œbilingüismoā€ denota realidades muy diferentes. Por eso, no hay una definición unĆ­voca y aceptada por todos los lingüistas. Y, en consecuencia, Ć©stos han propuesto una serie de tipologĆ­as para poner un poco de orden semĆ”ntico. Entre ellas, el bilingüismo social vs. el individual; el perfecto o ideal vs. el imperfecto o real; el minimalista vs. el maximalista; el sustractivo vs. el aditivo; el semilingüismo; el acultural, etc. Ahora bien, Āæa quĆ© bilingüismo se refiere Feijóo con su ā€œbilingüismo cordialā€ y quĆ© quiere expresar la Presidente de la  Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), Cristina Losada, uno de los defensores del espaƱol en CataluƱa, con su ā€œbilingüismo real y equilibradoā€? Feijóo y la profesora Losada utilizan el verbo en vano, como papagayos, sin saber de lo que hablan y ejecutan una partitura que sólo suena bien. Pero, eso es todo.
Por otro lado, el apellido ā€œcordialā€ (amable, amistoso, ā€œfriendlyā€, como dirĆ­an los ingleses) es una afirmación gratuita y sin fundamento, si se observa quĆ© sucede cuando dos lenguas entran en contacto en una sociedad (CataluƱa, PaĆ­s Vasco, etc.) o en un locutor concreto (los ciudadanos de estas CC.AA.). En efecto, el contacto de lenguas, en general, nunca es cordial, pacĆ­fico, amable o armonioso. Entre ellas se establece siempre una relación de fuerzas, de competición —provocada por el estatus de las lenguas en contacto, por las situaciones de comunicación, por los intereses, las motivaciones y las decisiones de los interlocutores— para conseguir llevarse el gato lingüístico al agua. AdemĆ”s, para que un bilingüismo sea ā€œcordialā€ o ā€œamableā€ es necesario amar las lenguas. Y no se puede amar por imperativo legal y testicular, como pretenden los polĆ­ticos nacionalistas-independentistas.
En tercer lugar, segĆŗn Feijóo, con el ā€œbilingüismo cordialā€, los alumnos podrĆ”n aprender bien las dos lenguas y, como correlato, adquirir mejor los contenidos curriculares. Ā”Craso error! Esta pontificación  denota que Feijóo no sabe cómo se aprenden las lenguas ni en quĆ© consiste saber una lengua; ni tampoco lo que es tener unas buenas competencias en lectura y en escritura. Las evidencias tangibles demuestran que los alumnos no aprenden ni la una ni la otra ā€œcomme il fautā€, y, como hubiera escrito Michel de Montaigne, no tienen una cabeza, ni bien llena ni bien organizada.
Finalmente, Feijóo afirma que, con el ā€œbilingüismo cordialā€, los alumnos y los ciudadanos espaƱoles podrĆ”n usar el castellano o la lengua autonómica libremente. Esto no sucede en ninguna CC.AA. ni tampoco en Galicia donde ha gobernado durante 13 aƱos. En efecto, en Galicia, la lengua gallega debe ser la Ćŗnica lengua de uso y de comunicación tanto en las instituciones, incluso las educativas (relaciones mutuas e internas, asĆ­ como para redactar las actas, los comunicados, los anuncios, etc.), como en la vida económica, comercial, social y en los medios.
ERGO. De lo expuesto se desprende que el concepto de ā€œbilingüismo cordialā€ es una ocurrencia y un ejemplo mĆ”s de esas palabras vacĆ­as y de circunstancias de los miembros de la casta polĆ­tica, que verbalizan lo que desean oĆ­r los votantes. En el pasado, Feijóo usó el verbo en vano y no cumplió lo prometido. Por eso, si llega a la Moncloa en las próximas elecciones, podemos y debemos preguntarnos si tendrĆ” agallas para enfrentarse a la irracional y antipedagógica ā€œinmersiónā€ y para implantar, en todas las CC. AA. con dos lenguas cooficiales, una polĆ­tica lingüística, elaborada con la opinión experta de aquellos que saben de quĆ© va la cosa (lingüistas, psicolingüistas, etc.) y pensada sólo en función de los intereses de los ciudadanos y no de los sectarios nacionalistas de la casta polĆ­tica. 
Cuando el PP ha estado gobernando en CC.AA. con dos lenguas cooficiales (Baleares, Valencia, Galicia) o cuando ha ocupado el Gobierno de España, a veces, con mayoría absoluta, no ha hecho nada para racionalizar las políticas lingüísticas y poner coto al despropósito educativo de los nefastos programas de inmersión. Por eso, es previsible que con Feijóo todo siga igual en todas la CC.AA. con dos lenguas cooficiales: inmersión pura y dura, y consolidación de la marginación del castellano como lengua vehicular de la enseñanza.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez



ā€œLengua vehicularā€ vs. ā€œlengua curricularā€

Esta dicotomĆ­a (ā€œlengua vehicularā€: catalĆ”n vs. ā€œlengua curricularā€: castellano) no es el resultado de un debate autĆ©ntico, reposado y argumentado sino el fruto del contubernio, en el patio de Monipodio catalĆ”n, entre nacionalistas-independentistas-golpistas (ERC, Junts, Comuns y PSC). ĀæCómo se llegó a este desenlace, en esa guerra que se traen entre manos el TSJC —con sus sucesivas y reiteradas sentencias condenatorias de la polĆ­tica lingüística catalana— y el Gobierno de la Generalidad de CataluƱa —con el desacato permanente y sistemĆ”tico a las mismas— ante la actitud expectante y leguleya de los que se tildan ā€œdefensores del espaƱol en CataluƱaā€? Veamos.
Desde hace demasiados años, la Generalidad de Cataluña ha estado jugando al ratón y al gato con los tribunales de justicia. En diciembre de 2020, el TSJC emitió una sentencia firme (5201/2020, de 16 de diciembre), con la que obliga a la Generalidad a tomar las medidas necesarias para garantizar, de manera efectiva e inmediata, la enseñanza mediante el uso vehicular normal de las dos lenguas oficiales (catalÔn y castellano), en porcentajes que no podrÔn ser inferiores al 25%. Ante los oídos sordos y la inacción de la Generalidad, a principios de mayo de 2022, el TSJC emitió un auto requiriendo al Consejero de Educación de la Generalidad para el cumplimiento de la sentencia, en un plazo mÔximo de 15 días.
La Generalidad, para escurrir el bulto y no cumplir la sentencia, quiso utilizar la vĆ­a parlamentaria mediante una  ā€œProposición de ley sobre el uso y el aprendizaje de las lenguas oficiales en la enseƱanza no universitariaā€. Ahora bien, esta coartada torticera fue abortada por VOX, C’s y el PPC, al solicitar el dictamen de la misma al Consejo de GarantĆ­as Estatutarias. Entonces, el Gobierno de la Generalidad se vio obligado a improvisar una vĆ­a alternativa y una coartada nueva, para seguir en sus trece, aprobando el ā€œdecreto ley 6/2022, de 30 de mayo, sobre la elaboración, la aprobación, la validación y la revisión de los proyectos lingüísticos en la enseƱanza no universitariaā€. 
Tanto la ā€œproposición de leyā€ abortada (pero, finalmente ratificada por el Parlamento de CataluƱa, el 8 de junio de 2022) como el ā€œdecreto leyā€ pretenden  escamotear el cumplimiento de la sentencia del TSJC y, por eso, el contenido de ambos textos es coincidente. Por un lado, rechazan el uso de cualquier tipo de porcentaje para determinar el peso vehicular del catalĆ”n y del castellano. AdemĆ”s, precisan que el catalĆ”n, como lengua propia de CataluƱa, es la lengua normalmente utilizada, la ā€œlengua vehicularā€ y de aprendizaje y la lengua de uso normal en la acogida del nuevo alumnado. Sin embargo, reservan para el castellano la condición de ā€œlengua curricularā€, que no es lo mismo que ā€œlengua vehicularā€, como analizaremos a continuación. Por otro lado, la regulación de los usos y del aprendizaje de las lenguas oficiales debe hacerse, precisan hipócritamente, con ā€œcriterios pedagógicos y sin perder de vista los polĆ­ticamente correctos ā€œobjetivos de la normalización lingüísticaā€. Finalmente, al final de la escolaridad obligatoria, los alumnos deben haber adquirido el dominio oral y escrito de las dos lenguas (catalĆ”n y castellano), algo inalcanzable, en el caso del castellano, al no ser lengua vehicular. 
En los enlaces dados en el pĆ”rrafo anterior, se desvelan algunas de las mentiras y de las incoherencias de la polĆ­tica lingüística en CataluƱa. Por eso, a continuación, sólo se harĆ”n algunas consideraciones relativas a la dicotomĆ­a, que opone el catalĆ”n, ā€œlengua vehicularā€, al castellano, ā€œlengua curricularā€.
Las lenguas, fruto de un consenso social, son y deben ser siempre instrumentos funcionales, para facilitar la vida en sociedad. Por lo tanto, nadie (y menos aĆŗn cualquier piernas de la casta polĆ­tica catalana) puede violar las reglas del contrato lingüístico y preƱar —a su antojo y a la ligera—, las unidades lingüísticas con nuevos significados, para llevar el agua al molino nacionalista-independentista-golpista catalĆ”n. Si se aceptase esto, el mito de la torre de Babel serĆ­a una realidad. La vida en sociedad serĆ­a imposible. Y se instaurarĆ­a la ley de la selva lingüística y del mĆ”s fuerte. Por eso, permitamos que hablen las ciencias del lenguaje y de la educación, y escuchemos, al menos, sus aportaciones.
En la enseƱanza-aprendizaje de las lenguas, los lingüistas, los pedagogos y los ā€œdidactólogosā€ utilizamos el sintagma ā€œlengua vehicularā€ para referirnos a la lengua que es utilizada como instrumento para enseƱar y aprender las distintas materias curriculares o saberes (geografĆ­a, matemĆ”ticas, historia, etc.). 
Por otro lado, ā€œcurricularā€ y ā€œcurrĆ­culoā€ son dos tĆ©rminos pertenecientes a la misma familia y tienen un contenido semĆ”ntico, en parte, comĆŗn. El ā€œcurrĆ­culoā€ es el ā€œplan de estudiosā€  o el ā€œconjunto de enseƱanzas o materias que, […], han de cursarse para cumplir un ciclo de estudios u obtener un tĆ­tuloā€, RAE ā€œdixitā€. Por lo tanto, aplicar el adjetivo ā€œcurricularā€ a la lengua castellana, como en el sintagma ā€œlengua curricularā€, es afirmar que el castellano es sólo  objeto de estudio, una materia mĆ”s y no un instrumento para adquirir conocimientos. En consecuencia, el sintagma ā€œlengua curricularā€ no es sinónimo de ā€œlengua vehicularā€, como quieren hacernos creer los indocumentados polĆ­ticos de ERC, Junts, PSC y Comuns, asesorados (?) por ciertos lingüistas de cabecera apesebrados, como Albert Branchadell, por ejemplo, cuya deontologĆ­a profesional deja mucho que desear.
La dicotomĆ­a ā€œlengua vehicular vs. lengua curricularā€ ha sido el Ćŗltimo parto de la ingenierĆ­a lingüística de la casta polĆ­tica catalana, para ningunear una vez mĆ”s a los tribunales y perpetrar un nuevo desacato a las sentencias judiciales. No podemos dejarnos robar el lenguaje. Si lo permitimos, entonces estamos perdidos. Como ha escrito muy acertadamente Santiago Trancón, ā€œel arma mĆ”s eficaz de la polĆ­tica es el lenguaje. […]. Imponer un tĆ©rmino, dominar y controlar su significado, es imprescindible para ganar la batalla polĆ­tica. El que lo logre, gana; el que no, pierdeā€.
Por eso, hay que tener cuidado con los neologismos de los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes; Ć©stos no dan puntada sin hilo lingüístico. Pero, hay que tener cuidado tambiĆ©n con el TSJC que ha fijado arbitrariamente el 25% de la enseƱanza en castellano. ĀæY por quĆ© no el 50% o el 70% 0 el 95%?, podemos y debemos preguntarnos. AdemĆ”s, hay que tener cuidado con aquellos que se tildan defensores del espaƱol en CataluƱa. Ɖstos han librado batalla tras batalla sólo en el campo polĆ­tico y jurĆ­dico, sin conseguir ningĆŗn resultado tangible y positivo, olvidando que los argumentos mĆ”s potentes y contundentes, que no han utilizado nunca, los proporcionan las ciencias del lenguaje y de la educación.
De ahĆ­ que haya que cambiar de interlocutores y dirigirse a padres y alumnos para hacerles comprender que de la gestión lingüística depende el buen funcionamiento de la escuela, que adolece de problemas muy graves: abandono escolar prematuro, fracaso escolar, deficiencias gravĆ­simas en las competencias enciclopĆ©dicas y lingüísticas de los escolares, por citar sólo algunos. Ɖstos son los retos y los argumentos de peso, que podrĆ­an movilizar a la ciudadanĆ­a, para instaurar una polĆ­tica lingüística flexible, racional y razonable, y no los leguleyos.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Los neoanalfabetos espaƱoles
En la introducción de uno de sus ensayos (*), CĆ©sar Vidal relata su vivencia personal como profesor universitario. Entre 2003 y 2007, impartió docencia universitaria en cursos de posgrado. Sus alumnos, por lo tanto, eran licenciados, doctorandos o doctores, seleccionados entre los primeros de cada promoción de distintas universidades. ā€œEran la flor y la nata, sin duda, pero una flor y una nata que […] sabĆ­a muy pocoā€, puntualiza. 
Por eso, ante la escandalosa carencia de conocimientos de sus alumnos, C. Vidal decidió comenzar cada clase con un sencillo test de 10 preguntas sobre el tema que se iba a abordar en clase. Los resultados obtenidos eran siempre ā€œreveladores… y desoladoresā€. Y lo peor, sigue puntualizando C. Vidal, es que todos los alumnos estaban infectados con el virus de lo polĆ­ticamente correcto. AdemĆ”s, en sus trabajos escritos, se mostraban aventajados visitantes del ā€œrincón del vagoā€: entraban a saco en Internet, plagiando descaradamente lo primero que encontraban. 
Ante esta lamentable  y criticable realidad, ratificada por expertos nacionales y por organismos internacionales (OCDE),  C. Vidal no culpa de ello a los depauperados estudiantes sino al desastroso sistema educativo espaƱol y al cuerpo docente que, en vez de enseƱarles y hacerles adquirir conocimientos con fundamento, les hicieron perder el tiempo con fruslerĆ­as. Por eso, para colmar las lagunas culturales de los jóvenes universitarios y para aplacar la sed de cultura de buena parte de la sociedad espaƱola, C. Vidal escribió el ensayo precitado. En Ć©l explicita el menĆŗ, la planificación y la dosificación de ā€œlo que hay que leerā€, de ā€œlo que se debe contemplarā€, de ā€œlo que se debe escucharā€ y de ā€œlo que se debe ver en teatro y en cineā€, para ser un ā€œhonnĆŖte hommeā€ moderno.
Siguiendo el programa propuesto, pero sin escatimar un esfuerzo constante y un trabajo sistemĆ”tico, precisa C. Vidal, ā€œuna persona que comenzara absolutamente de cero, […], al cabo de un aƱo, tendrĆ­a una cultura superior a la de la mayorĆ­a de los jóvenes que entran en la universidad y, al cabo de otro aƱo mĆ”s,  superarĆ­a a la aplastante mayorĆ­a de nuestros licenciadosā€. E, incluso, a los profesores, segĆŗn Gabriel Albiac, que es catedrĆ”tico de filosofĆ­a en la universidad.
Las graves y decepcionantes constataciones de C. Vidal puede hacerlas tambiĆ©n cualquier honesto profesor universitario. Por lo que respecta a los contenidos culturales o enciclopĆ©dicos, los estudiantes son, en general, como constata C. Vidal, autĆ©nticas ā€œtabula rasaā€. Por otro lado, y esto es aĆŗn mucho mĆ”s grave, los nuevos estudiantes llegan a la universidad sin los conocimientos instrumentales absolutamente necesarios para sacar provecho de la estancia en la universidad. En efecto, sus competencias en lectura y en expresión oral y escrita tienen mĆ”s agujeros que un queso gruyer. Y, con alforjas tan livianas, no se pueden pedir peras al olmo ni ir muy lejos. Y lo mĆ”s grave de todo es que no son conscientes de esto y, por eso, no manifiestan ningĆŗn interĆ©s en adquirir estos conocimientos instrumentales para llegar a ser autónomos en las enseƱanzas y los aprendizajes universitarios y en la formación continua o continuada posterior; y, asĆ­, poder abandonar el estatus de aves de corral, siempre dependientes de esos lazarillos llamados profesores, y volar como Ć”guilas reales. 
La vivencia  de C. Vidal y la mĆ­a propia me han traĆ­do a las mientes un ensayo (**) de Pedro Salinas sobre los analfabetos, los alfabetos y los neoanalfabetos. Para Ć©l, la lectura y la escritura son dos aprendizajes escolares fundamentales, que transmutan a los seres humanos de ā€œanalfabetosā€ (no saber leer ni escribir), que es el estado congĆ©nito del ser humano, en ā€œalfabetosā€ (saber leer y escribir). Ahora bien, en EspaƱa, demasiados espaƱoles alfabetizados no leen y no escriben nunca o leen y escriben muy poco y sólo sobre temas profesionales. SegĆŗn P. Salinas, en ambos casos, por falta de uso, se produce  una regresión, que devuelve a los ā€œalfabetizadosā€ al ā€œanalfabetismo prĆ­stinoā€, convirtiĆ©ndolos en ā€œneoanalfabetosā€ o ā€œanalfabetos funcionalesā€.
La vuelta al redil del neoanalfabetismo y de la incultura no es fruto de la casualidad sino de la causalidad. Sin Ônimo de ser exhaustivo, sólo quiero indicar dos causas. Por un lado, la calidad de la enseñanza en España, que deja muchísimo que desear. En 40 años, ha habido 9 reformas educativas, para disimular los deplorables resultados educativos españoles (abandono escolar, porcentajes de repetidores y de suspensos, deficientes competencias adquiridas por los alumnos, etc.) en las evaluaciones internacionales. Estos cambios normativos han degradado progresiva e inexorablemente la educación española. Para muestra, basta el botón de la última reforma de la ministra Pilar Alegría: se puede promocionar de curso con suspensos, las recuperaciones dejan de ser obligatorias, se puede obtener el título de ESO y de Bachillerato con asignaturas suspensas, recorte de contenidos en historia, en filosofía, etc.
Y, por el otro, el consumo desenfrenado y masivo de los productos accesibles por medio de pantallas (TV, móviles, tabletas, ordenadores,…) ha contribuido a degradar, aĆŗn mĆ”s, las competencias culturales o enciclopĆ©dicas y lingüísticas de la población espaƱola. El mal uso y el abuso masivos de las  pantallas, como ha quedado demostrado en otro lagar, son fĆ”bricas de cretinos digitales, empeoran los resultados escolares, dificultan el desarrollo cognitivo, degradan la salud de los usuarios y, al propiciar la multitarea, no contribuyen a hacer ninguna bien, segĆŗn los principios de la ā€œcalidad totalā€.  
Hoy, todos los españoles hemos pasado por la escuela y muchos o demasiados, por la universidad. Sin embargo, todo parece indicar que nuestro paso por el sistema educativo no ha permitido inocularnos el virus de la lectura y de la cultura. De ahí, el liliputiense bagaje cultural y lingüístico de las jóvenes generaciones, universitarias o no. Y el desprecio hacia todo lo que huele a cultura y a buen saber-hacer lingüístico.
Ahora bien, si seguimos el programa y el camino propuesto por C. Vidal en el ensayo precitado, conseguiremos tener, como hubiera dicho Michel de Montaigne, no sólo ā€œune tĆŖte bien pleineā€ sino tambiĆ©n ā€œune tĆŖte bien faiteā€. Para ello, como reza un mensaje publicitario de Atresmedia, para vacunarnos contra los estragos de las pantallas, ā€œlevantemos la cabezaā€, que tenemos siempre ocupada por alguna de las numerosas y castrantes pantallas o ā€œcajas tontasā€. E inoculĆ©monos a nosotros mismos el virus de la lectura y del comercio lingüístico tradicional, ā€œen tĆŖte Ć  tĆŖteā€, como fuentes prioritarias de divertimento, de ocio, de socialización y de información-formación.
(*) CĆ©sar Vidal (2007), El Camino hacia la Cultura. Lo que hay que leer, ver y escuchar, Planeta, Barcelona. 
(**) Pedro Salinas (1983), ā€œDefensa, implĆ­cita, de los viejos analfabetosā€ (pp. 255-274), in El defensor, Alianza Editorial, Madrid. 

Manuel I. Cabezas GonzƔlez



Caso Pegasus: ā€œĀæY…? ĀæDónde estĆ” el problema?
En las Ćŗltimas semanas, se ha producido una nueva tormenta mediĆ”tica y polĆ­tica, provocada, una vez mĆ”s, por los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes, que no dan puntada sin hilo por la causa secesionista. Ɖstos han salido en tromba, como los de Fuenteovejuna, a partir del 18 de abril de 2022,  al conocerse, a travĆ©s de la revista The New Yorker, un informe del informĆ”tico independentista Elies Campo, personaje vinculado a ā€œTsunami DemocrĆ ticā€ y a los CDR, y  miembro de la plataforma canadiense Citizen Lab (Universidad de Toronto).  
SegĆŗn el precitado informe, a travĆ©s del CNI o de otros órganos gubernamentales (PolicĆ­a Nacional o Guardia Civil), el Gobierno de EspaƱa se habrĆ­a dedicado a espiar a unos 60 nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes por medio del software Pegasus. Este ā€œmalwareā€ se habrĆ­a infiltrado e instalado en los móviles de los susodichos con una simple llamada o un envĆ­o anónimo, sin que las vĆ­ctimas tuvieran que hacer ā€œclicā€ en ningĆŗn enlace y sin que se dieran cuenta de ello. Este programa malicioso, aunque no es el Ćŗnico en el mercado del espionaje (Sourghum, Hacking Team, Exodus, Sitel, etc. son algunos otros), habrĆ­a permitido un control total de los usuarios de los móviles infectados: sus ubicaciones, sus conversaciones, sus imĆ”genes, sus videos, sus correos, sus listas de contactos, sus fotos,…
El software Pegasus, ideado por la empresa israelĆ­ NSO Group, sólo puede ser adquirido, en principio, por los Gobiernos legĆ­timos, para sus servicios de seguridad. De ahĆ­ que las sospechas de los espiados se hayan dirigido hacia los ministerios de Interior y de Defensa. Ahora bien, la compaƱƭa israelĆ­ que lo comercializa, por un lado, debe elaborar previamente un expediente del comprador para detectar posibles usos indebidos; y, por el otro, a posteriori, debe vigilar el uso que se hace del mismo para que no se violen los derechos humanos. Con este instrumento informĆ”tico, en teorĆ­a, se pretende Ćŗnicamente ayudar a los Estados a combatir el crimen organizado y el terrorismo. Por eso, la mayorĆ­a de los paĆ­ses europeos se han dotado de Ć©l o de uno similar (cf. ā€œci-dessusā€). 
El descubrimiento de este presunto espionaje a los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes, que participaron activamente en el ā€œprocĆ©sā€ de independencia de CataluƱa y por lo que algunos fueron condenados, ha provocado una cascada de dimes y diretes, aparentemente a cara de perro, entre los supuestos espiados y el presunto espĆ­a, el Gobierno de EspaƱa. Los primeros se han rasgado las vestiduras ante el presunto espionaje, ilegal para ellos, que ha puesto en entredicho la democracia espaƱola; y han sacado a pasear nuevamente el victimismo habitual, para llevar el agua a su molino y asĆ­ rentabilizarlo. El Gobierno de EspaƱa, en un primer momento, se ha dedicado a escurrir el bulto y a marear la perdiz a la espera de que, con el paso del tiempo, los medios se centrasen en otras cuestiones.
Ahora bien, con el paso de los dĆ­as y tirando del hilo del presunto ovillo del espionaje, se ha descubierto que el espionaje no sólo ha existido realmente sino que, ademĆ”s,  se ha practicado contra todo quisqui: tanto contra los extraƱos (los nacionalistas-independentistas catalanes, i.e. los enemigos de EspaƱa, de la legalidad vigente, de los principios y valores democrĆ”ticos,…) como contra los propios (miembros del Gobierno: P. SĆ”nchez, M. Robles, F. Grande-Marlaska, etc.). Y el espionaje se ha hecho tanto desde aquĆ­ (EspaƱa) como desde el ā€œexteriorā€ (extranjero), FĆ©lix BolaƱos dixit.   
En este guirigay de reproches por parte de los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes, de la parte podemita del Gobierno y de los herederos de la banda terrorista ETA y ante la reacción ā€œmaricomplejinescaā€ de Pedro SĆ”nchez y de su Gobierno, han surgido dos Agustinas de Aragón, Margarita Robles y Macarena Olona. Ɖstas, en la sesión de control al Gobierno del miĆ©rcoles 27 de abril de 2022, verbalizaron —como el niƱo del cuento de H. Ch. Andersen ā€œEl  rey desnudoā€ā€” verdades como puƱos, lo que millones de espaƱoles piensan, las cuatro verdades del barquero, recogidas en los arts. 1 y 2 de la Ley 11/2002, de 6 de mayo, reguladora del Centro Nacional de Inteligencia 
Margarita Robles, le preguntó a la diputada de la CUP Mireia VehĆ­: ā€œĀæQuĆ© tiene que hacer un Estado, un Gobierno, cuando alguien vulnera la Constitución, cuando alguien declara la independencia, corta las vĆ­as pĆŗblicas, cuando realiza desórdenes pĆŗblicos, cuando alguien estĆ” teniendo relaciones con dirigentes polĆ­ticos de un paĆ­s que estĆ” invadiendo Ucrania?ā€. ĀæPonerles la alfombra roja? No. Ā”Hasta ahĆ­ podĆ­amos llegar! Pues eso, hay que controlarlos, atarlos cortos, siempre legalmente, y aplicarles sólo la ley, pero todo el peso de la ley.
Por su lado, Macarena Olona, en la misma sesión de control y dirigiĆ©ndose a los conmilitones de los nacionalistas-separatistas-golpistas catalanes, les leyó la cartilla asĆ­: Ā«LĆ­deres independentistas catalanes supuestamente espiados por los servicios de Inteligencia espaƱoles… ĀæY…? ĀæDónde estĆ” el problema? ĀæQue les han espiado? Poco, poco les han espiado porque en 2017 dieron un golpe de Estado y porque han prometido que volverĆ”n a hacerlo. Porque representan una amenaza para el Estado espaƱol y el Estado estĆ” obligado a defenderse de las amenazasĀ», se respondió ella misma, ante la mirada culpable, huidiza y avergonzada del ministro de la Presidencia, FĆ©lix BolaƱos.
La casta polĆ­tica, de alta cuna o de baja cama, es fiel a su catadura moral: sin principios ni valores, va a lo suyo, estĆ” ocupada y preocupada por poner a salvo su pesebre y su cubil, amorrada a las ubres del erario pĆŗblico.  Y si, alrededor de ellos, el mundo se derrumba y se instaura la ley de la selva, esto la deja indiferente. En efecto, unos, Pedro SĆ”nchez y sus muchachos, quieren permanecer, si es posible ā€œsine dieā€, en el Gobierno de EspaƱa; los otros, siempre con el raca-raca, dando pasos, despacio pero sin pausa, para llevar a cabo el programa independentista del cleptómano Jordi Pujol, que Ć©l mismo resumió, hace lustros y ā€œde verbo ad verbumā€, con estas cuatro palabras: ā€œhoy paciencia; maƱana, independenciaā€. Ante estas actitudes despreciables y censurables de la casta polĆ­tica —de aquĆ­, de allĆ­, de derechas, de izquierdas, de centro— vienen como anillo al dedo aquellas palabras de Martin Luther King, que rezan asĆ­: ā€œNo me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin Ć©tica. Lo que mĆ”s me preocupa es el estremecedor silencio de los buenosā€. Menos mal que dos Agustinas de Aragón, Margarita Robles y Macarena Olona, han roto el silencio para indicarnos que el rey va desnudo y el camino a seguir. 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Compromeses amb el bĆ squet, compromesos amb Ripollet
El CB Ripollet estĆ  a punt de tancar la temporada de la represa desprĆ©s de la pandĆØmia de la COVID19. Tots els equips de l’entitat han pogut jugar les seves respectives competicions, donant-ho tot allĆ  on ho han fet. Felicitats i moltes grĆ cies, jugadores i jugadors, equips tĆØcnics, familiars i afició per la vostra feina i dedicació!
La junta ha preparat una planificació de futur perquĆØ el club consolidi la seva estructura i al mateix temps, creixi de manera natural com qualsevol entitat similar del paĆ­s. 
Una de les actuacions previstes Ć©s ampliar i refermar la base formativa del club. L’Escoleta i l’Escola ja són una realitat que volem fer crĆ©ixer i que ha de proveir de jugadores i jugadors tots els graons base del CB Ripollet. Mixt, fins allĆ  on ho permetin les reglamentacions i en doble lĆ­nia femenina i masculina. Disposar d’una base ferma Ć©s la garantia de normalitat i continuĆÆtat del CB Ripollet. Ɖs la garantia que les nenes i els nens que ho vulguin, tinguin l’edat que tinguin, puguin jugar a bĆ squet als equips del club.
La previsió per la temporada vinent, la 2022 – 2023, comporta doblar els equips del CB Ripollet. Un salt quantitatiu, pel que fa al nombre de fitxes de jugadores i jugadors, i qualitatiu, perquĆØ el bĆ squet en sortirĆ  beneficiat, tant en la prĆ ctica de l’esport com en la transmissió de valors a les persones que vestiran la samarreta del club. Com hem fet fins ara i seguirem fent allĆ  on juguem. 
Aquest projecte per la temporada 2022 – 2023 necessita que el club augmenti les hores d’ocupació de les diverses instalĀ·lacions esportives de Ripollet per entrenaments i competicions. El CB Ripollet Ć©s conscient de quines són aquestes instalĀ·lacions i que no som l’única entitat esportiva del poble. TambĆ© sabem i celebrem la idea del govern municipal de construir un nou pavelló, una necessitat que s’hauria d’haver entomat fa molts anys i que sent optimistes, trigarem diverses temporades en veure’l operatiu.
El creixement de la nostra entitat necessita mĆ©s hores per entrenaments i per joc que ja ha solĀ·licitat a l’Ajuntament. Unes hores de qualitat, adaptades a cada esquadra, necessĆ ries per refermar i fer sòlida la proposta esportiva i social del CB Ripollet. Per això formulem pĆŗblicament una proposta perquĆØ l’Ajuntament de Ripollet habiliti els espais del poble necessaris que garanteixin les necessitats de la nostra entitat. Patis d’Escola o naus industrials, entre altres equipaments, poden ser habilitats i preparats perquĆØ aquests anys abans no arribi el nou pavelló, s’hi pugui practicar l’esport que ens agrada amb garanties. El CB Ripollet ja s’ha compromĆØs pĆŗblicament presentant el seu pla de consolidació i creixement i demana amb fermesa que l’Ajuntament de Ripollet tambĆ© ho faci. 
Necessitem saber ja quines solucions i amb quin calendari d’aplicació seguirĆ  l’Ajuntament per atendre les peticions del club. El bĆ squet, vosaltres i nosaltres, Ripollet, necessita que el projecte de creixement i consolidació del CB Ripollet no s’aturi. Les persones que formen l’entitat ho tenim molt clar i ens comprometem a fer-lo possible. Exigim, de manera constructiva, que l’Ajuntament de Ripollet ens faci costat. Que jugui al nostre equip.
Juntes, junts, som mĆ©s forts, som mĆ©s fortes. 
Club BĆ squet Ripollet


GrĆ cies, Ripollet!
Ser integrant del Club BĆ squet Ripollet Ć©s un actiu que totes les veĆÆnes i veĆÆns del poble que ho vulguin poden gaudir. TambĆ© altres persones d’arreu que combreguin amb els valors blaus. Un d’aquests pilars, la solidaritat, sempre ha estat present en el nostre ADN com a club.
Amb aquest escrit vull ressaltar la iniciativa d’una jugadora del sĆØnior femenĆ­, na Blanca Perdiguer. Ella Ć©s fisioterapeuta i actualment Ć©s a l’Equador com a membre d’un equip multidisciplinar que atĆ©n a la població del departament de Esmeraldas, un dels mĆ©s empobrits d’aquell paĆ­s centreamericĆ . 
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Amb molt poc temps na Blanca ens va explicar la seva anada a l’Equador, en una estada solidĆ ria d’un mes i mig organitzada per l’Associació Internacional de Sanitaris d'Espanya.  Podia endur-se dues maletes. Una amb l’equipatge personal i una altra amb medicaments i productes sanitaris, necessaris per atendre a les persones equatorianes. Calia omplir la maleta de tot el necessari i na Blanca va demanar al Club BĆ squet Ripollet ajuda per fer-ho. Dit i fet. En pocs dies treballĆ rem de valent, enrolant als mitjans de comunicació del municipi, farmĆ cies i ciutadania, aconseguint que el poble de Ripollet i arreu, tocat per la crida blava,  omplĆ­ssim la maleta de medicaments i material sanitari.
En nom de na Blanca i del Club BĆ squet Ripollet, grĆ cies. Moltes grĆ cies a tothom. Ripollet Ć©s un poble solidari. El treball i l’esforƧ conjunt ens ha permĆØs, a totes i a tots, assolir l’objectiu establert.
NĆŗria Gorina i Gorgori
Presidenta del Club BĆ squet Ripollet



Resultados deficientes, en la enseñanza-aprendizaje del castellano en Cataluña, con la inmersión
Por imperativo del artĆ­culo 3.1. de la Constitución, todos los espaƱoles (y los catalanes, vascos, valencianos,… lo son) tenemos el deber de conocer y el derecho a usar, en todo tiempo y lugar, la lengua oficial del Estado, el castellano. Ahora bien, para poder conocerlo y poder usarlo, es absolutamente necesario que sea estudiado y adquirido por todos los niƱos, adolescentes y jóvenes durante la edad escolar o formativa. Y, por su lado —es otra deducción lógica— las autoridades educativas, tanto estatales como autonómicas, deben prever y proveer todos los medios humanos, materiales y temporales para poder conseguirlo. AsĆ­ de claras quedan las cosas, explĆ­cita o implĆ­citamente,  en la Carta Magna. 
Para los partidarios y los defensores de la inmersión lingüística en catalĆ”n (el catalĆ”n es la Ćŗnica lengua vehicular de la enseƱanza, mientras que el castellano es privado de esta función y sólo es enseƱado como asignatura, como si se tratara de un lengua extranjera), este modelo materializa las previsiones constitucionales. AdemĆ”s, lo tildan de un ā€œmodelo de Ć©xitoā€, que garantiza la ā€œcohesión socialā€, la ā€œigualdad de oportunidadesā€ y el ā€œdominio adecuado de las dos lenguasā€ (catalĆ”n y castellano). Ɖste es el mantra que repiten, como papagayos, cada vez que dicho modelo es puesto en tela de juicio. Ahora bien, las evidencias cientĆ­ficas, factuales y empĆ­ricas ponen de manifiesto que, con el modelo de inmersión, es imposible dar cumplimiento al mandato constitucional y, ademĆ”s, ponen en evidencia la sinrazón de sus defensores y patrocinadores. Vayamos por partes y desfagamos el entuerto. 
Para empezar, hay que decir alto y claro que la inmersión lingüística en catalĆ”n es un despropósito psico-pedagógico, que no conduce al dominio de la lengua de Cervantes ni al desarrollo cognitivo de los alumnos ni al Ć©xito escolar. Basta con tener en cuenta las aportaciones al respecto de Rosa Sensat y Miquel SiguĆ”n, que no son sospechosos de ser anticatalanistas. 
Estos dos psicopedagogos catalanes, preocupados y ocupados tanto por propiciar una renovación pedagógica en el sistema educativo de CataluƱa como por ā€œcatalanizar la escuelaā€,  coinciden en dos cuestiones: hay que impartir una enseƱanza de y en las dos lenguas (catalĆ”n y castellano); ahora bien, las primeras enseƱanzas-aprendizajes (hasta los 14 aƱos) se deben hacer en la lengua materna o propia del alumno (o catalĆ”n o castellano), para introducirlo progresivamente en la otra lengua. Ɖsta fue la argumentación, pedagógicamente correcta y que coincide tambiĆ©n con el criterio de la UNESCO, para justificar y apoyar la enseƱanza del y en catalĆ”n durante la Transición. Ahora bien, lo que era vĆ”lido entonces no lo es hoy dĆ­a. Y se ha vuelto a la polĆ­tica lingüística discriminatoria de la Ć©poca franquista pero, esta vez, contra el castellano.
Por otro lado, para explicar el grado de competencia alcanzado en una lengua, segĆŗn el sociolingüista Basil Berstein y la experiencia docente propia o ajena, hay una relación muy estrecha entre la competencia lingüística en la lengua vehicular de la enseƱanza (ā€œcódigo elaboradoā€ vs. ā€œcódigo restringidoā€), la clase social y los resultados escolares. El código elaborado, propio de las clases sociales favorecidas y tambiĆ©n de la escuela, conduce mĆ”s frecuentemente hacia el Ć©xito escolar. Sin embrago, el código restringido, lengua de las clases desfavorecidas pero no de la escuela, lleva mĆ”s frecuentemente al fracaso escolar. Si esto sucede cuando la lengua vehicular de la enseƱanza coincide con la lengua materna de los alumnos, ĀæquĆ© sucede cuando la lengua vehicular de la escuela (el catalĆ”n) es una lengua distinta de la materna (el castellano), como es el caso de la mayorĆ­a de los alumnos catalanes? Lo lógico serĆ” que el fracaso escolar sea mĆ”s frecuente entre los alumnos cuya lengua materna es el castellano, al que se le ha privado del estatus de lengua vehicular (cf. diagrama ā€œci-dessusā€).  
Por su lado, los psicolingüistas, para tratar de desentraƱar cómo se favorece el desarrollo de la facultad del lenguaje y la adquisición-aprendizaje de las lenguas (catalĆ”n, castellano, etc.), han ideado una serie de modelos explicativos. SegĆŗn el ā€œmodelo cognitivistaā€, el nivel de competencia (código restringido o código elaborado), alcanzado en una lengua determinada, depende de la cantidad, de la variedad, de la intensidad y de la calidad de los ā€œinputsā€ lingüísticos, que recibe el alumno en los contextos familiar, escolar y social. Ahora bien, es la escuela la que permite el dominio del ā€œcódigo elaboradoā€ (competencia superior y funcional para actuar de manera eficaz en cualquier situación de comunicación) y la que propicia que los alumnos transiten del estatus de ā€œanalfabetoā€ al de ā€œalfabetoā€ (i.e. del no saber leer ni escribir al saber leer y escribir). AsĆ­, si el castellano no es tambiĆ©n lengua vehicular de la enseƱanza, la cantidad de los ā€œinputsā€ recibidos por los alumnos castellanohablantes no tendrĆ”n  la variedad, la intensidad y, sobre todo, la calidad necesarias para asegurar un buen aprendizaje del castellano y alcanzar un ā€œbilingüismo equilibradoā€, base y fundamento del Ć©xito escolar, social y profesional. 
Finalmente, en educación comparada, si observemos lo que se hace en los paĆ­ses de nuestro entorno (Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, …), podemos constatar que, en todos estos paĆ­ses, se imparte una enseƱanza diaria de la lengua oficial para modelar las 4 competencias fundamentales (comprender, hablar, leer y escribir); y tambiĆ©n una enseƱanza en esas lenguas, como lenguas vehiculares. Ɖstas son las condiciones que permiten adquirir una lengua como instrumento eficaz de comunicación, en todo tiempo y lugar. No ver esto, por parte de los responsables polĆ­ticos y de los profesionales de la enseƱanza, es estar ciego o, aĆŗn peor y mĆ”s grave, no querer ver ni saber. Y este es el caso de todos aquellos que o no aceptan el estatus de lengua vehicular para el castellano o de aquellos que aceptan ciegamente sólo el 25%. ĀæY por quĆ© no el 50% u otro porcentaje mayor? 
Ahora bien, lo grave de la inmersión lingüística es que, desde hace décadas, en Cataluña, se viola impunemente el precepto constitucional del art. 3.1. y se estÔ cometiendo un auténtico latrocinio lingüístico, en aras de los objetivos políticos independentistas. Y nadie (ni padres, ni alumnos, ni el Gobierno Central, ni la justicia, ni las numerosas asociaciones y plataformas, ni ciertos partidos políticos), hasta el momento, ha sido capaz de poner fin a este desaguisado, que se ha llevado a cabo con la colaboración necesaria, cómplice, sumisa e irreflexiva del profesorado, que parece que no sabe o que realmente no sabe ni cómo se aprende una lengua, ni en qué consiste leer ni qué es eso de escribir o redactar, ni ha reflexionado sobre las causas del fracaso y del abandono escolares en Cataluña.
Ante este estado de cosas, me han venido a la mente dos citas de Manuel AzaƱa, que vienen como anillo al dedo y que se pueden aplicar a todos aquellos que se han permitido pontificar (en favor o en contra) sobre la inmersión en catalĆ”n sin tener nada que decir, ni criterio ni competencia para hacerlo. Una reza asĆ­: ā€œSi los espaƱoles hablĆ”semos sólo de lo que sabemos, se generarĆ­a un inmenso silencioā€. Y la otra, aplicable no sólo a la casta polĆ­tica, dice: ā€œNo me importa que un polĆ­tico no sepa hablar, lo que me preocupa es que no sepa de lo que hablaā€. ĀæPor quĆ© no se callan de una vez? Si lo hicieran y escucharan a los que saben, otro gallo nos cantarĆ­a.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


JosƩ Luis Prada, ejemplo y modelo del buen hacer
En el Bierzo —comarca sita al noroeste de la provincia de León— hay un personaje singular (i.e. Ćŗnico, extraordinario), JosĆ© Luis Prada, creador de la marca del buen hacer, ā€œPrada a Topeā€. Esta marca se ha materializado tanto en dos restauraciones-resurrecciones inmobiliarias (La Moncloa de Cacabelos; y el Palacio de Canedo), como en la elaboración de productos (vinos, licores, conservas, etc.) y en la comercialización de los mismos en sus esmeradas tiendas y restaurantes o, como le gusta decir a Ć©l, casas de comidas. Todo ejecutado segĆŗn los cĆ”nones de la ā€œcalidad totalā€. Lo dicho, Prada ha predicado con el ejemplo y es modelo, donde los haya, del buen hacer.
Ahora bien, a Prada le quedaron pequeƱos La Moncloa y el Palacio de Canedo. Por eso, ha pretendido y pretende difundir su buen hacer a lo largo y ancho del Bierzo, para preservar la identidad berciana (costumbres y cultura), para promover el crecimiento de los pueblos, para respaldar la conservación y la restauración de su medio natural y de su patrimonio arquitectónico, y asĆ­ crear un ā€œlocus amoenusā€: un ecosistema que permita una vida mejor, mĆ”s confortable y mĆ”s placentera a los habitantes del mundo rural berciano. 
Para ello, Prada concibió y creó, hace casi dos dĆ©cadas,  la ā€œFundación Prada a Topeā€. Y desde Ć©sta y con Ć©sta, ha llevado a cabo una serie de actuaciones concretas. Por un lado, ha hecho surgir de la nada un ā€œBosque DidĆ”cticoā€, que ocupa ya 8 hectĆ”reas y donde se han plantado miles de ejemplares de 80 especies arbóreas distintas, principalmente del Bierzo, convirtiendo el lugar en un genuino y educativo jardĆ­n botĆ”nico. Por otro lado, tambiĆ©n concede el ā€œPremio CastaƱa de Oroā€, con el que se reconoce la labor de bercianos y leoneses, de distintos Ć”mbitos (deporte, periodismo, cultura, enologĆ­a, gastronomĆ­a, etc.), que recorren el mundo y que no se olvidan de dar a conocer las esencias del Bierzo. Y, finalmente, convoca y organiza, desde hace 13 aƱos, los ā€œPremios Palacio de Canedoā€, que pretenden contribuir a promover el crecimiento de los pueblos del Bierzo, restaurando, respetando y conservando su patrimonio arquitectónico tradicional.
En un principio, con los ā€œPremios Palacio de Canedoā€, se pretendió incentivar la restauración-rehabilitación de casas particulares por sus propietarios (Modalidad A). Ahora bien, ante la desidia de las administraciones pĆŗblicas, que dejaban degradarse el patrimonio arquitectónico pĆŗblico y la imagen de los pueblos o que cometĆ­an crĆ­menes de lesa arquitectura, la Fundación Prada a Tope extendió los premios a la restauración-rehabilitación de edificios  y espacios pĆŗblicos (Modalidad B). Y, para la convocatoria de este aƱo, se han ampliado estos premios con uno nuevo, ā€œPor tu puebloā€ (Modalidad C). Con Ć©ste se quiere reconocer e incentivar las iniciativas y acciones de vecinos individuales o de colectivos que, sin esperar subvenciones ni reconocimientos oficiales, pretenden mejorar el ecosistema y la vida en las zonas rurales: adecentamiento, apertura o reapertura de sendas, caminos, nuevas rutas, etc.; limpieza y ornato de los pueblos; mantenimiento y limpieza de cunetas, regueros, regueras, rĆ­os, etc.
Para los ā€œpremios Palacio de Canedoā€ de este aƱo, el que suscribe presentó la casa de sus padres, que fue finalista, sita en Almagarinos y restaurada por JosĆ© Marcos GarcĆ­a. Por eso, fue invitado por la Fundación Prada a Tope a la entrega de los precitados premios, que tuvo lugar el 14 de octubre de 2021, en el ā€œsancta santorumā€ del Palacio de Canedo: la bodega donde se crĆ­an y se miman los caldos de uvas Godello y MencĆ­a.
 El acto de la entrega de los premios y la posterior celebración gastronómica, aderezada con buenos caldos y mejores ā€œboccati di cardinaleā€, fueron un nuevo ejemplo del buen hacer de Prada.  Entre los parlamentos que acompaƱaron a cada premio —ademĆ”s de los consabidos ā€œspeechesā€, en ā€œlangue de boisā€ de la casta polĆ­tica de alta cuna o de baja cama— quiero destacar el de Javier PĆ©rez AndrĆ©s (periodista en medios de Castilla y León). 
DirigiĆ©ndose, primero, a J. L. Prada, le confesó: ā€œAlgo hemos hecho mal, Prada, porque, si despuĆ©s de los 30 aƱos que te conozco, si despuĆ©s de los 12 aƱos de premios —que pretendĆ­an sensibilizar a la población rural para con sus casas y sus cosas— sigues estando solo, algo estamos haciendo mal. [En efecto], Āæcómo se explica que un formato, un modelo tan perfecto siga estando sólo en las manos de la Fundación Prada?ā€
Y, luego, mirando fĆ­jamente al presidente del Consejo Comarcal del Bierzo y a los alcaldes de Ponferrada, Bembibre, Carracedelo, Arganza, Torre del Bierzo e IgüeƱa, patrocinadores de los premios, les preguntó si no se les caĆ­a la cara de vergüenza al dedicar, entre todos ellos, sólo 14.000€, para alcanzar los objetivos y fines de la Fundación Prada a Tope. En efecto, con millones de euros de presupuestos municipales, es vergonzoso que los ayuntamientos precitados inviertan tan Ć­nfima cantidad crematĆ­stica para incentivar la restauración y la conservación del ecosistema berciano, deteriorado tanto por el paso del tiempo como por la desidia y abandono de particulares y de poderes pĆŗblicos, y asĆ­ convertirlo en el ā€œlocus amoenusā€, tanto social como económico, ecológico, cultural, etc. Ante estas verdades del barquero, el alcalde de IgüeƱa, Alider Presa, pidió ā€œun poco de tiempoā€. ĀæPara quĆ© este tiempo muerto? ĀæPara seguir haciendo dejación de sus funciones y despilfarrando el dinero pĆŗblico?, podemos y debemos preguntarnos.
Restaurar viviendas particulares y edificios pĆŗblicos, y cuidar de los pueblos estĆ” muy bien. Y es digno de elogio tanto para los particulares y las instituciones que lo hacen como para La Fundación Prada a Tope, que convoca anualmente los ā€œPremios Palacio de Canedoā€ para reconocerlo, premiarlo y potenciarlo.
Ahora bien, casas y edificios pĆŗblicos restaurados y pueblos cuidados sirven de poco para recuperar el Bierzo, si no se instaura una polĆ­tica activa para revitalizarlo demogrĆ”ficamente y acabar con el Bierzo cada vez mĆ”s vaciado y vacĆ­o. Por un lado,  parando la sangrĆ­a de la emigración e instaurando una polĆ­tica activa de retorno de aquellos bercianos, que estĆ”n dando lo mejor de ellos en otras CC.AA. o en el extranjero. Por eso, tambiĆ©n hay que ā€œreparar y restaurarā€ la población. Y, por el otro, impulsando planes de actividad económica. ĀæDónde estĆ”n los frutos de la riada de millones del Plan Miner cuyo objetivo era precisamente dotar al Bierzo de una alternativa al cierre de las minas de carbón? ĀæDónde ha ido a parar el manĆ” europeo que llegó al Bierzo  y que se malgastó? 
Nadie es mĆ”s que nadie y todos somos necesarios, con nuestras capacidades personales y competencias profesionales, para hacer que el Bierzo conserve y/o recupere su idiosincrasia, su ecosistema privilegiado, su cultura, su folclore, la vida económica, perdida con el cierre definitivo de las minas de carbón, y para que el Bierzo renazca, cual ave FĆ©nix, de las cenizas del carbón. El ejemplo y el modelo del buen hacer ya lo tenemos: la marca ā€œPrada a Topeā€. Sólo falta que todos seamos humildes, honestos, hacendosos y ā€œcavadorinesā€, como decĆ­a mi madre berciana.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Camposanto encementado
Con lo que se denominó ā€œel milagro económico espaƱolā€ (1959-1974), los espaƱoles empezamos a entrar en la sociedad de consumo y tuvimos acceso a productos nuevos y desconocidos para nosotros. Entre Ć©stos, la formica, sĆ­mbolo y manifestación de una economĆ­a domĆ©stica saneada y moderna. Por eso, mucha gente de los pueblos reemplazó las robustas mesas de roble o de castaƱo por las enclenques de formica con patas metĆ”licas o las recubrieron de este nuevo material. Lo mismo sucedió, por citar otro ejemplo, con las fachadas de piedra de las casas, que fueron revocadas y pintadas para esconder la humilde y austera piedra, sĆ­mbolo de rusticidad y de pobreza. Todo para dar una imagen de modernidad y de holgura económica. Hoy pasa lo contrario: se han recuperado los muebles de madera y se estĆ”n desvistiendo las fachadas para poner en valor tanto la madera como la piedra. Estos cambios demuestran, como dijo el diseƱador de interiores, el belga Axel Vervoordt, que ā€œnada pasa de moda tan rĆ”pido como la modaā€. 
He traĆ­do a colación estos comportamientos provocados por el ā€œmilagro económico espaƱolā€ para referirme a algo muy similar, que ha acaecido, este verano, en el camposanto o cementerio de Almagarinos (pedanĆ­a del ayuntamiento de IgüeƱa, Bierzo Alto), sito en el teso el Argatón.
A primeros de agosto de este 2021, una compaƱƭa elĆ©ctrica hizo obras en Almagarinos. Y como le sobró hormigón, la autoridad municipal competente tuvo la nefasta idea de echar o, mĆ”s bien, tirar el mortero sobrante en el camposanto o cementerio, convirtiendo una parte del mismo en un ā€œcamposanto encementadoā€ (cf. mensaje icónico ā€œci-dessusā€). Ahora bien, este hecho merece ser glosado, aunque sólo sea someramente.
Por un lado, el resultado del precitado encementado es muy peligroso, por su rugosidad, para las personas mayores: como suelen arrastrar los pies al deambular, las caĆ­das estarĆ”n aseguradas cuando vayan a visitar los nichos de sus fenecidos seres queridos. Y, aviso para navegantes, la festividad de Todos los Santos y la visita obligada y consuetudinaria a nuestros seres queridos, que pasaron a mejor vida (?), estĆ”n a la vuelta de la esquina. 
Por otro lado, estĆ©tica y ecológicamente, el encementado es un autĆ©ntico despropósito y un crimen de lesa estĆ©tica y naturaleza. Es como la formica o el revocado de las paredes, que esconden lo que es natural: la madera y la piedra. Y, en el caso que nos ocupa, el encementado oculta nuestra madre tierra que, mĆ”s tarde o mĆ”s temprano, nos recibirĆ” inexorablemente a todos en su seno, cerrando asĆ­ el ciclo del que se habla en el GĆ©nesis (3,19): ā€œquia pulvis es et in pulverem reverterisā€ (ā€œPues polvo eres y al polvo volverĆ”s"). 
Lo sucedido en el camposanto de Almagarinos denota que el promotor y responsable municipal de tan descabellada idea y de tan desaguisada acción ha creĆ­do y cree que el tĆ©rmino ā€œcementerioā€ estĆ” relacionado con ā€œcementoā€ y que un buen cementerio es un cementerio encementado. Y no es asĆ­. Etimológicamente, ā€œcementerioā€ procede del latĆ­n ā€œcoemeterÄ­umā€ y Ć©ste, a su vez, del griego ā€œĪŗĪæĪ¹Ī¼Ī·Ļ„į½µĻĪ¹ĪæĪ½ā€ (ā€œkoimētįø—rionā€), que significa ā€œdormitorioā€. De ahĆ­ que el tĆ©rmino ā€œcementerioā€ sea definido por la RAE como el ā€œterreno, generalmente cercado, destinado a enterrar cadĆ”veresā€ para que encuentren el descanso y el sueƱo eternos. 
Este ā€œencementamientoā€ de parte del camposanto no es algo nuevo en Almagarinos. Llueve sobre mojado. Da la impresión de que los gestores municipales piensan y creen que la modernización del pueblo estĆ” en consonancia con la siembra de hormigón, la ausencia de una polĆ­tica de plantación de Ć”rboles nuevos y el talado de Ć”rboles en el casco urbano (varios nogales centenarios han sido cercenados en los Ćŗltimos 40 aƱos; entre ellos el que cobijaba, bajo su amplio ramaje, la celebración de los tradicionales concejos abiertos), para alejarlo de lo rĆŗstico y acercarlo a lo urbanita. Ā”Craso error! 
Ā”CuidadĆ­n! No se trata de no urbanizar Almagarinos (y podrĆ­amos decir lo mismo de muchos otros pueblos de la ā€œEspaƱa vaciada y vacĆ­aā€) sino de hacerlo, con cabeza y en su justa medida, sin destruir o degradar el ā€œlocus amoenusā€: el ecosistema rural, natural y alejado, como hubiera dicho Fray Luis de León, del mundanal ruido; ā€œlocus amoenusā€ tan deseado y buscado, cada vez mĆ”s, por los urbanitas. En efecto, el ā€œlocus amoenusā€, junto al ā€œbeatus illeā€, el ā€œcarpe diemā€ y el ā€œtempus fugitā€ denotan algunas de las aspiraciones y valores de la Roma clĆ”sica y, en general, del ser humano a lo largo de la historia; y, cómo no, tambiĆ©n del hombre de principios del siglo XXI. Todos estos tópicos literarios, como escribĆ­ en otro lugar, van en la misma dirección y nos invitan a no dejar para maƱana lo que podamos gozar hoy (ā€œcarpe diemā€), en un contexto agradable e idĆ­lico (ā€œlocus amoenusā€), alejado del mundanal ruido (ā€œbeatus illeā€), ya que el paso del tiempo (ā€œtempus fugitā€) nos conduce rĆ”pido e inevitablemente al dormitorio (i.e. ā€œcementerio), donde encontraremos el reposo y el sueƱo eterno.
Con el ā€œencementamientoā€ de una parte del camposanto de Almagarinos, los responsables municipales han hecho un pan con unas tortas. Han intentado poner puertas al campo, que es una aberración ecológica, estĆ©tica y funcional, que repugna al sentido comĆŗn. En vez del hormigonado, se podrĆ­a haber respetado el cĆ©sped natural y autóctono, que crecĆ­a ante los nichos, o se podrĆ­a haber echado una simple capa de grava o gravilla o arena; ademĆ”s, se podrĆ­a haber plantado un arriate de flores y unos Ć”rboles que dieran sombra; y se podrĆ­an haber instalado unos bancos, como vi, hace aƱos, en el cementerio de Cluj-Napoca (RumanĆ­a). Todo esto (y no el ā€œencementamientoā€ del camposanto) harĆ­a mĆ”s segura, confortable, reposada, agradable y placentera la visita a nuestros queridos antepasados del teso el Argatón que, como dijo alguien, estĆ”n muy vivos ya que la muerte sólo llega con el olvido.
Ante los hechos narrados, los de la casta polĆ­tica de alta cuna o de baja cama deberĆ­an ver, oĆ­r y reflexionar dos veces no sólo antes de hacer propuestas y de tomar decisiones sino, tambiĆ©n y sobre todo, antes de ejecutarlas. Tomar decisiones y llevarlas a cabo, ā€œporque yo lo valgoā€, como reza el eslogan publicitario de L’OrĆ©al, no es de recibo cuando existe la institución del concejo abierto, que propicia y permite el ejercicio de la democracia directa. AsĆ­, no se dejarĆ­a para maƱana lo que se debe hacer bien hoy  y los responsables municipales no quedarĆ­an colgados de la brocha de sus flagrantes poli-incompetencias.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


No hagas hoy lo que puedes hacer maƱana
Como cada aƱo, he vuelto a Almagarinos, pedanƭa del Bierzo Alto, para pasar una parte de las vacaciones estivales. Y me he encontrado una realidad petrificada, sin que el paso del tiempo ni el poder municipal hayan hecho mella en ella. En efecto, como hubiera dicho Sabino FernƔndez Campos, el poder municipal ni ha estado ni se le esperaba, ha estado ausente. Me explico.
Cuando algo no funciona o se ha deteriorado en el Ômbito privado (por ejemplo, en nuestra casa se ha roto una persiana o hay una fuga de agua o se ha estropeado un electrodoméstico, etc.), tomamos personal e individualmente medidas para subsanarlo y volver a la normalidad. Ahora bien, cuando algo no funciona o se ha degradado en el Ômbito social (vandalismo en el mobiliario público, suciedad e incivismo en las vías públicas, catÔstrofe meteorológica, etc.), son los poderes públicos los encargados de darles una solución. Para esto les hemos elegido, para esto estÔn y para esto les pagamos, poco o mucho o demasiado.
Traigo a colación esta perogrullada para referirme a algunos hechos acaecidos y comunicados, en tiempo y forma, al Ayuntamiento de IgüeƱa. Pero, Ā”quĆ© si quieres arroz, Catalina! Los poderes pĆŗblicos municipales han ido dejando para maƱana lo que debĆ­an de haber hecho hoy o ayer o el aƱo pasado. Y, como reza un aforismo popular, ya se sabe que ā€œPor la calle de 'MaƱana' se llega a la plaza de 'Nunca'ā€.
Hechos
Hace ahora dos aƱos justos, presentĆ© un escrito (nĀŗ de registro 2019-E-RC-683) en el Ayuntamiento de IgüeƱa. En Ć©l, informaba de que un amasijo de cables pendĆ­a y pende de un hilo, que caĆ­a y cae sobre la vĆ­a pĆŗblica y cuya rotura, en cualquier momento, podĆ­a y puede dejar sin suministros a una parte de los vecinos de Almagarinos. Este hecho entraba y entra en contradicción con el bando de la alcaldĆ­a (5 de julio de 2019), en el que se conminaba a los vecinos del Ayuntamiento a proceder a ā€œla limpieza de fachadas en mal estado para mantenerlas en las debidas condiciones de ornato pĆŗblicoā€ (subrayo intencionadamente la referencia a la estĆ©tica, ya que los precitados cables tambiĆ©n desdoran y degradan la imagen y el ornato de Almagarinos).
Por otro lado, desde hace tambiĆ©n mĆ”s de dos aƱos, a la altura del paraje denominado Grillones,  en el camino no asfaltado que conduce de Almagarinos a Rodrigatos de las Regueras (otra de las pedanĆ­as del Ayuntamiento de IgüeƱa), unas enormes piedras (ā€œmorrillosā€) impiden el paso a cualquier vehĆ­culo, si hay que hacer frente a un imprevisto (por ejemplo, incendio, urgencia sanitaria). AdemĆ”s, representan una espada de Damocles para los vehĆ­culos que transitan por la carretera LE-460, que discurre en paralelo y en un nivel inferior. 
Según me han informado las gentes del lugar, la Administración Local y la Diputación de León se pasan la pelota de la responsabilidad y, como es lógico, la casa sin barrer. Creo que no debe ser tan difícil, a no ser por desidia, determinar quién es el responsable de tener expedita la precitada vía de comunicación. Si un día hay un incendio y no pueden llegar los bomberos, si un día se produce un derrumbe sobre la transitada LE-460, provocando efetos letales sobre las personas, habrÔ que pedir responsabilidades a los políticos o a los funcionarios públicos que, durante muchos años, han estado mano sobre mano. Algo parecido ha sucedido y estÔ sucediendo en la subida al pueblo de Almagarinos por el camino de las Peñas de Aceite, donde se ha producido el derrumbe parcial de una escollera.
Para completar este ā€œcahier de dolĆ©ancesā€, que denotan desinterĆ©s y dejadez por parte de las autoridades municipales, quiero referirme tambiĆ©n a otros hechos. Por un lado, a la basura, acumulada en los mĆ”rgenes de la LE-460 (botes y botellas de todo tipo de refrescos, paquetes de tabaco, bolsas de chucherĆ­as y de comida basura, colillas, etc.). Durante aƱos, un amigo bilbaĆ­no, Luis Mari —hoy, como hubiera dicho el rey emĆ©rito, en el taller para que le hagan una reparación— la ha recogido, cada verano, de forma selectiva y minuciosa, a lo largo de la carretera del valle del rĆ­o Tremor. 
AdemÔs, debo referirme a ciertas inversiones despilfarradoras, no funcionales y que no tienen ninguna utilidad pública, pero que seguramente si habrÔn tenido algún beneficio individual y privado. Entre ellas y sin Ônimo de ser exhaustivo, hay que citar los puntos limpios y las depuradoras de todos los municipios del Ayuntamiento de Igüeña, que estÔn inutilizados y que la vegetación ya ha engullido (las depuradoras) o engullirÔ (puntos limpios). Sucede lo mismo con las instalaciones deportivas de todos los pueblos del Ayuntamiento, ejecutadas cuando eran ya pueblos vaciados y vacíos de niños, adolescentes y jóvenes. Mención aparte merecen la empresa municipal de apicultura y la compra-donación-restauración de cosas, tirando con pólvora del rey, para ofrecer, se dice, trabajo y vivienda, en Almagarinos, a parejas jóvenes con hijos. Por el momento, demos un voto de confianza y esperemos para ver la viabilidad de estas dos iniciativas.
Finalmente, no puedo dejar de citar el Bando del Presiente de la Junta Vecinal (agosto 2021) y no de la Junta Vecinal, como aparecía en el mismo, (uno de sus miembros montó en cólera y el pedÔneo tuvo que morder el polvo y retirarlo). Este bando da la medida no sólo de la deficiente competencia lingüística, cultural e intelectual sino de la falta de convicciones democrÔticas del anónimo redactor. Con guías así, no se puede ir seguro a ninguna parte ni muy lejos. O, como reza el dicho popular, con amigos así, la pedanía de Almagarinos no necesita tener enemigos.
Moraleja
Los hechos narrados son sĆ­ntomas del habitual ā€œvuelva Ud. maƱanaā€ y del mal ā€œhacerā€ de la administración municipal de IgüeƱa y de otras administraciones, que conjugan muy bien el verbo ā€œprocrastinarā€, dejando para maƱana lo que puede y debe hacer hoy. Y esta dejadez municipal tiene repercusiones negativas tanto en la imagen del patrimonio natural y urbanĆ­stico de los pueblos del Ayuntamiento de IgüeƱa como en la vida cotidiana de sus habitantes. Todo, incluso los detalles, cuenta para velar tanto por la imagen y el potencial cultural, turĆ­stico, ecológico y económico del valle del rĆ­o Tremor, o de la EspaƱa vaciada y vacĆ­a, como por el bienestar de los vecinos. 
Ante este estado de cosas, invito a las autoridades municipales del Ayuntamiento de IgüeƱa y, en general, a los servidores pĆŗblicos de todas las administraciones a que rumien, sin muchas ilusiones de que lo hagan, esta pertinente y juiciosa reflexión del Dalai Lama: ā€œSólo existen dos dĆ­as en el aƱo en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro, maƱana. Por lo tanto, hoy es el dĆ­a para amar, crecer, hacer y principalmente vivirā€.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Fortalezas y debilidades de los mayores
SegĆŗn la AEAFA (Asociación EspaƱola de Abogados de Familia), una de las consecuencias de la pandemia de la Covid-19 ha sido tambiĆ©n el incremento de las consultas de los mayores tanto para hacer testamento y mejorar la herencia a aquellos hijos que se han desvivido por ellos, como para desheredar a otros. Ɖsta estĆ” siendo la respuesta de muchos padres mayores, abandonados por sus hijos o que, por ingratitud y maltrato psicológico, no han recibido las atenciones debidas. Este comportamiento de los mayores lo resume Marcelo CornellĆ”, Presidente de ACUMAFU (Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada), con estas palabras: ā€œSi no te cuidan, que no heredenā€. Y, como dice el Papa Francisco, el abandono de los mayores, tambiĆ©n por parte de sus retoƱos, es una lamentable y censurable manifestación de la ā€œcultura del descarteā€, al ser considerados material de desecho.
Es evidente y una perogrullada afirmar que todo ser humano, en las Ćŗltimas dĆ©cadas de la vida, sufre un proceso gradual, natural e inevitable de declive, que se traduce en cambios fĆ­sicos (prevalencia de ciertos achaques y enfermedades), fisiológicos (deterioro de los sentidos), psicológicos (deterioro cognitivo), sociales (bajos niveles de confraternización y socialización) y tambiĆ©n económicos (pensiones insuficientes). Y, a pesar de la escabechina de la pandemia de la Covid-19, el nĆŗmero de los mayores serĆ” cada vez mayor. En el 2020, lo eran mĆ”s de 8 millones de espaƱoles (20% de la población). Y, en el 2050, segĆŗn proyecciones del INE, se llegarĆ” al 30%.  
Estos cambios, debidos al paso del tiempo y a la edad, son sƭntomas evidentes de las debilidades de los mayores. Ahora bien y a pesar de esto, los mayores conservan unos poderes, que deberƭan utilizar, cada vez mƔs, para preservar su dignidad y bienestar, ya que el que no llora no mama.
Ɖstos son sus poderes
Los mayores son el grupo etario mĆ”s numeroso y mĆ”s decisivo electoralmente. Ellos tienen la sartĆ©n por el mango. Por eso, no deben perder de vista que los de la casta polĆ­tica deben contar con ellos para ser elegidos. Y, por lo tanto, como con los nacionalistas-independentistas de todo cuƱo, estos yonquis del poder siempre estarĆ”n dispuestos o a engaƱarlos, prometiĆ©ndoles el sol y la luna, o a concederles todo lo que les pidan, para poder llegar al poder y satisfacer sus apetitos desenfrenados y patológicos de poder. 
Por otro lado, a lo largo de su vida, los mayores de hoy han sido, en general, hormigas hacendosas y no cigarras jaraneras. Por eso, cuando ha llegado el otoño de sus vidas, no suelen tener deudas y sí un cierto patrimonio (vivienda propia, ciertos ahorros y una pensión). AdemÔs, con la posibilidad de utilizar, entre otras, la fórmula de la hipoteca inversa, su situación económica es o podría ser envidiable, autónoma e independiente de la de sus retoños. Como hubiera dicho el Cardenal Cisneros, aquéllos y éstos son sus poderes.
Y Ʃstas, sus debilidades
Ahora bien, estas cartas hay que jugarlas y saber hacerlo para hacer frente a las debilidades. En demasiadas ocasiones, los mayores renuncian a jugarlas o las juegan mal. Algunas debilidades son congĆ©nitas e inevitables. Es el caso de los achaques de salud y el deterioro de los sentidos. Ahora bien, otras debilidades, los mayores las han ido creando y alimentando a lo largo de sus vidas. Por eso, ellos son, en buena parte, responsables de lo que les pasa y de las dificultades y problemas (soledad, aislamiento, descapitalización, falta de lazos afectivos, …) que tienen en la Ćŗltima etapa de sus vidas.
A lo largo de toda su vida, los mayores han puesto, en general, todos los huevos en el nido de la familia, olvidĆ”ndose de cultivar la amistad y de incrementar y diversificar las amistades para construir con Ć©stas nuevos nidos complementarios. Y, luego, para lo que pasa: olvidados y abandonados por sus retoƱos y sin amigos, se deben enfrentar a ā€œla soledad no deseadaā€, que provoca mucho sufrimiento y que mata mĆ”s que los aƱos.
Por otro lado, demasiados mayores se dejan embaucar por los hijos y se descapitalizan al no aplicar el consejo que el Padre Juan PĆ©rez Riesco, provincial de los PP. Redentoristas de EspaƱa, daba a sus feligreses. En una de sus Ćŗltimas estancias veraniegas en Almagarinos (Bierzo Alto), el Padre Juan me confesó que, en el contexto de la confesión o en las consultas post-misa, muchos feligreses le verbalizaron, despuĆ©s del consabido ā€œPadre, nosotros ya tenemos la vida hechaā€, el propósito de distribuir entre sus hijos tanto sus propiedades como sus ahorros. Y Ć©l siempre se lo desaconsejaba ya que, haciendo honor al refrĆ”n CrĆ­a cuervos y te sacarĆ”n los ojos y por su experiencia pastoral, los padres descapitalizados eran, en demasiadas ocasiones, padres abandonados o carne de residencia.
AdemĆ”s, los mayores se convierten muy frecuentemente en esclavos de sus hijos al no poder disponer de su tiempo y al tener que ser los canguros de sus nietos.. AsĆ­, se olvidan de vivir y de cultivar la amistad y de incrementar las tan vitales relaciones sociales,… ĀæPor quĆ©? Por miedo a ser ninguneados, olvidados y abandonados por sus hijos, algo que sucede, a pesar de todo, en muchas ocasiones. Y muchos mayores sufren tambiĆ©n el sĆ­ndrome de Estocolmo, justificando y disculpando los comportamientos de sus hijos. Y cuando deciden ir a una residencia es porque sus hijos, en numerosos casos, les han hecho sentir que son un peso y un estorbo para ellos. 
Ergo
La esperanza de vida se ha alargado progresivamente a lo largo de la historia. Hoy, en las sociedades occidentales, cada dĆ©cada, aumenta 3 aƱos. Para potenciarla y luchar contra las debilidades inevitables y evitables, los mayores deberĆ­an pensar mĆ”s en ellos y en cuidar la montura para que nos lleve lejos, pero seguros y en buena salud. Para ello los gerontólogos y el sentido comĆŗn coinciden. Las claves para una maduración adecuada o, como dicen algunos, ā€œenvejecimiento óptimoā€, estĆ”n en mantener activo el cuerpo, en mantener activo el cerebro y en mantener y ampliar las relaciones sociales. Como aconseja Paca Tricio, ā€œla muerte va a llegar, pero tienes que procurar llegar viva a la muerteā€. Ā”Que no se diga que moriste a los 38 aƱos y te enterraron a los 83!
© 2021 - Manuel I. Cabezas GonzÔlez


De aquellos polvos, estos lodos
Los hechos
En la segunda mitad del mes de junio de 2021, los medios de comunicación se hicieron eco del megabrote de Covid, que se produjo en Mallorca. A pesar del criterio en contra de los profesores, cientos de jóvenes de las diferentes CC.AA (de 17 a 21 aƱos) se habĆ­an desplazado hasta Mallorca con el fin de pasar una semana (del 12 al 18 de junio) y asĆ­ celebrar el fin del aƱo escolar. SegĆŗn sus propios testimonios, el viaje en ferri desde Valencia fue toda una locura: sin guardar las distancias, sin mascarilla y consumiendo alcohol a gogó. Y, llegados a Mallorca, el desmelene y el desmadre continuó y se incrementó: megafiestas en barcos (ā€œparty boatsā€) y en los 9 hoteles donde se alojaron, multitudinario concierto de reguetón en la Plaza de Toros y los consabidos botellones cotidianos en la vĆ­a pĆŗblica. Y todo, por supuesto, sin ninguna medida de seguridad.
El resultado de estos comportamientos irracionales y de niƱatos malcriados y caprichosos no se hizo esperar: brote de contagios masivos por coronavirus de la variante alfa (inglesa). En seguida se contabilizaron 350 contagiados. Ahora bien, el nĆŗmero de Ć©stos se fue incrementando rĆ”pidamente hasta alcanzar los 1.664 afectados, en general, asintomĆ”ticos o con sĆ­ntomas leves. A pesar de esto, 14 tuvieron que ser hospitalizados y uno fue directamente a la UCI. Los asintomĆ”ticos, al regresar a sus lugares de origen, han provocado un brote supracomunitario y generacional: 12 CC.AA estĆ”n afectadas y los contagios entre jóvenes se han disparado. Y, a pesar de sus protestas y la de sus irresponsables padres, que organizaron estos viajes en contra del criterio de los centros escolares, mĆ”s de 260 estuvieron confinados y obligados a hacer cuarentena en el hotel Palma Bellver de Mallorca, hasta el 30 de junio. 
Como hubiera dicho Pedro Piqueras, Ć©stos son los hechos y asĆ­ se los he contado. Ahora bien, ante lo que estĆ” en juego (la lucha contra la pandemia y la vida o la muerte de cualquiera de nosotros), estos hechos merecen al menos una sucinta reflexión. 
De aquellos polvos…
A lo largo de toda la pandemia, los poderes pĆŗblicos y los medios de comunicación (principalmente las cadenas de televisión), guiados por un paternalismo y un buenismo mal entendidos, han escondido las imĆ”genes —que, como todos, sabemos valen mĆ”s que mil palabras— de la dramĆ”tica situación que estĆ”bamos viviendo. No mostraron las desbordadas UCIs, llenas de pacientes graves, ni los parkings convertidos en frigorĆ­ficos-morgues, ante el colapso provocado por los miles de muertos diarios. Ni la soledad ni la angustia de los miles de compatriotas que perdieron sus vidas. Para los jóvenes, lo que estaba sucediendo era tan invisible como el propio virus y, para mĆ”s inri, ellos se creyeron inmunes. 
AdemĆ”s, los jóvenes han sido desorientados y desconcertados por las contradicciones permanentes del Dr. Simón, del Ministro de Sanidad y demĆ”s voceros oficiales y no oficiales (ā€œlos todólogosā€): primero, mascarillas, no; luego, mascarillas, sĆ­; asistencia a manifestaciones masivas, sĆ­; luego, no; y, en junio de 2020,  cuando Pedro SĆ”nchez, cual MoisĆ©s bajando del monte SinaĆ­, anunció que habĆ­amos vencido la pandemia (?), que se acercaba la desescalada y que la ā€œnueva normalidadā€ (?) estaba al alcance de la mano, la realidad fue que una nueva ola de contagios nos esperaba a la vuelta del verano; etc. Por otro lado, debido a los discursos imperantes y a las estadĆ­sticas, los jóvenes creyeron que la Covid no iba con ellos y que el virus sólo atacaba a los mayores.
Ante los lamentables hechos de Mallorca y los que se producirĆ”n durante este verano, lo mĆ”s probable y seguro es que ya se estĆ© incubando ya la quinta ola de la pandemia en todas las CC.AA. Y no sólo de la variante alfa (inglesa), sino y principalmente de la variante delta (india), que es mĆ”s contagiosa y mĆ”s letal. Y, ahora, los principales afectados serĆ”n ellos, los jóvenes. Por eso, algunos consideran que el reto, a lo largo del verano, es vacunarlos masivamente, a partir de los 16 aƱos, ya que es el colectivo con mayor movilidad, con mayores relaciones sociales, con mĆ”s contactos, con menos conciencia de la dramĆ”tica realidad y, por lo tanto,  con mĆ”s irresponsabilidad. 
… estos lodos
Los jóvenes veraneantes en Mallorca no eran poligoneros ni miembros del batallón de fracasados escolares sino jóvenes que habĆ­an terminado, con Ć©xito, un nuevo aƱo escolar y/o el bachillerato  y/o las pruebas de acceso a la universidad (EvAU o PAU). Por lo tanto, por sus biografĆ­as escolares, son, mĆ”s bien, la flor y la nata (?) de la juventud espaƱola. Ahora bien, en la estancia en Mallorca y en las salidas habituales con los amigos se han comportado, se comportan y se comportarĆ”n a lo largo del verano como autĆ©nticos cafres: los encuentros masivos sin respetar las medidas de seguridad, el consumo desenfrenado de alcohol y drogas son malas compaƱƭas y hacen que pierdan el oremus. Por eso, sus comportamientos dejan mucho que desear y, en el contexto de la pandemia, son una autĆ©ntica bomba de relojerĆ­a tanto para ellos mismos como para sus próximos (hermanos, padres, abuelos, amigos) y la sociedad en su conjunto. En un recodo del camino pueden toparse con la parca o, en su deambular veraniego por la vida, en esta Ć©poca de pandemia, pueden ir sembrando la muerte a diestro y siniestro.
En la sociedad actual, se suele idolatrar a la juventud. Sin embargo, como dijo alguien, hay que respetarla no por lo que es sino por lo que puede llegar a ser. A esta edad, los jóvenes, se rigen por el freudiano ā€œprincipio del placerā€ (el clĆ”sico ā€œcarpe diemā€) y no por el ā€œprincipio de realidadā€. Y, al hacerlo, se dejan llevar por el ā€œprincipio de la muerteā€ en detrimento del ā€œprincipio de la vidaā€, Freud dixit. Por eso, se podrĆ­a afirmar que la prevalencia del ā€œprincipio del placerā€ y el ā€œprincipio de la muerteā€ entre los jóvenes es la consecuencia de lo que los psicólogos denominan el ā€œniƱo o joven emperador o dictadorā€: niƱos o jóvenes habituados a que se les dĆ© todo lo que desean sin ningĆŗn tipo de condición o de contraprestación.
A pesar de lo que pregonan los ecologistas, para Leopoldo AbadĆ­a, lo importante no es quĆ© planeta vamos a dejar a nuestros hijos sino quĆ© hijos vamos a dejar al planeta. Para Ć©l, lo importante es dejar en este mundo unos hijos honestos, limpios, majos, educados, leales, cĆ­vicos,… Ahora bien, el comportamiento de demasiados jóvenes denota que los padres, los profesores y los responsables polĆ­ticos no estamos haciendo las cosas bien y no estamos a la altura. AhĆ­ estĆ” el desenfreno en Mallorca y en todo tipo de eventos festivos, que deberĆ­an cuestionarnos a todos (padres, profesores y casta polĆ­tica) sobre lo que estamos haciendo con nuestros hijos, alumnos y jóvenes ciudadanos. De estos polvos, los lodos de Mallorca y de otras latitudes.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


El  nudo gordiano catalĆ”n
Cuenta la leyenda que los habitantes de Frigia (una parte de la actual TurquĆ­a) tuvieron que elegir un nuevo rey y, para ello, consultaron al orĆ”culo del templo de Zeus. SegĆŗn el orĆ”culo, el nuevo rey serĆ­a el que entrase en la ciudad con un carro, tirado por bueyes, y sobre el cual  estarĆ­a posado un cuervo. Fue un labrador, llamado Gordias,  el que entró de esta guisa y, por lo tanto, fue nombrado rey. Como agradecimiento, fundó la ciudad de Gordio y ofreció a Zeus el carro y el yugo, que ató al carro con un nudo tan complicado que nadie podĆ­a desatarlo. El que lo consiguiera conquistarĆ­a todo el Oriente. En el 334 a. de C., cuando se dirigĆ­a a conquistar el Imperio Persa, Alejandro  Magno pasó por Gordio, donde fue retado a desatar el nudo de Gordias. DespuĆ©s de mucho reflexionar, Alejandro desenvainó su espada y, con un certero tajo, lo cortó, al tiempo que dijo: ā€œMonta tanta cortarlo como desatarloā€. 
Hoy, con el sintagma ā€œnudo gordianoā€, se hace referencia a una dificultad o a un problema o a un obstĆ”culo de muy difĆ­cil solución o desenlace, como el sempiterno ā€œnudo gordiano catalĆ”nā€, por poner sólo un ejemplo. Y la expresión ā€œcortar el nudo gordianoā€ significa resolver tajantemente y sin contemplaciones un problema: da igual cómo se haga, lo importante es que se resuelva. 
El nudo gordiano catalĆ”n y los anti-Alejandros 
Los ciudadanos y visitantes de Gordio se enfrentaron al nudo de Gordias, sin Ć©xito, hasta que pasó por allĆ­ Alejandro Magno. Los espaƱoles, desde hace dĆ©cadas, nos enfrentamos al ā€œnudo gordiano catalĆ”nā€, que se resiste  a ser desatado. En la confección y el fortalecimiento del mismo, no ha habido sólo un Gordias sino que han colaborado varios: desde el inicio de la Transición, todos los presidentes del Gobierno de EspaƱa no han dudado en complicar y en fortalecer el ā€œnudo gordiano catalĆ”nā€, para poder llegar al poder y/o para mantenerse en Ć©l.
En efecto, desde A. SuĆ”rez hasta P. SĆ”nchez —pasando por F. GonzĆ”lez, por J. M. Aznar, M. Rajoy y J.L. R. Zapatero— en 10 de las 15 legislaturas, los aspirantes a presidentes de Gobierno se vieron obligados a buscar el apoyo y a entenderse con formaciones nacionalistas (CIU y PNV, principalmente). Los nuevos partidos estatales (UPyD, C’s, Podemos y Vox) no han conseguido eliminar esta decisiva y nociva dependencia e influencia.  Ahora bien, ante el apetito patológico de poder de los candidatos a presidentes del Gobierno de EspaƱa, el apoyo de los nacionalistas catalanes (y tambiĆ©n vascos) nunca fue altruista sino un autĆ©ntico chantaje o una cascada de jaques o una serie de órdagos para exigir y obtener contrapartidas de todo tipo.
Entre estas contrapartidas y sin Ć”nimo de ser exhaustivo, F. GonzĆ”lez concedió la corresponsabilidad fiscal (15% del IRPF) y el desarrollo del estatuto de autonomĆ­a catalĆ”n con las consiguientes transferencias. Aznar, con el nefando ā€œPacto del Majesticā€, incrementó la corresponsabilidad fiscal (cesión del 33% del IRPF, del 35% del IVA, del 40% de los impuestos especiales), propició importantes transferencias (trĆ”fico, educación, justicia, agricultura, sanidad, empleo, puertos y aeropuertos,…), eliminó la figura del Gobernador Civil, concedió importantes inversiones para ampliar el puerto y el aeropuerto de Barcelona y para financiar el AVE Madrid-Barcelona, evitó que la ā€œley de PolĆ­tica Lingüísticaā€ fuese recurrida ante el TC,… y entregó, en bandeja de plata, la cabeza de Alejo Vidal-Quadras, la mosca cojonera para los nacionalistas. Con Zapatero, las concesiones continuaron y prometió aceptar el nuevo estatuto, hecho a medida por los y para los nacionalistas, que saliera del Parlamento catalĆ”n. Con Rajoy, la deriva nacionalista e independentista condujo al referĆ©ndum ilegal de autodeterminación (1 de octubre de 2017), a la declaración unilateral de independencia (27 de octubre de 2017) y, como no podĆ­a ser de otra forma, a la condena de los patrocinadores. 
Con el goteo de las sucesivas concesiones y traspasos de competencias a CataluƱa, durante 40 aƱos, ya no queda gran cosa por transferir. Por eso, para los nacionalistas catalanes, ha llegado el momento de dar el jaque mate al Estado de Derecho. AsĆ­,  ahora, con SĆ”nchez, se temen nuevas e importantes concesiones, lesivas para el Estado de Derecho y para la soberanĆ­a de los espaƱoles: en primer lugar, la concesión del ā€œindultoā€ a los polĆ­ticos independentistas condenados con sentencia firme y presos; luego o en su lugar, segĆŗn algunos analistas, vendrĆ­a la concesión de la ā€œamnistĆ­aā€ para ellos; y, para rematar, se permitirĆ­a la convocatoria de un referĆ©ndum de autodeterminación vinculante y la proclamación de la independencia de CataluƱa y de la repĆŗblica. Ante la deriva de los Gobiernos de EspaƱa, mĆ”s de uno se pregunta si, con SĆ”nchez en La Moncloa, se darĆ” la puntilla letal a la unidad de EspaƱa. 
Se necesita un Alejandro expeditivo
Los sucesivos presidentes de Gobierno de EspaƱa, Ć”vidos de poder a cualquier precio, han complicado y consolidado el ā€œnudo gordiano catalĆ”nā€, como dice Ignacio Varela, mediante ā€œpolĆ­ticas de apaciguamientoā€, que se han limitado a hacer concesiones y mĆ”s concesiones, para que los nacionalistas-independentistas depongan su actitud, pero sin exigirles nada a cambio. Y Ć©stos han considerado las concesiones como una debilidad de los poderes del Estado y como la confirmación de que sus objetivos son razonables, justos y realizables.  Ahora bien, precisa I. Varela, estas polĆ­ticas de apaciguamiento no serĆ”n efectivas si no van precedidas, acompaƱadas y/o seguidas de polĆ­ticas disuasorias, tan determinantes y contundentes como las agresiones sufridas.
Durante 40 aƱos, los nacionalistas independentistas catalanes  se han regido por el adagio popular de que ā€œel que no llora no mamaā€. AdemĆ”s, han seguido a pies juntillas el consejo, acuƱado por J. Pujol, que reza asĆ­: ā€œHoy, paciencia; maƱana, independenciaā€. La paciencia parece que ha terminado y el momento de la autodeterminación y de la proclamación del Estado catalĆ”n ha llegado. Ante el jaque mate y el órdago de los nacionalistas, ha llegado tambiĆ©n la hora de que un nuevo Alejandro coja este toro por los cuernos y dĆ© una solución urgente y definitiva al nudo gordiano catalĆ”n. Como dijo Alejandro Magno, ā€œMonta tanto cortarlo como desatarloā€,  es decir es igual cómo se haga (siempre en el marco de la legalidad), lo importante es que se haga.
Como dijo Einstein, ā€œsi buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismoā€. Por eso, no se puede seguir, como hasta ahora, con las polĆ­ticas de apaciguamiento. Es necesario el nuevo Alejandro —audaz e inteligente como el genuino— que haga respetar, caiga quien caiga, la legalidad vigente y que haga caer todo el peso de la ley sobre aquellos que se atrevan a poner en peligro nuestra convivencia. La casta polĆ­tica no puede seguir por el camino trillado de los Ćŗltimo 40 aƱos ni debe olvidar la historia: los estragos provocados por  las contemporizaciones con Hitler. Si la olvida, podremos recordarle los presagios de Churchill cuando Chamberlain presentó, en la CĆ”mara de los Comunes, los Acuerdos de MĆŗnich: ā€œOs dieron a elegir entre el deshonor y la guerra (…), elegisteis el deshonor y ahora tendrĆ©is la guerraā€. Ā”Que tomen nota!
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


ā€œCompaƱeros, compaƱeras y compaƱeresā€
A mediados del pasado mes de abril, la ministra de Igualdad, Irene Montero, se lució y mostró, una vez mĆ”s, su osadĆ­a e ignorancia supina. En un mitin con colectivos LGBTIQ+, utilizó, en sólo 15 minutos, 10 tripletes (ā€œBuenas tardes a todos, todas y todesā€, ā€œhay un niƱo, una niƱa y un niƱeā€, por dar sólo dos ejemplos) y otras lindezas por el estilo. Entre ellas, los consabidos y reiterados desdoblamientos o dobletes (ā€œamigos y amigasā€, ā€œtodos y todasā€). 
Desde hace ya bastante tiempo, algunos de estos colectivos y muchos organismos pĆŗblicos (universidades, CC.AA, sindicatos, ayuntamientos y otras instituciones) se han arrogado ciertas competencias y se han erigido en ā€œexpertos lingüistasā€(?), elaborando y proponiendo guĆ­as de lenguaje no sexista. Ahora bien, para elaborarlas, no han dudado en desplazar, marginar, silenciar y ningunear a los verdaderos estudiosos y sibaritas del lenguaje (la RAE, los lingüistas, los filólogos, los ā€œescribidoresā€ que viven de la pluma, los profesores, etc.), para que no tuvieran vela en este entierro. AsĆ­, los maestros Ciruela que no saben hacer la ā€œoā€ con un canuto, tampoco en cuestiones lingüísticas, pretenden darnos lecciones y dictarnos a todos, con sus propuestas de lenguaje inclusivo, cómo debemos hablar y escribir. Ā”Vivir para ver!
Los maestros Ciruela y el lenguaje inclusivo
Para ciertos colectivos feministas y los maestros Ciruela que los secundan, el lenguaje sexista es una manifestación del androcentrismo y del machismo. Y provoca una invisibilidad, una infravaloración, una marginación, un menosprecio y una subordinación de la mujer respecto al hombre. Para luchar contra esta discriminación, para visualizar a la mujer y ponerla en el puesto que se merece, el ā€œlenguaje inclusivoā€ (o incluyente o igualitario o no sexista) es, segĆŗn ellos, el medio para conseguirlo. En efecto, segĆŗn la Rae, este lenguaje es el ā€œque aplica las recomendaciones propuestas por ciertos sectores del feminismo para visibilizar a la mujer en el discurso, suponiendo que el uso del ā€˜masculino genĆ©rico’ la excluyeā€.
Entre otras recomendaciones, los maestros Ciruela y ciertos colectivos feministas han propuesto, que se utilicen dobletes, que permiten hacer mención expresa de los dos gĆ©neros (ā€œel Congreso de los diputados y las diputadasā€ en vez de ā€œel Congreso de los diputadosā€) y tripletes (ā€œ*Buenas tardes a todos, todas y todesā€); o que se sustituyan las desinencias del gĆ©nero masculino por otros grafemas neutros, que no denotan gĆ©nero:  la ā€œ@ā€ (*tod@s), la consonante ā€œxā€ (*todxs) o el asterisco (ā€œ*tod*sā€) o la vocal ā€œ-eā€ (*todes); o que se creen neologismos inĆŗtiles (ā€œ*jóvenas, *miembras, *portavozaā€) o que se empleen otras soluciones artificiosas (ā€œ*las y los ciudadanosā€), propuestas todas que contravienen las normas de la gramĆ”tica espaƱola. 
Los expertos y el lenguaje inclusivo 
Para la Rae y los estudiosos del lenguaje, los desdoblamientos (ā€œel Congreso de los diputados y las diputadasā€) son gramaticalmente correctos, pero innecesarios. En efecto, teniendo en cuenta el contexto de utilización y la ā€œcompetencia enciclopĆ©dicaā€ de los hablantes (U. Eco), el ā€œmasculino genĆ©ricoā€ (ā€œel Congreso de los diputadosā€) incluye, nunca mejor dicho y sin ningĆŗn gĆ©nero de dudas, a los seres de ambos sexos. De ahĆ­ que, segĆŗn Ɓlex Grijelmo (2019), no se debe confundir la ā€œausencia del gĆ©nero femeninoā€ en el significante con la ā€œinvisibilidadā€ o la ausencia del concepto de mujer en el significado. Por eso, no es de recibo lo aseverado en la cita, atribuida a George Steiner, segĆŗn la cual ā€œlo que no se nombra no existeā€. No es el lenguaje el que crea la realidad sino la realidad la que crea el lenguaje.
Los expertos aportan cuatro razones contundentes en defensa del ā€œmasculino genĆ©ricoā€ y en contra del uso de los dobletes o los tripletes. Por un lado, la ā€œeconomĆ­a lingüísticaā€, que reflejó Baltasar GraciĆ”n en el aforismo que reza asĆ­: ā€œlo breve, si bueno, dos veces bueno. Y, si malo, menos maloā€. Por otro, basta con leer o escuchar un texto en lenguaje inclusivo para darse cuenta de que el uso sistemĆ”tico del mismo no es cooperador y dificulta o hace imposible la comunicación. AdemĆ”s, el lenguaje inclusivo va contra la ā€œley del mĆ­nimo esfuerzoā€, que determina tanto el comportamiento lingüístico de los locutores como la evolución de las lenguas (A. Martinet, 1970): Āæpara quĆ© gastar energĆ­a y tiempo, si se pueden  conseguir los objetivos con menos recursos? Finalmente, el lenguaje inclusivo pone en peligro la corrección lingüística en lo relativo a la concordancia gramatical.
Por otro lado, para la Rae y los expertos, las marcas neutras (ā€œ@ā€, ā€œxā€, ā€œ*ā€ y  ā€œ-eā€) son ajenas a la morfologĆ­a del espaƱol; y, ademĆ”s, son impronunciables. Por eso, estas propuestas han sido rechazadas, incluso por algunos manuales de lenguaje inclusivo, ya que estas marcas neutras sĆ­ invisibilizan a las mujeres. Por este motivo, estas propuestas neutras, asĆ­ como los dobletes y los tripletes, no se han popularizado y han sido objeto de controversia, de burla, de escarnio, de pitorreo y de memes.
No confundamos churras y merinas
Como puede deducirse del informe de Ignacio Bosque y del ensayo de Ɓ. Grijelmo (2019)*, las propuestas (cf. ut supra) de ciertos colectivos feministas —patrocinadas y aplicadas, como un papagayo, por la indocumentada ministra de Igualdad, Irene Montero— tienen mucho de postureo o son sólo una pantomima. En efeto, se fundamentan en una falsa relación causa-efecto y en un falso silogismo: de unas premisas verdaderas se extrae un conclusión incorrecta. Y dan a entender que quien niegue la incorrecta conclusión estĆ” negando tambiĆ©n las pertinentes premisas; y por lo tanto es un androcĆ©ntrico machista.
Es cierto que, en nuestra sociedad, existen una discriminación real de la mujer asĆ­ como comportamientos verbales sexistas. Por eso, es necesario trabajar para lograr la igualdad del hombre y de la mujer, haciendo que la presencia social, laboral, cultural, polĆ­tica,… de Ć©sta sea mĆ”s visible. Ahora bien, de estas premisas correctas, justas y razonables, ciertos colectivos feministas deducen una conclusión injustificada e insostenible: suponer que la visibilización lingüística de la mujer, gracias al lenguaje inclusivo, va a acabar con su discriminación y todos los problemas adjuntos. ĀæNo serĆ­a mĆ”s lógico y razonable actuar para cambiar la realidad y, a partir de ahĆ­, se transformarĆ­a el lenguaje, considerado por ciertas feministas culpable y chivo expiatorio del estatus actual de la mujer?
El lenguaje inclusivo estĆ” de moda y, hoy, es lo p0lĆ­ticamente correcto. Y el Ministerio de Igualdad, regentado por la sectaria Irene Montero, juega el papel del orwelliano ā€œMinisterio de la Verdadā€ que intenta poner en circulación e imponer esta ā€œneolenguaā€, al tiempo que tiene la absurda pretensión de reescribir con ella los relatos reales (Constitución de 1978, como encargó Carmen Calvo a la Rae) o ficticios (cuentos infantiles y obras literarias) del pasado. Como ha escrito F. Serrano, ā€œsi la razón y la inteligencia no revierten la situación y triunfan sobre los dogmas y postulados  de esta dictadura globalista de los idiotas, dentro de unos aƱos, todos, todas y todes estaremos perdidos, perdidas y perdidesā€.
(*) Ɓlex Grijelmo (2019), Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo, Taurus, Barcelona. (De lectura obligada para esas feministas, que PĆ©rez-Reverte llama ā€œerizasā€, y esos maestros Ciruela, que presumen de lo que no tienen (competencias en cuestiones lingüísticas).
Manuel I. Cabezas GonzƔlez
www.honrad.blogspot.com 


¿Sólo sí es sí?
Desde hace meses, el anteproyecto de la Ley de GarantĆ­a Integral de la Libertad Sexual, conocida popularmente como ā€œLey del sólo sĆ­ es sĆ­ā€, ha sido noticia en los medios. Con esta ley, la ministra Irene Montero pretende llevar a la legislación las reivindicaciones del movimiento feminista (?), relativas a las agresiones sexuales. Hasta ahora, ha sido objeto de crĆ­ticas y de impugnación por parte de ciertos organismos oficiales consultivos (el CGPD), de algunos miembros del Consejo de Ministros y de ciertas asociaciones de jueces (JJpD) y de juristas. 
Entre otros aspectos de la ley, se cuestiona el consentimiento ā€œexplĆ­citoā€ de la mujer para poder mantener relaciones sexuales con ella, consentimiento que resume lacónicamente el eslogan ā€œsólo sĆ­ es sĆ­ā€. Como otros ya lo han analizado desde la perspectiva jurĆ­dica, aquĆ­ lo haremos desde el punto de vista de esa ciencia llamada lingüística.
El consentimiento explĆ­cito, segĆŗn la ley del ā€œsólo sĆ­ es sĆ­ā€
Conforme a la ley de la ministra Irene Montero, para que la vĆ­ctima (la mujer) dĆ© su plĆ”cet o nihil obstat a una relación sexual, es necesario que ā€œhaya manifestado libremente, por medio de actos exteriores, concluyentes e inequĆ­vocos, su voluntad expresa de participar en el actoā€ carnal. Para los juristas, esta definición legal del consentimiento expreso presenta varios talones de Aquiles: invierte la carga de la prueba (en vez de que la acusación tenga que demostrar la culpabilidad del acusado, es Ć©ste el que tiene que demostrar su inocencia); ademĆ”s y en consecuencia, destruye el principio bĆ”sico y fundamental de la presunción de inocencia; y, finalmente, propicia una discriminación positiva de la mujer, ya que la versión de los hechos por parte de la mujer tendrĆ­a un plus de veracidad, algo que ya sentenció Carmen Calvo cuando verbalizó que ā€œlas mujeres tienen que ser creĆ­das sĆ­ o sĆ­, y siempreā€.
Este consentimiento legal me ha recordado el mĆ©todo utilizado por un viejo amigo para lanzar el anzuelo de la pesca carnal. Este amigo —católico practicante y asiduo a reuniones y encuentros entre creyentes, pero siempre muy atento a la voz de su carne— me comentó, hace tiempo, que cristianizaba y santificaba sus demandas de satisfacción sexual, haciendo uso de un particular Ć”ngelus. En el Ć”ngelus ortodoxo se dice: ā€œy el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotrosā€ (Juan 1:14). Y Ć©l, para poder consumar y satisfacer su apetito sexual con sus hermanas en Cristo, siempre preguntaba, explĆ­citamente y de verbo ad verbum, a las hembras deseadas: ā€œĀæQuĆ© te parece si mezclamos nuestros verbos y fabricamos carne?ā€. 
Como Monsieur Jourdin, que producĆ­a prosa sin darse cuenta, mi amigo practicaba el ā€œsólo sĆ­ es sĆ­ā€ antes de que la ministra de ā€œIgual daā€, Irene Montero, viniera a prescribirnos cómo debemos concertar y concretar las relaciones sexuales deseadas, buscadas y consentidas por ambas partes. Tener que dar asĆ­ (consentimiento verbalizado y expreso) el ā€œplacetā€ para materializar el comercio sexual es no tener ni idea del cortejo pre-coital ni de cómo funciona la comunicación, en general, y la comunicación que persigue la coyunda carnal.
El consentimiento explícito, según la lingüística
En las relaciones humanas, segĆŗn Sigmund Freud, el deseo sexual es una constante, lo impregna todo. Ahora bien, hay muchas formas de decir ā€œsĆ­ā€ para permitir llegar al ayuntamiento carnal y satisfacerlo. Y, en este caso, la explicitación lingüística (ā€œsĆ­, quiero f… contigoā€, ā€œĀæquĆ© te parece si mezclamos nuestros verbos y hacemos carne?ā€, etc.) del deseo no suele ser lo mĆ”s normal ni lo mĆ”s lógico. Para indicar al otro que nos derretimos por sus carnes y que queremos consumar el acto carnal, no necesitamos explicitarlo lingüísticamente y normalmente no lo hacemos.
En efecto, en ciertas situaciones de comunicación, evitamos expresiones directas que podrĆ­an ser consideradas duras, inadecuadas o malsonantes. Y, en su largar, utilizamos lo que en pragmĆ”tica (rama de la lingüística) denominamos ā€œactos de habla indirectosā€ (cf. J.L. Austin y J.R. Seale), que nos permiten nadar (decir) y guardar la ropa (sin decir directamente). Por este motivo, ni la demanda ni la aceptación del comercio carnal no suelen ser explĆ­citas, como pretende la ley de Irene Montero, sino implĆ­citas. 
Por otro lado, si analizamos la comunicación humana, podemos constatar que utilizamos una lengua, con la que podemos mentir y engaƱar a nuestros interlocutores. Pero tambiĆ©n usamos, al mismo tiempo, otros sistemas de signos,  el lenguaje no verbal, con el que no se puede mentir, ya que es, en general, inconsciente y reflejo. De ahĆ­ que los mensajes no verbales sean mĆ”s sinceros, veraces y, cuantitativamente, mĆ”s preƱados de información que los lingüísticos (A. Pease*). 
Para ilustrar la importancia y la funcionalidad del lenguaje no verbal en el comercio sexual, podemos citar la gestión de las distancias entre interlocutores, la fisiologĆ­a de pupila y el comportamiento corporal espejo. SegĆŗn los etólogos (cf. Edward T. Hall**), el cuerpo no termina en la piel sino que se prolonga mĆ”s allĆ” de ella, formando una especie de burbuja alrededor de Ć©l, que estĆ” a una distancia mĆ”s o menos próxima de otra u otras burbuja(s), en función de los sentimientos recĆ­procos entre los interlocutores. Una  de estas distancias es la ā€œdistancia Ć­ntimaā€: aquella que propicia el contacto fĆ­sico y en el que la palabra juega un papel menor, ya que la comunicación se lleva a cabo por otros medios; es la distancia que presagia, sin explicitarlo verbalmente, el inminente acto sexual. Lo mismo puede decirse, por un lado, de la dilatación inconsciente y refleja de la pupila, que denota excitación, atracción y deseo de consumo sexual (Flora Davis***). Y, por el otro, el comportamiento corporal espejo de dos personas que se atraen sexualmente, que adoptan las mismas posturas y actitudes. En estos casos, para decir ā€œsĆ­, quieroā€, las palabras no son necesarias y estĆ”n de mĆ”s. 
Las palabras, a veces, sobran
SegĆŗn la pragmĆ”tica y el funcionamiento real de la comunicación, no ā€œsólo sĆ­ es sĆ­ā€. Como dice la etóloga Flora Davis, ā€œa la mayorĆ­a nos resulta mĆ”s fĆ”cil decir ā€˜me gustas’ con el cuerpo, y especialmente con los ojos, que con palabrasā€. Por eso, se podrĆ­a decir que Irene Montero y su staff ministerial demuestran ser poco leĆ­das y unas indocumentadas: con sus livianas alforjas y sus profundas lagunas lingüísticas y formativas, se quedan en la epidermis de la comunicación, sin penetrarla, nunca mejor dicho, para llegar a la ā€œsubstantifique moelleā€ de la que habla FranƧois Rabelais: eso que el interlocutor debe descubrir entre lĆ­neas, el sentido escondido, la quintaesencia del mensaje, lo no expresado lingüísticamente. En consecuencia, podrĆ­amos o deberĆ­amos pasar de la aseveración legal ā€œsólo sĆ­ es sĆ­ā€ a preguntarnos: ā€œĀæsólo sĆ­ es sĆ­?ā€.
(*) Allan Pease (1980), El lenguaje y el cuerpo. Cómo leer el pensamiento de los otros a través de sus gestos, Paidós, Barcelona.
(**) Edwad T. Hall (1971), La dimension cachƩe, Seuil, Paris.
(***) Flora Davis (1976), La comunicación no verbal, Alianza Editorial, Madrid.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


¿Qué hacer ante los estragos de la pandemia de las pantallas?
En las Ćŗltimas cinco entregas y apoyĆ”ndonos en un ensayo del neurocientĆ­fico francĆ©s M. Desmurget (ā€œLa fabrique du crĆ©tin digitalā€), hemos analizado diferentes consecuencias daƱinas del uso, del abuso y del mal uso de las pantallas. Empezamos poniendo el dedo en la llaga de la orgia digital en la que estamos inmersos para, despuĆ©s, explicitar los efectos perversos de las pantallas sobre los resultados escolares, sobre el desarrollo cognitivo, sobre la salud y sobre esa nueva pandemia de la multitarea.
Como hemos dejado negro sobre blanco, la ubicuidad digital y el consumo de pantallas por parte de las nuevas generaciones es excesiva y estÔ fuera de control. Y las principales víctimas de ellas son el sueño reparador, los intercambios intra- y extrafamiliares, el trabajo escolar, las prÔcticas deportivas y artísticas, que son la base del completo desarrollo intelectual, emocional y sanitario de los niños, adolescentes y jóvenes.
Si las pantallas son tan nefastas, esto es debido al hecho de que el cerebro humano no estĆ” diseƱado para un mundo donde estĆ” continuamente inundado por un sunami de todo tipo de mensajes y donde se ha producido un  gravĆ­simo empobrecimiento y deterioro de las relaciones interpersonales. En estas condiciones, el cerebro no puede funcionar a pleno rendimiento ni desarrollarse ā€œcomme il fautā€, desperdiciĆ”ndose asĆ­ el perĆ­odo de plasticidad del mismo, propia de la niƱez y de la adolescencia.
Ante los estragos causados por las pantallas en las nuevas generaciones, no es de recibo el haber adoptado el principio fisiocrĆ”tico del ā€œlaissez faire, laissez passerā€ y el resignarse a ello como si fuera una fatalidad. Se puede y se debe resistir, aunque no es fĆ”cil nadar a contracorriente. Muchos padres, con alto un estatus socioeconómico y cultural, lo hacen. Entre Ć©stos estĆ”n, para mĆ”s inri, los gurĆŗs y los ejecutivos de las empresas de las nuevas tecnologĆ­as de Silicon Valley, que envĆ­an a sus hijos a costosas escuelas o colegios donde las pantallas no tienen cabida y en cuyas casas brillan por sus ausencia. A dĆ­a de hoy, ninguna investigación demuestra que la privación de pantallas, utilizadas por las nuevas generaciones principalmente con fines lĆŗdicos o de chismorreo, puede conducir a un aislamiento social o a cualquier tipo de trastorno emocional, sino todo lo contrario.  
AntĆ­doto contra el abuso y mal uso de las pantallas
Rechazada la actitud de impotencia y del ā€œlaissez faire, laissez passerā€, la injerencia activa de padres y de profesores debe propiciar una gestión mĆ”s razonable y eficiente del tiempo pasado con las pantallas por las nuevas generaciones, para minimizar los efectos negativos. Para ello, basta con que establezcan una serie de reglas de uso de las pantallas. M. Desmurget, en su ensayo, enumera precisamente un decĆ”logo compuesto de 7 normas fundamentales. 
Primera regla: antes de los 6 aƱos, nada de pantallas. Hasta esta edad, el niƱo no tiene necesidad de pantallas. Lo que necesita es que se le hable, que se le cuenten o se le lean historias; necesita jugar, hacer puzles o construir con el Lego, correr, saltar, cantar, dibujar, hacer deporte, etc. Este tipo de actividades contribuye mĆ”s eficazmente a su desarrollo que cualquier pantalla. AdemĆ”s, el privarlos de pantallas durante los primeros aƱos de vida no tiene ningĆŗn impacto negativo  ni a corto ni a largo plazo y no los convertirĆ” en disminuidos digitales, sino todo lo contrario.
Segunda regla: de los 6 a los 12 aƱos, 30 minutos;  y, a partir de los 12,  una hora, como mĆ”ximo, dedicada a las pantallas. Con estos tiempos de consumo, el uso de las pantallas no tiene efectos negativos destacables o son tan dĆ©biles o pequeƱos que son tolerables.
Tercera regla: ninguna pantalla en la habitación. En este lugar, las pantallas tienen un impacto muy desfavorable. En efecto, aumentan el tiempo de uso, en detrimento del sueƱo reparador y favorecen el acceso a contenidos inadecuados. De ahĆ­ que la habitación deba ser un lugar libre de pantallas. 
Cuarta regla: evitar los contenidos inadecuados (violencia, sexo, tabaquismo, alcoholismo, etc.). Estos contenidos son prescriptores de normas de conducta y producen un efecto profundo sobre la manera en que los niƱos y los adolescentes perciben el mundo.
Quinta regla: nada de pantallas antes de ir a la escuela. Según los neurocientíficos, los contenidos estimulantes mañaneros agotan sus capacidades intelectuales y dificultan el rendimiento escolar. Por eso, durante el desayuno, hay que escucharlos, hablarles,...
Sexta regla: nada de pantallas por la noche, antes de ir a dormir. Por la noche, las pantallas afectan muy negativamente tanto la duración (uno se acuesta mÔs tarde), como la calidad (se duerme peor) del sueño. En efecto, los contenidos estimulantes son muy perturbadores para el sueño. Por eso, habría que desconectar las pantallas, al menos, 1:30 antes de ir a dormir.
SĆ©ptima regla: utilizar sólo una pantalla al mismo tiempo. AsĆ­ se evitarĆ” la multitarea, que no se adapta a la fisiologĆ­a del cerebro. En efecto, las multipantallas favorecen la distracción y hacen que el cerebro sea menos competitivo y rinda menos. Y ademĆ”s, las pantallas no deben estar al alcance durante las comidas, los deberes escolares y las conversaciones familiares. 
Menos pantallas y mƔs vida real
La pandemia de las pantallas es una realidad y va cada vez a mĆ”s. Todo parece indicar que las nuevas y las viejas generaciones no son nada sin las pantallas. EstĆ”n siempre pegados a ellas. Por eso,  se les podrĆ­a aplicar la descripción que hizo Quevedo de Góngora en el primer verso del soneto ā€œA una narizā€, que reza asĆ­: ā€œĆ‰rase un hombre a una nariz pegadoā€. El ā€œhomo numericusā€ o el mal llamado ā€œdigital nativeā€ es tambiĆ©n un hombre a una pantalla pegado.
Ahora bien, los efectos perversos de las pantallas tienen remedio. Para ello, padres y profesores, debidamente informados y formados, tienen que tomar este toro por los cuernos y aplicar el decĆ”logo de 7 reglas esenciales, propuesto por M. Desmurget. Y, sobre todo, deben predicar con el ejemplo. Sólo asĆ­ podremos librarnos de la huxleyana ā€œdictadura perfectaā€ de las pantallas: ā€œuna prisión sin muros, cuyos prisioneros no pensarĆ­an en evadirse. Un sistema de esclavitud en el que, gracias al consumo y a la diversión, a los esclavos les gustarĆ­a su esclavitudā€.
Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez 


Las pantallas y la multitarea
Antes de la llegada de la pandemia de la Covid, solĆ­a desplazarme periódicamente a la costa brava para confraternizar con unos viejos y queridos amigos y sus dos hijas. En una de mis Ćŗltimas visitas, fui testigo de unos hechos, que me pusieron la mosca detrĆ”s de la oreja. Una maƱana, nada mĆ”s abandonar los brazos de Morfeo, la hija menor se instaló en el salón comedor delante de una enorme pantalla de televisión, por supuesto, encendida. Pero, entre ella y la tele, en su regazo, instaló su ordenador portĆ”til con el fin de hacer un trabajo para la universidad. Y, a su diestra, dispuso, solĆ­cita, su ā€œsmartphoneā€. 
Me quedĆ© perplejo y asombrado ante tal despliegue y acumulación de pantallas. Esta narración-descripción refleja lo que es una situación de multitarea o ā€œmultitaskingā€ (realizar simultĆ”neamente varias tareas o acciones), tan comĆŗn y corriente hoy entre los jóvenes y menos jóvenes. Esta vivencia personal me la hizo recordar la lectura del ensayo de M. Desmurget, ā€œLa fabrique du crĆ©tin digitalā€, donde el neurocientĆ­fico francĆ©s analiza este comportamiento de las nuevas generaciones.
La pandemia de la multitarea
Ante la prĆ”ctica generalizada de la multitarea, en un mundo plagado de pantallas, los ā€œtodólogosā€ o ā€œexpertos (?) mediĆ”ticosā€ pontifican, sin ningĆŗn fundamento cientĆ­fico y sin ningĆŗn rubor,  que los jóvenes han cambiado y que su cerebro es muy diferente del de las generaciones mĆ”s longevas: es mĆ”s vivo, mĆ”s rĆ”pido, estĆ” mĆ”s adaptado a la desestructuración de los espacios digitales, es mĆ”s capaz de gestionar en paralelo datos diferentes, es mĆ”s competente para sintetizar grandes flujos de información, etc. AdemĆ”s, afirman que la organización neuronal  de las nuevas generaciones se ha liberado y emancipado de la necesidad o limitación de realizar las tareas una tras otra. 
Ahora bien, para los neurocientíficos, según M. Desmurget, este punto de vista es absurdo y carece de toda apoyatura científica. En efecto, tanto en los jóvenes como en las personas maduras, el cerebro humano es incapaz de hacer varias cosas al mismo tiempo. Y si intenta hacerlas, perderÔ en precisión, exactitud y productividad. El cerebro humano no es un ordenador, ni un hombre orquesta y, cuando intenta hacer dos cosas al mismo tiempo, sólo sabe hacer juegos malabares, pasando de una a la otra. Ahora bien, el paso de una a la otra, por un lado, exige tiempo y energía; y, por el otro, hace que se cometan errores, omisiones y pérdidas de información. Y esto sucede porque la inversión cognitiva o intelectual debe ser repartida entre las distintas actividades y, en consecuencia, es sólo parcial. Por eso, las cosas que se intentan hacer simultÔneamente tienen todas las papeletas para que no sean completamente satisfactorias ni perfectas.
En las situaciones de multitarea, precisa la neurociencia, la ā€œatenciónā€ sobrevuela las actividades realizadas y la ā€œinversión cognitivaā€, como hemos subrayado, se debe distribuir entre las distintas cosas que hacemos. Por eso, la concentración no puede ser total, suele haber fallos y no se actĆŗa segĆŗn la filosofĆ­a de la ā€œcalidad totalā€: hacer las cosas bien la primera vez. Para M. Desmurget, la multitarea es un comportamiento contra natura, ya que el cerebro —que rige, planifica, organiza y manda a los distintos órganos del cuerpo— no estĆ” diseƱado biológicamente para ello.
Un ejemplo que ilustra lo aseverado es el visionado de películas en versión original con subtítulos. Como uno tiene que leer los subtítulos, el cerebro focaliza su actividad en éstos, anulando o disminuyendo o poniendo en un segundo plano a los sentidos del oído y de la visión. Por eso, no es lo mismo ver una película en versión original con o sin subtítulos. Con subtítulos, se ve y se escucha menos y mal, precisamente porque la atención estÔ desperdigada y porque nuestro cerebro no estÔ diseñado para la multitarea. Esto es confirmado, como hemos apuntado en otro lugar, por la distribución complementaria de las diferentes actividades diurnas y nocturnas (durante el sueño) realizadas por el cerebro, ante la imposibilidad de hacerlas al mismo tiempo.
A pesar de estas evidencias neurocientíficas sobre la multitarea, los jóvenes (y también las personas maduras) son adictos a ella tanto en su vida social como en sus estudios (cf., ut supra, el comportamiento de la hija de mis amigos de la Costa Brava). Incluso, en el mundo laboral, se intenta implantar la multitarea, a pesar de los muchos inconvenientes que inciden negativamente tanto en la productividad como en los trabajadores. En efecto, se produce una menor eficacia, un mayor riesgo de errores, un mayor estrés, un mayor riesgo de déficit de atención, una menor calidad de trabajo y, por consiguiente, un menor rendimiento o productividad. Por eso, se puede aseverar que cuanto mÔs se hace simultÔneamente, peor se hace.
Menos pantallas y menos multitareas
La hija de mis amigos de la Costa Brava como, en general, la mayorĆ­a de los jóvenes van de sobrados por la vida, sin darse cuenta de que se rigen sólo  por el freudiano ā€œprincipio del placerā€ inmediato (el clĆ”sico ā€œcarpe diemā€) y no por el ā€œprincipio de realidadā€. Y, por otra parte, han olvidado o no han aprendido la enseƱanza de esa pĆ­ldora de sabidurĆ­a popular que reza asĆ­: ā€œquien mucho abarca poco aprietaā€ (formulación, en espaƱol, del clĆ”sico ā€œdivide et imperaā€: divide tu inversión cognitiva en varias actividades y te dispersarĆ”s, perdiendo en precisión, eficiencia y eficacia). 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Las pantallas y la degradación de la salud 
Los niƱos, los adolescente, los jóvenes e incluso los adultos pasan demasiado tiempo con las pantallas. Y este nuevo ā€œplacer solitarioā€ —para algunos, cada vez mĆ”s vergonzoso— es extremadamente daƱino y afecta muy negativamente a los resultados escolares, al desarrollo intelectual y a la salud, como veremos en nuestra reflexión de hoy. A esta consecuencia nociva dedica M. Desmurget el capĆ­tulo 7 (ā€œSantĆ©: une agression silencieuseā€) de su ensayo ā€œLa fabrique du crĆ©tin digitalā€. 
SegĆŗn M. Desmurget, para la comunidad cientĆ­fica, las pantallas son un problema, real y muy importante, de salud pĆŗblica. En efecto, las pantallas estĆ”n asociadas a ciertas patologĆ­as sanitarias: obesidad, tabaquismo, alcoholismo, toxicomanĆ­a, trastornos alimenticios, aislamiento social, agresividad, inseguridad, depresión, prĆ”cticas sexuales de riesgo, problemas cardio-vasculares, etc. A la luz de estos efectos perversos del uso/abuso/y mal uso de las pantallas, precisa este neurocientĆ­fico francĆ©s, habrĆ­a que considerarlas como una de las causas principales de muchas de las enfermedades de nuestro tiempo. Hoy, nos centraremos sólo en tres impactos  daƱinos de las pantallas: impactos sobre el sueƱo, sobre el sedentarismo y sobre el acceso a contenidos inadecuados y peligrosos para las nuevas generaciones. 
Las pantallas y el sueƱo reparador
El sueƱo reparador, como lo indica su nombre, es una de las bases esenciales y vitales para el mantenimiento y la restauración del cerebro y, en consecuencia, del cuerpo humano. SegĆŗn los neurocientĆ­ficos, el cerebro nunca descansa, ni siquiera cuando dormimos. Durante el sueƱo, el cerebro permanece tambiĆ©n activo, realizando tareas que no puede llevar a cabo mientras estamos despiertos y activos. En efecto, a lo largo de la jornada,  estĆ” tan atareado con el frenesĆ­ de la vida diurna que el trabajo de mantenimiento es imposible. Y cuando llega el sueƱo, el cerebro se libera de una buena parte de la carga de trabajo y puede dedicarse a las tareas de mantenimiento: los recuerdos son seleccionados y clasificados; los aprendizajes son integrados y fijados en la memoria; el crecimiento es estimulado; las infecciones y las enfermedades son combatidas; el sistema inmunológico es reforzado, etc. AsĆ­, cuando llega de nuevo el dĆ­a, el cerebro y el cuerpo estĆ”n restaurados y listos para hacer frente al ajetreo de una nueva jornada.  
Ahora bien, si los acogedores, confortables y reparadores brazos de Morfeo nos abandonan frecuentemente, toda la integridad de la persona se verĆ” afectada, provocando daƱos tanto en sus dimensiones fĆ­sicas (obesidad, enfermedades), como emocionales (depresión, desarreglos alimenticios, ansiedad, estrĆ©s, etc.) o intelectuales (dĆ©ficit de memoria, de atención, maduración cerebral, etc.). Por eso, quien no duerme bien o no duerme bastante no puede funcionar ni rendir correctamente. 
En el mundo actual, el uso y abuso de las pantallas por las nuevas generaciones tienen consecuencias muy lesivas tanto para la cantidad como para la calidad del sueƱo. Por un lado, las pantallas retrasan la hora de ir a la cama. AdemĆ”s, aumentan el lapso de tiempo entre el hecho de ir a la cama y de dormirse. Por otro lado, alteran la continuidad del sueƱo, daƱando la cantidad y la calidad del mismo, a causa de ciertos contenidos —excitantes, estresantes, angustiosos— vehiculados por las pantallas. Uso de pantallas y sueƱo no hacen buenas migas.
Las pantallas y el sedentarismo
Con las multi-pantallas, siempre al alcance de la mano, disminuyen tambiƩn muy significativamente los niveles de actividad fƭsica y se incrementan los de sedentarismo. Nuestro organismo no estƔ diseƱado para estar sentado durante mucho tiempo, sino para moverse. Por eso, estar siempre sentado ante las pantallas degrada nuestro organismo (obesidad), genera patologƭas graves (emocionales, neurodegenerativas, cardio-vasculares, etc.) y reduce, en consecuencia, sensiblemente la esperanza de vida. Y la gravedad de estas consecuencias se acrecienta si el sedentarismo estƔ asociado, como veremos infra, a ciertos consumos, tambiƩn muy daƱinos para la salud: tabaco, comida basura, drogas, alcohol, aislamiento social y soledad no deseada, etc.
Por eso, la comunidad cientĆ­fica establece una relación negativa y clara entre el tiempo dedicado a las pantallas y el dedicado a la actividad fĆ­sica: cuanto mĆ”s tiempo dedican las nuevas generaciones a las pantallas, menos podrĆ”n dedicar al ejercicio fĆ­sico y mĆ”s problemas de salud tendrĆ”n que afrontar. En efecto, tanto el sueƱo como la actividad fĆ­sica son un antĆ­doto contra los problemas precitados y ejercen una acción salutĆ­fera sobre el funcionamiento individual (de la memoria, de la atención, del desarrollo cerebral) y sobre la protección contra la obesidad u otras patologĆ­as. Para conseguir estos efectos salutĆ­feros, se aconseja, como mĆ­nimo, una hora diaria de ejercicio fĆ­sico. Ahora bien, para esos grandes consumidores de pantallas, los mal llamados ā€œdigital nativesā€,  una hora diaria de ejercicio fĆ­sico es una proeza, digna de HĆ©rcules, imposible de realizar para mantenerse en buena salud fĆ­sica y mental.
Las pantallas y los contenidos inadecuados y peligrosos
Las pantallas dan acceso, ā€œany time, any whereā€ a todo tipo de contenidos. Entre ellos, tambiĆ©n a contenidos relativos a la pornografĆ­a, la violencia, las drogas, el tabaco, los juegos de azar, el alcohol, etc., que suelen ser tildados de inadecuados y peligrosos, si tenemos en cuenta la edad de las jóvenes generaciones. Para los niƱos, los adolescentes y los jóvenes —en etapa de exploración, descubrimiento, formación y experimentación— estos contenidos son ā€œprescriptores de normas de conductaā€ sobre quĆ© hacer, cómo hacer, con quiĆ©n, cuĆ”ndo,… Por ejemplo, un adolescente o un joven, los fines de semana, hace botellón, coge el punto o se emborracha, fuma porros, tiene sexo,… Que sais-je encore? Y, una vez asimilados, estos mensajes determinan el comportamiento de demasiados adolescentes y jóvenes. Y empiezan a fumar, a beber, a tener relaciones sexuales de riesgo, etc.
Para explicar estas normas y comportamientos, M. Desmurget trae a colación el funcionamiento neurofisiológico de la memoria.  Para este neurocientĆ­fico, la memoria es como una mĆ”quina que organiza y conecta contenidos o informaciones. AdemĆ”s, la memoria manifiesta una fuerte tendencia a la ā€œco-activaciónā€: cuando surge un contenido o una información, en una pantalla, la memoria establece automĆ”ticamente relaciones con otros contenidos. Este poder asociativo de la ā€œcontigüidad temporalā€ es una de las debilidades de la memoria y estĆ” en la base de los estereotipos sociales sobre, por ejemplo, la edad, la orientación sexual, el origen Ć©tnico, etc. 
Esta debilidad de la memoria ofrece grandes posibilidades económicas a los mercenarios del neuromarketing que, pensando sólo en los beneficios crematĆ­sticos, no hacen ascos a ningĆŗn medio, aunque para ello potencien los tres grandes asesinos de nuestro tiempo: el tabaco, el alcohol y la obesidad. El modus operandi de estos tres asesinos es el mismo y utilizan el mismo instrumento: la fragilidad de la memoria (cf. ut supra) y las pantallas. En el caso de los tres se establece una cadena causal, por contigüidad temporal,  que conduce de las imĆ”genes (pantallas) al consumo de tabaco, de alcohol y de comida basura, que son asociados a toda una ristra de atributos positivos: virilidad, sensualidad, espĆ­ritu rebelde, poder, sexo, libertad, modernidad, etc. AsĆ­, gracias a la publicidad directa, indirecta o subliminal, omnipresente en todas las pantallas, los industriales del tabaco, del alcohol y de la comida hipercalórica reclutan nuevos consumidores e incrementan y aseguran las adicciones a largo plazo.
Menos pantallas y mƔs salud
La dependencia de las pantallas y los efectos daƱinos provocados por ellas han llegado a tal nivel que ya se ha forjado el tĆ©rmino de ā€œtecnopatĆ­asā€ o ā€œenfermedades 3.0ā€ para designar estas nuevas patologĆ­as. Los padres y los profesores queremos lo mejor para nuestros hijos y nuestros alumnos. Por eso, me pregunto cómo no ponemos coto al uso, abuso y mal uso de las pantallas, pensando sólo en el bien de nuestros hijos y de nuestros alumnos. 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

Las pantallas y los resultados escolares
En un texto reciente sobre el uso y abuso de las pantallas, hacía referencia a un ensayo del neurocientífico francés Michel Desmurget y anunciaba una serie de textos monogrÔficos sobre los efectos dañinos, en distintos campos, del uso desenfrenado y descontrolado de las pantallas. Hoy nos ocuparemos del primero de ellos: consecuencias nefastas de las pantallas sobre los resultados escolares de los niños, adolescentes y jóvenes (cf. ensayo, Capítulo 5. Réussite scolaire: attention, danger!).
Uso domƩstico de las pantallas y resultados escolares
SegĆŗn  M. Desmurget, los niƱos, adolescentes y jóvenes utilizan masivamente, en el contexto familiar y social, las pantallas (televisión, móvil, ordenador, tableta, consolas, etc.). Y lo hacen principalmente con fines recreativos. Ahora bien, el uso de las pantallas en el contexto extraescolar hace malas migas con los buenos resultados escolares. En efecto —sin distinciones en función del sexo, de la edad o del medio social— el tiempo desmesurado dedicado a las pantallas influye muy negativamente en los resultados escolares.
De todas estas pantallas, la que se lleva la palma es el móvil, que es utilizado fundamentalmente con funciones lĆŗdicas (acceder a todo tipo de contenidos, jugar con videojuegos, navegar por internet, intercambiar imĆ”genes y textos, conectarse a las redes sociales, etc.), sin limitaciones de tiempo y lugar. Este artilugio multiusos es como una sanguijuela que succiona nuestro cerebro y propicia su descerebración. En efecto, cuanto mĆ”s inteligentes son los ā€œsmartphonesā€, mĆ”s sustituyen a nuestro cerebro y, por lo tanto, mĆ”s dependientes somos de ellos y mĆ”s idiotas nos convertimos. ĀæAcaso no escogen ya el restaurante donde vamos a comer? ĀæAcaso no seleccionan las informaciones y la publicidad que recibimos? ĀæAcaso no nos fijan la ruta que debemos seguir para llegar a nuestro destino? ĀæAcaso no responden a cualquiera de nuestras preguntas? ĀæAcaso…? ĀæAcaso…? Con el tiempo, terminarĆ”n por descerebrarnos completamente y por pensar en nuestro lugar.
Los ā€œsmartphonesā€ y tambiĆ©n los ordenadores nos permiten un acceso casi ilimitado e inagotable a todo tipo de contenidos recreativos y educativos. Ahora bien, no debemos confundir  ā€œdisponibilidadā€ con ā€œutilizaciónā€ o ā€œconsumoā€ de los mismos. Los usos que pesan mĆ”s en la balanza son los ā€œusos recreativosā€ o embrutecedores y no los ā€œusos educativosā€ o nutritivos. Por eso, M. Desmurget concluye que —en la escala de valores de los niƱos, adolescentes y jóvenes— predomina el divertimento o el freudiano ā€œprincipio del placerā€ (el clĆ”sico ā€œcarpe diemā€) sobre el esfuerzo. Y esto se traduce concretamente, en el Ć”mbito familiar, en un recorte sustancial del tiempo que deberĆ­an dedicar a los deberes escolares. Las pantallas potencian, mĆ”s bien, la dispersión y la falta de atención, que no propician ni la comprensión ni la memorización de lo estudiado, pero sĆ­ los malos resultados escolares.
Uso escolar de las pantallas y resultados educativos
Si el uso y abuso extraescolar de las pantallas son nefastos para los resultados escolares, se puede y se debe aseverar, segĆŗn M. Desmurget, lo mismo del uso, cada vez mĆ”s frecuente y generalizado, de las pantallas en el Ć”mbito escolar.  A lo largo del siglo XX, se pudo comprobar que las potencialidades pedagógicas del cine (1913), de la radio (1930) y de la televisión (1960) no estuvieron a la altura de las esperanzas depositadas en ellos. Y, hoy, las administraciones educativas ven tambiĆ©n en las pantallas de las TICE (TecnologĆ­as de la Información y de la Comunicación para la EnseƱanzaā€) la receta mĆ”gica para la excelencia pedagógica y la respuesta a los desafĆ­os de la educación del siglo XXI: poner coto al fracaso escolar, laborar por la igualdad de oportunidades, inyectar en los alumnos el deseo y el placer de ir a la escuela y de aprender, revalorizar el oficio de profesor, etc.
Ahora bien, la función taumatúrgica de las pantallas de las TICE, según M. Desmurget, no estÔ científicamente acreditada, ni experimentalmente validada y no han sido introducidas en la escuela pensando sólo en los alumnos. Las pantallas pueden contribuir a optimizar una enseñanza de calidad, impartida por profesores cualificados, pero no para paliar una enseñanza de mala calidad, impartida por profesores mediocres. En este sentido van los informes PISA que ponen de manifiesto, por un lado, que no hay una relación directa entre el uso de las pantallas y los buenos o mejores resultados escolares, sino todo lo contrario; y, por el otro, que los profesores cualificados son el recurso mÔs importante y determinante en los sistemas educativos competitivos. Por eso, se ha constatado que cuanto mÔs invierten los Estados en TICE y cuanto mÔs tiempo pasan los alumnos con las nuevas tecnologías, mÔs se degradan la calidad de la enseñanza y los resultados escolares.
En efecto, las pantallas, aunque pueden facilitar en algo el trabajo de los alumnos, privan al cerebro de los discentes de las actividades cognitivas implicadas en la enseñanza-aprendizaje de los contenidos curriculares (lengua, matemÔticas, ciencias naturales, historia, etc.) y, por eso, los alumnos son cada vez mÔs dependientes de ellas y, por lo tanto, mÔs indocumentados y mÔs tontos. AdemÔs, los alumnos no las utilizan para aprender sino para actividades lúdicas, a las que dedican 2/3 del tiempo del uso del móvil; por este motivo, son fuente de distracción y factor determinante de las dificultades escolares. Por otro lado, las pantallas marginan y ningunean al profesor, privando a los alumnos de las interacciones necesarias y vitales entre ellos y él.
A pesar del impacto negativo de las pantallas en el rendimiento escolar, las instituciones educativas siguen con la digitalización de la enseƱanza. ĀæPor quĆ©? SegĆŗn las malas o las buenas lenguas, para sustituir a los profesores de carne y hueso por las pantallas, que son mĆ”s baratas y que permiten un ahorro sustancial en los costes de la enseƱanza; y, ademĆ”s, para poder impartir docencia a un nĆŗmero infinito de alumnos. Y se sigue con la digitalización, a pesar de que la enseƱanza digital no sea tan motivadora, tan movilizadora, tan eficaz y tan operativa como la enseƱanza impartida por un profesor humano cualificado. AdemĆ”s, en esta enseƱanza digital, el profesor tradicional queda devaluado y relegado al rango de un dinĆ”mico animador o guĆ­a o mediador o facilitador, que indica a los alumnos el programa digital cotidiano y que vigila que los mal llamados ā€œdigital nativesā€ permanecen tranquilos en sus pupitres.
Todo apunta a que la digitalización de la enseƱanza es sólo un aspecto mĆ”s de la ā€œglobalizaciónā€, con todo lo que este concepto implica de negativo y que la RAE define como ā€œdifusión mundial de modos, valores o tendencias que fomenta la uniformidad de gustos y costumbresā€. Por eso, la digitalización de la enseƱanza puede y debe ser considerada como la ā€œglobalización de la enseƱanzaā€, con mĆ”s potencialidades y augurios negativos que positivos, como hemos apuntado ut supra.
MƔs profesores cualificados y menos pantallas
Todo sistema educativo debe desarrollar las potencialidades del alumno. Y, entre Ć©stas, debe desarrollar principalmente su capacidad de pensar. Ahora bien, esto un ordenador no puede hacerlo, como tampoco puede sonreĆ­r, acompaƱar, guiar, consolar, animar, estimular, tranquilizar, etc. Por eso, todo sistema educativo debe ser dotado de todos los recursos necesarios e imprescindibles para lograrlo. Y, entre Ć©stos, se encuentra el profesorado cualificado, que no puede ser desplazado ni reemplazado por las pantallas. AsĆ­ lo han entendido los gurĆŗs del Silicon Valley y los ejecutivos de las empresas de nuevas tecnologĆ­as, que no disponen de pantallas en casa y que envĆ­an a sus hijos a escuelas donde las pantallas estĆ”n prohibidas. Como afirma, M. Desmurget, mientras ā€œlos niƱos desfavorecidosā€ son sometidos cada vez mĆ”s al aprendizaje digital en las escuelas, los ā€œniƱos mĆ”s ricosā€ van a escuelas donde las pantallas estĆ”n proscritas. AsĆ­ no se acaba con las desigualdades ni se potencia la igualdad de oportunidades.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

Las pantallas y el desarrollo intelectual
DespuĆ©s de haber echado un vistazo panorĆ”mico sobre el uso y abuso de las pantallas y de haber analizado las consecuencias nocivas sobre los resultados escolares, hoy nos vamos a centrar en las efectos daƱinos para el desarrollo intelectual de los niƱos, de los adolescentes y de los jóvenes. Esta cuestión es abordada por M. Desmurget en el capĆ­tulo 6 (ā€œDĆ©veloppement: l’intelligence, premiĆØre victimeā€) de su ensayo ā€œLa fabrique du crĆ©tin digitalā€.
Para este neurocientífico francés, las pantallas socaban los tres pilares fundamentales del desarrollo intelectual (la primera víctima de las pantallas) de todo niño, provocando efectos negativos e indeseables sobre las interacciones humanas, el desarrollo del lenguaje y la concentración.
Las pantallas y las interacciones humanas
El reciĆ©n nacido, cuando llega a este mundo, no es una ĀØtabula rasaā€, sino que posee un bagaje de potencialidades o capacidades inmaduras (o, como se dirĆ­a hoy, un programa de funcionamiento mĆ­nimo), que deben ser desarrolladas y maduradas. Para ello, son absolutamente necesarias las interacciones sociales con los seres humanos mĆ”s próximos (padres y hermanos, principalmente). Ahora bien, si su ecosistema no le proporciona, en los primeros aƱos de vida (ā€œperĆ­odo sensibleā€, durante el cual el cerebro goza de plasticidad y maleabilidad), los estĆ­mulos necesarios, tanto en cantidad como en calidad, sus potencialidades no se desarrollarĆ”n o se desarrollarĆ”n mal. Y, despuĆ©s, serĆ” muy difĆ­cil o imposible subsanar las deficiencias y recuperar el tiempo y las oportunidades perdidas. 
SegĆŗn las conclusiones de numerosas investigaciones, cuanto mĆ”s tiempo pasan los niƱos (y tambiĆ©n los adolescentes y los jóvenes) con sus móviles, sus teles, sus ordenadores, sus tabletas, sus consolas, etc.,  mĆ”s son alterados, tanto en cantidad como en calidad, los intercambios y las interacciones intrafamiliares. Se puede decir lo mismo de los padres: cuanto mĆ”s tiempo estĆ”n enganchados a las pantallas, de menos tiempo disponen para dedicarlo a sus retoƱos. Estas dos constataciones no tendrĆ­an importancia, si las pantallas proporcionaran al cerebro de sus hijos una alimentación adecuada y con fundamento, con un valor nutritivo igual o superior a la suministrada por las relaciones con seres humanos (padres, hermanos). Pero no es el caso.
En efecto, para que los contactos y las relaciones en el ecosistema próximo del niƱo sean productivos y eficaces, es necesaria la presencia fĆ­sica de sus padres y hermanos, y no una presencia humana a travĆ©s de las pantallas. El descubrimiento de las ā€œneuronas espejoā€ (finales del s. XX) ha demostrado que estas neuronas son mĆ”s sensibles y  reaccionan mejor ante la presencia del ser humano que ante la imagen indirecta del mismo ser humano en una pantalla. Por eso, el niƱo comprende, aprende, utiliza y retiene mejor las informaciones proporcionadas por un ser de carne y hueso que por un video de ese ser. De ahĆ­ que haya que favorecer y mimar las interacciones humanas intrafamiliares en detrimento de las pantallas, ya que se aprende mĆ”s y mejor por lo que se ve y se oye en el mundo real que por lo que se dice y se oye en una pantalla.
Las pantallas y el desarrollo del lenguaje
El lenguaje es lo que nos hace seres humanos, es la frontera que nos separa de los animales. Gracias a Ć©l, podemos pensar, comunicarnos, adquirir conocimientos y madurar intelectualmente. Por eso, hay una relación muy estrecha entre el desarrollo del lenguaje y el nivel de capacidad intelectual (cf. ut supra). Desde el punto de vista histórico, la humanidad ha desarrollado, perfeccionado y enriquecido progresivamente esos sistemas de signos llamados lenguas naturales. Y, del mismo modo, el reciĆ©n nacido llega a adquirir, paulatinamente  y en muy poco tiempo, el dominio adecuado de la lengua materna, que le permite interactuar lingüísticamente para verbalizar sus necesidades y participar socialmente. Ahora bien, es tal la complejidad de una lengua que su aprendizaje no acaba nunca: desde la cuna hasta la tumba, siempre podemos y debemos mejorar nuestras competencias lingüísticas.
Sin embargo, desde hace algĆŗn tiempo, el proceso de adquisición lingüística por parte de niƱos, adolescentes, jóvenes e incluso adultos parece frenado o descuidado o dificultado. Y, entre los culpables potenciales (reducción de las horas de enseƱanza, reformas educativas discutibles, degradación de la formación del profesorado, etc.), segĆŗn M. Desmurget, se encuentran tambiĆ©n las pantallas. El uso desenfrenado de las pantallas recreativas disminuye, en cantidad y en calidad, los intercambios lingüísticos intrafamiliares, base y fundamento de la maduración lingüística del niƱo y de su desarrollo intelectual. En efecto, a lo largo de un dĆ­a, un niƱo puede escuchar, en su entorno humano, unas 925 palabras a la hora. Sin embargo, cuando la tele estĆ” encendida, escucha sólo 155 (un 85% menos). Por eso, para M. Desmurget, lo humano no puede ser reemplazado por las pantallas, cuya ineficacia en el aprendizaje lingüístico ha sido probada experimental y teóricamente (cf. ā€œneuronas espejoā€, ut supra).
En el campo de las adquisiciones lingüísticas, las pantallas actĆŗan tambiĆ©n muy negativamente, precisamente, en dos aspectos. Por un lado, alteran a la baja tanto el volumen como la calidad de los vitales intercambios lingüísticos precoces. Y, por otro lado, obstaculizan el aprendizaje de la expresión-comprensión oral, asĆ­ como el trĆ”nsito y la entrada en el mundo de la comunicación escrita (lectura y expresión escrita). Con las pantallas, estos aprendizajes son mĆ”s laboriosos y lentos, mĆ”s parciales y mĆ”s superficiales que los que se adquieren en el contexto de la vida real. Para que un niƱo despliegue sus capacidades lingüísticas y adquiera su lengua materna, no tiene necesidad de pantallas. De lo que tiene necesidad es de que se hable con Ć©l, de que se le estimule para que utilice el verbo para nombrar y narrar lo que ve, lo que siente, lo que vive,  lo que quiere,… de que se le cuenten o lean historias, de que se le invite a leer, etc.
Las pantallas y la concentración
Sin la capacidad de concentración o de atención, no hay manera de movilizar y orientar el pensamiento hacia un objetivo concreto, y alcanzarlo. Ahora bien, las jóvenes generaciones, sumergidas continuamente en un ecosistema de pantallas,  con contenidos diversos e ilimitados, estĆ”n permanentemente solicitadas y bombardeadas por Ć©stas y, entonces, la concentración es imposible; ademĆ”s, el funcionamiento cognitivo es perturbado y las capacidades intelectuales se relajan. 
Se debe precisar que el cerebro humano no ha sido concebido ni diseƱado para un bombardeo exógeno tan continuo. Y, por eso, las multi-pantallas tienen un impacto tan daƱino sobre la necesaria concentración, durante perĆ­odos de tiempo prolongados, para llevar a cabo cualquier empresa o alcanzar objetivos concretos: la adquisición de conocimientos, la competencia lectora o escritural, el Ć©xito escolar, etc., por poner sólo algunos  ejemplos.
Menos pantallas  y mĆ”s relaciones humanas
Ante el saqueo intelectual constante de las pantallas y ante los efectos daƱinos producidos por ellas (malos resultados escolares, deficiente desarrollo cognitivo, problemas de salud), las pantallas son vistas por M. Desmurget como una agresión silenciosa en beneficio de algunos (los empresarios de las nuevas tecnologĆ­as) y en detrimento de casi todos (tanto niƱos, adolescentes y jóvenes como adultos). En efecto, desde la mĆ”s tierna edad, con la degradación y empobrecimiento de nuestras capacidades cognitivas y lingüísticas y con nuestra incapacidad para concentrarnos, se estĆ” dando forma a unos ciudadanos ā€œgammaā€, descritos por Aldous Huxley, en ā€œUn mundo felizā€, como unos seres sin espĆ­ritu crĆ­tico, sin lenguaje, sin pensamiento y contentos con su suerte; unos seres ā€œdesempoderadosā€, esclavizados y convertidos en seres irracionales.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

Las pantallas, Āæprogenitoras de cretinos digitales?
Hace ya algĆŗn tiempo, dediquĆ© dos textos a analizar los cambios comportamentales provocados por las nuevas tecnologĆ­as en sus usuarios. A partir de mis vivencias personales y sociales, analicĆ©, por una lado, el nuevo tipo de lectura o, mejor dicho, de seudolectura practicada por ā€œel lector mariposaā€; y, por el otro, la ā€œdegradación de la comunicación en la era digitalā€. Seudolectura y degradación de la comunicación, propiciadas por el uso y abuso del ordenador y del móvil, dos de las numerosas pantallas, hoy, al alcance de cualquiera.  
A finales de 2020, leĆ­ algunas reseƱas del reciente ensayo del neurocientĆ­fico francĆ©s Michel Desmurget, director de investigación del INSERM (Institut National de la SantĆ© et de la Recherche MĆ©dicale), titulado ā€œLa fabrique du crĆ©tin digital. Les dangers des Ć©crans pour nos enfantsā€ (E. du Seuil, Paris, 2019). La lectura in extenso del mismo confirmó todas mis sospechas factuales e intuitivas (cf. enlaces ut supra) sobre los efectos colaterales daƱinos del uso y abuso de las pantallas. Por eso y a causa de la trascendencia del problema, he decidido retomar el tema de las nuevas tecnologĆ­as para sintetizar, en una serie de textos, su argumentado, prolijo y documentado ensayo (nada menos que 77 pĆ”ginas de bibliografĆ­a, con casi dos mil referencias).
El ensayo de M. Desmurget (traducido al espaƱol a finales de 2020) es una llamada de atención y a la reflexión, sin pelos en la lengua, sobre el uso indebido de las pantallas, reflexión imprescindible para padres, profesores y poderes pĆŗblicos, ocupados y preocupados por el desarrollo, la instrucción y la educación de sus hijos, alumnos y ciudadanos. Hoy presentaremos una visión global de la problemĆ”tica plateada por este neurocientĆ­fico francĆ©s y, en próximos textos, analizaremos monogrĆ”ficamente algunos daƱos y peligros reales y concretos, provocados por las pantallas sobre la enseƱanza, sobre el desarrollo cognitivo o intelectual de niƱos, adolescentes y jóvenes, sobre la salud y sobre la forma de trabajar (la multitarea). 
En el ā€œprefacioā€ de su ensayo, M. Desmurget levanta acta del exagerado, indebido y daƱino uso, por parte de las nuevas generaciones, de los dispositivos digitales en todas sus formas: móviles, tabletas, ordenadores, televisión, consolas, etc. En efecto, con tan sólo dos aƱos, los niƱos de los paĆ­ses occidentales dedican, de media, casi 3h. al dĆ­a a visionar los soportes digitales. Entre los 8 y los 12 aƱos, el consumo digital sube hasta casi las 5h. Y, entre los 13 y los 18 aƱos, se incrementa hasta casi las 7h. Estos consumos representan, respectivamente, un cuarto, un tercio y el 40% del tiempo que pasan despiertos diariamente.
Ante estos datos, demasiados ā€œexpertosā€ mediĆ”ticos (mĆ©dicos, pediatras, sociólogos, grupos de presión, periodistas, tertulianos, profesores, etc.) —que yo suelo denominar ā€œtodólogosā€ o ā€œmaestros Ciruelaā€ o, ahora, ā€œdoctores Simón— ven con muy buenos ojos este estado de cosas y lo defienden, a capa y espada, como algo positivo, esperanzador, liberador y ā€œempoderadorā€. En efecto, segĆŗn estos todólogos, los dispositivos digitales (las pantallas) nos han hecho cambiar de era y han propiciado que surjan unos nuevos seres, los ā€œdigital nativesā€ o el ā€œhomo numericusā€, cuyo cerebro ha evolucionado y ha sido modificado gracias a ellas. Por eso, afirman que el cerebro de este hombre nuevo es mĆ”s rĆ”pido en sus respuestas; es mĆ”s capaz de gestionar en paralelo datos diferentes (i.e. estĆ” dotado para la multitarea); es mĆ”s competente para sintetizar grandes flujos de información; y es mĆ”s apto para el trabajo en equipo. Todos estos cambios son, segĆŗn ellos, la palanca o el instrumento ideal para refundar la educación, para motivar a los alumnos, para incentivar su creatividad, para acabar con el fracaso escolar y, por lo tanto, con las desigualdades sociales.
Ahora bien, esta euforia de los ā€œexpertos mediĆ”ticosā€, los verborreicos todólogos, choca frontalmente con la realidad descrita en numerosos estudios cientĆ­ficos. Como en muchas otras situaciones, las apariencias engaƱan y el Ć”rbol de las pantallas no dejan ver el bosque de los problemas que provocan. AsĆ­, a propósito del uso recreativo de las pantallas (uso principal y prioritario por parte de las nuevas generaciones), las numerosas investigaciones cientĆ­ficas han explicitado una larga lista de consecuencias daƱinas, tanto para los niƱos como para los adolescentes y jóvenes. En estas investigaciones, se afirma que el uso y abuso recreativo de las pantallas ha socavado las bases del desarrollo armónico y equilibrado, en todos los campos, de las nuevas generaciones. En efecto, provocan daƱos no sólo en lo somĆ”tico (obesidad, maduración cardiovascular, sedentarismo, trastornos alimenticios, etc.), sino tambiĆ©n en lo emocional (agresividad, depresión, comportamientos de riesgo, etc.) y en lo cognitivo o intelectual (deficiencias en el lenguaje, en la concentración, en la memoria, etc.). Y estas consecuencias daƱinas ponen en entredicho, cada vez mĆ”s, tanto el Ć©xito escolar como el Ć©xito social y laboral futuros.
A propósito de las enseƱanzas y de los aprendizajes escolares (i.e. del Ć©xito y del fracaso escolar), las evaluaciones PISA son contundentes y concluyentes: el uso de los dispositivos digitales (pantallas) en la escuela no es beneficioso, sino todo lo contario. Recientemente, el padre de estas evaluaciones periódicas reconoció que los dispositivos digitales empeoran, mĆ”s bien, los resultados escolares. Por eso y a la luz de las abundantes investigaciones cientĆ­ficas, M. Desmurget  y sus colegas neurocientĆ­ficos comparten este punto de vista. Y asĆ­, tanto ellos como los gurĆŗs de Silicon Valley y numerosos ejecutivos de las grandes tecnológicas (entre ellos el malogrado Steve Jobs) protegen a sus hijos contra los instrumentos digitales —que han sido ideados, desarrollados y comercializados precisamente  por los gurĆŗs y ejecutivos precitados— enviĆ”ndolos a colegios donde las pantallas no tienen cabida; y, por otro lado, no poniendo al alcance de sus retoƱos, en el Ć”mbito familiar, las pantallas de las nuevas tecnologĆ­as. A este respecto, uno de los primeros ejecutivos de Facebook, el arrepentido Chamath Palihapitiya, reconoció su tremenda culpa por haber contribuido a desarrollar unas herramientas que estĆ”n desgarrando el tejido social. Y, ademĆ”s, denunció que, mientras los niƱos desfavorecidos son sometidos cada vez mĆ”s al aprendizaje digital en las escuelas, los mĆ”s ricos van a clases donde las pantallas estĆ”n prohibidas. 
ĀæDónde estĆ” la verdad? ĀæA quiĆ©n creer? ĀæDe quiĆ©n fiarse? ĀæDebemos confiar en la verborrea de los indocumentados ā€œtodólogosā€ (los ā€œexpertos mediĆ”ticosā€) o en los resultados de las investigaciones cientĆ­ficas? Podemos formular esta alternativa de otra forma: Āæla llamada ā€œrevolución digitalā€ es una oportunidad para las jóvenes generaciones o, mĆ”s bien, como reza el tĆ­tulo del ensayo de M. Desmurget, una  ā€œfĆ”brica de cretinos digitalesā€ (i.e. de estĆŗpidos, idiotas, necios)? Ɖste dedica su ensayo a responder a esta pregunta. Ahora bien, por el tĆ­tulo de su ensayo, podemos aventurar por dónde irĆ”n los tiros. Sin embargo, con su respuesta no pretende imponer a nadie lo que debe pensar, creer o hacer; ni tampoco culpabilizar a los padres o poner en entredicho las prĆ”cticas educativas. Pretende sólo  proporcionar a los lectores una información rigurosa, precisa y leal. Y, luego, que cada cual la utilice como quiera o pueda. En próximos textos, desgranaremos su circunstanciada respuesta ya que, como escribió el padre del cubismo, Georges Braque, ā€œla vĆ©ritĆ© existe. On n’invente que le mensongeā€.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

LA DECISIƓ ƉS NOSTRA
Quantes vegades t'has sentit infravalorat per ser jove? Infravalorat per mitjans de comunicació, en el món laboral o inclús per persones que estimes? No ets l'única, són fets que es produeixen sistemàticament degut a l'adultcentrisme. El poder que exerceixen les
persones adultes sobre les joves menystenint-les i considerant que les nostres opinions i propostes no són igual de vàlides que les seves, ens porta a situacions com la invisibilització i la criminalització. A aquest fet se li ha de sumar que en el context actual el jovent ens enfrontem a la incertesa, la precarietat i el xoc emocional causat per la pandèmia.
La regressió de drets socials i polítics duta a terme pels de sempre, PP i PSOE, ha estat una constant en les nostres vides des que tenim consciència i la resta de forces com CiU i PNB s'han limitat a observar i en la majoria de casos recolzar-ho. Totes aquestes reformes han generat una precarització i una criminalització generalitzada sobre el nostre col·lectiu: alguns exemples clars són l'impediment de tenir accés a un treball amb condicions dignes, gaudir d'una educació pública i de qualitat o una bona salut mental.
El jovent no podem quedar-nos immòbil davant d'aquestes situacions, perquè nosaltres som les que estem al peu del canó quan toca lluitar als carrers. Organitzades enfront del feixisme, les retallades, el masclisme, el canvi climàtic i també per la lluita dels nostres drets nacionals i la nostra llengua. En definitiva el jovent hem estat i som la punta de llança de totes les reivindicacions per aconseguir una societat millor basada en el respecte als Drets Humans.
Des del Jovent Republicà ho tenim clar: sempre hem estat, estem i estarem als carrers, però si no som nosaltres qui està en espais de decisió, ningú legislarà per les joves. A les pròximes eleccions del 14-F tan sols un partit té a les seves llistes persones que veritablement poden representar i revertir la situació amb capacitat real: Esquerra Republicana de Catalunya.
Front l'adultcentrisme i la pĆØrdua de drets, el Jovent RepublicĆ  de la mĆ  d'ERC volem portar la veu de les joves del paĆ­s al Parlament, perquĆØ qui ha de parlar per les joves, som les joves.
Quim Belmonte
Candidat del Jovent RepublicĆ  al VallĆØs Occidental


Apostem pel Decidim a Cerdanyola?
Hola, soc veĆÆna de Cerdanyola i segurament de les poques persones que eviten les xarxes socials comercials (Facebook, Instagram, etc.). Per això sovint em perdo debats sobre la ciutat, que m’expliquen les amistats. De vegades voldria entrar i participar, però llavors penso: He de registrar-me a una empresa comercial per estar mĆ©s informada sobre el meu poble? He de passar pel peatge de regalar a Facebook i empreses de mĆ rqueting les meves dades de comportament a Internet per participar en decisions polĆ­tiques?
La pressió d’experts i moviments socials ha aconseguit que la Unió Europea comenci a posar lĆ­mits a l’activitat intrusiva i poc ĆØtica de les xarxes i missatgeria comercial. La conseqüència: fa pocs dies Whatsapp establia noves condicions d’ús per obligar-nos a facilitar les nostres dades a Facebook, Ć©s a dir, al mĆ rqueting. M’ha sorprĆØs positivament la quantitat d’usuaris que, informats del que això suposa, han migrat els seus perfils cap a altres xarxes. Des de Whatsapp això ja ho consideraven, són coses del mercat i la competĆØncia. Malgrat marxin alguns milions de persones, la resta seguiran emprant aquesta aplicació per la inĆØrcia i la comoditat del costum. Ara bĆ©: I si els canvis de condicions, les versions ā€œPremiumā€ i els ā€œUpgradeā€ quasi forƧosos tĆ­pics d’aquestes aplicacions comercials, afecten properament a Facebook, Twitter o Instagram? S’ha plantejat l’Ajuntament quĆØ passaria amb la comunicació pĆŗblica al poble? S’ha plantejat l’Ajuntament fins a quin punt Ć©s Ćŗtil deixar la deliberació dels cerdanyolencs i cerdanyolenques en mans d’empreses comercials? En altres paraules: QuĆØ passa si aquestes empreses evolucionen cap a condicions d’ús abusives o amb quotes, per exemple,  afectant el fluxe de comunicació?
L’ètica -o mĆ©s aviat, manca d’ètica-, d’aquestes xarxes Ć©s una altra qüestió sobre la qual un Ajuntament podria reflexionar abans d’emprar-les. No Ć©s solament la venda de les nostres dades a tercers sense el nostre consentiment (ja sabem que posar-nos en contacte amb gent Ć©s el ganxo pel negoci de la publicitat). Estem parlant de la corrupció, ja palesa amb Cambridge Analytica, a mĆ©s de l’explotació de treballadors. L’empresa Cambridge analĆ­tica va tancar rere l’escĆ ndol per vulnerar la privacitat dels usuaris de Facebook amb propòsits electorals, entre altres males praxis. D’altra banda, Facebook remunera amb sous precaris els treballadors encarregats de censurar imatges violentes, una feina que deixa forƧa seqüeles psicològiques.
El foment del consum local i crĆ­tic, la consciĆØncia de com afecta al nostre poble la comoditat de comprar amb un clic a Amazon, ha marcat la passada campanya de Nadal a Cerdanyola. Seria bo que aquest esperit de consum conscient sigui aplicat tambĆ© per l’Ajuntament en les polĆ­tiques de comunicació pĆŗblica. Recordem: ā€œsi no pagues, el producte ets tuā€. No es tracta de deixar d’emprar les xarxes comercials, d’això cada persona Ć©s responsable. Però potser sĆ­ es tracta d’apostar per una opció mĆ©s ĆØtica, mĆ©s controlable pel propi Ajuntament, en quĆØ les xarxes comercials puguin complementar, però no ser la via principal de comunicació a l’esfera pĆŗblica del nostre poble. El fet que Facebook o Instagram estiguin tan implantats no vol dir que no hi hagi alternatives, ni que es puguin promoure en base a l’ètica i el servei universal.

Decidim.org no comercialitza amb les dades ni tƩ afany de lucre
Una alternativa d’èxit Ć©s la plataforma Decidim.org, codisenyada i implementada per l’Ajuntament de Barcelona i que actualment empren una trentena d’ajuntaments propers i llunyans (des de Sabadell i Sant Cugat fins a Nanterre i Waterloo), aixĆ­ com governs regionals (Generalitat de Catalunya, Quebec, Regione Puglia, etc.) i organitzacions socials (Som Energia, Federació d’Ateneus de Catalunya, Universitat de Burdeus, etc.).
Seria desitjable que l’Ajuntament aposti pel Decidim com a plataforma de consulta i deliberació pĆŗblica que no comercialitza amb les dades dels usuaris, mantĆ© l’anonimat i es basa en una arquitectura de codi obert. Ɖs responsabilitat dels governs promoure serveis pĆŗblics no comercials, incloent el dret a la comunicació, aixĆ­ com oferir igualtat d’accĆ©s als mitjans de difusió pĆŗblica. A l’època de la rĆ dio i la TV això es va intentar, ara el repte Ć©s aconseguir-ho a les xarxes digitals. 
NĆŗria R.


Llueve sobre mojado en CataluƱa:
nueva sentencia del TSC
El pasado 16 de diciembre, el TSJC dictó una nueva sentencia (nº 5201/2020) relativa al espacio que debe ocupar el castellano como lengua vehicular en el sistema educativo de Cataluña. Con ella, el TSJC respondía al recurso contencioso administrativo (nº 168/2015), interpuesto por el Ministerio de Educación, el 24 de abril de 2015, ante la inactividad normativa de la Generalidad de Cataluña: por un lado, el no haber desarrollado la disposición transaccional 38 de la LOE (2006), que establece el derecho de los alumnos de Cataluña a recibir las enseñanzas en las dos lenguas oficiales; y, por el otro, el no haber fijado los horarios ni las materias para el uso vehicular del castellano.
El 20 de julio de 2015, la AbogacĆ­a del Estado tambiĆ©n presentó un escrito pidiendo la anulación de la Resolución ENS/280/2015 para que el uso del castellano no quede limitado al primer curso de la educación infantil ni a la ā€œatención individualizadaā€ y para que sea lengua vehicular con el catalĆ”n, en rĆ©gimen de igualdad o en unos porcentajes que no sean inferiores al 25%. Esta demanda se fundamenta en el rĆ©gimen de ā€œconjunción lingüísticaā€ o enseƱanza bilingüe o de una sola lĆ­nea, vigente en CataluƱa, (las dos lenguas oficiales han de ser lenguas vehiculares, ya que los alumnos no pueden ser separados, en dos lĆ­neas, en función de la lengua habitual); y tambiĆ©n en el derecho de los alumnos a recibir las primeras enseƱanzas en su lengua habitual, segĆŗn doctrina permanente de la UNESCO y de dos psicopedagogos catalanes, de primer orden, de finales del siglo XX (Rosa Sensat y Miquel SiguĆ”n).
En los ā€œfundamentos de derechoā€ de su sentencia, el TSJC deja claro que la Generalidad de CataluƱa es competente y responsable de la gestión de la polĆ­tica lingüística. Por otro lado, constata que, en conjunto, el uso vehicular del castellano en la enseƱanza de CataluƱa es ā€œresidualā€ o simbólico y esto constituye ā€œuna infracción del marco jurĆ­dico vigenteā€, segĆŗn reiterada jurisprudencia del TC. AdemĆ”s, la Generalidad ha hecho dejación de sus funciones al no haber dictado las normas para que las dos lenguas (catalĆ”n y castellano) sean lenguas vehiculares.
Y, por lo tanto, en su fallo, el TSJC resuelve, de verbo ad verbum, que obliga a ā€œla Generalidad de CataluƱa a adoptar las medidas que sean necesarias para garantizar que, en las enseƱanzas impartidas en el sistema educativo de CataluƱa,  todos los alumnos reciban de manera efectiva e inmediata la enseƱanza mediante la utilización vehicular normal de las dos lenguas oficiales en los porcentajes que se determinen, que no podrĆ”n ser inferiores al 25% en uno y otro casoā€. 
La resolución de esta sentencia, clara y sin ambages, y las circunstancias de la misma merecen algunas glosas para enfatizar ciertos aspectos de la misma y poner el dedo en la llaga del funcionamiento de la justicia española y del uso torticero e inapropiado de la misma por parte de la Generalidad.
Lo mĆ­nimo que se puede decir de la justicia espaƱola es que es ā€œcaracoleraā€. En efecto, entre el contencioso administrativo de la AbogacĆ­a del Estado y el fallo del TSJC han transcurrido casi 6 aƱos. Y, como reza una cita atribuida al pensador cordobĆ©s SĆ©neca, ā€œuna justicia lenta (ā€œcaracoleraā€) no es justiciaā€. El ser una justicia demasiado garantista y el uso sistemĆ”tico y torticero del derecho al recurso, aunque Ć©ste sea legal, para sustraerse del cumplimiento de las sentencias  judiciales, son letales para la necesaria celeridad de los procesos. 
No es la primera vez que la polĆ­tica lingüística de la Generalidad ha sido objeto de recriminaciones convergentes, tanto por parte del TSJC como del Tribunal Supremo (TS) y del Tribunal Constitucional (TC). Se podrĆ­a decir que, desde hace demasiado tiempo, llueve sobre mojado en CataluƱa. Y todo parece indicar que el vaso de la paciencia de los tribunales se ha colmado. En efecto, la sentencia no deja lugar a dudas: en todos los centros escolares de la Comunidad Autónoma, la Generalidad debe garantizar el uso ā€œefectivo e inmediatoā€ del catalĆ”n y del castellano como ā€œlenguas vehicularesā€. Esta es la condición sine qua non de la implantación real y concreta del modelo de ā€œconjunción lingüísticaā€. 
No son posibles, por lo tanto, mĆ”s dilaciones torticeras (cf. ā€œinmediatoā€). Ahora bien, podemos preguntarnos cómo puede ser inmediato el uso vehicular del castellano, si la Generalidad podrĆ” presentar, y lo va a hacer, un recurso de casación, que dilatarĆ” nuevamente la aplicación del mismo. Y, ademĆ”s, si vienen mal dadas, siempre le quedarĆ” a la Generalidad, como a Rick e Ilsa, Estrasburgo,  Bruselas, La Haya y..., para dilatar, mĆ”s y mĆ”s, la acción de la justicia y sustraerse de ella. Y, por otro lado, la implementación de las dos lenguas vehiculares debe ser real (cf. ā€œefectivoā€), ya que no sirve la discriminatoria coartada —engaƱosa y torticera— de la ā€œatención individualizadaā€.
Por eso, el TSJC concluye que el castellano, lengua vehicular, debe ser usado, como mĆ­nimo, en un 25% de las asignaturas, entre las que debe haber alguna troncal o similar. A propósito de este porcentaje, debemos preguntarnos de dónde lo han sacado los tribunales de justicia. ĀæPor quĆ© no el 30% o el 40% o el 50% o…? El porcentaje propuesto denota que los tribunales de justicia no se han asesorado o les han asesorado mal y, por lo tanto, no saben cómo se aprende una lengua ni en quĆ© consiste hablar una lengua. Y, en consecuencia, han propuesto, a la buena de Dios y a la pata la llana, el 25%. Han querido contentar a todos y no han contentado a nadie. Y la casa sin barrer. Si en las sentencias de otros campos del derecho, los tribunales actĆŗan sin conocimiento de causa y con la misma ligereza y  superficialidad que en este caso, es para echarse a temblar. 
Finalmente, los autoproclamados defensores de espaƱol en CataluƱa (ciertos partidos: C’s, UPyD, PP y Vox; algunas asociaciones y plataformas; nuevos medios digitales y numerosos blogs) se han mostrado eufóricos y se han congratulado ante esta nueva sentencia. Ahora bien, si miramos al pasado, no es para tirar cohetes y hay que moderar la euforia. En efecto, durante los Ćŗltimos 30 aƱos, los resultados obtenidos por ellos en la defensa (?) de los derechos lingüísticos de los  ciudadanos de CataluƱa han sido nulos. Y, desde hace demasiado tiempo,  su actitud, me ha recordado siempre la actitud y el comportamiento de las farmacĆ©uticas, que no persiguen curar las enfermedades sino en convertirlas en crónicas para conseguir pingües beneficios a costa de la salud de los pacientes. Y tambiĆ©n me ha hecho pensar en la hipocresĆ­a de las ONGs, que sólo les interesa que se eternicen y enquisten los problemas para poder seguir viviendo a costa del sudor, de la miseria, del sufrimiento, de la muerte… del prójimo. 
Hasta ahora, los defensores de los derechos lingüísticos en CataluƱa se han puesto al nivel de la casta polĆ­tica, utilizando la vĆ­a judicial y polĆ­tica, que se ha revelado completamente improductiva, ineficaz y frustrante. Y se han olvidado de que, para hacer cumplir las sentencias y asegurar el dominio equivalente y adecuado de las dos lenguas, los criterios pedagógicos y psicolingüísticos no sólo deben ser tenidos en cuenta sino ser priorizados. Sólo asĆ­ dejarĆ”n de ser figurantes impotentes, durante 30 aƱos mĆ”s, en la farsa de la polĆ­tica lingüística catalana y podrĆ”n conseguir que se respeten los derechos lingüísticos de los catalanes. 
Coda: Ā« Je ne demande nde pas Ć  ĆŖtre approuvĆ©, mais Ć  ĆŖtre examinĆ© et, si l’on me condamne, qu’on m’éclaire Ā» (Ch. Nodier).
© Manuel I. Cabezas GonzÔlez


Guerra al SĆ hara
El 14 de novembre de 1975, fa ja 45 anys, es van signar els Acords Tripartits de Madrid, pels quals Espanya (amb gran paper del futur rei Joan Carles), va ā€œdeixarā€ el SĆ hara Occidental al Marroc i MauritĆ nia. El poble saharaui, amb el Frente Polisario, va lluitar contra l’ocupació marroquina en una guerra desigual durant 16 anys, fins l’alto el foc de 1991 promogut per l’ONU amb la promesa de fer un referĆØndum d’autodeterminació. Que el Marroc ha anat impedint fins ara.
El Marroc s’ha atrinxerat al SĆ hara amb un mur de 2.720 km de llarg, fet amb ajuda d’Israel i de l'ArĆ bia Saudita, defensat amb mines terrestres (entre 10 i 40 milions), fortificacions, radars i mĆ©s de 100.00 soldats. El mur protegeix la zona ocupada, on hi ha les mines de fosfats de Bucraa i la costa. La zona mĆ©s enllĆ  del mur, 1/3 del SĆ hara Occidental, estĆ  sota control del F. Polisario, en el que anomenen Territoris Alliberats, amb poca importĆ ncia econòmica.
A mĆ©s a mĆ©s, el Marroc el 13 de novembre d'aquest any va trencar l'acord de pau atacant civils saharauis al pas del Guerguerat.  De fet, el Marroc va envair una zona desmilitaritzada i va declarar, de facto, la guerra al poble saharaui.
La població saharaui actual estĆ  dispersa: la majoria va fugir durant la guerra i estĆ  als camps de refugiats de Tinduf, ArgĆØlia, una part als territoris ocupats, a l’exili, o tambĆ© empresonada al Marroc. La RepĆŗblica Ɓrabe Saharaui DemocrĆ”tica, RASD, declarada el 1976 pel F. Polisario, estĆ  reconeguda per molts governs i Ć©s membre de ple dret de la Unió Africana.
Espanya Ć©s encara la potĆØncia administradora del territori, segons el dret internacional, l’ONU i el Tribunal de JustĆ­cia Europeu. Per tant, Ć©s co-responsable de fer el referĆØndum i d’acabar la descolonització ā€œde l’última colònia a l'ƀfricaā€. 
El SĆ hara Occidental te grans reserves de fosfats, reserves de petroli, gas, ferro, coure i urani, entre d'altres. A mĆ©s de la capacitat per produir energia eòlica i solar per cobrir les necessitats de gran part d’Europa i del Marroc... 
Tots aquests recursos són saquejats i explotats sistemĆ ticament i ilĀ·legalment pel Marroc, com denuncien nombroses resolucions de l’ONU, amb la complicitat de la comunitat internacional...

Alguns exemples:
- Els fosfats saharauis són estratègics a nivell mundial: segons BBC-món, del 24/02/20, li poden donar al Marroc un poder comparable al de l'Aràbia Saudita amb el petroli. A banda que la venda d'aquests fosfats li suposa al Marroc una de les fonts principals d'ingressos.
- Als bancs de pesca saharauis hi van sobre tot pesquers d’Espanya i de la UE, que paguen al Marroc per l’explotació. 
- Venda de sorra del desert i d’àrids, que podem trobar a platges i construccions d’aquĆ­. 
- Els parcs eòlics previstos al Sàhara Occidental per als propers 5 anys donaran el 45% de la capacitat elèctrica marroquina. Les empreses acceptades de moment són les espanyoles Acciona Energia, AlstomWind i Gamesa, altres de França, Qatar, Aràbia Saudita, Regne Unit, Itàlia, Alemanya...
- Llicències d'explotació del petroli, tant en alta mar com en terra: KosmosEnergy (Bermudes), Sant Lleó Marroc Ltd (Irlanda), LongreachOil and Gas Ventures (Regne Unit), l'estatal marroquina ONHYM...
- Projecte de mega parc solar al SƠhara occidental, "Desertec": consorci de companyies internacionals encapƧalades per les alemanyes Siemens i Deutsche Bankpretende.
- Cepsa i Repsol gestionen el petroli a la zona ocupada.

Volem mostrar el nostre suport i solidaritat amb el poble saharaui, i demanar una implicació directa del Govern en la solució justa i definitiva del conflicte. Demanem a la comunitat internacional que ā€œobligui" al Marroc a complir amb la legalitat i es convoqui un referĆØndum d’autodeterminació al SĆ hara Occidental, tal i com va ser l'acordat el 1991 amb l'alto a el foc.
No és política internacional, sinó que és política interior. La falsa neutralitat espanyola i el fet de no pronunciar-se, només beneficia el règim invasor del Marroc.
No a l’oblit!
Grup SĆ hara Cerdanyola - Ripollet


REBAJAS EN LA ENSEƑANZA DE ESPAƑA
En un texto reciente formulaba y respondĆ­a a estas dos preguntas: ā€œĀæQuĆ© se enseƱa y que se aprende en las escuelas, y quĆ© habrĆ­a que enseƱar y aprender?ā€. En Ć©l concluĆ­a que, en la escuela espaƱola, no se enseƱan ni se adquieren las competencias instrumentales, —bĆ”sicas y fundamentales— que permitan que los alumnos puedan, por un lado, aprender por sĆ­ mismos y ser autónomos, sin depender continuamente de esos lazarillos llamados profesores; en segundo lugar, recorrer adecuadamente el itinerario acadĆ©mico; y, finalmente, prepararse para la vida. Ahora bien, el  presente y el futuro de la calidad de la enseƱanza en EspaƱa van a degradarse aĆŗn mĆ”s con el Real Decreto-ley 31/2020, de 29 de septiembre, por el que adoptan medidas urgentes en el Ć”mbito de la enseƱanza no universitaria mientras dure la pandemia de la Covid 19. Hoy, como anunciaba en el artĆ­culo precitado, presentamos y analizamos someramente las medidas-rebajas del R.D.-ley.

Las rebajas del R.D-ley 31/2020 
Primera rebaja: segĆŗn el artĆ­culo 2 del R.D.-ley, en la contratación de profesores interinos para hacer frente a la pandemia de la Covid 19 —una vez agotadas las listas de candidatos con la formación preceptiva— se exime a los candidatos de que acrediten la formación pedagógica y didĆ”ctica mediante el correspondiente master habilitante o tĆ­tulo equivalente. Sin entrar en una valoración del contenido de este mĆ”ster o tĆ­tulo, esta eximente permite confiar la enseƱanza a profesores sin la formación requerida. Estos profesores interinos son poseedores, formal y teóricamente, de ā€œsavoirsā€ (saberes sobre la materia, que van a enseƱar: matemĆ”ticas o inglĆ©s o ciencias naturales 0…), pero no de ā€œsavoir-faireā€ (Āæcómo enseƱarla?) ni de ā€œsavoir-ĆŖtreā€ (Āæcómo gestionar la dinĆ”mica del grupo clase?). Y estos dos Ćŗltimos saberes son tan importantes como los primeros.

Segunda rebaja: en el artĆ­culo 4, se flexibiliza tambiĆ©n, podĆ”ndolos, el ā€œcurrĆ­culo escolarā€ y las ā€œprogramaciones didĆ”cticasā€ oficiales, al tener sólo un carĆ”cter orientativo para los centros y los profesores. Este precepto permite, por lo tanto, que cada centro haga de su capa un sayo, poniendo en entredicho y en peligro tanto la homogeneidad como la calidad y la equidad en la enseƱanza espaƱola.

Tercera rebaja: el artĆ­culo 5, por un lado, modifica los ā€œcriterios de evaluaciónā€ para cada materia y curso: en las evaluaciones, se deberĆ” poner el acento en los ā€œaprendizajes mĆ”s relevantes e imprescindiblesā€, es decir aquellos que permitan la continuidad en el proceso educativo y aquellos que permitan a los alumnos aprender por sĆ­ mismos y en equipo. Y, por el otro, tambiĆ©n se flexibilizan los ā€œcriterios de promociónā€ de curso o de ciclo: el equipo docente de cada centro podrĆ” modificarlos para decidir quiĆ©n pasa de curso o de ciclo y quiĆ©n debe repetir curso, aunque la repetición debe ser algo muy, muy, muy, … ā€œexcepcionalā€. Ahora bien, las asignaturas suspensas no deben ser ni la Ćŗnica ni la mĆ”s importante causa de las evaluaciones, de la promoción y de la repetición de curso. 

Cuarta rebaja: el artĆ­culo 6 explicita los criterios para otorgar los tĆ­tulos de ā€œGraduado de ESOā€ y de ā€œBachillerato. Tanto el uno como el otro no dependerĆ”n de las materias no superadas (i.e. suspendidas). Dar o no dar el tĆ­tulo correspondiente serĆ” tambiĆ©n una decisión colegiada, en la que no se debe tener en cuenta el nĆŗmero de suspensos sino la adquisición de los objetivos generales, el desarrollo de las competencias fundamentales y la madurez acadĆ©mica de los alumnos de la ESO y del Bachillerato para que puedan continuar con sus estudios. Estos resultados es algo que no se conseguĆ­a antes de la pandemia. Y con la pandemia, ni en sueƱos.

Y quinta rebaja: finalmente, el artĆ­culo 7 permite que, a partir de este curso (2020-2021) y con una vigencia indefinida, se supriman las evaluaciones habituales y preceptivas al final de la EnseƱanza Primaria y de la ESO. Esta supresión tiene todos los visos de ser simplemente una medida para disfrazar y esconder, por un lado, los resultados desastrosos de la improvisada enseƱanza-aprendizaje ā€œonlineā€ del tercer trimestre del curso 2019-2020 y del presente aƱo escolar; y, por el otro, las lagunas o dĆ©ficits formativos que los alumnos van a arrastrar curso tras curso, en los próximos aƱos, una vez vencida la pandemia. Ante este mirar para otro lado, para no ver ni conocer la triste y decepcionante realidad, no es ocioso citar esa perogrullada segĆŗn la cual lo que no se evalĆŗa no se puede mejorar.  

A caballo regalado, no le mires el diente
Desde la Logse y antes de la adopción de las medidas tomadas en el tercer trimestre del curso 2019-2020 y con el precitado decreto, las enseƱanzas y los aprendizajes no universitarios eran ya, segĆŗn los informes PISA y de la OCDE,  muy deficientes y, por lo tanto, muy mejorables. Por eso, podemos imaginar y prever, sin mucho esfuerzo y sin forzar la realidad, que las rebajas —relativas a la formación del profesorado, a los contenidos de la enseƱanza-aprendizaje, a las exigencias en la evaluación y para la obtención de los tĆ­tulos de ā€œGraduado de ESOā€ y de ā€œBachilleratoā€, y a la eliminación de la evaluación global de la enseƱanza primaria y secundaria— explicitadas ā€œut supraā€, van a degradar aĆŗn mĆ”s la ya maltrecha, renqueante y desvencijada enseƱanza espaƱola. Y, por eso, se puede afirmar que el sistema educativo espaƱol proporciona y va a proporcionar una ā€œenseƱanza de rebajas o rebajadaā€.  
Con estas rebajas, nuestros niños, adolescentes y jóvenes no tendrÔn una cabeza, como hubiera dicho Michel de Montaigne, ni bien llena ni bien organizada. Y, ademÔs, no podrÔn adquirir las competencias lingüísticas, que les permitan dejar de ser gallinas de corral (analfabetos, que es lo que somos todos al nacer) y ser Ôguilas reales (alfabetos, i.e. ciudadanos armados lingüística y culturalmente).
Por eso, cinco CC.AA. (AndalucĆ­a, Castilla y León, PaĆ­s Vasco, Madrid y Murcia) anunciaron su disconformidad con estas rebajas del Ministerio de Educación. Sin embargo, no todos los implicados en la labor docente (profesores, sindicatos y, sobre todo, padres y alumnos) han levantado la voz contra las medidas castradoras y esterilizadoras del R.D.-ley de la ministra Isabel CelĆ”a. Todo parece indicar que los actores docentes se han guiado por el clĆ”sico refrĆ”n segĆŗn el cual a caballo regalado no le mires el diente. En el caso que analizamos, se trata de un regalo envenenado y con penitencia: se mejorarĆ”n las estadĆ­sticas, escondiendo y blanqueando las cifras del fracaso escolar de la enseƱanza espaƱola, pero se hipotecarĆ” el itinerario acadĆ©mico de muchĆ­simos estudiantes y su futuro laboral, económico y social. 
Con estas rebajas, se hace un flaco favor, en primer lugar, a los alumnos, a los que se les cortarĆ”n las alas, al no poder desarrollar todas sus potencialidades. En efecto, al rebajar el nivel de exigencia, permitiendo el aprobado general y la  distribución de tĆ­tulos a la carta, las rebajas precitadas son un ataque contra la cultura del esfuerzo, la meritocracia y la excelencia. Y, como correlato, convierten a los alumnos en personas ignorantes y manipulables, propiciando la creación de una masa social dócil y acrĆ­tica, incapaz de analizar y valorar. En segundo lugar, tambiĆ©n desprestigian al cuerpo docente, al rebajar a los profesores el nivel de exigencia tanto formativa como docente. Y, finalmente, dejan al sistema educativo espaƱol con sus vergüenzas al aire, al dinamitar la calidad, la equidad y la igualdad de oportunidades. Y esto consolidarĆ” el puesto de la educación espaƱola en el furgón de cola de los sistemas educativos de los paĆ­ses de nuestro entorno, al tiempo que hipotecarĆ”n la vida económica, cultural, cientĆ­fica,… de EspaƱa, relegĆ”ndola en el ranking de las principales potencias económicas del mundo.
La enseñanza y la educación son tan importantes y vitales, individual y colectivamente, que no se pueden dejar, como hubiera dicho José Saramago, en manos de la casta política. Como en muchas otras cosas, el problema radica en que estÔn precisamente en sus manos y éstas contaminan y prostituyen todo lo que tocan. Por eso, hoy mÔs que nunca, es necesario un pacto nacional por la educación, pensando sólo en el presente y el futuro de los alumnos y de España.
© Manuel I. Cabezas GonzÔlez


ĀæQUƉ SE ENSEƑA Y QUƉ SE APRENDE EN LAS ESCUELAS?
En la maƱana del pasado 12 de octubre, ā€œdĆ­a de la Hispanidadā€, estuve haciendo mi cardiosaludable y cotidiano paseo por la Sierra de Collserola, en el tĆ©rmino municipal de Cerdanyola del VallĆØs (Barcelona). Numerosos paseantes —en solitario, en pareja, en grupo o en familia— desentumecĆ­amos y oxigenĆ”bamos nuestros cuerpos, cruzĆ”ndonos o adelantĆ”ndonos unos a otros. Al acercarme y al adelantar a una familia de viandantes y al alejarme de la misma, pude escuchar cómo una adolescente de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) explicaba a sus padres lo que estaba aprendiendo en las clases de lengua espaƱola. 
HabĆ­a estudiado ya lo del ā€œatributoā€, lo del ā€œcomplemento de objeto directoā€, lo del ā€œcomplemento indirectoā€ y lo de los ā€œcomplementos circunstancialesā€,… e iba a estudiar lo de los ā€œverbos transitivos, intransitivos, personales, impersonales, reflexivosā€,… Yo seguĆ­ mi camino, alejĆ”ndome de la familia y de las explicaciones de la joven, al tiempo que me preguntaba: Pero, ĀæQuĆ© se enseƱa y quĆ© se aprende en los centros escolares? ĀæY quĆ© habrĆ­a que enseƱar y aprender?

Lo que se enseƱa y se aprende
SegĆŗn esta vivencia anecdótica, todo parece indicar que, en la escuela, a los alumnos se les atiborra de conocimientos ā€œmetalingüísticosā€, es decir se les enseƱan saberes relativos a aspectos teóricos y formales de la lengua espaƱola (o de cualquier otra lengua), pero no el dominio prĆ”ctico y real, tanto oral como escrito, de la(s) misma(s). Esta inferencia conclusiva es corroborada por los profesores que impartimos docencia universitaria. En efecto, las nuevas hornadas de jóvenes que llegan a la universidad no poseen, en general y esto sucede cada vez mĆ”s, tanto las ā€œcompetencias lingüísticas y textualesā€ (orales y escritas) como lo que Umberto Eco llamó la ā€œcompetencia enciclopĆ©dicaā€ (conocimientos curriculares: historia, geografĆ­a, filosofĆ­a, ciencias,…), ni tampoco una capacidad analĆ­tica y crĆ­tica para poder hacer estudios superiores y sacar provecho del paso y de la estancia en la universidad.
Por su lado, los correctores de las pruebas de acceso a la universidad (PAU o EvAU) constatan, aƱo tras aƱo, que los exĆ”menes de las PAU estĆ”n llenos de faltas de ortografĆ­a, que la expresión lingüística es muy deficiente y que el conocimiento del tema de las distintas materias es nulo o muy escaso. Y, a pesar de esto, han conseguido el tĆ­tulo de Bachillerato, el aprobado en las PAU y el acceso a la Universidad con tamaƱas lagunas. Por otro lado, basta con analizar el comportamiento lingüístico de los jóvenes internautas en las redes sociales para verificar tambiĆ©n que la calidad del contenido y la corrección de la expresión de sus producciones lingüísticas dejan mucho que desear. Y, enfin, los informes PISA y de la OCDE dan testimonio reiterado de ello y no dejan lugar a dudas. 
Hoy, en el contexto de la pandemia de la Covid 19, la clausura  de los centros escolares y de toda actividad educativa presencial, durante el tercer trimestre del curso 2019-2020, y la promulgación del Real Decreto-ley 31/2020, para el curso 2020-2021, han deteriorado y van a deteriorar aĆŗn mĆ”s la ya deficiente formación de los niƱos, adolescentes y jóvenes, que muchos indocumentados ā€œtodólogosā€ califican indebidamente como la ā€œGeneración JASPā€ (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados: la generación mĆ”s y mejor formada de la historia de EspaƱa). Dejo para otra ocasión el anĆ”lisis del R.D.-ley precitado, que propone una ā€œenseƱanza de rebajasā€ (aĆŗn mĆ”s degradada y devaluada) y que ofrece un ā€œaprobado generalā€ y la distribución de tĆ­tulos de ESO y Bachillerato ā€œgratis et amoreā€. Por eso, algunos pedagogos hablan ya de ā€œgeneración perdidaā€ para designar a los alumnos (niƱos, adolescentes y jóvenes) de la era de la Covid 19. Y, por eso, podemos preguntarnos: ā€œQuo vadis?, minister educationisā€, Isabel CelĆ”a.

Lo que habrĆ­a que enseƱar y aprender 
Originaria y tradicionalmente, y tambiĆ©n hoy dĆ­a, la función y el objetivo fundamental y prioritario de la escuela es hacer transitar a los ā€œanalfabetosā€ (no saber ni leer, ni escribir), que somos todos al nacer, hacia el mundo de los ā€œalfabetosā€ (saber leer y escribir). A esto debe estar subordinado cualquier otro aprendizaje escolar o cualquier otro aprendizaje escolar debe contribuir a mejorar las competencias lingüísticas, base y fundamento del Ć©xito escolar, profesional y social. 
Si hay unas enseƱanzas y unos aprendizajes fundamentales e imprescindibles donde los haya, Ć©stos son los lingüísticos: instrumentos para la adquisición de ā€œsaberesā€ (ā€œsavoirsā€) y de ā€œsaber hacerā€ (ā€œsavoir-faireā€). Por eso, todo profesor, de cualquier materia, deberĆ­a ser tambiĆ©n profesor de lengua. Y no debemos olvidar, pastichando el adagio popular de ā€œla letra con sangre entraā€, que ā€œla letra con letra entraā€, Pedro Salinas dixit. De ahĆ­ el papel de la escuela para inocular en los niƱos y jóvenes el virus adictivo y taumatĆŗrgico de la lectura.
La lectura comprensiva y la escritura cooperadora son dos competencias que se pueden y se deben enseƱar y aprender, y, sobre todo, practicar, ya que como dijo G. Bachelard, ā€œavoir compris et appris, c’est savoir faire et refaireā€. Ahora bien, por los resultados escolares que se obtienen hoy, todo parece indicar que el sistema educativo espaƱol estĆ” muy lejos de formar ā€œalfabetosā€ y que, mĆ”s bien, estamos concibiendo y formando ā€œneo-analfabetosā€: individuos, segĆŗn el poeta Pedro Salinas, que han pasado por la escuela pero que o no han aprendido a leer y a escribir (caso demasiado frecuente) o habiendo adquirido el estatus de ā€œalfabetosā€ no leen ni escriben, dos actividades o competencias que se retroalimentan mutuamente.
Por todo esto, si un día se consiguiera un lógico y necesario consenso educativo, pensando sólo en el bien de los alumnos de todos los niveles educativos, se debería focalizar la enseñanza-aprendizaje escolar en las enseñanzas lingüísticas, base y fundamento de cualquier otra enseñanza o aprendizaje. Así lo vio Lionel Jospin, cuando se ocupó, en los 80 y 90, del Ministerio de Educación con F. Mitterand y formuló el objetivo fundamental y prioritario de la escuela francesa con tres sintagmas: enseñar a leer, a escribir, a razonar.
O se produce este cambio, jerarquizando las enseƱanzas-aprendizajes escolares y privilegiando las lingüísticas o, despuĆ©s, pasa lo que pasa. En general, los alumnos, con unas livianas alforjas lingüísticas, renquean y se arrastran en las enseƱanzas no universitarias. Por otro lado, cuando llegan a la universidad, suelen suspender muchas asignaturas o repetir curso o cambiar de estudios o abandonarlos definitivamente. AdemĆ”s, aquellos que terminan los estudios universitarios, al tener que afrontar la entrada en el mundo laboral, se sienten desarmados y abocados a la explotación laboral con trabajos mal valorados y remunerados o simplemente al paro (mĆ”s del 40,8%, en julio de 2020). Y, entonces, se preguntan: ā€œY con estos estudios, ĀæquĆ©?ā€. 
Con las deficientes y livianas alforjas lingüísticas —despuĆ©s de haber estudiado y aprendido cosas sobre las lenguas, pero no el uso funcional y prĆ”ctico de las mismas— no se puede salir de casa o tratar de ser un ciudadano cabal, preparado y armado para no ser desinformado, manipulado, engaƱado y ā€œdesempoderadoā€. De aquellos polvos (enseƱanza teórica y formal de la gramĆ”tica, i.e. de conocimientos metalingüísticos), estos lodos (lagunas en la competencia comunicativa y textual, que es muchĆ­simo mĆ”s que escribir frases sin faltas de ortografĆ­a, y en la competencia enciclopĆ©dica).
© Manuel I. Cabezas GonzÔlez
1 de noviembre de 2020

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