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Y todo esto, ¿quiĆ©n lo paga?
SegĆŗn relatan sus biĆ³grafos, cuando Josep Pla llegĆ³ a Nueva York, en 1954, sus amigos lo acompaƱaron a visitar las amplĆ­simas avenidas y los innumerables rascacielos de Manhattan. Y, ante el derroche de luces e iluminaciones, exclamĆ³ asombrado: “Y todo esto, ¿quiĆ©n lo paga?”. Hoy, ante el derroche de recursos pĆŗblicos —tanto crematĆ­sticos como no pecuniarios (valores, principios, legalidad, estado de derecho, etc.)— del manirroto Pedro SĆ”nchez, para conservar cuatro aƱos mĆ”s su poltrona de la Moncloa, los espaƱoles podemos y debemos preguntarnos, como Josep Pla, “y todo esto, ¿quiĆ©n lo paga?”. Vayamos por partes y por derecho.
Terminado el escrutinio de las elecciones del 23J y a pesar de haberlas perdido, el psicĆ³pata yonqui del poder, Pedro SĆ”nchez, empezĆ³ a remover Roma con Santiago para asegurarse cuatro aƱos mĆ”s en la Moncloa. Para ello, no dudĆ³ en dejarse extorsionar por aquellos que tienen la sartĆ©n por el mango: los partidos perifĆ©ricos minoritarios de las mal llamadas CC.AA. “histĆ³ricas”. Y, por eso, el “inquiokupa” de la Moncloa no sĆ³lo ha prometido —aunque todavĆ­a no se conoce con exactitud la totalidad de sus concesiones— el oro y el moro a sus extorsionadores, sino que ya ha empezado a pagar alguna de las facturas por su permanencia en la Moncloa. Esto constituye todo un acto de “autonepotismo” (uso del cargo y de los recursos pĆŗblicos para asegurarse la poltrona de Presidente del Gobierno de EspaƱa, al margen del principio de mĆ©rito y capacidad, y del estado de derecho). Sin Ć”nimo de ser exhaustivos, ilustremos lacĆ³nicamente algunas de las contrapartidas de Pedro SĆ”nchez a sus extorsionadores.
 
Las concesiones de Pedro SƔnchez a los chantajes nacionalistas
Conocido el escrutinio de las elecciones del 23J, los nacionalistas perifĆ©ricos (EH Bildu, PNV, ERC, Junts, BNG) vieron, en la necesidad de apoyos de Pedro SĆ”nchez para mantenerse en la Moncloa, la gran ocasiĆ³n para dar jaque mate al Estado de derecho y a la unidad de EspaƱa. Y no la dejaron escapar, reuniĆ©ndose con el “inquiokupa” de la Moncloa en diferentes patios de Monipodio.
Sin entrar en detalles, en estas rufianescas reuniones, Pedro SĆ”nchez hizo una serie de promesas no pecuniarias a CataluƱa. Por un lado, prometiĆ³ una “ley de amnistĆ­a” para todos los implicados en el proceso independentista de CataluƱa y en el golpe de estado de octubre de 2017. AdemĆ”s, se comprometiĆ³ a propiciar un “referĆ©ndum de autodeterminaciĆ³n” de CataluƱa, asĆ­ como una “ley lawfare” para meter en cintura al poder judicial. Por otro lado, ofreciĆ³ un “trato singular” o “relaciones bilaterales”, con mediadores nacionales o internacionales, que implica el reconocimiento del estatus de naciĆ³n para CataluƱa. 
Ahora bien, el derrochador Pedro SĆ”nchez tambiĆ©n ha empezado a aflojar los cordones de la bolsa de los recursos pĆŗblicos para gastar, como dicen en El Bierzo, a grifo abierto y atender al chantaje de sus extorsionadores. Citemos, a tĆ­tulo ilustrativo, algunos de estos chantajes. 
En primer lugar, estĆ” la compra de pinganillos, para que los diputados puedan hablar en euskera, gallego y catalĆ”n en el Parlamento. Esta medida fue ilegal, ya que se implementĆ³ antes de que se modificara el Reglamento del Congreso. Fue, ademĆ”s, una medida discriminatoria para los diputados que han mostrado el deseo de hablar en aragonĆ©s, asturiano y aranĆ©s. Por otro lado, carece de toda lĆ³gica y no tiene nada que ver con las necesidades comunicativas. En efecto, se va a traducir del catalĆ”n, euskera y gallego al castellano. ¿Y por quĆ© no, si hubiera un real problema de comunicaciĆ³n,  del vasco al catalĆ”n y gallego; o del catalĆ”n al vasco y gallego; o del gallego al catalĆ”n y vasco? Todo esto es un despropĆ³sito, un simple postureo y un despilfarro de recursos.
En segundo lugar, estĆ” el peaje frustrado del estatus del gallego, vasco y catalĆ”n como lenguas cooficiales de la UE, exigido por Junts. Para vencer la lĆ³gica resistencia de la UE, EspaƱa se apresurĆ³ a prometer que asumirĆ­a el coste: unos 132 millones de € anuales. Pero, ni por esas. Para la UE, se trata de una propuesta precipitada, no argumentada y algo que no es urgente ni prioritario.
Debemos citar tambiĆ©n la red de embajadas(?) de CataluƱa por el ancho mundo. DespuĆ©s del cierre provisional, con la aplicaciĆ³n del art. 155 de la ConstituciĆ³n, la Generalidad de CataluƱa ha vuelto a las andadas, reabriendo y ampliando aĆŗn mĆ”s la red. La Ćŗltima, en noviembre de 2023, en Corea del Sur. Y en estas fruslerĆ­as se fueron, en 2021, mĆ”s de 90 millones de €. 
Por otro lado, hay que referirse a los derroches econĆ³micos, durante mĆ”s de 40 aƱos, por mor de la normalizaciĆ³n(?) lingĆ¼Ć­stica del sistema educativo y de la sociedad catalana, mediante la “inmersiĆ³n lingĆ¼Ć­stica”. ¡¡¡Tantos recursos humanos y econĆ³micos gastados en este capĆ­tulo para que, al cabo de varias dĆ©cadas, los resultados positivos no se vean por ningĆŗn sitio, pero sĆ­ los negativos!!! En efecto, segĆŗn los sucesivos informes PISA, asĆ­ como las evaluaciones nacionales y catalanas, las competencias lingĆ¼Ć­sticas en castellano y catalĆ”n, los niveles en lecto-escritura, en matemĆ”ticas, en conocimientos enciclopĆ©dicos, etc. dejan mucho que desear. A lo que hay que aƱadir el lĆ³gico fracaso y abandono escolares, la repeticiĆ³n de curso, etc.
Para no cansar enumerando otros muchos despilfarros econĆ³micos, es obligado subrayar la condonaciĆ³n (15.000 millones de €)  de una parte de la astronĆ³mica deuda (450.000 millones de €) de CataluƱa, hija prĆ³diga donde las haya. Y, por supuesto, hay que citar el manĆ” de los fondos “Next Generation” de la UE: CataluƱa, como no podĆ­a ser de otra manera,  ha sido la primera receptora (hasta ahora, el 18% del total de los fondos para EspaƱa). 
Ante este derroche de recursos pĆŗblicos y como reza ese aforismo popular del “culo veo, culo quiero”,  las otras CC.AA. dĆ­scolas no han dudado en exigir el mismo trato dado a CataluƱa. Y no sĆ³lo eso. Como uno de los hermanos Marx que siempre querĆ­a “dos huevos duros mĆ”s”, tambiĆ©n han aumentado y diversificado, conociendo el talĆ³n de Aquiles de Pedro SĆ”nchez, las exigencias-chantajes. 
Y todas estas extorsiones, ¿quiĆ©n las paga?
En la lista inconclusa de concesiones (cf. “ut supra”), unas son despilfarros de cuantiosos recursos pĆŗblicos, despilfarros que fragilizan y contribuyen a poner en entredicho las cuentas pĆŗblicas y el estado de bienestar. Otras (amnistĆ­a, referĆ©ndum, independencia, etc.) atacan las bases del Estado de derecho, lo que provoca un peligroso quebranto de la democracia, de la seguridad jurĆ­dica, etc., preludio de todo tipo de arbitrariedades y de un arriesgado cambio de rĆ©gimen.  
 “Y todo esto, ¿quiĆ©n lo paga?”, podemos y debemos preguntarnos. Todo esto lo pagarĆ”n los espaƱoles honestos, leales, ejemplares, decentes, virtuosos y respetuosos con la legalidad vigente, vĆ­ctimas de un “Estado anti-Robin Hood” y de un yonqui del poder. Por un lado, al tener que satisfacer los chantajes de las CC.AA.-hijas prĆ³digas, la inmensa mayorĆ­a de los espaƱoles veremos incrementados los impuestos, para hacer frente a los despilfarros, generadores de dĆ©ficit y de deuda galopantes. Y, por el otro, deberĆ”n arrostrar problemas sin cuento al haber sido degradado el estado de bienestar y el estado de derecho, que tanto costaron crear. Como dijo alguien de cuyo nombre no puedo acordarme, “a veces es necesario y forzoso que un hombre se sacrifique por un pueblo, pero nunca que un pueblo entero deba sacrificarse por un hombre”. 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

“Ley de RestauraciĆ³n de la Naturaleza” (LRN), huertos fotovoltaicos y parques eĆ³licos

A iniciativa del Consejo Europeo, pero con el voto en contra de tres comisiones (Agricultura, Pesca y Medio Ambiente), los partidos de izquierda del Parlamento Europeo aprobaron, por una corta mayorĆ­a (336 votos a favor, 300 en contra y 13 abstenciones), el pasado 12 de julio, la propuesta de reglamento conocido como “Ley de restauraciĆ³n de la naturaleza” (LRN). A partir de ahora, se iniciarĆ”n negociaciones para fijar el texto definitivo de los objetivos y las obligaciones vinculantes para los paĆ­ses miembros de la UE.
La “Ley de RestauraciĆ³n de la naturaleza” (LRN)
SegĆŗn la exposiciĆ³n de motivos, la “LRN” ha sido elaborada sobre la base de “constataciones documentales” (?) y de “la mejor y mĆ”s reciente informaciĆ³n cientĆ­fica” (?). En base a ello, se afirma perentoriamente que, en la UE, se ha producido una pĆ©rdida de la biodiversidad y una degradaciĆ³n de los ecosistemas (el 80% de los hĆ”bitats europeos estĆ”n en mal estado), que perjudican muy seriamente a las personas, a la economĆ­a y al clima. Y, como el tiempo apremia, para garantizar un futuro habitable y saludable, es absolutamente necesario tomar “medidas urgentes” para “restaurar los ecosistemas degradados” y asĆ­ asegurar nuestra supervivencia, nuestro bienestar, nuestra prosperidad y nuestra seguridad a largo plazo. SĆ³lo asĆ­ la UE serĆ” resiliente y se trabajarĆ” en pos de “una sola salud”, concepto que establece una relaciĆ³n intrĆ­nseca entre la “salud humana”, la “salud animal” y “una naturaleza saludable”.
El objetivo general (cf. arts. 1 y 4) de la LRN consiste, por lo tanto, en la “recuperaciĆ³n continua, a largo plazo y sostenible, de una naturaleza rica en biodiversidad, en todas las zonas terrestres y marĆ­timas de la UE, mediante la restauraciĆ³n de los ecosistemas terrestres, costeros y de agua dulce”, hasta que todos se encuentren en buen estado. Ahora bien, ante la gravedad de la degradaciĆ³n de la naturaleza, hay que actuar urgentemente, para que la naturaleza virgen vuelva por sus fueros. Por eso, de aquĆ­ a 2050, deben ser restaurados progresivamente el 90% de los ecosistemas degradados.
La piedra angular de esta restauraciĆ³n es conseguir restablecer la “conectividad natural”. Por un lado, en los rĆ­os; esto implica demoler embalses, pantanos, presas, azudes, para facilitar la circulaciĆ³n de los peces (truchas, salmones, anguilas, etc.); algo que se estĆ” haciendo ya en EspaƱa, donde mĆ”s de un centenar de embalses han sido derruidos, a pesar de la “pertinaz sequĆ­a” que estĆ” castigando al campo espaƱol. Y, por el otro, la conectividad de las zonas forestales, lo que implica reducir las zonas agrĆ­colas, que son autĆ©nticos cortafuegos. Ahora bien, quedan fuera de la “LRN” los cada vez mĆ”s numerosos, extensos y antiecolĆ³gicos parques eĆ³licos y huertos de placas solares, que son considerados de interĆ©s pĆŗblico y que crecen, como las setas en otoƱo, en las montaƱas y en las llanuras de EspaƱa.
Efectos indeseados o ¿deseados? de la “LRN”
Aplicar la “LRN” y hacerlo en tan corto espacio de tiempo van a tener efectos lesivos tanto para los profesionales del sector primario (agricultores, ganaderos y pescadores) como para los ciudadanos, en general, e incluso para la naturaleza, que se pretende regenerar, recuperar y salvar. En efecto, las asociaciones agrarias, ganaderas y piscĆ­colas (ASAJA y SOS Rural) han levantado la voz contra una ley mal pensada, poco realista e inaplicable, y tambiĆ©n contra los eurodiputados espaƱoles, tildados de “traidores”, al haber aprobado la “LRN”, diseƱada por burĆ³cratas que nunca han pisado la tierra, sin el concurso-consenso de los profesionales del sector y, mĆ”s bien, contra ellos.
La “LRN” va a provocar una pĆ©rdida de tierras de cultivo y de caladeros, en detrimento de la producciĆ³n de alimentos. Y esto va a poner en peligro el medio de vida y los ingresos de agricultores, ganaderos y pescadores por partida doble: por la reducciĆ³n de las tierras de cultivo y caladeros; y por tener que sufragar las restauraciones con los fondos de la PAC. Y esto, a su vez, va a agravar la crisis de rentabilidad, el relevo generacional, el envejecimiento y el abandono del sector primario espaƱol, lo que va a potenciar aĆŗn mĆ”s la desertizaciĆ³n demogrĆ”fica de la EspaƱa vaciada y vacĆ­a.
AdemĆ”s, con la “LRN”, se pondrĆ” en peligro la soberanĆ­a o autonomĆ­a alimentaria de la UE, que va a depender, para nutrir a sus ciudadanos, de terceros paĆ­ses que, en general, no son tan cuidadosos con la conservaciĆ³n de la naturaleza, como exige Bruselas a los 27. Por otro lado, se verĆ” afectado el medio ambiente del planeta (degradaciĆ³n de los ecosistemas en otros lugares del mundo para poder alimentar a los europeos; y huella de carbono a causa del trasporte desde paĆ­ses lejanos). Y esto denota una gran hipocresĆ­a y una falta de coherencia de la UE, que importa alimentos vitales para alimentar a los europeos, al tiempo que exporta agresiones y degradaciĆ³n de la naturaleza a terceros paĆ­ses para producirlos y conseguirlos.
Bula para los huertos solares y los parque eĆ³licos
Como hemos indicado ut supra, con la “LRN” se pretende recuperar la naturaleza degradada y hacer que Ć©sta vuelva por sus fueros. Sin embargo, quedan fuera de la misma los parques eĆ³licos y los huertos de placas solares, en aras del interĆ©s pĆŗblico para potenciar e implantar las energĆ­as renovables. Ahora bien, ¿estos parques y huertos no degradan la naturaleza, los ecosistemas y los paisajes, y no son un autĆ©ntico atentado de lesa ecologĆ­a? ¿Y la producciĆ³n de alimentos y la autonomĆ­a e independencia alimentaria de la UE no son tambiĆ©n de interĆ©s pĆŗblico? Por eso, si alguien considera que la “LRN” es coherente, lĆ³gica y ecologista, ¡Que venga Dios y lo vea!
Un ejemplo ilustrativo de este crimen ecolĆ³gico lo tenemos en el Bierzo (LeĆ³n), crimen denunciado por un manifiesto de la FundaciĆ³n Prada a Tope. AquĆ­, como en otras regiones de EspaƱa, estĆ”n proliferando los huertos solares, que ocupan o van a ocupar las tierras de labranza (hortalizas, Ć”rboles frutales y viƱas) del Bierzo Bajo; y los parques eĆ³licos, encaramados en la cimas de las montaƱas que circundan todo el Bierzo. Esta incoherencia flagrante me ha hecho recordar esa cita de Groucho Marx, que se puede aplicar a los burĆ³cratas desnortados de Bruselas y de aquĆ­, y que reza asĆ­: “Ɖstos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros”.
Moraleja
Los profesionales del sector agrario y ganadero, como los cazadores, son los mĆ”s interesados en la restauraciĆ³n y el cuidado de la naturaleza, pero no se ha tenido en cuenta ni su voz ni su voto en la elaboraciĆ³n de la “LRN”, elaborada con criterios ideolĆ³gicos y no tĆ©cnicos. Ɖsta ha sido impuesta por esos falsos profetas del ecologismo, el lobby de “ecolojetas”, aposentado en Bruselas, y aprobada por el descarriado Parlamento Europeo, ese cementerio de elefantes de la casta polĆ­tica europea. Estos estĆ³magos agradecidos y aquellos “ecolojetas”, como hubiera dicho A. PĆ©rez-Reverte, tienen mucha “ideologĆ­a” y muy poca “biblioteca”.
Para agricultores y ganaderos, la agricultura es naturaleza domesticada y no habrĆ” ni restauraciĆ³n de la misma, ni sostenibilidad, ni lucha contra el cambio climĆ”tico, sin un campo rentable. Como dejĆ³ para posteridad AristĆ³teles, “primum vivere, deinde philosophare”: primero hay que tener las necesidades vitales cubiertas, que ya habrĆ” tiempo para filosofar. O, como dice la sabidurĆ­a popular, no se puede desvestir un santo para vestir otro.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


“Y tambiĆ©n dos huevos duros”
En una delirante, hilarante y sarcĆ”stica escena de la pelĆ­cula de los hermanos Marx, “Una noche en la Ć³pera”, Groucho pide a un camarero una ristra de platos de comida. A cada plato del supermenĆŗ, reacciona Chico con “Y tambiĆ©n dos huevos duros”, mientras suena la bocina de Harpo, y Groucho apostilla: “en lugar de dos, pon tres”. Con el paso del tiempo, esta expresiĆ³n “marxista”, “tambiĆ©n dos huevos duros”, indica que una peticiĆ³n o una promesa o una oferta o una propuesta son ilusorias, desproporcionadas, engaƱosas, falsas, mentirosas, imposibles,… i.e. un brindis al sol.
He traĆ­do a colaciĆ³n esta escena cinematogrĆ”fica porque le viene como anillo al dedo al Dr. Cum Fraude, Pedro SĆ”nchez , que algunos tildan de “Pedrocho” o “Pinocho”, y que, como la SantĆ­sima Trinidad, personifica a los tres hermanos Marx en uno, su “Sanchidad”. En efecto, desde hace meses y con la vista puesta en las sucesivas elecciones, se ha dedicado a prometer el oro y el moro.   Y, una vez verbalizada una promesa, ha aƱadido “illico” nuevas promesas, nuevos “huevos duros”. Vayamos al grano.
Los “dos huevos duros” de la precampaƱa y la campaƱa del 28M
En la precampaƱa y la campaƱa del 28M, el Presidente yonqui del poder, alias “Pues Eso”, dueƱo de la bolsa del Estado y del BOE, no dudĆ³ en prometer, a grifo abierto, todo aquello que los votantes, principalmente jĆ³venes, querĆ­an oĆ­r. Un dĆ­a, 50.000 pisos de la Sareb, incrementados, al dĆ­a siguiente, en 43.000 viviendas mĆ”s; en 20.000, un dĆ­a despuĆ©s,…; y asĆ­, hasta llegar a las 180.000 soluciones habitacionales. Otro dĆ­a  prometiĆ³ a los jĆ³venes el bono “interrail” europeo y nacional. Y, en dĆ­as sucesivos y tambiĆ©n para los jĆ³venes, nuevos huevos duros: un bono cultural, avales hipotecarios y crĆ©ditos ICO, mĆ”s dinero para becas y para la formaciĆ³n profesional. Otro dĆ­a, mĆ”s huevos duros: ayudas para la agricultura, para la ganaderĆ­a y para la EspaƱa vaciada y vacĆ­a. Otro dĆ­a, les tocĆ³ una pequeƱa pedrea a los jubilados: ir al cine por 2 €; dulcificar el copago de los medicamentos de los pensionistas. Y, asĆ­, un larguĆ­simo etcĆ©tera. No hubo dĆ­a sin promesas, sin sus “dos huevos duros”. Fue tal el ritmo vertiginoso de verbalizaciĆ³n de las mismas que Peridis, en una de sus viƱetas, hace decir a NĆŗƱez FeijĆ³o: “ No te pases, Pedro, deja algo para las generales”. 
Y, por supuesto, todo esto y mucho mĆ”s gastando lo que no tenemos, financiado con deuda pĆŗblica, que se ha incrementado ya en 303.000 millones de euros, en los Ćŗltimos 4 aƱos del generoso despilfarrador P. SĆ”nchez. Esta deuda es la pesada hipoteca que tendrĆ”n que pagar, sin comerlo ni beberlo, las futuras generaciones, por la mala gestiĆ³n y/o el despilfarro y/o el latrocino  de los recursos pĆŗblicos por parte de la casta polĆ­tica, de alta cuna o de baja cama.
A pesar de tanta dĆ”diva virtual, sus “queridos niƱos” —asĆ­ denomina David Trueba* a los votantes, en un ilustrativo y revelador relato donde narra lo que se cuece entre bastidores de las campaƱas electorales— no mordieron estos anzuelos, no cayeron en la trampa y le dieron una lecciĆ³n de jarabe democrĆ”tico a este engreĆ­do y narcisista tahĆŗr del Mississipi, Pedro SĆ”nchez, que tuvo que morder el polvo de un batacazo en toda regla y sin paliativos el 28M
Los “dos huevos duros” de la precampaƱa y la campaƱa del 23J
A las pocas horas de conocido el fracaso en toda regla de Pedro SĆ”nchez y de los partidos de izquierdas, en las elecciones municipales y autonĆ³micas del 28M, el “okupa” de la Moncloa, el Dr. Cum Fraude, adelantĆ³ las elecciones generales, previstas para fin de aƱo, al 23J. Este adelanto electoral fue la seƱal de salida de una nueva precampaƱa electoral para hacerse, como hubiera dicho Miguel Delibes, con “el disputado voto del Sr. Cayo”, el prĆ³ximo 23J.
Desde el momento de la convocatoria de estas elecciones (30 de mayo) y hasta el inicio de la campaƱa oficial (el 7 de julio), que es cuando escribo este texto, el mentiroso compulsivo de la Moncloa se ha dedicado fundamentalmente a comportarse cual pavo real en los medios de comunicaciĆ³n. Pero, con el fin de preparar el terreno mediĆ”tico, el mismo dĆ­a de la convocatoria para el 23J, regĆ³ generosamente con una lluvia de 440 millones de euros a los medios de comunicaciĆ³n “apesebrados”.  
Hecho esto, a lo largo de la precampaƱa para el 23J, por un lado, se ha hecho invitar a los programas de radio y TV, con mĆ”s audiencia y en “prime time”, para mostrar su narcisista plumaje de pavo real y para aplicar concienzudamente el consejo de Joseph Goebbels​​: «Miente, miente, miente que algo quedarĆ”, cuanto mĆ”s grande sea una mentira mĆ”s gente la creerĆ”». Y, por el otro, se ha dedicado a entrevistar a sus ministros, en “petit comitĆ©” (Pedro SĆ”nchez no soporta el algodĆ³n de la calle, que lo abuchea cada vez que aparece en pĆŗblico), para seguir mintiendo, esta vez, a cuatro manos. Con esta sobreexposiciĆ³n mediĆ”tica persiguiĆ³ ocupar, en exclusividad, el espacio en los medios de comunicaciĆ³n para estar, como hubiera dicho la Mazagatos, en el candelabro, repitiendo las mentiras de rigor e impidiendo que los otros candidatos tambiĆ©n puedan aparecer.
SegĆŗn la mayorĆ­a de las encuestas, el interfecto sabe que tiene muchas papeletas para ir a engrosar las listas del paro. Por eso, no es descabellado pensar que, en la campaƱa electoral para el 23J, que comienza hoy (del 7 al 21 de julio), el Dr. Cum Fraude pondrĆ” toda la carne en el asador y utilizarĆ” cualquier artimaƱa para no ser desalojado de la Moncloa. De ahĆ­ que haya que esperar una nueva oleada de promesas y muchos conejos saliendo de la chistera, asĆ­ como una cascada de mentiras para confundir y engatusar al electorado y poder cantar victoria el 23J.
Moraleja
El comportamiento de Pedro SĆ”nchez es el de muchos o mejor dicho el de todos los polĆ­ticos profesionales, que son alumnos aventajados de Tierno GalvĆ”n, para el que “las promesas electorales se hacen para no ser cumplidas”. En efecto, el polĆ­tico profesional promete, en campaƱa, lo que tenĆ­a que haber hecho en la legislatura que acaba; o hace promesas, sabiendo que no van a cumplir con su palabra. 
Por otro lado, Pedro SĆ”nchez —ahĆ­ estĆ”n las hemerotecas— ha mentido y miente como un bellaco o incumple lo prometido o hace lo contrario de lo prometido o, como dice Ć©l eufemĆ­sticamente, “ha cambiado de opiniĆ³n”. Por eso, ha perdido toda credibilidad entre los votantes. Y, como dijo AristĆ³teles, “la recompensa del mentiroso es no ser creĆ­do aun cuando diga la verdad”. La diarrea verbal de Pedro SĆ”nchez es ilustrada de esta cita de Alexander Pope: “el que dice una mentira no sabe quĆ© tarea ha asumido, porque estarĆ” obligado a inventar veinte mĆ”s para sostener la certeza de la primera”. Como dirĆ­a el fulero de la Moncloa, “Pues eso”. ¡A mentir tocan!
Los votantes tuvieron memoria y criterio, y no se dejaron engaƱar el 28M. Parece lĆ³gico y razonable que, casi dos meses despuĆ©s, el 23J, no hayan sufrido una amnesia y descabalguen del poder, con la honda del voto, al Dr. Cum Fraude. De no hacerlo, habrĆ­a que recordar a los votantes esa cita de George Orwell, que reza asĆ­: “Un pueblo que elige corruptos, impostores, mentirosos, ladrones y traidores no es vĆ­ctima, es cĆ³mplice”.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


JosĆ© Luis BalbĆ­n, ¿dĆ³nde estĆ”s? ¡Vuelve! 

Desde hace ya demasiados aƱos, cuando me pongo a escuchar o a visionar un debate o una tertulia o una entrevista, me pegunto cĆ³mo los medios de comunicaciĆ³n son capaces, en general, de producir tamaƱa bazofia y cĆ³mo la sociedad espaƱola se la traga tan plĆ”cidamente y con tanta fruiciĆ³n. Y esta basura audiovisual va cada vez a mĆ”s. Entonces, me viene a las mientes el recuerdo de La Clave de JosĆ© Luis BalbĆ­n. Y me dirijo a Ć©l telepĆ”ticamente para preguntarle dĆ³nde estĆ” y para rogarle que vuelva. 

La Clave de BalbĆ­n  
CorrĆ­an los primeros dĆ­as de enero de 1976 cuando el segundo canal de TVE (UHF) empezĆ³ a emitir un novedoso programa de debate, propuesto, presentado y moderado por J.L. BalbĆ­n: La Clave. Este programa era un “copy-paste” del francĆ©s “Les dossiers de l’Ć©cran”, en antena desde hacĆ­a ya una dĆ©cada y con un Ć©xito arrollador en Francia.
A aquellos que, entonces, eran menores de edad o que todavĆ­a no habĆ­an nacido, les informo que La Clave ha quedado como uno de los programas modĆ©licos de debates televisivos y como uno de los grandes hitos en la historia de la televisiĆ³n espaƱola. Fue el programa mĆ”s intelectual y uno de los de mayor calidad (el 5Āŗ, en un ranking de 100) de la historia de la televisiĆ³n en EspaƱa. Era emitido en directo y en prime time, en las noches del viernes o del sĆ”bado o del domingo.
El formato del mismo incluĆ­a cuatro elementos: 1. PresentaciĆ³n del tema de debate y de los invitados por parte del moderador; 2. ExhibiciĆ³n de un largometraje sobre el tema del debate; 3. Debate entre los tertulianos y con los telespectadores; y 4. Al final de cada programa, se proporcionaba una bibliografĆ­a sobre el asunto debatido, para que los televidentes pudieran profundizar en el tema. 
Los tertulianos invitados, entre los cuales habĆ­a siempre algĆŗn extranjero, eran especialistas en el tema del debate, pero con opiniones contrapuestas.  Sin embargo, respetaban la cortesĆ­a lingĆ¼Ć­stica y no vociferaban para argumentar, aplicando el aforismo atribuido a Leonardo da Vinci, que reza asĆ­: “Quien de verdad sabe de quĆ© habla, no encuentra razones para levantar la voz”. Ahora bien, podĆ­an interpelarse e intervenir en cualquier momento para evitar los monĆ³logos consecutivos y propiciar un autĆ©ntico y vivo debate. Con el formato del programa, con el tipo de tertuliano, con la dinĆ”mica de los debates y con los temas tratados (sociales, culturales, cientĆ­ficos y polĆ­ticos) se contribuyĆ³ a empoderar a los ciudadanos espaƱoles, al informarlos y al formarlos, durante los primeros aƱos de la TransiciĆ³n, en los valores democrĆ”ticos. 

El show de los debates, de las tertulias y de las entrevistas de hogaƱo
Hoy, en todas las cadenas de radio y de televisiĆ³n, han proliferado las entrevistas, las tertulias, los debates y los opinadores. Pero ni las unas ni los otros son, en general, lo que fue La Clave de BalbĆ­n y sus invitados, semanalmente renovados (tema nuevo y, lĆ³gicamente, nuevos y autĆ©nticos expertos). Dejando de lado las tertulias-debates chafarderas sobre cuestiones del corazĆ³n, podemos diferenciar, en las cadenas de televisiĆ³n, tres grandes tipos de tertulias (o debates), colonizadas por esos tertulianos que suelo denominar “todĆ³logos”: personajes indocumentados que han poblado los medios, que le hincan el diente a cualquier tema y que, segĆŗn la periodista Cristina SĆ”nchez, no son mĆ”s que “estĆ³magos agradecidos de polĆ­ticos y prebostes locales”.
Algunas tertulias son autĆ©nticas ratoneras para alguno de los invitados. La presencia de este verso suelto tienen dos motivaciones: por un lado, poder afirmar que estas tertulias partidistas son plurales; y, por el otro, hacer del verso suelto un sparring o muƱeco de feria que recibe los golpes bajos y premeditados de los otros contertulios. Es el caso, entre otras, de “Preguntes FreqĆ¼ents” (TV3).
Otras tertulias estĆ”n organizadas en dos bandos, situados estratĆ©gicamente los unos frente a los otros (cf. La Sexta Noche). AsĆ­, en este cuadrilĆ”tero, se organiza un pugilato verbal y la pseudo tertulia muestra su verdadera catadura: ser un show y un divertimento o pasatiempo para los televidentes, a la altura de esos programas de telebasura de Tele 5. Los tertulianos son autĆ©nticos “showmans”, que no persiguen ni informar ni formar a los oyentes. Para ellos y para las cadenas de televisiĆ³n, como hubiera dicho R. Kapuscinski (2016), “la verdad [o la informaciĆ³n] no es importante […]. Lo que […] cuenta es el espectĆ”culo y las audiencias. Y, una vez que hemos creado la informaciĆ³n-espectĆ”culo, […] cuanto mĆ”s espectacular es la informaciĆ³n, mĆ”s dinero podemos ganar con ella”. En el guirigay de estos pseudodebates o pseudotertulias, el quitarse la palabra y el uso de las vociferaciones, como argumento de autoridad, son el pan nuestro de cada dĆ­a. Y el que mĆ”s chifle (grite), capador. ¡Lamentable espectĆ”culo y mal ejemplo! 
Finalmente, otras tertulias son monocolores: todos los tertulianos son de la misma tendencia o camada (cf. El Gato al Agua de El ToroTV; El Cascabel, de TreceTV;  Al Rojo Vivo de La Sexta;…). En Ć©stas, bajo la batuta del director-moderador de turno, reina el orden y la cortesĆ­a lingĆ¼Ć­stica, ¡no faltarĆ­a mĆ”s! Sin embargo, la pluralidad de opiniones no estĆ” ni se la espera. Y, por otro lado, en estas tertulias sĆ³lo se escucha la voz de sus amos: el poder polĆ­tico o econĆ³mico.

“Todo es mentira”
Ante estas tipologĆ­as de debates y tertulias, podemos preguntarnos si, como reza el nombre del programa de Risto Mejide (cf. Cuatro TV), “todo es mentira”. Como acuĆ±Ć³ el sociĆ³logo Gustave Le Bon, “Las masas (las audiencias) nunca han sentido sed por la verdad. […] Quien sepa engaƱarlas serĆ” fĆ”cilmente su dueƱo; quien intente desengaƱarlas serĆ” simplemente su vĆ­ctima [y perderĆ” las audiencias]”. Por eso, podemos y debemos preguntarnos: ¿Los periodistas apesebrados estĆ”n al servicio de los escuchantes y televidentes? ¿Su hacer es periodismo? Creo que no. Eso es mancillar y prostituir la noble y necesaria actividad del cuarto poder. 
Ante este panorama, tiene todo su sentido que me dirija mentalmente a J.L. BalbĆ­n para preguntarle y rogarle: ¿DĆ³nde estĆ”s? ¡Vuelve! Como ya has pasado a mejor vida, reencĆ”rnate en algĆŗn periodista joven y transmĆ­tele tu “savoir-faire” y tu “savoir-ĆŖtre. La salud informativa y formativa de los espaƱoles estĆ”n en juego, y, por lo tanto, la democracia real, informada y consciente.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


El “bilingĆ¼ismo cordial” de NĆŗƱez FeijĆ³o

DIACRONIA DE UNA IDEA. En 2007, siendo jefe de la oposiciĆ³n, Alberto NĆŗƱez FeijĆ³o acuĆ±Ć³ la fĆ³rmula del “bilingĆ¼ismo cordial”, cuando el Gobierno PSOE-BNG aprobĆ³ el Decreto 124/2007, de 28 de junio, por el que se regula el uso y la promociĆ³n del gallego en el sistema educativo. Este decreto ponĆ­a fin al “bilingĆ¼ismo armĆ³nico” y a la “paz lingĆ¼Ć­stica” —imperantes con Manuel Fraga Iribarne— y propiciaba una inmersiĆ³n lingĆ¼Ć­stica solapada. 
Ese mismo aƱo, surgiĆ³, en Galicia, la asociaciĆ³n Galicia BilingĆ¼e con el objetivo de plantar cara a la polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica del Gobierno del PSOE-BNG y para reivindicar, entre otras cosas, el derecho a la libre elecciĆ³n de lengua en la enseƱanza. FeijĆ³o se comprometiĆ³, entonces, a satisfacer la reivindicaciĆ³n de esta asociaciĆ³n, si ganaba las elecciones autonĆ³micas  de 2009. Las ganĆ³ por mayorĆ­a absoluta. Pero se olvidĆ³ de la promesa, como es habitual en la casta polĆ­tica, y, en su lugar, propuso un “trilingĆ¼ismo cordial” (33% de gallego, 33% de espaƱol y 33% de inglĆ©s), criticado hoy por Gloria Lago, la presidente de la asociaciĆ³n Hablamos EspaƱol, por su “Ć©xito dudoso”. En efecto, ante los resultados insatisfactorios, los padres prefieren que sus hijos no sigan consumiendo el menĆŗ del “trilingĆ¼ismo cordial”.
En abril de 2022, en el marco del congreso del PP en Sevilla, NĆŗƱez FeijĆ³o, elegido presidente del partido, enarbolĆ³ nuevamente la bandera del “bilingĆ¼ismo cordial” como talismĆ”n de una polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica racional y razonable para el conjunto de CC.AA. con dos lenguas cooficiales. Con este bilingĆ¼ismo que, segĆŗn Ć©l, habĆ­a dado buenos resultados (?) en Galicia, pretende acabar con el ninguneo del castellano como lengua vehicular e institucional en las precitadas CC.AA. Y, ante estos cantos de sirena, algunas asociaciones de esos que se tildan defensores del espaƱol en CataluƱa se han dejado seducir, como siempre, y se han reunido con FeijĆ³o, en octubre de 2022, para tener unos nuevos minutitos de gloria y ser engaƱados una vez mĆ”s.
EL ORƁCULO DE FEIJƓO. Pero, para FeijĆ³o, ¿quĆ© es el “bilingĆ¼ismo cordial”? Con este sintagma quiere significar que las dos lenguas (el castellano y la lengua cooficial) deben convivir en armonĆ­a en las CC.AA. con dos lenguas cooficiales. Por esto, deben ser estudiadas y, ademĆ”s, ser vehiculares en la escuela, en igualdad de condiciones para que los alumnos aprendan bien las dos y, luego, se expresen libremente en la que consideren mĆ”s oportuna. Para Ć©l, la “inmersiĆ³n” de CataluƱa y de otras CC.AA., que han copiado el sistema catalĆ”n, no casa con el “bilingĆ¼ismo cordial”. En efecto, la inmersiĆ³n nunca es cordial ni voluntaria sino una imposiciĆ³n y provoca un agravio comparativo entre las dos lenguas cooficiales y una discriminaciĆ³n del castellano. Para FeijĆ³o, por lo tanto, el “bilingĆ¼ismo cordial” es un “no” a la inmersiĆ³n y un “sĆ­” a la convivencia armoniosa, pacĆ­fica y amable de las lenguas en contacto. 
LOS TALONES DE AQUILES DEL BILINGƜISMO CORDIAL. Ahora bien, la etiqueta “bilingĆ¼ismo cordial” de FeijĆ³o suena bien, pero es  un ejemplo mĆ”s de lo polĆ­ticamente correcto, que no aporta ninguna soluciĆ³n y sĆ³lo busca araƱar votos para alcanzar el poder. Esta denominaciĆ³n es ambigua, confunde y no permite designar una propuesta, realista y razonable, de polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica para todas las CC.AA. con dos lenguas cooficiales. Veamos.
Por un lado, el tĆ©rmino “bilingĆ¼ismo” denota realidades muy diferentes. Por eso, no hay una definiciĆ³n unĆ­voca y aceptada por todos los lingĆ¼istas. Y, en consecuencia, Ć©stos han propuesto una serie de tipologĆ­as para poner un poco de orden semĆ”ntico. Entre ellas, el bilingĆ¼ismo social vs. el individual; el perfecto o ideal vs. el imperfecto o real; el minimalista vs. el maximalista; el sustractivo vs. el aditivo; el semilingĆ¼ismo; el acultural, etc. Ahora bien, ¿a quĆ© bilingĆ¼ismo se refiere FeijĆ³o con su “bilingĆ¼ismo cordial” y quĆ© quiere expresar la Presidente de la  Asamblea por una Escuela BilingĆ¼e (AEB), Cristina Losada, uno de los defensores del espaƱol en CataluƱa, con su “bilingĆ¼ismo real y equilibrado”? FeijĆ³o y la profesora Losada utilizan el verbo en vano, como papagayos, sin saber de lo que hablan y ejecutan una partitura que sĆ³lo suena bien. Pero, eso es todo.
Por otro lado, el apellido “cordial” (amable, amistoso, “friendly”, como dirĆ­an los ingleses) es una afirmaciĆ³n gratuita y sin fundamento, si se observa quĆ© sucede cuando dos lenguas entran en contacto en una sociedad (CataluƱa, PaĆ­s Vasco, etc.) o en un locutor concreto (los ciudadanos de estas CC.AA.). En efecto, el contacto de lenguas, en general, nunca es cordial, pacĆ­fico, amable o armonioso. Entre ellas se establece siempre una relaciĆ³n de fuerzas, de competiciĆ³n —provocada por el estatus de las lenguas en contacto, por las situaciones de comunicaciĆ³n, por los intereses, las motivaciones y las decisiones de los interlocutores— para conseguir llevarse el gato lingĆ¼Ć­stico al agua. AdemĆ”s, para que un bilingĆ¼ismo sea “cordial” o “amable” es necesario amar las lenguas. Y no se puede amar por imperativo legal y testicular, como pretenden los polĆ­ticos nacionalistas-independentistas.
En tercer lugar, segĆŗn FeijĆ³o, con el “bilingĆ¼ismo cordial”, los alumnos podrĆ”n aprender bien las dos lenguas y, como correlato, adquirir mejor los contenidos curriculares. ¡Craso error! Esta pontificaciĆ³n  denota que FeijĆ³o no sabe cĆ³mo se aprenden las lenguas ni en quĆ© consiste saber una lengua; ni tampoco lo que es tener unas buenas competencias en lectura y en escritura. Las evidencias tangibles demuestran que los alumnos no aprenden ni la una ni la otra “comme il faut”, y, como hubiera escrito Michel de Montaigne, no tienen una cabeza, ni bien llena ni bien organizada.
Finalmente, FeijĆ³o afirma que, con el “bilingĆ¼ismo cordial”, los alumnos y los ciudadanos espaƱoles podrĆ”n usar el castellano o la lengua autonĆ³mica libremente. Esto no sucede en ninguna CC.AA. ni tampoco en Galicia donde ha gobernado durante 13 aƱos. En efecto, en Galicia, la lengua gallega debe ser la Ćŗnica lengua de uso y de comunicaciĆ³n tanto en las instituciones, incluso las educativas (relaciones mutuas e internas, asĆ­ como para redactar las actas, los comunicados, los anuncios, etc.), como en la vida econĆ³mica, comercial, social y en los medios.
ERGO. De lo expuesto se desprende que el concepto de “bilingĆ¼ismo cordial” es una ocurrencia y un ejemplo mĆ”s de esas palabras vacĆ­as y de circunstancias de los miembros de la casta polĆ­tica, que verbalizan lo que desean oĆ­r los votantes. En el pasado, FeijĆ³o usĆ³ el verbo en vano y no cumpliĆ³ lo prometido. Por eso, si llega a la Moncloa en las prĆ³ximas elecciones, podemos y debemos preguntarnos si tendrĆ” agallas para enfrentarse a la irracional y antipedagĆ³gica “inmersiĆ³n” y para implantar, en todas las CC. AA. con dos lenguas cooficiales, una polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica, elaborada con la opiniĆ³n experta de aquellos que saben de quĆ© va la cosa (lingĆ¼istas, psicolingĆ¼istas, etc.) y pensada sĆ³lo en funciĆ³n de los intereses de los ciudadanos y no de los sectarios nacionalistas de la casta polĆ­tica. 
Cuando el PP ha estado gobernando en CC.AA. con dos lenguas cooficiales (Baleares, Valencia, Galicia) o cuando ha ocupado el Gobierno de EspaƱa, a veces, con mayorĆ­a absoluta, no ha hecho nada para racionalizar las polĆ­ticas lingĆ¼Ć­sticas y poner coto al despropĆ³sito educativo de los nefastos programas de inmersiĆ³n. Por eso, es previsible que con FeijĆ³o todo siga igual en todas la CC.AA. con dos lenguas cooficiales: inmersiĆ³n pura y dura, y consolidaciĆ³n de la marginaciĆ³n del castellano como lengua vehicular de la enseƱanza.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez



“Lengua vehicular” vs. “lengua curricular”

Esta dicotomĆ­a (“lengua vehicular”: catalĆ”n vs. “lengua curricular”: castellano) no es el resultado de un debate autĆ©ntico, reposado y argumentado sino el fruto del contubernio, en el patio de Monipodio catalĆ”n, entre nacionalistas-independentistas-golpistas (ERC, Junts, Comuns y PSC). ¿CĆ³mo se llegĆ³ a este desenlace, en esa guerra que se traen entre manos el TSJC —con sus sucesivas y reiteradas sentencias condenatorias de la polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica catalana— y el Gobierno de la Generalidad de CataluƱa —con el desacato permanente y sistemĆ”tico a las mismas— ante la actitud expectante y leguleya de los que se tildan “defensores del espaƱol en CataluƱa”? Veamos.
Desde hace demasiados aƱos, la Generalidad de CataluƱa ha estado jugando al ratĆ³n y al gato con los tribunales de justicia. En diciembre de 2020, el TSJC emitiĆ³ una sentencia firme (5201/2020, de 16 de diciembre), con la que obliga a la Generalidad a tomar las medidas necesarias para garantizar, de manera efectiva e inmediata, la enseƱanza mediante el uso vehicular normal de las dos lenguas oficiales (catalĆ”n y castellano), en porcentajes que no podrĆ”n ser inferiores al 25%. Ante los oĆ­dos sordos y la inacciĆ³n de la Generalidad, a principios de mayo de 2022, el TSJC emitiĆ³ un auto requiriendo al Consejero de EducaciĆ³n de la Generalidad para el cumplimiento de la sentencia, en un plazo mĆ”ximo de 15 dĆ­as.
La Generalidad, para escurrir el bulto y no cumplir la sentencia, quiso utilizar la vĆ­a parlamentaria mediante una  “ProposiciĆ³n de ley sobre el uso y el aprendizaje de las lenguas oficiales en la enseƱanza no universitaria”. Ahora bien, esta coartada torticera fue abortada por VOX, C’s y el PPC, al solicitar el dictamen de la misma al Consejo de GarantĆ­as Estatutarias. Entonces, el Gobierno de la Generalidad se vio obligado a improvisar una vĆ­a alternativa y una coartada nueva, para seguir en sus trece, aprobando el “decreto ley 6/2022, de 30 de mayo, sobre la elaboraciĆ³n, la aprobaciĆ³n, la validaciĆ³n y la revisiĆ³n de los proyectos lingĆ¼Ć­sticos en la enseƱanza no universitaria”. 
Tanto la “proposiciĆ³n de ley” abortada (pero, finalmente ratificada por el Parlamento de CataluƱa, el 8 de junio de 2022) como el “decreto ley” pretenden  escamotear el cumplimiento de la sentencia del TSJC y, por eso, el contenido de ambos textos es coincidente. Por un lado, rechazan el uso de cualquier tipo de porcentaje para determinar el peso vehicular del catalĆ”n y del castellano. AdemĆ”s, precisan que el catalĆ”n, como lengua propia de CataluƱa, es la lengua normalmente utilizada, la “lengua vehicular” y de aprendizaje y la lengua de uso normal en la acogida del nuevo alumnado. Sin embargo, reservan para el castellano la condiciĆ³n de “lengua curricular”, que no es lo mismo que “lengua vehicular”, como analizaremos a continuaciĆ³n. Por otro lado, la regulaciĆ³n de los usos y del aprendizaje de las lenguas oficiales debe hacerse, precisan hipĆ³critamente, con “criterios pedagĆ³gicos y sin perder de vista los polĆ­ticamente correctos “objetivos de la normalizaciĆ³n lingĆ¼Ć­stica”. Finalmente, al final de la escolaridad obligatoria, los alumnos deben haber adquirido el dominio oral y escrito de las dos lenguas (catalĆ”n y castellano), algo inalcanzable, en el caso del castellano, al no ser lengua vehicular. 
En los enlaces dados en el pĆ”rrafo anterior, se desvelan algunas de las mentiras y de las incoherencias de la polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica en CataluƱa. Por eso, a continuaciĆ³n, sĆ³lo se harĆ”n algunas consideraciones relativas a la dicotomĆ­a, que opone el catalĆ”n, “lengua vehicular”, al castellano, “lengua curricular”.
Las lenguas, fruto de un consenso social, son y deben ser siempre instrumentos funcionales, para facilitar la vida en sociedad. Por lo tanto, nadie (y menos aĆŗn cualquier piernas de la casta polĆ­tica catalana) puede violar las reglas del contrato lingĆ¼Ć­stico y preƱar —a su antojo y a la ligera—, las unidades lingĆ¼Ć­sticas con nuevos significados, para llevar el agua al molino nacionalista-independentista-golpista catalĆ”n. Si se aceptase esto, el mito de la torre de Babel serĆ­a una realidad. La vida en sociedad serĆ­a imposible. Y se instaurarĆ­a la ley de la selva lingĆ¼Ć­stica y del mĆ”s fuerte. Por eso, permitamos que hablen las ciencias del lenguaje y de la educaciĆ³n, y escuchemos, al menos, sus aportaciones.
En la enseƱanza-aprendizaje de las lenguas, los lingĆ¼istas, los pedagogos y los “didactĆ³logos” utilizamos el sintagma “lengua vehicular” para referirnos a la lengua que es utilizada como instrumento para enseƱar y aprender las distintas materias curriculares o saberes (geografĆ­a, matemĆ”ticas, historia, etc.). 
Por otro lado, “curricular” y “currĆ­culo” son dos tĆ©rminos pertenecientes a la misma familia y tienen un contenido semĆ”ntico, en parte, comĆŗn. El “currĆ­culo” es el “plan de estudios”  o el “conjunto de enseƱanzas o materias que, […], han de cursarse para cumplir un ciclo de estudios u obtener un tĆ­tulo”, RAE “dixit”. Por lo tanto, aplicar el adjetivo “curricular” a la lengua castellana, como en el sintagma “lengua curricular”, es afirmar que el castellano es sĆ³lo  objeto de estudio, una materia mĆ”s y no un instrumento para adquirir conocimientos. En consecuencia, el sintagma “lengua curricular” no es sinĆ³nimo de “lengua vehicular”, como quieren hacernos creer los indocumentados polĆ­ticos de ERC, Junts, PSC y Comuns, asesorados (?) por ciertos lingĆ¼istas de cabecera apesebrados, como Albert Branchadell, por ejemplo, cuya deontologĆ­a profesional deja mucho que desear.
La dicotomĆ­a “lengua vehicular vs. lengua curricular” ha sido el Ćŗltimo parto de la ingenierĆ­a lingĆ¼Ć­stica de la casta polĆ­tica catalana, para ningunear una vez mĆ”s a los tribunales y perpetrar un nuevo desacato a las sentencias judiciales. No podemos dejarnos robar el lenguaje. Si lo permitimos, entonces estamos perdidos. Como ha escrito muy acertadamente Santiago TrancĆ³n, “el arma mĆ”s eficaz de la polĆ­tica es el lenguaje. […]. Imponer un tĆ©rmino, dominar y controlar su significado, es imprescindible para ganar la batalla polĆ­tica. El que lo logre, gana; el que no, pierde”.
Por eso, hay que tener cuidado con los neologismos de los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes; Ć©stos no dan puntada sin hilo lingĆ¼Ć­stico. Pero, hay que tener cuidado tambiĆ©n con el TSJC que ha fijado arbitrariamente el 25% de la enseƱanza en castellano. ¿Y por quĆ© no el 50% o el 70% 0 el 95%?, podemos y debemos preguntarnos. AdemĆ”s, hay que tener cuidado con aquellos que se tildan defensores del espaƱol en CataluƱa. Ɖstos han librado batalla tras batalla sĆ³lo en el campo polĆ­tico y jurĆ­dico, sin conseguir ningĆŗn resultado tangible y positivo, olvidando que los argumentos mĆ”s potentes y contundentes, que no han utilizado nunca, los proporcionan las ciencias del lenguaje y de la educaciĆ³n.
De ahĆ­ que haya que cambiar de interlocutores y dirigirse a padres y alumnos para hacerles comprender que de la gestiĆ³n lingĆ¼Ć­stica depende el buen funcionamiento de la escuela, que adolece de problemas muy graves: abandono escolar prematuro, fracaso escolar, deficiencias gravĆ­simas en las competencias enciclopĆ©dicas y lingĆ¼Ć­sticas de los escolares, por citar sĆ³lo algunos. Ɖstos son los retos y los argumentos de peso, que podrĆ­an movilizar a la ciudadanĆ­a, para instaurar una polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica flexible, racional y razonable, y no los leguleyos.

Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Los neoanalfabetos espaƱoles
En la introducciĆ³n de uno de sus ensayos (*), CĆ©sar Vidal relata su vivencia personal como profesor universitario. Entre 2003 y 2007, impartiĆ³ docencia universitaria en cursos de posgrado. Sus alumnos, por lo tanto, eran licenciados, doctorandos o doctores, seleccionados entre los primeros de cada promociĆ³n de distintas universidades. “Eran la flor y la nata, sin duda, pero una flor y una nata que […] sabĆ­a muy poco”, puntualiza. 
Por eso, ante la escandalosa carencia de conocimientos de sus alumnos, C. Vidal decidiĆ³ comenzar cada clase con un sencillo test de 10 preguntas sobre el tema que se iba a abordar en clase. Los resultados obtenidos eran siempre “reveladores… y desoladores”. Y lo peor, sigue puntualizando C. Vidal, es que todos los alumnos estaban infectados con el virus de lo polĆ­ticamente correcto. AdemĆ”s, en sus trabajos escritos, se mostraban aventajados visitantes del “rincĆ³n del vago”: entraban a saco en Internet, plagiando descaradamente lo primero que encontraban. 
Ante esta lamentable  y criticable realidad, ratificada por expertos nacionales y por organismos internacionales (OCDE),  C. Vidal no culpa de ello a los depauperados estudiantes sino al desastroso sistema educativo espaƱol y al cuerpo docente que, en vez de enseƱarles y hacerles adquirir conocimientos con fundamento, les hicieron perder el tiempo con fruslerĆ­as. Por eso, para colmar las lagunas culturales de los jĆ³venes universitarios y para aplacar la sed de cultura de buena parte de la sociedad espaƱola, C. Vidal escribiĆ³ el ensayo precitado. En Ć©l explicita el menĆŗ, la planificaciĆ³n y la dosificaciĆ³n de “lo que hay que leer”, de “lo que se debe contemplar”, de “lo que se debe escuchar” y de “lo que se debe ver en teatro y en cine”, para ser un “honnĆŖte homme” moderno.
Siguiendo el programa propuesto, pero sin escatimar un esfuerzo constante y un trabajo sistemĆ”tico, precisa C. Vidal, “una persona que comenzara absolutamente de cero, […], al cabo de un aƱo, tendrĆ­a una cultura superior a la de la mayorĆ­a de los jĆ³venes que entran en la universidad y, al cabo de otro aƱo mĆ”s,  superarĆ­a a la aplastante mayorĆ­a de nuestros licenciados”. E, incluso, a los profesores, segĆŗn Gabriel Albiac, que es catedrĆ”tico de filosofĆ­a en la universidad.
Las graves y decepcionantes constataciones de C. Vidal puede hacerlas tambiĆ©n cualquier honesto profesor universitario. Por lo que respecta a los contenidos culturales o enciclopĆ©dicos, los estudiantes son, en general, como constata C. Vidal, autĆ©nticas “tabula rasa”. Por otro lado, y esto es aĆŗn mucho mĆ”s grave, los nuevos estudiantes llegan a la universidad sin los conocimientos instrumentales absolutamente necesarios para sacar provecho de la estancia en la universidad. En efecto, sus competencias en lectura y en expresiĆ³n oral y escrita tienen mĆ”s agujeros que un queso gruyer. Y, con alforjas tan livianas, no se pueden pedir peras al olmo ni ir muy lejos. Y lo mĆ”s grave de todo es que no son conscientes de esto y, por eso, no manifiestan ningĆŗn interĆ©s en adquirir estos conocimientos instrumentales para llegar a ser autĆ³nomos en las enseƱanzas y los aprendizajes universitarios y en la formaciĆ³n continua o continuada posterior; y, asĆ­, poder abandonar el estatus de aves de corral, siempre dependientes de esos lazarillos llamados profesores, y volar como Ć”guilas reales. 
La vivencia  de C. Vidal y la mĆ­a propia me han traĆ­do a las mientes un ensayo (**) de Pedro Salinas sobre los analfabetos, los alfabetos y los neoanalfabetos. Para Ć©l, la lectura y la escritura son dos aprendizajes escolares fundamentales, que transmutan a los seres humanos de “analfabetos” (no saber leer ni escribir), que es el estado congĆ©nito del ser humano, en “alfabetos” (saber leer y escribir). Ahora bien, en EspaƱa, demasiados espaƱoles alfabetizados no leen y no escriben nunca o leen y escriben muy poco y sĆ³lo sobre temas profesionales. SegĆŗn P. Salinas, en ambos casos, por falta de uso, se produce  una regresiĆ³n, que devuelve a los “alfabetizados” al “analfabetismo prĆ­stino”, convirtiĆ©ndolos en “neoanalfabetos” o “analfabetos funcionales”.
La vuelta al redil del neoanalfabetismo y de la incultura no es fruto de la casualidad sino de la causalidad. Sin Ć”nimo de ser exhaustivo, sĆ³lo quiero indicar dos causas. Por un lado, la calidad de la enseƱanza en EspaƱa, que deja muchĆ­simo que desear. En 40 aƱos, ha habido 9 reformas educativas, para disimular los deplorables resultados educativos espaƱoles (abandono escolar, porcentajes de repetidores y de suspensos, deficientes competencias adquiridas por los alumnos, etc.) en las evaluaciones internacionales. Estos cambios normativos han degradado progresiva e inexorablemente la educaciĆ³n espaƱola. Para muestra, basta el botĆ³n de la Ćŗltima reforma de la ministra Pilar AlegrĆ­a: se puede promocionar de curso con suspensos, las recuperaciones dejan de ser obligatorias, se puede obtener el tĆ­tulo de ESO y de Bachillerato con asignaturas suspensas, recorte de contenidos en historia, en filosofĆ­a, etc.
Y, por el otro, el consumo desenfrenado y masivo de los productos accesibles por medio de pantallas (TV, mĆ³viles, tabletas, ordenadores,…) ha contribuido a degradar, aĆŗn mĆ”s, las competencias culturales o enciclopĆ©dicas y lingĆ¼Ć­sticas de la poblaciĆ³n espaƱola. El mal uso y el abuso masivos de las  pantallas, como ha quedado demostrado en otro lagar, son fĆ”bricas de cretinos digitales, empeoran los resultados escolares, dificultan el desarrollo cognitivo, degradan la salud de los usuarios y, al propiciar la multitarea, no contribuyen a hacer ninguna bien, segĆŗn los principios de la “calidad total”.  
Hoy, todos los espaƱoles hemos pasado por la escuela y muchos o demasiados, por la universidad. Sin embargo, todo parece indicar que nuestro paso por el sistema educativo no ha permitido inocularnos el virus de la lectura y de la cultura. De ahĆ­, el liliputiense bagaje cultural y lingĆ¼Ć­stico de las jĆ³venes generaciones, universitarias o no. Y el desprecio hacia todo lo que huele a cultura y a buen saber-hacer lingĆ¼Ć­stico.
Ahora bien, si seguimos el programa y el camino propuesto por C. Vidal en el ensayo precitado, conseguiremos tener, como hubiera dicho Michel de Montaigne, no sĆ³lo “une tĆŖte bien pleine” sino tambiĆ©n “une tĆŖte bien faite”. Para ello, como reza un mensaje publicitario de Atresmedia, para vacunarnos contra los estragos de las pantallas, “levantemos la cabeza”, que tenemos siempre ocupada por alguna de las numerosas y castrantes pantallas o “cajas tontas”. E inoculĆ©monos a nosotros mismos el virus de la lectura y del comercio lingĆ¼Ć­stico tradicional, “en tĆŖte Ć  tĆŖte”, como fuentes prioritarias de divertimento, de ocio, de socializaciĆ³n y de informaciĆ³n-formaciĆ³n.
(*) CĆ©sar Vidal (2007), El Camino hacia la Cultura. Lo que hay que leer, ver y escuchar, Planeta, Barcelona. 
(**) Pedro Salinas (1983), “Defensa, implĆ­cita, de los viejos analfabetos” (pp. 255-274), in El defensor, Alianza Editorial, Madrid. 

Manuel I. Cabezas GonzƔlez



Caso Pegasus: “¿Y…? ¿DĆ³nde estĆ” el problema?
En las Ćŗltimas semanas, se ha producido una nueva tormenta mediĆ”tica y polĆ­tica, provocada, una vez mĆ”s, por los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes, que no dan puntada sin hilo por la causa secesionista. Ɖstos han salido en tromba, como los de Fuenteovejuna, a partir del 18 de abril de 2022,  al conocerse, a travĆ©s de la revista The New Yorker, un informe del informĆ”tico independentista Elies Campo, personaje vinculado a “Tsunami DemocrĆ tic” y a los CDR, y  miembro de la plataforma canadiense Citizen Lab (Universidad de Toronto).  
SegĆŗn el precitado informe, a travĆ©s del CNI o de otros Ć³rganos gubernamentales (PolicĆ­a Nacional o Guardia Civil), el Gobierno de EspaƱa se habrĆ­a dedicado a espiar a unos 60 nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes por medio del software Pegasus. Este “malware” se habrĆ­a infiltrado e instalado en los mĆ³viles de los susodichos con una simple llamada o un envĆ­o anĆ³nimo, sin que las vĆ­ctimas tuvieran que hacer “clic” en ningĆŗn enlace y sin que se dieran cuenta de ello. Este programa malicioso, aunque no es el Ćŗnico en el mercado del espionaje (Sourghum, Hacking Team, Exodus, Sitel, etc. son algunos otros), habrĆ­a permitido un control total de los usuarios de los mĆ³viles infectados: sus ubicaciones, sus conversaciones, sus imĆ”genes, sus videos, sus correos, sus listas de contactos, sus fotos,…
El software Pegasus, ideado por la empresa israelĆ­ NSO Group, sĆ³lo puede ser adquirido, en principio, por los Gobiernos legĆ­timos, para sus servicios de seguridad. De ahĆ­ que las sospechas de los espiados se hayan dirigido hacia los ministerios de Interior y de Defensa. Ahora bien, la compaƱƭa israelĆ­ que lo comercializa, por un lado, debe elaborar previamente un expediente del comprador para detectar posibles usos indebidos; y, por el otro, a posteriori, debe vigilar el uso que se hace del mismo para que no se violen los derechos humanos. Con este instrumento informĆ”tico, en teorĆ­a, se pretende Ćŗnicamente ayudar a los Estados a combatir el crimen organizado y el terrorismo. Por eso, la mayorĆ­a de los paĆ­ses europeos se han dotado de Ć©l o de uno similar (cf. “ci-dessus”). 
El descubrimiento de este presunto espionaje a los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes, que participaron activamente en el “procĆ©s” de independencia de CataluƱa y por lo que algunos fueron condenados, ha provocado una cascada de dimes y diretes, aparentemente a cara de perro, entre los supuestos espiados y el presunto espĆ­a, el Gobierno de EspaƱa. Los primeros se han rasgado las vestiduras ante el presunto espionaje, ilegal para ellos, que ha puesto en entredicho la democracia espaƱola; y han sacado a pasear nuevamente el victimismo habitual, para llevar el agua a su molino y asĆ­ rentabilizarlo. El Gobierno de EspaƱa, en un primer momento, se ha dedicado a escurrir el bulto y a marear la perdiz a la espera de que, con el paso del tiempo, los medios se centrasen en otras cuestiones.
Ahora bien, con el paso de los dĆ­as y tirando del hilo del presunto ovillo del espionaje, se ha descubierto que el espionaje no sĆ³lo ha existido realmente sino que, ademĆ”s,  se ha practicado contra todo quisqui: tanto contra los extraƱos (los nacionalistas-independentistas catalanes, i.e. los enemigos de EspaƱa, de la legalidad vigente, de los principios y valores democrĆ”ticos,…) como contra los propios (miembros del Gobierno: P. SĆ”nchez, M. Robles, F. Grande-Marlaska, etc.). Y el espionaje se ha hecho tanto desde aquĆ­ (EspaƱa) como desde el “exterior” (extranjero), FĆ©lix BolaƱos dixit.   
En este guirigay de reproches por parte de los nacionalistas-independentistas-golpistas catalanes, de la parte podemita del Gobierno y de los herederos de la banda terrorista ETA y ante la reacciĆ³n “maricomplejinesca” de Pedro SĆ”nchez y de su Gobierno, han surgido dos Agustinas de AragĆ³n, Margarita Robles y Macarena Olona. Ɖstas, en la sesiĆ³n de control al Gobierno del miĆ©rcoles 27 de abril de 2022, verbalizaron —como el niƱo del cuento de H. Ch. Andersen “El  rey desnudo”— verdades como puƱos, lo que millones de espaƱoles piensan, las cuatro verdades del barquero, recogidas en los arts. 1 y 2 de la Ley 11/2002, de 6 de mayo, reguladora del Centro Nacional de Inteligencia 
Margarita Robles, le preguntĆ³ a la diputada de la CUP Mireia VehĆ­: “¿QuĆ© tiene que hacer un Estado, un Gobierno, cuando alguien vulnera la ConstituciĆ³n, cuando alguien declara la independencia, corta las vĆ­as pĆŗblicas, cuando realiza desĆ³rdenes pĆŗblicos, cuando alguien estĆ” teniendo relaciones con dirigentes polĆ­ticos de un paĆ­s que estĆ” invadiendo Ucrania?”. ¿Ponerles la alfombra roja? No. ¡Hasta ahĆ­ podĆ­amos llegar! Pues eso, hay que controlarlos, atarlos cortos, siempre legalmente, y aplicarles sĆ³lo la ley, pero todo el peso de la ley.
Por su lado, Macarena Olona, en la misma sesiĆ³n de control y dirigiĆ©ndose a los conmilitones de los nacionalistas-separatistas-golpistas catalanes, les leyĆ³ la cartilla asĆ­: «LĆ­deres independentistas catalanes supuestamente espiados por los servicios de Inteligencia espaƱoles… ¿Y…? ¿DĆ³nde estĆ” el problema? ¿Que les han espiado? Poco, poco les han espiado porque en 2017 dieron un golpe de Estado y porque han prometido que volverĆ”n a hacerlo. Porque representan una amenaza para el Estado espaƱol y el Estado estĆ” obligado a defenderse de las amenazas», se respondiĆ³ ella misma, ante la mirada culpable, huidiza y avergonzada del ministro de la Presidencia, FĆ©lix BolaƱos.
La casta polĆ­tica, de alta cuna o de baja cama, es fiel a su catadura moral: sin principios ni valores, va a lo suyo, estĆ” ocupada y preocupada por poner a salvo su pesebre y su cubil, amorrada a las ubres del erario pĆŗblico.  Y si, alrededor de ellos, el mundo se derrumba y se instaura la ley de la selva, esto la deja indiferente. En efecto, unos, Pedro SĆ”nchez y sus muchachos, quieren permanecer, si es posible “sine die”, en el Gobierno de EspaƱa; los otros, siempre con el raca-raca, dando pasos, despacio pero sin pausa, para llevar a cabo el programa independentista del cleptĆ³mano Jordi Pujol, que Ć©l mismo resumiĆ³, hace lustros y “de verbo ad verbum”, con estas cuatro palabras: “hoy paciencia; maƱana, independencia”. Ante estas actitudes despreciables y censurables de la casta polĆ­tica —de aquĆ­, de allĆ­, de derechas, de izquierdas, de centro— vienen como anillo al dedo aquellas palabras de Martin Luther King, que rezan asĆ­: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin Ć©tica. Lo que mĆ”s me preocupa es el estremecedor silencio de los buenos”. Menos mal que dos Agustinas de AragĆ³n, Margarita Robles y Macarena Olona, han roto el silencio para indicarnos que el rey va desnudo y el camino a seguir. 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Compromeses amb el bĆ squet, compromesos amb Ripollet
El CB Ripollet estĆ  a punt de tancar la temporada de la represa desprĆ©s de la pandĆØmia de la COVID19. Tots els equips de l’entitat han pogut jugar les seves respectives competicions, donant-ho tot allĆ  on ho han fet. Felicitats i moltes grĆ cies, jugadores i jugadors, equips tĆØcnics, familiars i aficiĆ³ per la vostra feina i dedicaciĆ³!
La junta ha preparat una planificaciĆ³ de futur perquĆØ el club consolidi la seva estructura i al mateix temps, creixi de manera natural com qualsevol entitat similar del paĆ­s. 
Una de les actuacions previstes Ć©s ampliar i refermar la base formativa del club. L’Escoleta i l’Escola ja sĆ³n una realitat que volem fer crĆ©ixer i que ha de proveir de jugadores i jugadors tots els graons base del CB Ripollet. Mixt, fins allĆ  on ho permetin les reglamentacions i en doble lĆ­nia femenina i masculina. Disposar d’una base ferma Ć©s la garantia de normalitat i continuĆÆtat del CB Ripollet. Ɖs la garantia que les nenes i els nens que ho vulguin, tinguin l’edat que tinguin, puguin jugar a bĆ squet als equips del club.
La previsiĆ³ per la temporada vinent, la 2022 – 2023, comporta doblar els equips del CB Ripollet. Un salt quantitatiu, pel que fa al nombre de fitxes de jugadores i jugadors, i qualitatiu, perquĆØ el bĆ squet en sortirĆ  beneficiat, tant en la prĆ ctica de l’esport com en la transmissiĆ³ de valors a les persones que vestiran la samarreta del club. Com hem fet fins ara i seguirem fent allĆ  on juguem. 
Aquest projecte per la temporada 2022 – 2023 necessita que el club augmenti les hores d’ocupaciĆ³ de les diverses instal·lacions esportives de Ripollet per entrenaments i competicions. El CB Ripollet Ć©s conscient de quines sĆ³n aquestes instal·lacions i que no som l’Ćŗnica entitat esportiva del poble. TambĆ© sabem i celebrem la idea del govern municipal de construir un nou pavellĆ³, una necessitat que s’hauria d’haver entomat fa molts anys i que sent optimistes, trigarem diverses temporades en veure’l operatiu.
El creixement de la nostra entitat necessita mĆ©s hores per entrenaments i per joc que ja ha sol·licitat a l’Ajuntament. Unes hores de qualitat, adaptades a cada esquadra, necessĆ ries per refermar i fer sĆ²lida la proposta esportiva i social del CB Ripollet. Per aixĆ² formulem pĆŗblicament una proposta perquĆØ l’Ajuntament de Ripollet habiliti els espais del poble necessaris que garanteixin les necessitats de la nostra entitat. Patis d’Escola o naus industrials, entre altres equipaments, poden ser habilitats i preparats perquĆØ aquests anys abans no arribi el nou pavellĆ³, s’hi pugui practicar l’esport que ens agrada amb garanties. El CB Ripollet ja s’ha compromĆØs pĆŗblicament presentant el seu pla de consolidaciĆ³ i creixement i demana amb fermesa que l’Ajuntament de Ripollet tambĆ© ho faci. 
Necessitem saber ja quines solucions i amb quin calendari d’aplicaciĆ³ seguirĆ  l’Ajuntament per atendre les peticions del club. El bĆ squet, vosaltres i nosaltres, Ripollet, necessita que el projecte de creixement i consolidaciĆ³ del CB Ripollet no s’aturi. Les persones que formen l’entitat ho tenim molt clar i ens comprometem a fer-lo possible. Exigim, de manera constructiva, que l’Ajuntament de Ripollet ens faci costat. Que jugui al nostre equip.
Juntes, junts, som mĆ©s forts, som mĆ©s fortes. 
Club BĆ squet Ripollet


GrĆ cies, Ripollet!
Ser integrant del Club BĆ squet Ripollet Ć©s un actiu que totes les veĆÆnes i veĆÆns del poble que ho vulguin poden gaudir. TambĆ© altres persones d’arreu que combreguin amb els valors blaus. Un d’aquests pilars, la solidaritat, sempre ha estat present en el nostre ADN com a club.
Amb aquest escrit vull ressaltar la iniciativa d’una jugadora del sĆØnior femenĆ­, na Blanca Perdiguer. Ella Ć©s fisioterapeuta i actualment Ć©s a l’Equador com a membre d’un equip multidisciplinar que atĆ©n a la poblaciĆ³ del departament de Esmeraldas, un dels mĆ©s empobrits d’aquell paĆ­s centreamericĆ . 
Amb molt poc temps na Blanca ens va explicar la seva anada a l’Equador, en una estada solidĆ ria d’un mes i mig organitzada per l’AssociaciĆ³ Internacional de Sanitaris d'Espanya.  Podia endur-se dues maletes. Una amb l’equipatge personal i una altra amb medicaments i productes sanitaris, necessaris per atendre a les persones equatorianes. Calia omplir la maleta de tot el necessari i na Blanca va demanar al Club BĆ squet Ripollet ajuda per fer-ho. Dit i fet. En pocs dies treballĆ rem de valent, enrolant als mitjans de comunicaciĆ³ del municipi, farmĆ cies i ciutadania, aconseguint que el poble de Ripollet i arreu, tocat per la crida blava,  omplĆ­ssim la maleta de medicaments i material sanitari.
En nom de na Blanca i del Club BĆ squet Ripollet, grĆ cies. Moltes grĆ cies a tothom. Ripollet Ć©s un poble solidari. El treball i l’esforƧ conjunt ens ha permĆØs, a totes i a tots, assolir l’objectiu establert.
NĆŗria Gorina i Gorgori
Presidenta del Club BĆ squet Ripollet



Resultados deficientes, en la enseƱanza-aprendizaje del castellano en CataluƱa, con la inmersiĆ³n
Por imperativo del artĆ­culo 3.1. de la ConstituciĆ³n, todos los espaƱoles (y los catalanes, vascos, valencianos,… lo son) tenemos el deber de conocer y el derecho a usar, en todo tiempo y lugar, la lengua oficial del Estado, el castellano. Ahora bien, para poder conocerlo y poder usarlo, es absolutamente necesario que sea estudiado y adquirido por todos los niƱos, adolescentes y jĆ³venes durante la edad escolar o formativa. Y, por su lado —es otra deducciĆ³n lĆ³gica— las autoridades educativas, tanto estatales como autonĆ³micas, deben prever y proveer todos los medios humanos, materiales y temporales para poder conseguirlo. AsĆ­ de claras quedan las cosas, explĆ­cita o implĆ­citamente,  en la Carta Magna. 
Para los partidarios y los defensores de la inmersiĆ³n lingĆ¼Ć­stica en catalĆ”n (el catalĆ”n es la Ćŗnica lengua vehicular de la enseƱanza, mientras que el castellano es privado de esta funciĆ³n y sĆ³lo es enseƱado como asignatura, como si se tratara de un lengua extranjera), este modelo materializa las previsiones constitucionales. AdemĆ”s, lo tildan de un “modelo de Ć©xito”, que garantiza la “cohesiĆ³n social”, la “igualdad de oportunidades” y el “dominio adecuado de las dos lenguas” (catalĆ”n y castellano). Ɖste es el mantra que repiten, como papagayos, cada vez que dicho modelo es puesto en tela de juicio. Ahora bien, las evidencias cientĆ­ficas, factuales y empĆ­ricas ponen de manifiesto que, con el modelo de inmersiĆ³n, es imposible dar cumplimiento al mandato constitucional y, ademĆ”s, ponen en evidencia la sinrazĆ³n de sus defensores y patrocinadores. Vayamos por partes y desfagamos el entuerto. 
Para empezar, hay que decir alto y claro que la inmersiĆ³n lingĆ¼Ć­stica en catalĆ”n es un despropĆ³sito psico-pedagĆ³gico, que no conduce al dominio de la lengua de Cervantes ni al desarrollo cognitivo de los alumnos ni al Ć©xito escolar. Basta con tener en cuenta las aportaciones al respecto de Rosa Sensat y Miquel SiguĆ”n, que no son sospechosos de ser anticatalanistas. 
Estos dos psicopedagogos catalanes, preocupados y ocupados tanto por propiciar una renovaciĆ³n pedagĆ³gica en el sistema educativo de CataluƱa como por “catalanizar la escuela”,  coinciden en dos cuestiones: hay que impartir una enseƱanza de y en las dos lenguas (catalĆ”n y castellano); ahora bien, las primeras enseƱanzas-aprendizajes (hasta los 14 aƱos) se deben hacer en la lengua materna o propia del alumno (o catalĆ”n o castellano), para introducirlo progresivamente en la otra lengua. Ɖsta fue la argumentaciĆ³n, pedagĆ³gicamente correcta y que coincide tambiĆ©n con el criterio de la UNESCO, para justificar y apoyar la enseƱanza del y en catalĆ”n durante la TransiciĆ³n. Ahora bien, lo que era vĆ”lido entonces no lo es hoy dĆ­a. Y se ha vuelto a la polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica discriminatoria de la Ć©poca franquista pero, esta vez, contra el castellano.
Por otro lado, para explicar el grado de competencia alcanzado en una lengua, segĆŗn el sociolingĆ¼ista Basil Berstein y la experiencia docente propia o ajena, hay una relaciĆ³n muy estrecha entre la competencia lingĆ¼Ć­stica en la lengua vehicular de la enseƱanza (“cĆ³digo elaborado” vs. “cĆ³digo restringido”), la clase social y los resultados escolares. El cĆ³digo elaborado, propio de las clases sociales favorecidas y tambiĆ©n de la escuela, conduce mĆ”s frecuentemente hacia el Ć©xito escolar. Sin embrago, el cĆ³digo restringido, lengua de las clases desfavorecidas pero no de la escuela, lleva mĆ”s frecuentemente al fracaso escolar. Si esto sucede cuando la lengua vehicular de la enseƱanza coincide con la lengua materna de los alumnos, ¿quĆ© sucede cuando la lengua vehicular de la escuela (el catalĆ”n) es una lengua distinta de la materna (el castellano), como es el caso de la mayorĆ­a de los alumnos catalanes? Lo lĆ³gico serĆ” que el fracaso escolar sea mĆ”s frecuente entre los alumnos cuya lengua materna es el castellano, al que se le ha privado del estatus de lengua vehicular (cf. diagrama “ci-dessus”).  
Por su lado, los psicolingĆ¼istas, para tratar de desentraƱar cĆ³mo se favorece el desarrollo de la facultad del lenguaje y la adquisiciĆ³n-aprendizaje de las lenguas (catalĆ”n, castellano, etc.), han ideado una serie de modelos explicativos. SegĆŗn el “modelo cognitivista”, el nivel de competencia (cĆ³digo restringido o cĆ³digo elaborado), alcanzado en una lengua determinada, depende de la cantidad, de la variedad, de la intensidad y de la calidad de los “inputs” lingĆ¼Ć­sticos, que recibe el alumno en los contextos familiar, escolar y social. Ahora bien, es la escuela la que permite el dominio del “cĆ³digo elaborado” (competencia superior y funcional para actuar de manera eficaz en cualquier situaciĆ³n de comunicaciĆ³n) y la que propicia que los alumnos transiten del estatus de “analfabeto” al de “alfabeto” (i.e. del no saber leer ni escribir al saber leer y escribir). AsĆ­, si el castellano no es tambiĆ©n lengua vehicular de la enseƱanza, la cantidad de los “inputs” recibidos por los alumnos castellanohablantes no tendrĆ”n  la variedad, la intensidad y, sobre todo, la calidad necesarias para asegurar un buen aprendizaje del castellano y alcanzar un “bilingĆ¼ismo equilibrado”, base y fundamento del Ć©xito escolar, social y profesional. 
Finalmente, en educaciĆ³n comparada, si observemos lo que se hace en los paĆ­ses de nuestro entorno (Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, …), podemos constatar que, en todos estos paĆ­ses, se imparte una enseƱanza diaria de la lengua oficial para modelar las 4 competencias fundamentales (comprender, hablar, leer y escribir); y tambiĆ©n una enseƱanza en esas lenguas, como lenguas vehiculares. Ɖstas son las condiciones que permiten adquirir una lengua como instrumento eficaz de comunicaciĆ³n, en todo tiempo y lugar. No ver esto, por parte de los responsables polĆ­ticos y de los profesionales de la enseƱanza, es estar ciego o, aĆŗn peor y mĆ”s grave, no querer ver ni saber. Y este es el caso de todos aquellos que o no aceptan el estatus de lengua vehicular para el castellano o de aquellos que aceptan ciegamente sĆ³lo el 25%. ¿Y por quĆ© no el 50% u otro porcentaje mayor? 
Ahora bien, lo grave de la inmersiĆ³n lingĆ¼Ć­stica es que, desde hace dĆ©cadas, en CataluƱa, se viola impunemente el precepto constitucional del art. 3.1. y se estĆ” cometiendo un autĆ©ntico latrocinio lingĆ¼Ć­stico, en aras de los objetivos polĆ­ticos independentistas. Y nadie (ni padres, ni alumnos, ni el Gobierno Central, ni la justicia, ni las numerosas asociaciones y plataformas, ni ciertos partidos polĆ­ticos), hasta el momento, ha sido capaz de poner fin a este desaguisado, que se ha llevado a cabo con la colaboraciĆ³n necesaria, cĆ³mplice, sumisa e irreflexiva del profesorado, que parece que no sabe o que realmente no sabe ni cĆ³mo se aprende una lengua, ni en quĆ© consiste leer ni quĆ© es eso de escribir o redactar, ni ha reflexionado sobre las causas del fracaso y del abandono escolares en CataluƱa.
Ante este estado de cosas, me han venido a la mente dos citas de Manuel AzaƱa, que vienen como anillo al dedo y que se pueden aplicar a todos aquellos que se han permitido pontificar (en favor o en contra) sobre la inmersiĆ³n en catalĆ”n sin tener nada que decir, ni criterio ni competencia para hacerlo. Una reza asĆ­: “Si los espaƱoles hablĆ”semos sĆ³lo de lo que sabemos, se generarĆ­a un inmenso silencio”. Y la otra, aplicable no sĆ³lo a la casta polĆ­tica, dice: “No me importa que un polĆ­tico no sepa hablar, lo que me preocupa es que no sepa de lo que habla”. ¿Por quĆ© no se callan de una vez? Si lo hicieran y escucharan a los que saben, otro gallo nos cantarĆ­a.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


JosƩ Luis Prada, ejemplo y modelo del buen hacer
En el Bierzo —comarca sita al noroeste de la provincia de LeĆ³n— hay un personaje singular (i.e. Ćŗnico, extraordinario), JosĆ© Luis Prada, creador de la marca del buen hacer, “Prada a Tope”. Esta marca se ha materializado tanto en dos restauraciones-resurrecciones inmobiliarias (La Moncloa de Cacabelos; y el Palacio de Canedo), como en la elaboraciĆ³n de productos (vinos, licores, conservas, etc.) y en la comercializaciĆ³n de los mismos en sus esmeradas tiendas y restaurantes o, como le gusta decir a Ć©l, casas de comidas. Todo ejecutado segĆŗn los cĆ”nones de la “calidad total”. Lo dicho, Prada ha predicado con el ejemplo y es modelo, donde los haya, del buen hacer.
Ahora bien, a Prada le quedaron pequeƱos La Moncloa y el Palacio de Canedo. Por eso, ha pretendido y pretende difundir su buen hacer a lo largo y ancho del Bierzo, para preservar la identidad berciana (costumbres y cultura), para promover el crecimiento de los pueblos, para respaldar la conservaciĆ³n y la restauraciĆ³n de su medio natural y de su patrimonio arquitectĆ³nico, y asĆ­ crear un “locus amoenus”: un ecosistema que permita una vida mejor, mĆ”s confortable y mĆ”s placentera a los habitantes del mundo rural berciano. 
Para ello, Prada concibiĆ³ y creĆ³, hace casi dos dĆ©cadas,  la “FundaciĆ³n Prada a Tope”. Y desde Ć©sta y con Ć©sta, ha llevado a cabo una serie de actuaciones concretas. Por un lado, ha hecho surgir de la nada un “Bosque DidĆ”ctico”, que ocupa ya 8 hectĆ”reas y donde se han plantado miles de ejemplares de 80 especies arbĆ³reas distintas, principalmente del Bierzo, convirtiendo el lugar en un genuino y educativo jardĆ­n botĆ”nico. Por otro lado, tambiĆ©n concede el “Premio CastaƱa de Oro”, con el que se reconoce la labor de bercianos y leoneses, de distintos Ć”mbitos (deporte, periodismo, cultura, enologĆ­a, gastronomĆ­a, etc.), que recorren el mundo y que no se olvidan de dar a conocer las esencias del Bierzo. Y, finalmente, convoca y organiza, desde hace 13 aƱos, los “Premios Palacio de Canedo”, que pretenden contribuir a promover el crecimiento de los pueblos del Bierzo, restaurando, respetando y conservando su patrimonio arquitectĆ³nico tradicional.
En un principio, con los “Premios Palacio de Canedo”, se pretendiĆ³ incentivar la restauraciĆ³n-rehabilitaciĆ³n de casas particulares por sus propietarios (Modalidad A). Ahora bien, ante la desidia de las administraciones pĆŗblicas, que dejaban degradarse el patrimonio arquitectĆ³nico pĆŗblico y la imagen de los pueblos o que cometĆ­an crĆ­menes de lesa arquitectura, la FundaciĆ³n Prada a Tope extendiĆ³ los premios a la restauraciĆ³n-rehabilitaciĆ³n de edificios  y espacios pĆŗblicos (Modalidad B). Y, para la convocatoria de este aƱo, se han ampliado estos premios con uno nuevo, “Por tu pueblo” (Modalidad C). Con Ć©ste se quiere reconocer e incentivar las iniciativas y acciones de vecinos individuales o de colectivos que, sin esperar subvenciones ni reconocimientos oficiales, pretenden mejorar el ecosistema y la vida en las zonas rurales: adecentamiento, apertura o reapertura de sendas, caminos, nuevas rutas, etc.; limpieza y ornato de los pueblos; mantenimiento y limpieza de cunetas, regueros, regueras, rĆ­os, etc.
Para los “premios Palacio de Canedo” de este aƱo, el que suscribe presentĆ³ la casa de sus padres, que fue finalista, sita en Almagarinos y restaurada por JosĆ© Marcos GarcĆ­a. Por eso, fue invitado por la FundaciĆ³n Prada a Tope a la entrega de los precitados premios, que tuvo lugar el 14 de octubre de 2021, en el “sancta santorum” del Palacio de Canedo: la bodega donde se crĆ­an y se miman los caldos de uvas Godello y MencĆ­a.
 El acto de la entrega de los premios y la posterior celebraciĆ³n gastronĆ³mica, aderezada con buenos caldos y mejores “boccati di cardinale”, fueron un nuevo ejemplo del buen hacer de Prada.  Entre los parlamentos que acompaƱaron a cada premio —ademĆ”s de los consabidos “speeches”, en “langue de bois” de la casta polĆ­tica de alta cuna o de baja cama— quiero destacar el de Javier PĆ©rez AndrĆ©s (periodista en medios de Castilla y LeĆ³n). 
DirigiĆ©ndose, primero, a J. L. Prada, le confesĆ³: “Algo hemos hecho mal, Prada, porque, si despuĆ©s de los 30 aƱos que te conozco, si despuĆ©s de los 12 aƱos de premios —que pretendĆ­an sensibilizar a la poblaciĆ³n rural para con sus casas y sus cosas— sigues estando solo, algo estamos haciendo mal. [En efecto], ¿cĆ³mo se explica que un formato, un modelo tan perfecto siga estando sĆ³lo en las manos de la FundaciĆ³n Prada?”
Y, luego, mirando fĆ­jamente al presidente del Consejo Comarcal del Bierzo y a los alcaldes de Ponferrada, Bembibre, Carracedelo, Arganza, Torre del Bierzo e IgĆ¼eƱa, patrocinadores de los premios, les preguntĆ³ si no se les caĆ­a la cara de vergĆ¼enza al dedicar, entre todos ellos, sĆ³lo 14.000€, para alcanzar los objetivos y fines de la FundaciĆ³n Prada a Tope. En efecto, con millones de euros de presupuestos municipales, es vergonzoso que los ayuntamientos precitados inviertan tan Ć­nfima cantidad crematĆ­stica para incentivar la restauraciĆ³n y la conservaciĆ³n del ecosistema berciano, deteriorado tanto por el paso del tiempo como por la desidia y abandono de particulares y de poderes pĆŗblicos, y asĆ­ convertirlo en el “locus amoenus”, tanto social como econĆ³mico, ecolĆ³gico, cultural, etc. Ante estas verdades del barquero, el alcalde de IgĆ¼eƱa, Alider Presa, pidiĆ³ “un poco de tiempo”. ¿Para quĆ© este tiempo muerto? ¿Para seguir haciendo dejaciĆ³n de sus funciones y despilfarrando el dinero pĆŗblico?, podemos y debemos preguntarnos.
Restaurar viviendas particulares y edificios pĆŗblicos, y cuidar de los pueblos estĆ” muy bien. Y es digno de elogio tanto para los particulares y las instituciones que lo hacen como para La FundaciĆ³n Prada a Tope, que convoca anualmente los “Premios Palacio de Canedo” para reconocerlo, premiarlo y potenciarlo.
Ahora bien, casas y edificios pĆŗblicos restaurados y pueblos cuidados sirven de poco para recuperar el Bierzo, si no se instaura una polĆ­tica activa para revitalizarlo demogrĆ”ficamente y acabar con el Bierzo cada vez mĆ”s vaciado y vacĆ­o. Por un lado,  parando la sangrĆ­a de la emigraciĆ³n e instaurando una polĆ­tica activa de retorno de aquellos bercianos, que estĆ”n dando lo mejor de ellos en otras CC.AA. o en el extranjero. Por eso, tambiĆ©n hay que “reparar y restaurar” la poblaciĆ³n. Y, por el otro, impulsando planes de actividad econĆ³mica. ¿DĆ³nde estĆ”n los frutos de la riada de millones del Plan Miner cuyo objetivo era precisamente dotar al Bierzo de una alternativa al cierre de las minas de carbĆ³n? ¿DĆ³nde ha ido a parar el manĆ” europeo que llegĆ³ al Bierzo  y que se malgastĆ³? 
Nadie es mĆ”s que nadie y todos somos necesarios, con nuestras capacidades personales y competencias profesionales, para hacer que el Bierzo conserve y/o recupere su idiosincrasia, su ecosistema privilegiado, su cultura, su folclore, la vida econĆ³mica, perdida con el cierre definitivo de las minas de carbĆ³n, y para que el Bierzo renazca, cual ave FĆ©nix, de las cenizas del carbĆ³n. El ejemplo y el modelo del buen hacer ya lo tenemos: la marca “Prada a Tope”. SĆ³lo falta que todos seamos humildes, honestos, hacendosos y “cavadorines”, como decĆ­a mi madre berciana.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Camposanto encementado
Con lo que se denominĆ³ “el milagro econĆ³mico espaƱol” (1959-1974), los espaƱoles empezamos a entrar en la sociedad de consumo y tuvimos acceso a productos nuevos y desconocidos para nosotros. Entre Ć©stos, la formica, sĆ­mbolo y manifestaciĆ³n de una economĆ­a domĆ©stica saneada y moderna. Por eso, mucha gente de los pueblos reemplazĆ³ las robustas mesas de roble o de castaƱo por las enclenques de formica con patas metĆ”licas o las recubrieron de este nuevo material. Lo mismo sucediĆ³, por citar otro ejemplo, con las fachadas de piedra de las casas, que fueron revocadas y pintadas para esconder la humilde y austera piedra, sĆ­mbolo de rusticidad y de pobreza. Todo para dar una imagen de modernidad y de holgura econĆ³mica. Hoy pasa lo contrario: se han recuperado los muebles de madera y se estĆ”n desvistiendo las fachadas para poner en valor tanto la madera como la piedra. Estos cambios demuestran, como dijo el diseƱador de interiores, el belga Axel Vervoordt, que “nada pasa de moda tan rĆ”pido como la moda”. 
He traĆ­do a colaciĆ³n estos comportamientos provocados por el “milagro econĆ³mico espaƱol” para referirme a algo muy similar, que ha acaecido, este verano, en el camposanto o cementerio de Almagarinos (pedanĆ­a del ayuntamiento de IgĆ¼eƱa, Bierzo Alto), sito en el teso el ArgatĆ³n.
A primeros de agosto de este 2021, una compaƱƭa elĆ©ctrica hizo obras en Almagarinos. Y como le sobrĆ³ hormigĆ³n, la autoridad municipal competente tuvo la nefasta idea de echar o, mĆ”s bien, tirar el mortero sobrante en el camposanto o cementerio, convirtiendo una parte del mismo en un “camposanto encementado” (cf. mensaje icĆ³nico “ci-dessus”). Ahora bien, este hecho merece ser glosado, aunque sĆ³lo sea someramente.
Por un lado, el resultado del precitado encementado es muy peligroso, por su rugosidad, para las personas mayores: como suelen arrastrar los pies al deambular, las caĆ­das estarĆ”n aseguradas cuando vayan a visitar los nichos de sus fenecidos seres queridos. Y, aviso para navegantes, la festividad de Todos los Santos y la visita obligada y consuetudinaria a nuestros seres queridos, que pasaron a mejor vida (?), estĆ”n a la vuelta de la esquina. 
Por otro lado, estĆ©tica y ecolĆ³gicamente, el encementado es un autĆ©ntico despropĆ³sito y un crimen de lesa estĆ©tica y naturaleza. Es como la formica o el revocado de las paredes, que esconden lo que es natural: la madera y la piedra. Y, en el caso que nos ocupa, el encementado oculta nuestra madre tierra que, mĆ”s tarde o mĆ”s temprano, nos recibirĆ” inexorablemente a todos en su seno, cerrando asĆ­ el ciclo del que se habla en el GĆ©nesis (3,19): “quia pulvis es et in pulverem reverteris” (“Pues polvo eres y al polvo volverĆ”s"). 
Lo sucedido en el camposanto de Almagarinos denota que el promotor y responsable municipal de tan descabellada idea y de tan desaguisada acciĆ³n ha creĆ­do y cree que el tĆ©rmino “cementerio” estĆ” relacionado con “cemento” y que un buen cementerio es un cementerio encementado. Y no es asĆ­. EtimolĆ³gicamente, “cementerio” procede del latĆ­n “coemeterÄ­um” y Ć©ste, a su vez, del griego “ĪŗĪæĪ¹Ī¼Ī·Ļ„į½µĻĪ¹ĪæĪ½” (“koimētįø—rion”), que significa “dormitorio”. De ahĆ­ que el tĆ©rmino “cementerio” sea definido por la RAE como el “terreno, generalmente cercado, destinado a enterrar cadĆ”veres” para que encuentren el descanso y el sueƱo eternos. 
Este “encementamiento” de parte del camposanto no es algo nuevo en Almagarinos. Llueve sobre mojado. Da la impresiĆ³n de que los gestores municipales piensan y creen que la modernizaciĆ³n del pueblo estĆ” en consonancia con la siembra de hormigĆ³n, la ausencia de una polĆ­tica de plantaciĆ³n de Ć”rboles nuevos y el talado de Ć”rboles en el casco urbano (varios nogales centenarios han sido cercenados en los Ćŗltimos 40 aƱos; entre ellos el que cobijaba, bajo su amplio ramaje, la celebraciĆ³n de los tradicionales concejos abiertos), para alejarlo de lo rĆŗstico y acercarlo a lo urbanita. ¡Craso error! 
¡CuidadĆ­n! No se trata de no urbanizar Almagarinos (y podrĆ­amos decir lo mismo de muchos otros pueblos de la “EspaƱa vaciada y vacĆ­a”) sino de hacerlo, con cabeza y en su justa medida, sin destruir o degradar el “locus amoenus”: el ecosistema rural, natural y alejado, como hubiera dicho Fray Luis de LeĆ³n, del mundanal ruido; “locus amoenus” tan deseado y buscado, cada vez mĆ”s, por los urbanitas. En efecto, el “locus amoenus”, junto al “beatus ille”, el “carpe diem” y el “tempus fugit” denotan algunas de las aspiraciones y valores de la Roma clĆ”sica y, en general, del ser humano a lo largo de la historia; y, cĆ³mo no, tambiĆ©n del hombre de principios del siglo XXI. Todos estos tĆ³picos literarios, como escribĆ­ en otro lugar, van en la misma direcciĆ³n y nos invitan a no dejar para maƱana lo que podamos gozar hoy (“carpe diem”), en un contexto agradable e idĆ­lico (“locus amoenus”), alejado del mundanal ruido (“beatus ille”), ya que el paso del tiempo (“tempus fugit”) nos conduce rĆ”pido e inevitablemente al dormitorio (i.e. “cementerio), donde encontraremos el reposo y el sueƱo eterno.
Con el “encementamiento” de una parte del camposanto de Almagarinos, los responsables municipales han hecho un pan con unas tortas. Han intentado poner puertas al campo, que es una aberraciĆ³n ecolĆ³gica, estĆ©tica y funcional, que repugna al sentido comĆŗn. En vez del hormigonado, se podrĆ­a haber respetado el cĆ©sped natural y autĆ³ctono, que crecĆ­a ante los nichos, o se podrĆ­a haber echado una simple capa de grava o gravilla o arena; ademĆ”s, se podrĆ­a haber plantado un arriate de flores y unos Ć”rboles que dieran sombra; y se podrĆ­an haber instalado unos bancos, como vi, hace aƱos, en el cementerio de Cluj-Napoca (RumanĆ­a). Todo esto (y no el “encementamiento” del camposanto) harĆ­a mĆ”s segura, confortable, reposada, agradable y placentera la visita a nuestros queridos antepasados del teso el ArgatĆ³n que, como dijo alguien, estĆ”n muy vivos ya que la muerte sĆ³lo llega con el olvido.
Ante los hechos narrados, los de la casta polĆ­tica de alta cuna o de baja cama deberĆ­an ver, oĆ­r y reflexionar dos veces no sĆ³lo antes de hacer propuestas y de tomar decisiones sino, tambiĆ©n y sobre todo, antes de ejecutarlas. Tomar decisiones y llevarlas a cabo, “porque yo lo valgo”, como reza el eslogan publicitario de L’OrĆ©al, no es de recibo cuando existe la instituciĆ³n del concejo abierto, que propicia y permite el ejercicio de la democracia directa. AsĆ­, no se dejarĆ­a para maƱana lo que se debe hacer bien hoy  y los responsables municipales no quedarĆ­an colgados de la brocha de sus flagrantes poli-incompetencias.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


No hagas hoy lo que puedes hacer maƱana
Como cada aƱo, he vuelto a Almagarinos, pedanƭa del Bierzo Alto, para pasar una parte de las vacaciones estivales. Y me he encontrado una realidad petrificada, sin que el paso del tiempo ni el poder municipal hayan hecho mella en ella. En efecto, como hubiera dicho Sabino FernƔndez Campos, el poder municipal ni ha estado ni se le esperaba, ha estado ausente. Me explico.
Cuando algo no funciona o se ha deteriorado en el Ć”mbito privado (por ejemplo, en nuestra casa se ha roto una persiana o hay una fuga de agua o se ha estropeado un electrodomĆ©stico, etc.), tomamos personal e individualmente medidas para subsanarlo y volver a la normalidad. Ahora bien, cuando algo no funciona o se ha degradado en el Ć”mbito social (vandalismo en el mobiliario pĆŗblico, suciedad e incivismo en las vĆ­as pĆŗblicas, catĆ”strofe meteorolĆ³gica, etc.), son los poderes pĆŗblicos los encargados de darles una soluciĆ³n. Para esto les hemos elegido, para esto estĆ”n y para esto les pagamos, poco o mucho o demasiado.
Traigo a colaciĆ³n esta perogrullada para referirme a algunos hechos acaecidos y comunicados, en tiempo y forma, al Ayuntamiento de IgĆ¼eƱa. Pero, ¡quĆ© si quieres arroz, Catalina! Los poderes pĆŗblicos municipales han ido dejando para maƱana lo que debĆ­an de haber hecho hoy o ayer o el aƱo pasado. Y, como reza un aforismo popular, ya se sabe que “Por la calle de 'MaƱana' se llega a la plaza de 'Nunca'”.
Hechos
Hace ahora dos aƱos justos, presentĆ© un escrito (nĀŗ de registro 2019-E-RC-683) en el Ayuntamiento de IgĆ¼eƱa. En Ć©l, informaba de que un amasijo de cables pendĆ­a y pende de un hilo, que caĆ­a y cae sobre la vĆ­a pĆŗblica y cuya rotura, en cualquier momento, podĆ­a y puede dejar sin suministros a una parte de los vecinos de Almagarinos. Este hecho entraba y entra en contradicciĆ³n con el bando de la alcaldĆ­a (5 de julio de 2019), en el que se conminaba a los vecinos del Ayuntamiento a proceder a “la limpieza de fachadas en mal estado para mantenerlas en las debidas condiciones de ornato pĆŗblico” (subrayo intencionadamente la referencia a la estĆ©tica, ya que los precitados cables tambiĆ©n desdoran y degradan la imagen y el ornato de Almagarinos).
Por otro lado, desde hace tambiĆ©n mĆ”s de dos aƱos, a la altura del paraje denominado Grillones,  en el camino no asfaltado que conduce de Almagarinos a Rodrigatos de las Regueras (otra de las pedanĆ­as del Ayuntamiento de IgĆ¼eƱa), unas enormes piedras (“morrillos”) impiden el paso a cualquier vehĆ­culo, si hay que hacer frente a un imprevisto (por ejemplo, incendio, urgencia sanitaria). AdemĆ”s, representan una espada de Damocles para los vehĆ­culos que transitan por la carretera LE-460, que discurre en paralelo y en un nivel inferior. 
SegĆŗn me han informado las gentes del lugar, la AdministraciĆ³n Local y la DiputaciĆ³n de LeĆ³n se pasan la pelota de la responsabilidad y, como es lĆ³gico, la casa sin barrer. Creo que no debe ser tan difĆ­cil, a no ser por desidia, determinar quiĆ©n es el responsable de tener expedita la precitada vĆ­a de comunicaciĆ³n. Si un dĆ­a hay un incendio y no pueden llegar los bomberos, si un dĆ­a se produce un derrumbe sobre la transitada LE-460, provocando efetos letales sobre las personas, habrĆ” que pedir responsabilidades a los polĆ­ticos o a los funcionarios pĆŗblicos que, durante muchos aƱos, han estado mano sobre mano. Algo parecido ha sucedido y estĆ” sucediendo en la subida al pueblo de Almagarinos por el camino de las PeƱas de Aceite, donde se ha producido el derrumbe parcial de una escollera.
Para completar este “cahier de dolĆ©ances”, que denotan desinterĆ©s y dejadez por parte de las autoridades municipales, quiero referirme tambiĆ©n a otros hechos. Por un lado, a la basura, acumulada en los mĆ”rgenes de la LE-460 (botes y botellas de todo tipo de refrescos, paquetes de tabaco, bolsas de chucherĆ­as y de comida basura, colillas, etc.). Durante aƱos, un amigo bilbaĆ­no, Luis Mari —hoy, como hubiera dicho el rey emĆ©rito, en el taller para que le hagan una reparaciĆ³n— la ha recogido, cada verano, de forma selectiva y minuciosa, a lo largo de la carretera del valle del rĆ­o Tremor. 
AdemĆ”s, debo referirme a ciertas inversiones despilfarradoras, no funcionales y que no tienen ninguna utilidad pĆŗblica, pero que seguramente si habrĆ”n tenido algĆŗn beneficio individual y privado. Entre ellas y sin Ć”nimo de ser exhaustivo, hay que citar los puntos limpios y las depuradoras de todos los municipios del Ayuntamiento de IgĆ¼eƱa, que estĆ”n inutilizados y que la vegetaciĆ³n ya ha engullido (las depuradoras) o engullirĆ” (puntos limpios). Sucede lo mismo con las instalaciones deportivas de todos los pueblos del Ayuntamiento, ejecutadas cuando eran ya pueblos vaciados y vacĆ­os de niƱos, adolescentes y jĆ³venes. MenciĆ³n aparte merecen la empresa municipal de apicultura y la compra-donaciĆ³n-restauraciĆ³n de cosas, tirando con pĆ³lvora del rey, para ofrecer, se dice, trabajo y vivienda, en Almagarinos, a parejas jĆ³venes con hijos. Por el momento, demos un voto de confianza y esperemos para ver la viabilidad de estas dos iniciativas.
Finalmente, no puedo dejar de citar el Bando del Presiente de la Junta Vecinal (agosto 2021) y no de la Junta Vecinal, como aparecĆ­a en el mismo, (uno de sus miembros montĆ³ en cĆ³lera y el pedĆ”neo tuvo que morder el polvo y retirarlo). Este bando da la medida no sĆ³lo de la deficiente competencia lingĆ¼Ć­stica, cultural e intelectual sino de la falta de convicciones democrĆ”ticas del anĆ³nimo redactor. Con guĆ­as asĆ­, no se puede ir seguro a ninguna parte ni muy lejos. O, como reza el dicho popular, con amigos asĆ­, la pedanĆ­a de Almagarinos no necesita tener enemigos.
Moraleja
Los hechos narrados son sĆ­ntomas del habitual “vuelva Ud. maƱana” y del mal “hacer” de la administraciĆ³n municipal de IgĆ¼eƱa y de otras administraciones, que conjugan muy bien el verbo “procrastinar”, dejando para maƱana lo que puede y debe hacer hoy. Y esta dejadez municipal tiene repercusiones negativas tanto en la imagen del patrimonio natural y urbanĆ­stico de los pueblos del Ayuntamiento de IgĆ¼eƱa como en la vida cotidiana de sus habitantes. Todo, incluso los detalles, cuenta para velar tanto por la imagen y el potencial cultural, turĆ­stico, ecolĆ³gico y econĆ³mico del valle del rĆ­o Tremor, o de la EspaƱa vaciada y vacĆ­a, como por el bienestar de los vecinos. 
Ante este estado de cosas, invito a las autoridades municipales del Ayuntamiento de IgĆ¼eƱa y, en general, a los servidores pĆŗblicos de todas las administraciones a que rumien, sin muchas ilusiones de que lo hagan, esta pertinente y juiciosa reflexiĆ³n del Dalai Lama: “SĆ³lo existen dos dĆ­as en el aƱo en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro, maƱana. Por lo tanto, hoy es el dĆ­a para amar, crecer, hacer y principalmente vivir”.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Fortalezas y debilidades de los mayores
SegĆŗn la AEAFA (AsociaciĆ³n EspaƱola de Abogados de Familia), una de las consecuencias de la pandemia de la Covid-19 ha sido tambiĆ©n el incremento de las consultas de los mayores tanto para hacer testamento y mejorar la herencia a aquellos hijos que se han desvivido por ellos, como para desheredar a otros. Ɖsta estĆ” siendo la respuesta de muchos padres mayores, abandonados por sus hijos o que, por ingratitud y maltrato psicolĆ³gico, no han recibido las atenciones debidas. Este comportamiento de los mayores lo resume Marcelo CornellĆ”, Presidente de ACUMAFU (AsociaciĆ³n Cultural de Mayores de Fuenlabrada), con estas palabras: “Si no te cuidan, que no hereden”. Y, como dice el Papa Francisco, el abandono de los mayores, tambiĆ©n por parte de sus retoƱos, es una lamentable y censurable manifestaciĆ³n de la “cultura del descarte”, al ser considerados material de desecho.
Es evidente y una perogrullada afirmar que todo ser humano, en las Ćŗltimas dĆ©cadas de la vida, sufre un proceso gradual, natural e inevitable de declive, que se traduce en cambios fĆ­sicos (prevalencia de ciertos achaques y enfermedades), fisiolĆ³gicos (deterioro de los sentidos), psicolĆ³gicos (deterioro cognitivo), sociales (bajos niveles de confraternizaciĆ³n y socializaciĆ³n) y tambiĆ©n econĆ³micos (pensiones insuficientes). Y, a pesar de la escabechina de la pandemia de la Covid-19, el nĆŗmero de los mayores serĆ” cada vez mayor. En el 2020, lo eran mĆ”s de 8 millones de espaƱoles (20% de la poblaciĆ³n). Y, en el 2050, segĆŗn proyecciones del INE, se llegarĆ” al 30%.  
Estos cambios, debidos al paso del tiempo y a la edad, son sƭntomas evidentes de las debilidades de los mayores. Ahora bien y a pesar de esto, los mayores conservan unos poderes, que deberƭan utilizar, cada vez mƔs, para preservar su dignidad y bienestar, ya que el que no llora no mama.
Ɖstos son sus poderes
Los mayores son el grupo etario mĆ”s numeroso y mĆ”s decisivo electoralmente. Ellos tienen la sartĆ©n por el mango. Por eso, no deben perder de vista que los de la casta polĆ­tica deben contar con ellos para ser elegidos. Y, por lo tanto, como con los nacionalistas-independentistas de todo cuƱo, estos yonquis del poder siempre estarĆ”n dispuestos o a engaƱarlos, prometiĆ©ndoles el sol y la luna, o a concederles todo lo que les pidan, para poder llegar al poder y satisfacer sus apetitos desenfrenados y patolĆ³gicos de poder. 
Por otro lado, a lo largo de su vida, los mayores de hoy han sido, en general, hormigas hacendosas y no cigarras jaraneras. Por eso, cuando ha llegado el otoƱo de sus vidas, no suelen tener deudas y sĆ­ un cierto patrimonio (vivienda propia, ciertos ahorros y una pensiĆ³n). AdemĆ”s, con la posibilidad de utilizar, entre otras, la fĆ³rmula de la hipoteca inversa, su situaciĆ³n econĆ³mica es o podrĆ­a ser envidiable, autĆ³noma e independiente de la de sus retoƱos. Como hubiera dicho el Cardenal Cisneros, aquĆ©llos y Ć©stos son sus poderes.
Y Ć©stas, sus debilidades
Ahora bien, estas cartas hay que jugarlas y saber hacerlo para hacer frente a las debilidades. En demasiadas ocasiones, los mayores renuncian a jugarlas o las juegan mal. Algunas debilidades son congĆ©nitas e inevitables. Es el caso de los achaques de salud y el deterioro de los sentidos. Ahora bien, otras debilidades, los mayores las han ido creando y alimentando a lo largo de sus vidas. Por eso, ellos son, en buena parte, responsables de lo que les pasa y de las dificultades y problemas (soledad, aislamiento, descapitalizaciĆ³n, falta de lazos afectivos, …) que tienen en la Ćŗltima etapa de sus vidas.
A lo largo de toda su vida, los mayores han puesto, en general, todos los huevos en el nido de la familia, olvidĆ”ndose de cultivar la amistad y de incrementar y diversificar las amistades para construir con Ć©stas nuevos nidos complementarios. Y, luego, para lo que pasa: olvidados y abandonados por sus retoƱos y sin amigos, se deben enfrentar a “la soledad no deseada”, que provoca mucho sufrimiento y que mata mĆ”s que los aƱos.
Por otro lado, demasiados mayores se dejan embaucar por los hijos y se descapitalizan al no aplicar el consejo que el Padre Juan PĆ©rez Riesco, provincial de los PP. Redentoristas de EspaƱa, daba a sus feligreses. En una de sus Ćŗltimas estancias veraniegas en Almagarinos (Bierzo Alto), el Padre Juan me confesĆ³ que, en el contexto de la confesiĆ³n o en las consultas post-misa, muchos feligreses le verbalizaron, despuĆ©s del consabido “Padre, nosotros ya tenemos la vida hecha”, el propĆ³sito de distribuir entre sus hijos tanto sus propiedades como sus ahorros. Y Ć©l siempre se lo desaconsejaba ya que, haciendo honor al refrĆ”n CrĆ­a cuervos y te sacarĆ”n los ojos y por su experiencia pastoral, los padres descapitalizados eran, en demasiadas ocasiones, padres abandonados o carne de residencia.
AdemĆ”s, los mayores se convierten muy frecuentemente en esclavos de sus hijos al no poder disponer de su tiempo y al tener que ser los canguros de sus nietos.. AsĆ­, se olvidan de vivir y de cultivar la amistad y de incrementar las tan vitales relaciones sociales,… ¿Por quĆ©? Por miedo a ser ninguneados, olvidados y abandonados por sus hijos, algo que sucede, a pesar de todo, en muchas ocasiones. Y muchos mayores sufren tambiĆ©n el sĆ­ndrome de Estocolmo, justificando y disculpando los comportamientos de sus hijos. Y cuando deciden ir a una residencia es porque sus hijos, en numerosos casos, les han hecho sentir que son un peso y un estorbo para ellos. 
Ergo
La esperanza de vida se ha alargado progresivamente a lo largo de la historia. Hoy, en las sociedades occidentales, cada dĆ©cada, aumenta 3 aƱos. Para potenciarla y luchar contra las debilidades inevitables y evitables, los mayores deberĆ­an pensar mĆ”s en ellos y en cuidar la montura para que nos lleve lejos, pero seguros y en buena salud. Para ello los gerontĆ³logos y el sentido comĆŗn coinciden. Las claves para una maduraciĆ³n adecuada o, como dicen algunos, “envejecimiento Ć³ptimo”, estĆ”n en mantener activo el cuerpo, en mantener activo el cerebro y en mantener y ampliar las relaciones sociales. Como aconseja Paca Tricio, “la muerte va a llegar, pero tienes que procurar llegar viva a la muerte”. ¡Que no se diga que moriste a los 38 aƱos y te enterraron a los 83!
© 2021 - Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez


De aquellos polvos, estos lodos
Los hechos
En la segunda mitad del mes de junio de 2021, los medios de comunicaciĆ³n se hicieron eco del megabrote de Covid, que se produjo en Mallorca. A pesar del criterio en contra de los profesores, cientos de jĆ³venes de las diferentes CC.AA (de 17 a 21 aƱos) se habĆ­an desplazado hasta Mallorca con el fin de pasar una semana (del 12 al 18 de junio) y asĆ­ celebrar el fin del aƱo escolar. SegĆŗn sus propios testimonios, el viaje en ferri desde Valencia fue toda una locura: sin guardar las distancias, sin mascarilla y consumiendo alcohol a gogĆ³. Y, llegados a Mallorca, el desmelene y el desmadre continuĆ³ y se incrementĆ³: megafiestas en barcos (“party boats”) y en los 9 hoteles donde se alojaron, multitudinario concierto de reguetĆ³n en la Plaza de Toros y los consabidos botellones cotidianos en la vĆ­a pĆŗblica. Y todo, por supuesto, sin ninguna medida de seguridad.
El resultado de estos comportamientos irracionales y de niƱatos malcriados y caprichosos no se hizo esperar: brote de contagios masivos por coronavirus de la variante alfa (inglesa). En seguida se contabilizaron 350 contagiados. Ahora bien, el nĆŗmero de Ć©stos se fue incrementando rĆ”pidamente hasta alcanzar los 1.664 afectados, en general, asintomĆ”ticos o con sĆ­ntomas leves. A pesar de esto, 14 tuvieron que ser hospitalizados y uno fue directamente a la UCI. Los asintomĆ”ticos, al regresar a sus lugares de origen, han provocado un brote supracomunitario y generacional: 12 CC.AA estĆ”n afectadas y los contagios entre jĆ³venes se han disparado. Y, a pesar de sus protestas y la de sus irresponsables padres, que organizaron estos viajes en contra del criterio de los centros escolares, mĆ”s de 260 estuvieron confinados y obligados a hacer cuarentena en el hotel Palma Bellver de Mallorca, hasta el 30 de junio. 
Como hubiera dicho Pedro Piqueras, Ć©stos son los hechos y asĆ­ se los he contado. Ahora bien, ante lo que estĆ” en juego (la lucha contra la pandemia y la vida o la muerte de cualquiera de nosotros), estos hechos merecen al menos una sucinta reflexiĆ³n. 
De aquellos polvos…
A lo largo de toda la pandemia, los poderes pĆŗblicos y los medios de comunicaciĆ³n (principalmente las cadenas de televisiĆ³n), guiados por un paternalismo y un buenismo mal entendidos, han escondido las imĆ”genes —que, como todos, sabemos valen mĆ”s que mil palabras— de la dramĆ”tica situaciĆ³n que estĆ”bamos viviendo. No mostraron las desbordadas UCIs, llenas de pacientes graves, ni los parkings convertidos en frigorĆ­ficos-morgues, ante el colapso provocado por los miles de muertos diarios. Ni la soledad ni la angustia de los miles de compatriotas que perdieron sus vidas. Para los jĆ³venes, lo que estaba sucediendo era tan invisible como el propio virus y, para mĆ”s inri, ellos se creyeron inmunes. 
AdemĆ”s, los jĆ³venes han sido desorientados y desconcertados por las contradicciones permanentes del Dr. SimĆ³n, del Ministro de Sanidad y demĆ”s voceros oficiales y no oficiales (“los todĆ³logos”): primero, mascarillas, no; luego, mascarillas, sĆ­; asistencia a manifestaciones masivas, sĆ­; luego, no; y, en junio de 2020,  cuando Pedro SĆ”nchez, cual MoisĆ©s bajando del monte SinaĆ­, anunciĆ³ que habĆ­amos vencido la pandemia (?), que se acercaba la desescalada y que la “nueva normalidad” (?) estaba al alcance de la mano, la realidad fue que una nueva ola de contagios nos esperaba a la vuelta del verano; etc. Por otro lado, debido a los discursos imperantes y a las estadĆ­sticas, los jĆ³venes creyeron que la Covid no iba con ellos y que el virus sĆ³lo atacaba a los mayores.
Ante los lamentables hechos de Mallorca y los que se producirĆ”n durante este verano, lo mĆ”s probable y seguro es que ya se estĆ© incubando ya la quinta ola de la pandemia en todas las CC.AA. Y no sĆ³lo de la variante alfa (inglesa), sino y principalmente de la variante delta (india), que es mĆ”s contagiosa y mĆ”s letal. Y, ahora, los principales afectados serĆ”n ellos, los jĆ³venes. Por eso, algunos consideran que el reto, a lo largo del verano, es vacunarlos masivamente, a partir de los 16 aƱos, ya que es el colectivo con mayor movilidad, con mayores relaciones sociales, con mĆ”s contactos, con menos conciencia de la dramĆ”tica realidad y, por lo tanto,  con mĆ”s irresponsabilidad. 
… estos lodos
Los jĆ³venes veraneantes en Mallorca no eran poligoneros ni miembros del batallĆ³n de fracasados escolares sino jĆ³venes que habĆ­an terminado, con Ć©xito, un nuevo aƱo escolar y/o el bachillerato  y/o las pruebas de acceso a la universidad (EvAU o PAU). Por lo tanto, por sus biografĆ­as escolares, son, mĆ”s bien, la flor y la nata (?) de la juventud espaƱola. Ahora bien, en la estancia en Mallorca y en las salidas habituales con los amigos se han comportado, se comportan y se comportarĆ”n a lo largo del verano como autĆ©nticos cafres: los encuentros masivos sin respetar las medidas de seguridad, el consumo desenfrenado de alcohol y drogas son malas compaƱƭas y hacen que pierdan el oremus. Por eso, sus comportamientos dejan mucho que desear y, en el contexto de la pandemia, son una autĆ©ntica bomba de relojerĆ­a tanto para ellos mismos como para sus prĆ³ximos (hermanos, padres, abuelos, amigos) y la sociedad en su conjunto. En un recodo del camino pueden toparse con la parca o, en su deambular veraniego por la vida, en esta Ć©poca de pandemia, pueden ir sembrando la muerte a diestro y siniestro.
En la sociedad actual, se suele idolatrar a la juventud. Sin embargo, como dijo alguien, hay que respetarla no por lo que es sino por lo que puede llegar a ser. A esta edad, los jĆ³venes, se rigen por el freudiano “principio del placer” (el clĆ”sico “carpe diem”) y no por el “principio de realidad”. Y, al hacerlo, se dejan llevar por el “principio de la muerte” en detrimento del “principio de la vida”, Freud dixit. Por eso, se podrĆ­a afirmar que la prevalencia del “principio del placer” y el “principio de la muerte” entre los jĆ³venes es la consecuencia de lo que los psicĆ³logos denominan el “niƱo o joven emperador o dictador”: niƱos o jĆ³venes habituados a que se les dĆ© todo lo que desean sin ningĆŗn tipo de condiciĆ³n o de contraprestaciĆ³n.
A pesar de lo que pregonan los ecologistas, para Leopoldo AbadĆ­a, lo importante no es quĆ© planeta vamos a dejar a nuestros hijos sino quĆ© hijos vamos a dejar al planeta. Para Ć©l, lo importante es dejar en este mundo unos hijos honestos, limpios, majos, educados, leales, cĆ­vicos,… Ahora bien, el comportamiento de demasiados jĆ³venes denota que los padres, los profesores y los responsables polĆ­ticos no estamos haciendo las cosas bien y no estamos a la altura. AhĆ­ estĆ” el desenfreno en Mallorca y en todo tipo de eventos festivos, que deberĆ­an cuestionarnos a todos (padres, profesores y casta polĆ­tica) sobre lo que estamos haciendo con nuestros hijos, alumnos y jĆ³venes ciudadanos. De estos polvos, los lodos de Mallorca y de otras latitudes.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


El  nudo gordiano catalĆ”n
Cuenta la leyenda que los habitantes de Frigia (una parte de la actual TurquĆ­a) tuvieron que elegir un nuevo rey y, para ello, consultaron al orĆ”culo del templo de Zeus. SegĆŗn el orĆ”culo, el nuevo rey serĆ­a el que entrase en la ciudad con un carro, tirado por bueyes, y sobre el cual  estarĆ­a posado un cuervo. Fue un labrador, llamado Gordias,  el que entrĆ³ de esta guisa y, por lo tanto, fue nombrado rey. Como agradecimiento, fundĆ³ la ciudad de Gordio y ofreciĆ³ a Zeus el carro y el yugo, que atĆ³ al carro con un nudo tan complicado que nadie podĆ­a desatarlo. El que lo consiguiera conquistarĆ­a todo el Oriente. En el 334 a. de C., cuando se dirigĆ­a a conquistar el Imperio Persa, Alejandro  Magno pasĆ³ por Gordio, donde fue retado a desatar el nudo de Gordias. DespuĆ©s de mucho reflexionar, Alejandro desenvainĆ³ su espada y, con un certero tajo, lo cortĆ³, al tiempo que dijo: “Monta tanta cortarlo como desatarlo”. 
Hoy, con el sintagma “nudo gordiano”, se hace referencia a una dificultad o a un problema o a un obstĆ”culo de muy difĆ­cil soluciĆ³n o desenlace, como el sempiterno “nudo gordiano catalĆ”n”, por poner sĆ³lo un ejemplo. Y la expresiĆ³n “cortar el nudo gordiano” significa resolver tajantemente y sin contemplaciones un problema: da igual cĆ³mo se haga, lo importante es que se resuelva. 
El nudo gordiano catalĆ”n y los anti-Alejandros 
Los ciudadanos y visitantes de Gordio se enfrentaron al nudo de Gordias, sin Ć©xito, hasta que pasĆ³ por allĆ­ Alejandro Magno. Los espaƱoles, desde hace dĆ©cadas, nos enfrentamos al “nudo gordiano catalĆ”n”, que se resiste  a ser desatado. En la confecciĆ³n y el fortalecimiento del mismo, no ha habido sĆ³lo un Gordias sino que han colaborado varios: desde el inicio de la TransiciĆ³n, todos los presidentes del Gobierno de EspaƱa no han dudado en complicar y en fortalecer el “nudo gordiano catalĆ”n”, para poder llegar al poder y/o para mantenerse en Ć©l.
En efecto, desde A. SuĆ”rez hasta P. SĆ”nchez —pasando por F. GonzĆ”lez, por J. M. Aznar, M. Rajoy y J.L. R. Zapatero— en 10 de las 15 legislaturas, los aspirantes a presidentes de Gobierno se vieron obligados a buscar el apoyo y a entenderse con formaciones nacionalistas (CIU y PNV, principalmente). Los nuevos partidos estatales (UPyD, C’s, Podemos y Vox) no han conseguido eliminar esta decisiva y nociva dependencia e influencia.  Ahora bien, ante el apetito patolĆ³gico de poder de los candidatos a presidentes del Gobierno de EspaƱa, el apoyo de los nacionalistas catalanes (y tambiĆ©n vascos) nunca fue altruista sino un autĆ©ntico chantaje o una cascada de jaques o una serie de Ć³rdagos para exigir y obtener contrapartidas de todo tipo.
Entre estas contrapartidas y sin Ć”nimo de ser exhaustivo, F. GonzĆ”lez concediĆ³ la corresponsabilidad fiscal (15% del IRPF) y el desarrollo del estatuto de autonomĆ­a catalĆ”n con las consiguientes transferencias. Aznar, con el nefando “Pacto del Majestic”, incrementĆ³ la corresponsabilidad fiscal (cesiĆ³n del 33% del IRPF, del 35% del IVA, del 40% de los impuestos especiales), propiciĆ³ importantes transferencias (trĆ”fico, educaciĆ³n, justicia, agricultura, sanidad, empleo, puertos y aeropuertos,…), eliminĆ³ la figura del Gobernador Civil, concediĆ³ importantes inversiones para ampliar el puerto y el aeropuerto de Barcelona y para financiar el AVE Madrid-Barcelona, evitĆ³ que la “ley de PolĆ­tica LingĆ¼Ć­stica” fuese recurrida ante el TC,… y entregĆ³, en bandeja de plata, la cabeza de Alejo Vidal-Quadras, la mosca cojonera para los nacionalistas. Con Zapatero, las concesiones continuaron y prometiĆ³ aceptar el nuevo estatuto, hecho a medida por los y para los nacionalistas, que saliera del Parlamento catalĆ”n. Con Rajoy, la deriva nacionalista e independentista condujo al referĆ©ndum ilegal de autodeterminaciĆ³n (1 de octubre de 2017), a la declaraciĆ³n unilateral de independencia (27 de octubre de 2017) y, como no podĆ­a ser de otra forma, a la condena de los patrocinadores. 
Con el goteo de las sucesivas concesiones y traspasos de competencias a CataluƱa, durante 40 aƱos, ya no queda gran cosa por transferir. Por eso, para los nacionalistas catalanes, ha llegado el momento de dar el jaque mate al Estado de Derecho. AsĆ­,  ahora, con SĆ”nchez, se temen nuevas e importantes concesiones, lesivas para el Estado de Derecho y para la soberanĆ­a de los espaƱoles: en primer lugar, la concesiĆ³n del “indulto” a los polĆ­ticos independentistas condenados con sentencia firme y presos; luego o en su lugar, segĆŗn algunos analistas, vendrĆ­a la concesiĆ³n de la “amnistĆ­a” para ellos; y, para rematar, se permitirĆ­a la convocatoria de un referĆ©ndum de autodeterminaciĆ³n vinculante y la proclamaciĆ³n de la independencia de CataluƱa y de la repĆŗblica. Ante la deriva de los Gobiernos de EspaƱa, mĆ”s de uno se pregunta si, con SĆ”nchez en La Moncloa, se darĆ” la puntilla letal a la unidad de EspaƱa. 
Se necesita un Alejandro expeditivo
Los sucesivos presidentes de Gobierno de EspaƱa, Ć”vidos de poder a cualquier precio, han complicado y consolidado el “nudo gordiano catalĆ”n”, como dice Ignacio Varela, mediante “polĆ­ticas de apaciguamiento”, que se han limitado a hacer concesiones y mĆ”s concesiones, para que los nacionalistas-independentistas depongan su actitud, pero sin exigirles nada a cambio. Y Ć©stos han considerado las concesiones como una debilidad de los poderes del Estado y como la confirmaciĆ³n de que sus objetivos son razonables, justos y realizables.  Ahora bien, precisa I. Varela, estas polĆ­ticas de apaciguamiento no serĆ”n efectivas si no van precedidas, acompaƱadas y/o seguidas de polĆ­ticas disuasorias, tan determinantes y contundentes como las agresiones sufridas.
Durante 40 aƱos, los nacionalistas independentistas catalanes  se han regido por el adagio popular de que “el que no llora no mama”. AdemĆ”s, han seguido a pies juntillas el consejo, acuƱado por J. Pujol, que reza asĆ­: “Hoy, paciencia; maƱana, independencia”. La paciencia parece que ha terminado y el momento de la autodeterminaciĆ³n y de la proclamaciĆ³n del Estado catalĆ”n ha llegado. Ante el jaque mate y el Ć³rdago de los nacionalistas, ha llegado tambiĆ©n la hora de que un nuevo Alejandro coja este toro por los cuernos y dĆ© una soluciĆ³n urgente y definitiva al nudo gordiano catalĆ”n. Como dijo Alejandro Magno, “Monta tanto cortarlo como desatarlo”,  es decir es igual cĆ³mo se haga (siempre en el marco de la legalidad), lo importante es que se haga.
Como dijo Einstein, “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Por eso, no se puede seguir, como hasta ahora, con las polĆ­ticas de apaciguamiento. Es necesario el nuevo Alejandro —audaz e inteligente como el genuino— que haga respetar, caiga quien caiga, la legalidad vigente y que haga caer todo el peso de la ley sobre aquellos que se atrevan a poner en peligro nuestra convivencia. La casta polĆ­tica no puede seguir por el camino trillado de los Ćŗltimo 40 aƱos ni debe olvidar la historia: los estragos provocados por  las contemporizaciones con Hitler. Si la olvida, podremos recordarle los presagios de Churchill cuando Chamberlain presentĆ³, en la CĆ”mara de los Comunes, los Acuerdos de MĆŗnich: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra (…), elegisteis el deshonor y ahora tendrĆ©is la guerra”. ¡Que tomen nota!
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


“CompaƱeros, compaƱeras y compaƱeres”
A mediados del pasado mes de abril, la ministra de Igualdad, Irene Montero, se luciĆ³ y mostrĆ³, una vez mĆ”s, su osadĆ­a e ignorancia supina. En un mitin con colectivos LGBTIQ+, utilizĆ³, en sĆ³lo 15 minutos, 10 tripletes (“Buenas tardes a todos, todas y todes”, “hay un niƱo, una niƱa y un niƱe”, por dar sĆ³lo dos ejemplos) y otras lindezas por el estilo. Entre ellas, los consabidos y reiterados desdoblamientos o dobletes (“amigos y amigas”, “todos y todas”). 
Desde hace ya bastante tiempo, algunos de estos colectivos y muchos organismos pĆŗblicos (universidades, CC.AA, sindicatos, ayuntamientos y otras instituciones) se han arrogado ciertas competencias y se han erigido en “expertos lingĆ¼istas”(?), elaborando y proponiendo guĆ­as de lenguaje no sexista. Ahora bien, para elaborarlas, no han dudado en desplazar, marginar, silenciar y ningunear a los verdaderos estudiosos y sibaritas del lenguaje (la RAE, los lingĆ¼istas, los filĆ³logos, los “escribidores” que viven de la pluma, los profesores, etc.), para que no tuvieran vela en este entierro. AsĆ­, los maestros Ciruela que no saben hacer la “o” con un canuto, tampoco en cuestiones lingĆ¼Ć­sticas, pretenden darnos lecciones y dictarnos a todos, con sus propuestas de lenguaje inclusivo, cĆ³mo debemos hablar y escribir. ¡Vivir para ver!
Los maestros Ciruela y el lenguaje inclusivo
Para ciertos colectivos feministas y los maestros Ciruela que los secundan, el lenguaje sexista es una manifestaciĆ³n del androcentrismo y del machismo. Y provoca una invisibilidad, una infravaloraciĆ³n, una marginaciĆ³n, un menosprecio y una subordinaciĆ³n de la mujer respecto al hombre. Para luchar contra esta discriminaciĆ³n, para visualizar a la mujer y ponerla en el puesto que se merece, el “lenguaje inclusivo” (o incluyente o igualitario o no sexista) es, segĆŗn ellos, el medio para conseguirlo. En efecto, segĆŗn la Rae, este lenguaje es el “que aplica las recomendaciones propuestas por ciertos sectores del feminismo para visibilizar a la mujer en el discurso, suponiendo que el uso del ‘masculino genĆ©rico’ la excluye”.
Entre otras recomendaciones, los maestros Ciruela y ciertos colectivos feministas han propuesto, que se utilicen dobletes, que permiten hacer menciĆ³n expresa de los dos gĆ©neros (“el Congreso de los diputados y las diputadas” en vez de “el Congreso de los diputados”) y tripletes (“*Buenas tardes a todos, todas y todes”); o que se sustituyan las desinencias del gĆ©nero masculino por otros grafemas neutros, que no denotan gĆ©nero:  la “@” (*tod@s), la consonante “x” (*todxs) o el asterisco (“*tod*s”) o la vocal “-e” (*todes); o que se creen neologismos inĆŗtiles (“*jĆ³venas, *miembras, *portavoza”) o que se empleen otras soluciones artificiosas (“*las y los ciudadanos”), propuestas todas que contravienen las normas de la gramĆ”tica espaƱola. 
Los expertos y el lenguaje inclusivo 
Para la Rae y los estudiosos del lenguaje, los desdoblamientos (“el Congreso de los diputados y las diputadas”) son gramaticalmente correctos, pero innecesarios. En efecto, teniendo en cuenta el contexto de utilizaciĆ³n y la “competencia enciclopĆ©dica” de los hablantes (U. Eco), el “masculino genĆ©rico” (“el Congreso de los diputados”) incluye, nunca mejor dicho y sin ningĆŗn gĆ©nero de dudas, a los seres de ambos sexos. De ahĆ­ que, segĆŗn Ɓlex Grijelmo (2019), no se debe confundir la “ausencia del gĆ©nero femenino” en el significante con la “invisibilidad” o la ausencia del concepto de mujer en el significado. Por eso, no es de recibo lo aseverado en la cita, atribuida a George Steiner, segĆŗn la cual “lo que no se nombra no existe”. No es el lenguaje el que crea la realidad sino la realidad la que crea el lenguaje.
Los expertos aportan cuatro razones contundentes en defensa del “masculino genĆ©rico” y en contra del uso de los dobletes o los tripletes. Por un lado, la “economĆ­a lingĆ¼Ć­stica”, que reflejĆ³ Baltasar GraciĆ”n en el aforismo que reza asĆ­: “lo breve, si bueno, dos veces bueno. Y, si malo, menos malo”. Por otro, basta con leer o escuchar un texto en lenguaje inclusivo para darse cuenta de que el uso sistemĆ”tico del mismo no es cooperador y dificulta o hace imposible la comunicaciĆ³n. AdemĆ”s, el lenguaje inclusivo va contra la “ley del mĆ­nimo esfuerzo”, que determina tanto el comportamiento lingĆ¼Ć­stico de los locutores como la evoluciĆ³n de las lenguas (A. Martinet, 1970): ¿para quĆ© gastar energĆ­a y tiempo, si se pueden  conseguir los objetivos con menos recursos? Finalmente, el lenguaje inclusivo pone en peligro la correcciĆ³n lingĆ¼Ć­stica en lo relativo a la concordancia gramatical.
Por otro lado, para la Rae y los expertos, las marcas neutras (“@”, “x”, “*” y  “-e”) son ajenas a la morfologĆ­a del espaƱol; y, ademĆ”s, son impronunciables. Por eso, estas propuestas han sido rechazadas, incluso por algunos manuales de lenguaje inclusivo, ya que estas marcas neutras sĆ­ invisibilizan a las mujeres. Por este motivo, estas propuestas neutras, asĆ­ como los dobletes y los tripletes, no se han popularizado y han sido objeto de controversia, de burla, de escarnio, de pitorreo y de memes.
No confundamos churras y merinas
Como puede deducirse del informe de Ignacio Bosque y del ensayo de Ɓ. Grijelmo (2019)*, las propuestas (cf. ut supra) de ciertos colectivos feministas —patrocinadas y aplicadas, como un papagayo, por la indocumentada ministra de Igualdad, Irene Montero— tienen mucho de postureo o son sĆ³lo una pantomima. En efeto, se fundamentan en una falsa relaciĆ³n causa-efecto y en un falso silogismo: de unas premisas verdaderas se extrae un conclusiĆ³n incorrecta. Y dan a entender que quien niegue la incorrecta conclusiĆ³n estĆ” negando tambiĆ©n las pertinentes premisas; y por lo tanto es un androcĆ©ntrico machista.
Es cierto que, en nuestra sociedad, existen una discriminaciĆ³n real de la mujer asĆ­ como comportamientos verbales sexistas. Por eso, es necesario trabajar para lograr la igualdad del hombre y de la mujer, haciendo que la presencia social, laboral, cultural, polĆ­tica,… de Ć©sta sea mĆ”s visible. Ahora bien, de estas premisas correctas, justas y razonables, ciertos colectivos feministas deducen una conclusiĆ³n injustificada e insostenible: suponer que la visibilizaciĆ³n lingĆ¼Ć­stica de la mujer, gracias al lenguaje inclusivo, va a acabar con su discriminaciĆ³n y todos los problemas adjuntos. ¿No serĆ­a mĆ”s lĆ³gico y razonable actuar para cambiar la realidad y, a partir de ahĆ­, se transformarĆ­a el lenguaje, considerado por ciertas feministas culpable y chivo expiatorio del estatus actual de la mujer?
El lenguaje inclusivo estĆ” de moda y, hoy, es lo p0lĆ­ticamente correcto. Y el Ministerio de Igualdad, regentado por la sectaria Irene Montero, juega el papel del orwelliano “Ministerio de la Verdad” que intenta poner en circulaciĆ³n e imponer esta “neolengua”, al tiempo que tiene la absurda pretensiĆ³n de reescribir con ella los relatos reales (ConstituciĆ³n de 1978, como encargĆ³ Carmen Calvo a la Rae) o ficticios (cuentos infantiles y obras literarias) del pasado. Como ha escrito F. Serrano, “si la razĆ³n y la inteligencia no revierten la situaciĆ³n y triunfan sobre los dogmas y postulados  de esta dictadura globalista de los idiotas, dentro de unos aƱos, todos, todas y todes estaremos perdidos, perdidas y perdides”.
(*) Ɓlex Grijelmo (2019), Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo, Taurus, Barcelona. (De lectura obligada para esas feministas, que PĆ©rez-Reverte llama “erizas”, y esos maestros Ciruela, que presumen de lo que no tienen (competencias en cuestiones lingĆ¼Ć­sticas).
Manuel I. Cabezas GonzƔlez
www.honrad.blogspot.com 


¿SĆ³lo sĆ­ es sĆ­?
Desde hace meses, el anteproyecto de la Ley de GarantĆ­a Integral de la Libertad Sexual, conocida popularmente como “Ley del sĆ³lo sĆ­ es sĆ­”, ha sido noticia en los medios. Con esta ley, la ministra Irene Montero pretende llevar a la legislaciĆ³n las reivindicaciones del movimiento feminista (?), relativas a las agresiones sexuales. Hasta ahora, ha sido objeto de crĆ­ticas y de impugnaciĆ³n por parte de ciertos organismos oficiales consultivos (el CGPD), de algunos miembros del Consejo de Ministros y de ciertas asociaciones de jueces (JJpD) y de juristas. 
Entre otros aspectos de la ley, se cuestiona el consentimiento “explĆ­cito” de la mujer para poder mantener relaciones sexuales con ella, consentimiento que resume lacĆ³nicamente el eslogan “sĆ³lo sĆ­ es sĆ­”. Como otros ya lo han analizado desde la perspectiva jurĆ­dica, aquĆ­ lo haremos desde el punto de vista de esa ciencia llamada lingĆ¼Ć­stica.
El consentimiento explĆ­cito, segĆŗn la ley del “sĆ³lo sĆ­ es sĆ­”
Conforme a la ley de la ministra Irene Montero, para que la vĆ­ctima (la mujer) dĆ© su plĆ”cet o nihil obstat a una relaciĆ³n sexual, es necesario que “haya manifestado libremente, por medio de actos exteriores, concluyentes e inequĆ­vocos, su voluntad expresa de participar en el acto” carnal. Para los juristas, esta definiciĆ³n legal del consentimiento expreso presenta varios talones de Aquiles: invierte la carga de la prueba (en vez de que la acusaciĆ³n tenga que demostrar la culpabilidad del acusado, es Ć©ste el que tiene que demostrar su inocencia); ademĆ”s y en consecuencia, destruye el principio bĆ”sico y fundamental de la presunciĆ³n de inocencia; y, finalmente, propicia una discriminaciĆ³n positiva de la mujer, ya que la versiĆ³n de los hechos por parte de la mujer tendrĆ­a un plus de veracidad, algo que ya sentenciĆ³ Carmen Calvo cuando verbalizĆ³ que “las mujeres tienen que ser creĆ­das sĆ­ o sĆ­, y siempre”.
Este consentimiento legal me ha recordado el mĆ©todo utilizado por un viejo amigo para lanzar el anzuelo de la pesca carnal. Este amigo —catĆ³lico practicante y asiduo a reuniones y encuentros entre creyentes, pero siempre muy atento a la voz de su carne— me comentĆ³, hace tiempo, que cristianizaba y santificaba sus demandas de satisfacciĆ³n sexual, haciendo uso de un particular Ć”ngelus. En el Ć”ngelus ortodoxo se dice: “y el Verbo se hizo carne y habitĆ³ entre nosotros” (Juan 1:14). Y Ć©l, para poder consumar y satisfacer su apetito sexual con sus hermanas en Cristo, siempre preguntaba, explĆ­citamente y de verbo ad verbum, a las hembras deseadas: “¿QuĆ© te parece si mezclamos nuestros verbos y fabricamos carne?”. 
Como Monsieur Jourdin, que producĆ­a prosa sin darse cuenta, mi amigo practicaba el “sĆ³lo sĆ­ es sĆ­” antes de que la ministra de “Igual da”, Irene Montero, viniera a prescribirnos cĆ³mo debemos concertar y concretar las relaciones sexuales deseadas, buscadas y consentidas por ambas partes. Tener que dar asĆ­ (consentimiento verbalizado y expreso) el “placet” para materializar el comercio sexual es no tener ni idea del cortejo pre-coital ni de cĆ³mo funciona la comunicaciĆ³n, en general, y la comunicaciĆ³n que persigue la coyunda carnal.
El consentimiento explĆ­cito, segĆŗn la lingĆ¼Ć­stica
En las relaciones humanas, segĆŗn Sigmund Freud, el deseo sexual es una constante, lo impregna todo. Ahora bien, hay muchas formas de decir “sĆ­” para permitir llegar al ayuntamiento carnal y satisfacerlo. Y, en este caso, la explicitaciĆ³n lingĆ¼Ć­stica (“sĆ­, quiero f… contigo”, “¿quĆ© te parece si mezclamos nuestros verbos y hacemos carne?”, etc.) del deseo no suele ser lo mĆ”s normal ni lo mĆ”s lĆ³gico. Para indicar al otro que nos derretimos por sus carnes y que queremos consumar el acto carnal, no necesitamos explicitarlo lingĆ¼Ć­sticamente y normalmente no lo hacemos.
En efecto, en ciertas situaciones de comunicaciĆ³n, evitamos expresiones directas que podrĆ­an ser consideradas duras, inadecuadas o malsonantes. Y, en su largar, utilizamos lo que en pragmĆ”tica (rama de la lingĆ¼Ć­stica) denominamos “actos de habla indirectos” (cf. J.L. Austin y J.R. Seale), que nos permiten nadar (decir) y guardar la ropa (sin decir directamente). Por este motivo, ni la demanda ni la aceptaciĆ³n del comercio carnal no suelen ser explĆ­citas, como pretende la ley de Irene Montero, sino implĆ­citas. 
Por otro lado, si analizamos la comunicaciĆ³n humana, podemos constatar que utilizamos una lengua, con la que podemos mentir y engaƱar a nuestros interlocutores. Pero tambiĆ©n usamos, al mismo tiempo, otros sistemas de signos,  el lenguaje no verbal, con el que no se puede mentir, ya que es, en general, inconsciente y reflejo. De ahĆ­ que los mensajes no verbales sean mĆ”s sinceros, veraces y, cuantitativamente, mĆ”s preƱados de informaciĆ³n que los lingĆ¼Ć­sticos (A. Pease*). 
Para ilustrar la importancia y la funcionalidad del lenguaje no verbal en el comercio sexual, podemos citar la gestiĆ³n de las distancias entre interlocutores, la fisiologĆ­a de pupila y el comportamiento corporal espejo. SegĆŗn los etĆ³logos (cf. Edward T. Hall**), el cuerpo no termina en la piel sino que se prolonga mĆ”s allĆ” de ella, formando una especie de burbuja alrededor de Ć©l, que estĆ” a una distancia mĆ”s o menos prĆ³xima de otra u otras burbuja(s), en funciĆ³n de los sentimientos recĆ­procos entre los interlocutores. Una  de estas distancias es la “distancia Ć­ntima”: aquella que propicia el contacto fĆ­sico y en el que la palabra juega un papel menor, ya que la comunicaciĆ³n se lleva a cabo por otros medios; es la distancia que presagia, sin explicitarlo verbalmente, el inminente acto sexual. Lo mismo puede decirse, por un lado, de la dilataciĆ³n inconsciente y refleja de la pupila, que denota excitaciĆ³n, atracciĆ³n y deseo de consumo sexual (Flora Davis***). Y, por el otro, el comportamiento corporal espejo de dos personas que se atraen sexualmente, que adoptan las mismas posturas y actitudes. En estos casos, para decir “sĆ­, quiero”, las palabras no son necesarias y estĆ”n de mĆ”s. 
Las palabras, a veces, sobran
SegĆŗn la pragmĆ”tica y el funcionamiento real de la comunicaciĆ³n, no “sĆ³lo sĆ­ es sĆ­”. Como dice la etĆ³loga Flora Davis, “a la mayorĆ­a nos resulta mĆ”s fĆ”cil decir ‘me gustas’ con el cuerpo, y especialmente con los ojos, que con palabras”. Por eso, se podrĆ­a decir que Irene Montero y su staff ministerial demuestran ser poco leĆ­das y unas indocumentadas: con sus livianas alforjas y sus profundas lagunas lingĆ¼Ć­sticas y formativas, se quedan en la epidermis de la comunicaciĆ³n, sin penetrarla, nunca mejor dicho, para llegar a la “substantifique moelle” de la que habla FranƧois Rabelais: eso que el interlocutor debe descubrir entre lĆ­neas, el sentido escondido, la quintaesencia del mensaje, lo no expresado lingĆ¼Ć­sticamente. En consecuencia, podrĆ­amos o deberĆ­amos pasar de la aseveraciĆ³n legal “sĆ³lo sĆ­ es sĆ­” a preguntarnos: “¿sĆ³lo sĆ­ es sĆ­?”.
(*) Allan Pease (1980), El lenguaje y el cuerpo. CĆ³mo leer el pensamiento de los otros a travĆ©s de sus gestos, PaidĆ³s, Barcelona.
(**) Edwad T. Hall (1971), La dimension cachƩe, Seuil, Paris.
(***) Flora Davis (1976), La comunicaciĆ³n no verbal, Alianza Editorial, Madrid.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


¿QuĆ© hacer ante los estragos de la pandemia de las pantallas?
En las Ćŗltimas cinco entregas y apoyĆ”ndonos en un ensayo del neurocientĆ­fico francĆ©s M. Desmurget (“La fabrique du crĆ©tin digital”), hemos analizado diferentes consecuencias daƱinas del uso, del abuso y del mal uso de las pantallas. Empezamos poniendo el dedo en la llaga de la orgia digital en la que estamos inmersos para, despuĆ©s, explicitar los efectos perversos de las pantallas sobre los resultados escolares, sobre el desarrollo cognitivo, sobre la salud y sobre esa nueva pandemia de la multitarea.
Como hemos dejado negro sobre blanco, la ubicuidad digital y el consumo de pantallas por parte de las nuevas generaciones es excesiva y estĆ” fuera de control. Y las principales vĆ­ctimas de ellas son el sueƱo reparador, los intercambios intra- y extrafamiliares, el trabajo escolar, las prĆ”cticas deportivas y artĆ­sticas, que son la base del completo desarrollo intelectual, emocional y sanitario de los niƱos, adolescentes y jĆ³venes.
Si las pantallas son tan nefastas, esto es debido al hecho de que el cerebro humano no estĆ” diseƱado para un mundo donde estĆ” continuamente inundado por un sunami de todo tipo de mensajes y donde se ha producido un  gravĆ­simo empobrecimiento y deterioro de las relaciones interpersonales. En estas condiciones, el cerebro no puede funcionar a pleno rendimiento ni desarrollarse “comme il faut”, desperdiciĆ”ndose asĆ­ el perĆ­odo de plasticidad del mismo, propia de la niƱez y de la adolescencia.
Ante los estragos causados por las pantallas en las nuevas generaciones, no es de recibo el haber adoptado el principio fisiocrĆ”tico del “laissez faire, laissez passer” y el resignarse a ello como si fuera una fatalidad. Se puede y se debe resistir, aunque no es fĆ”cil nadar a contracorriente. Muchos padres, con alto un estatus socioeconĆ³mico y cultural, lo hacen. Entre Ć©stos estĆ”n, para mĆ”s inri, los gurĆŗs y los ejecutivos de las empresas de las nuevas tecnologĆ­as de Silicon Valley, que envĆ­an a sus hijos a costosas escuelas o colegios donde las pantallas no tienen cabida y en cuyas casas brillan por sus ausencia. A dĆ­a de hoy, ninguna investigaciĆ³n demuestra que la privaciĆ³n de pantallas, utilizadas por las nuevas generaciones principalmente con fines lĆŗdicos o de chismorreo, puede conducir a un aislamiento social o a cualquier tipo de trastorno emocional, sino todo lo contrario.  
AntĆ­doto contra el abuso y mal uso de las pantallas
Rechazada la actitud de impotencia y del “laissez faire, laissez passer”, la injerencia activa de padres y de profesores debe propiciar una gestiĆ³n mĆ”s razonable y eficiente del tiempo pasado con las pantallas por las nuevas generaciones, para minimizar los efectos negativos. Para ello, basta con que establezcan una serie de reglas de uso de las pantallas. M. Desmurget, en su ensayo, enumera precisamente un decĆ”logo compuesto de 7 normas fundamentales. 
Primera regla: antes de los 6 aƱos, nada de pantallas. Hasta esta edad, el niƱo no tiene necesidad de pantallas. Lo que necesita es que se le hable, que se le cuenten o se le lean historias; necesita jugar, hacer puzles o construir con el Lego, correr, saltar, cantar, dibujar, hacer deporte, etc. Este tipo de actividades contribuye mĆ”s eficazmente a su desarrollo que cualquier pantalla. AdemĆ”s, el privarlos de pantallas durante los primeros aƱos de vida no tiene ningĆŗn impacto negativo  ni a corto ni a largo plazo y no los convertirĆ” en disminuidos digitales, sino todo lo contrario.
Segunda regla: de los 6 a los 12 aƱos, 30 minutos;  y, a partir de los 12,  una hora, como mĆ”ximo, dedicada a las pantallas. Con estos tiempos de consumo, el uso de las pantallas no tiene efectos negativos destacables o son tan dĆ©biles o pequeƱos que son tolerables.
Tercera regla: ninguna pantalla en la habitaciĆ³n. En este lugar, las pantallas tienen un impacto muy desfavorable. En efecto, aumentan el tiempo de uso, en detrimento del sueƱo reparador y favorecen el acceso a contenidos inadecuados. De ahĆ­ que la habitaciĆ³n deba ser un lugar libre de pantallas. 
Cuarta regla: evitar los contenidos inadecuados (violencia, sexo, tabaquismo, alcoholismo, etc.). Estos contenidos son prescriptores de normas de conducta y producen un efecto profundo sobre la manera en que los niƱos y los adolescentes perciben el mundo.
Quinta regla: nada de pantallas antes de ir a la escuela. SegĆŗn los neurocientĆ­ficos, los contenidos estimulantes maƱaneros agotan sus capacidades intelectuales y dificultan el rendimiento escolar. Por eso, durante el desayuno, hay que escucharlos, hablarles,...
Sexta regla: nada de pantallas por la noche, antes de ir a dormir. Por la noche, las pantallas afectan muy negativamente tanto la duraciĆ³n (uno se acuesta mĆ”s tarde), como la calidad (se duerme peor) del sueƱo. En efecto, los contenidos estimulantes son muy perturbadores para el sueƱo. Por eso, habrĆ­a que desconectar las pantallas, al menos, 1:30 antes de ir a dormir.
SĆ©ptima regla: utilizar sĆ³lo una pantalla al mismo tiempo. AsĆ­ se evitarĆ” la multitarea, que no se adapta a la fisiologĆ­a del cerebro. En efecto, las multipantallas favorecen la distracciĆ³n y hacen que el cerebro sea menos competitivo y rinda menos. Y ademĆ”s, las pantallas no deben estar al alcance durante las comidas, los deberes escolares y las conversaciones familiares. 
Menos pantallas y mƔs vida real
La pandemia de las pantallas es una realidad y va cada vez a mĆ”s. Todo parece indicar que las nuevas y las viejas generaciones no son nada sin las pantallas. EstĆ”n siempre pegados a ellas. Por eso,  se les podrĆ­a aplicar la descripciĆ³n que hizo Quevedo de GĆ³ngora en el primer verso del soneto “A una nariz”, que reza asĆ­: “Ɖrase un hombre a una nariz pegado”. El “homo numericus” o el mal llamado “digital native” es tambiĆ©n un hombre a una pantalla pegado.
Ahora bien, los efectos perversos de las pantallas tienen remedio. Para ello, padres y profesores, debidamente informados y formados, tienen que tomar este toro por los cuernos y aplicar el decĆ”logo de 7 reglas esenciales, propuesto por M. Desmurget. Y, sobre todo, deben predicar con el ejemplo. SĆ³lo asĆ­ podremos librarnos de la huxleyana “dictadura perfecta” de las pantallas: “una prisiĆ³n sin muros, cuyos prisioneros no pensarĆ­an en evadirse. Un sistema de esclavitud en el que, gracias al consumo y a la diversiĆ³n, a los esclavos les gustarĆ­a su esclavitud”.
Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez 


Las pantallas y la multitarea
Antes de la llegada de la pandemia de la Covid, solĆ­a desplazarme periĆ³dicamente a la costa brava para confraternizar con unos viejos y queridos amigos y sus dos hijas. En una de mis Ćŗltimas visitas, fui testigo de unos hechos, que me pusieron la mosca detrĆ”s de la oreja. Una maƱana, nada mĆ”s abandonar los brazos de Morfeo, la hija menor se instalĆ³ en el salĆ³n comedor delante de una enorme pantalla de televisiĆ³n, por supuesto, encendida. Pero, entre ella y la tele, en su regazo, instalĆ³ su ordenador portĆ”til con el fin de hacer un trabajo para la universidad. Y, a su diestra, dispuso, solĆ­cita, su “smartphone”. 
Me quedĆ© perplejo y asombrado ante tal despliegue y acumulaciĆ³n de pantallas. Esta narraciĆ³n-descripciĆ³n refleja lo que es una situaciĆ³n de multitarea o “multitasking” (realizar simultĆ”neamente varias tareas o acciones), tan comĆŗn y corriente hoy entre los jĆ³venes y menos jĆ³venes. Esta vivencia personal me la hizo recordar la lectura del ensayo de M. Desmurget, “La fabrique du crĆ©tin digital”, donde el neurocientĆ­fico francĆ©s analiza este comportamiento de las nuevas generaciones.
La pandemia de la multitarea
Ante la prĆ”ctica generalizada de la multitarea, en un mundo plagado de pantallas, los “todĆ³logos” o “expertos (?) mediĆ”ticos” pontifican, sin ningĆŗn fundamento cientĆ­fico y sin ningĆŗn rubor,  que los jĆ³venes han cambiado y que su cerebro es muy diferente del de las generaciones mĆ”s longevas: es mĆ”s vivo, mĆ”s rĆ”pido, estĆ” mĆ”s adaptado a la desestructuraciĆ³n de los espacios digitales, es mĆ”s capaz de gestionar en paralelo datos diferentes, es mĆ”s competente para sintetizar grandes flujos de informaciĆ³n, etc. AdemĆ”s, afirman que la organizaciĆ³n neuronal  de las nuevas generaciones se ha liberado y emancipado de la necesidad o limitaciĆ³n de realizar las tareas una tras otra. 
Ahora bien, para los neurocientĆ­ficos, segĆŗn M. Desmurget, este punto de vista es absurdo y carece de toda apoyatura cientĆ­fica. En efecto, tanto en los jĆ³venes como en las personas maduras, el cerebro humano es incapaz de hacer varias cosas al mismo tiempo. Y si intenta hacerlas, perderĆ” en precisiĆ³n, exactitud y productividad. El cerebro humano no es un ordenador, ni un hombre orquesta y, cuando intenta hacer dos cosas al mismo tiempo, sĆ³lo sabe hacer juegos malabares, pasando de una a la otra. Ahora bien, el paso de una a la otra, por un lado, exige tiempo y energĆ­a; y, por el otro, hace que se cometan errores, omisiones y pĆ©rdidas de informaciĆ³n. Y esto sucede porque la inversiĆ³n cognitiva o intelectual debe ser repartida entre las distintas actividades y, en consecuencia, es sĆ³lo parcial. Por eso, las cosas que se intentan hacer simultĆ”neamente tienen todas las papeletas para que no sean completamente satisfactorias ni perfectas.
En las situaciones de multitarea, precisa la neurociencia, la “atenciĆ³n” sobrevuela las actividades realizadas y la “inversiĆ³n cognitiva”, como hemos subrayado, se debe distribuir entre las distintas cosas que hacemos. Por eso, la concentraciĆ³n no puede ser total, suele haber fallos y no se actĆŗa segĆŗn la filosofĆ­a de la “calidad total”: hacer las cosas bien la primera vez. Para M. Desmurget, la multitarea es un comportamiento contra natura, ya que el cerebro —que rige, planifica, organiza y manda a los distintos Ć³rganos del cuerpo— no estĆ” diseƱado biolĆ³gicamente para ello.
Un ejemplo que ilustra lo aseverado es el visionado de pelĆ­culas en versiĆ³n original con subtĆ­tulos. Como uno tiene que leer los subtĆ­tulos, el cerebro focaliza su actividad en Ć©stos, anulando o disminuyendo o poniendo en un segundo plano a los sentidos del oĆ­do y de la visiĆ³n. Por eso, no es lo mismo ver una pelĆ­cula en versiĆ³n original con o sin subtĆ­tulos. Con subtĆ­tulos, se ve y se escucha menos y mal, precisamente porque la atenciĆ³n estĆ” desperdigada y porque nuestro cerebro no estĆ” diseƱado para la multitarea. Esto es confirmado, como hemos apuntado en otro lugar, por la distribuciĆ³n complementaria de las diferentes actividades diurnas y nocturnas (durante el sueƱo) realizadas por el cerebro, ante la imposibilidad de hacerlas al mismo tiempo.
A pesar de estas evidencias neurocientĆ­ficas sobre la multitarea, los jĆ³venes (y tambiĆ©n las personas maduras) son adictos a ella tanto en su vida social como en sus estudios (cf., ut supra, el comportamiento de la hija de mis amigos de la Costa Brava). Incluso, en el mundo laboral, se intenta implantar la multitarea, a pesar de los muchos inconvenientes que inciden negativamente tanto en la productividad como en los trabajadores. En efecto, se produce una menor eficacia, un mayor riesgo de errores, un mayor estrĆ©s, un mayor riesgo de dĆ©ficit de atenciĆ³n, una menor calidad de trabajo y, por consiguiente, un menor rendimiento o productividad. Por eso, se puede aseverar que cuanto mĆ”s se hace simultĆ”neamente, peor se hace.
Menos pantallas y menos multitareas
La hija de mis amigos de la Costa Brava como, en general, la mayorĆ­a de los jĆ³venes van de sobrados por la vida, sin darse cuenta de que se rigen sĆ³lo  por el freudiano “principio del placer” inmediato (el clĆ”sico “carpe diem”) y no por el “principio de realidad”. Y, por otra parte, han olvidado o no han aprendido la enseƱanza de esa pĆ­ldora de sabidurĆ­a popular que reza asĆ­: “quien mucho abarca poco aprieta” (formulaciĆ³n, en espaƱol, del clĆ”sico “divide et impera”: divide tu inversiĆ³n cognitiva en varias actividades y te dispersarĆ”s, perdiendo en precisiĆ³n, eficiencia y eficacia). 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez


Las pantallas y la degradaciĆ³n de la salud 
Los niƱos, los adolescente, los jĆ³venes e incluso los adultos pasan demasiado tiempo con las pantallas. Y este nuevo “placer solitario” —para algunos, cada vez mĆ”s vergonzoso— es extremadamente daƱino y afecta muy negativamente a los resultados escolares, al desarrollo intelectual y a la salud, como veremos en nuestra reflexiĆ³n de hoy. A esta consecuencia nociva dedica M. Desmurget el capĆ­tulo 7 (“SantĆ©: une agression silencieuse”) de su ensayo “La fabrique du crĆ©tin digital”. 
SegĆŗn M. Desmurget, para la comunidad cientĆ­fica, las pantallas son un problema, real y muy importante, de salud pĆŗblica. En efecto, las pantallas estĆ”n asociadas a ciertas patologĆ­as sanitarias: obesidad, tabaquismo, alcoholismo, toxicomanĆ­a, trastornos alimenticios, aislamiento social, agresividad, inseguridad, depresiĆ³n, prĆ”cticas sexuales de riesgo, problemas cardio-vasculares, etc. A la luz de estos efectos perversos del uso/abuso/y mal uso de las pantallas, precisa este neurocientĆ­fico francĆ©s, habrĆ­a que considerarlas como una de las causas principales de muchas de las enfermedades de nuestro tiempo. Hoy, nos centraremos sĆ³lo en tres impactos  daƱinos de las pantallas: impactos sobre el sueƱo, sobre el sedentarismo y sobre el acceso a contenidos inadecuados y peligrosos para las nuevas generaciones. 
Las pantallas y el sueƱo reparador
El sueƱo reparador, como lo indica su nombre, es una de las bases esenciales y vitales para el mantenimiento y la restauraciĆ³n del cerebro y, en consecuencia, del cuerpo humano. SegĆŗn los neurocientĆ­ficos, el cerebro nunca descansa, ni siquiera cuando dormimos. Durante el sueƱo, el cerebro permanece tambiĆ©n activo, realizando tareas que no puede llevar a cabo mientras estamos despiertos y activos. En efecto, a lo largo de la jornada,  estĆ” tan atareado con el frenesĆ­ de la vida diurna que el trabajo de mantenimiento es imposible. Y cuando llega el sueƱo, el cerebro se libera de una buena parte de la carga de trabajo y puede dedicarse a las tareas de mantenimiento: los recuerdos son seleccionados y clasificados; los aprendizajes son integrados y fijados en la memoria; el crecimiento es estimulado; las infecciones y las enfermedades son combatidas; el sistema inmunolĆ³gico es reforzado, etc. AsĆ­, cuando llega de nuevo el dĆ­a, el cerebro y el cuerpo estĆ”n restaurados y listos para hacer frente al ajetreo de una nueva jornada.  
Ahora bien, si los acogedores, confortables y reparadores brazos de Morfeo nos abandonan frecuentemente, toda la integridad de la persona se verĆ” afectada, provocando daƱos tanto en sus dimensiones fĆ­sicas (obesidad, enfermedades), como emocionales (depresiĆ³n, desarreglos alimenticios, ansiedad, estrĆ©s, etc.) o intelectuales (dĆ©ficit de memoria, de atenciĆ³n, maduraciĆ³n cerebral, etc.). Por eso, quien no duerme bien o no duerme bastante no puede funcionar ni rendir correctamente. 
En el mundo actual, el uso y abuso de las pantallas por las nuevas generaciones tienen consecuencias muy lesivas tanto para la cantidad como para la calidad del sueƱo. Por un lado, las pantallas retrasan la hora de ir a la cama. AdemĆ”s, aumentan el lapso de tiempo entre el hecho de ir a la cama y de dormirse. Por otro lado, alteran la continuidad del sueƱo, daƱando la cantidad y la calidad del mismo, a causa de ciertos contenidos —excitantes, estresantes, angustiosos— vehiculados por las pantallas. Uso de pantallas y sueƱo no hacen buenas migas.
Las pantallas y el sedentarismo
Con las multi-pantallas, siempre al alcance de la mano, disminuyen tambiƩn muy significativamente los niveles de actividad fƭsica y se incrementan los de sedentarismo. Nuestro organismo no estƔ diseƱado para estar sentado durante mucho tiempo, sino para moverse. Por eso, estar siempre sentado ante las pantallas degrada nuestro organismo (obesidad), genera patologƭas graves (emocionales, neurodegenerativas, cardio-vasculares, etc.) y reduce, en consecuencia, sensiblemente la esperanza de vida. Y la gravedad de estas consecuencias se acrecienta si el sedentarismo estƔ asociado, como veremos infra, a ciertos consumos, tambiƩn muy daƱinos para la salud: tabaco, comida basura, drogas, alcohol, aislamiento social y soledad no deseada, etc.
Por eso, la comunidad cientĆ­fica establece una relaciĆ³n negativa y clara entre el tiempo dedicado a las pantallas y el dedicado a la actividad fĆ­sica: cuanto mĆ”s tiempo dedican las nuevas generaciones a las pantallas, menos podrĆ”n dedicar al ejercicio fĆ­sico y mĆ”s problemas de salud tendrĆ”n que afrontar. En efecto, tanto el sueƱo como la actividad fĆ­sica son un antĆ­doto contra los problemas precitados y ejercen una acciĆ³n salutĆ­fera sobre el funcionamiento individual (de la memoria, de la atenciĆ³n, del desarrollo cerebral) y sobre la protecciĆ³n contra la obesidad u otras patologĆ­as. Para conseguir estos efectos salutĆ­feros, se aconseja, como mĆ­nimo, una hora diaria de ejercicio fĆ­sico. Ahora bien, para esos grandes consumidores de pantallas, los mal llamados “digital natives”,  una hora diaria de ejercicio fĆ­sico es una proeza, digna de HĆ©rcules, imposible de realizar para mantenerse en buena salud fĆ­sica y mental.
Las pantallas y los contenidos inadecuados y peligrosos
Las pantallas dan acceso, “any time, any where” a todo tipo de contenidos. Entre ellos, tambiĆ©n a contenidos relativos a la pornografĆ­a, la violencia, las drogas, el tabaco, los juegos de azar, el alcohol, etc., que suelen ser tildados de inadecuados y peligrosos, si tenemos en cuenta la edad de las jĆ³venes generaciones. Para los niƱos, los adolescentes y los jĆ³venes —en etapa de exploraciĆ³n, descubrimiento, formaciĆ³n y experimentaciĆ³n— estos contenidos son “prescriptores de normas de conducta” sobre quĆ© hacer, cĆ³mo hacer, con quiĆ©n, cuĆ”ndo,… Por ejemplo, un adolescente o un joven, los fines de semana, hace botellĆ³n, coge el punto o se emborracha, fuma porros, tiene sexo,… Que sais-je encore? Y, una vez asimilados, estos mensajes determinan el comportamiento de demasiados adolescentes y jĆ³venes. Y empiezan a fumar, a beber, a tener relaciones sexuales de riesgo, etc.
Para explicar estas normas y comportamientos, M. Desmurget trae a colaciĆ³n el funcionamiento neurofisiolĆ³gico de la memoria.  Para este neurocientĆ­fico, la memoria es como una mĆ”quina que organiza y conecta contenidos o informaciones. AdemĆ”s, la memoria manifiesta una fuerte tendencia a la “co-activaciĆ³n”: cuando surge un contenido o una informaciĆ³n, en una pantalla, la memoria establece automĆ”ticamente relaciones con otros contenidos. Este poder asociativo de la “contigĆ¼idad temporal” es una de las debilidades de la memoria y estĆ” en la base de los estereotipos sociales sobre, por ejemplo, la edad, la orientaciĆ³n sexual, el origen Ć©tnico, etc. 
Esta debilidad de la memoria ofrece grandes posibilidades econĆ³micas a los mercenarios del neuromarketing que, pensando sĆ³lo en los beneficios crematĆ­sticos, no hacen ascos a ningĆŗn medio, aunque para ello potencien los tres grandes asesinos de nuestro tiempo: el tabaco, el alcohol y la obesidad. El modus operandi de estos tres asesinos es el mismo y utilizan el mismo instrumento: la fragilidad de la memoria (cf. ut supra) y las pantallas. En el caso de los tres se establece una cadena causal, por contigĆ¼idad temporal,  que conduce de las imĆ”genes (pantallas) al consumo de tabaco, de alcohol y de comida basura, que son asociados a toda una ristra de atributos positivos: virilidad, sensualidad, espĆ­ritu rebelde, poder, sexo, libertad, modernidad, etc. AsĆ­, gracias a la publicidad directa, indirecta o subliminal, omnipresente en todas las pantallas, los industriales del tabaco, del alcohol y de la comida hipercalĆ³rica reclutan nuevos consumidores e incrementan y aseguran las adicciones a largo plazo.
Menos pantallas y mƔs salud
La dependencia de las pantallas y los efectos daƱinos provocados por ellas han llegado a tal nivel que ya se ha forjado el tĆ©rmino de “tecnopatĆ­as” o “enfermedades 3.0” para designar estas nuevas patologĆ­as. Los padres y los profesores queremos lo mejor para nuestros hijos y nuestros alumnos. Por eso, me pregunto cĆ³mo no ponemos coto al uso, abuso y mal uso de las pantallas, pensando sĆ³lo en el bien de nuestros hijos y de nuestros alumnos. 
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

Las pantallas y los resultados escolares
En un texto reciente sobre el uso y abuso de las pantallas, hacĆ­a referencia a un ensayo del neurocientĆ­fico francĆ©s Michel Desmurget y anunciaba una serie de textos monogrĆ”ficos sobre los efectos daƱinos, en distintos campos, del uso desenfrenado y descontrolado de las pantallas. Hoy nos ocuparemos del primero de ellos: consecuencias nefastas de las pantallas sobre los resultados escolares de los niƱos, adolescentes y jĆ³venes (cf. ensayo, CapĆ­tulo 5. RĆ©ussite scolaire: attention, danger!).
Uso domƩstico de las pantallas y resultados escolares
SegĆŗn  M. Desmurget, los niƱos, adolescentes y jĆ³venes utilizan masivamente, en el contexto familiar y social, las pantallas (televisiĆ³n, mĆ³vil, ordenador, tableta, consolas, etc.). Y lo hacen principalmente con fines recreativos. Ahora bien, el uso de las pantallas en el contexto extraescolar hace malas migas con los buenos resultados escolares. En efecto —sin distinciones en funciĆ³n del sexo, de la edad o del medio social— el tiempo desmesurado dedicado a las pantallas influye muy negativamente en los resultados escolares.
De todas estas pantallas, la que se lleva la palma es el mĆ³vil, que es utilizado fundamentalmente con funciones lĆŗdicas (acceder a todo tipo de contenidos, jugar con videojuegos, navegar por internet, intercambiar imĆ”genes y textos, conectarse a las redes sociales, etc.), sin limitaciones de tiempo y lugar. Este artilugio multiusos es como una sanguijuela que succiona nuestro cerebro y propicia su descerebraciĆ³n. En efecto, cuanto mĆ”s inteligentes son los “smartphones”, mĆ”s sustituyen a nuestro cerebro y, por lo tanto, mĆ”s dependientes somos de ellos y mĆ”s idiotas nos convertimos. ¿Acaso no escogen ya el restaurante donde vamos a comer? ¿Acaso no seleccionan las informaciones y la publicidad que recibimos? ¿Acaso no nos fijan la ruta que debemos seguir para llegar a nuestro destino? ¿Acaso no responden a cualquiera de nuestras preguntas? ¿Acaso…? ¿Acaso…? Con el tiempo, terminarĆ”n por descerebrarnos completamente y por pensar en nuestro lugar.
Los “smartphones” y tambiĆ©n los ordenadores nos permiten un acceso casi ilimitado e inagotable a todo tipo de contenidos recreativos y educativos. Ahora bien, no debemos confundir  “disponibilidad” con “utilizaciĆ³n” o “consumo” de los mismos. Los usos que pesan mĆ”s en la balanza son los “usos recreativos” o embrutecedores y no los “usos educativos” o nutritivos. Por eso, M. Desmurget concluye que —en la escala de valores de los niƱos, adolescentes y jĆ³venes— predomina el divertimento o el freudiano “principio del placer” (el clĆ”sico “carpe diem”) sobre el esfuerzo. Y esto se traduce concretamente, en el Ć”mbito familiar, en un recorte sustancial del tiempo que deberĆ­an dedicar a los deberes escolares. Las pantallas potencian, mĆ”s bien, la dispersiĆ³n y la falta de atenciĆ³n, que no propician ni la comprensiĆ³n ni la memorizaciĆ³n de lo estudiado, pero sĆ­ los malos resultados escolares.
Uso escolar de las pantallas y resultados educativos
Si el uso y abuso extraescolar de las pantallas son nefastos para los resultados escolares, se puede y se debe aseverar, segĆŗn M. Desmurget, lo mismo del uso, cada vez mĆ”s frecuente y generalizado, de las pantallas en el Ć”mbito escolar.  A lo largo del siglo XX, se pudo comprobar que las potencialidades pedagĆ³gicas del cine (1913), de la radio (1930) y de la televisiĆ³n (1960) no estuvieron a la altura de las esperanzas depositadas en ellos. Y, hoy, las administraciones educativas ven tambiĆ©n en las pantallas de las TICE (TecnologĆ­as de la InformaciĆ³n y de la ComunicaciĆ³n para la EnseƱanza”) la receta mĆ”gica para la excelencia pedagĆ³gica y la respuesta a los desafĆ­os de la educaciĆ³n del siglo XXI: poner coto al fracaso escolar, laborar por la igualdad de oportunidades, inyectar en los alumnos el deseo y el placer de ir a la escuela y de aprender, revalorizar el oficio de profesor, etc.
Ahora bien, la funciĆ³n taumatĆŗrgica de las pantallas de las TICE, segĆŗn M. Desmurget, no estĆ” cientĆ­ficamente acreditada, ni experimentalmente validada y no han sido introducidas en la escuela pensando sĆ³lo en los alumnos. Las pantallas pueden contribuir a optimizar una enseƱanza de calidad, impartida por profesores cualificados, pero no para paliar una enseƱanza de mala calidad, impartida por profesores mediocres. En este sentido van los informes PISA que ponen de manifiesto, por un lado, que no hay una relaciĆ³n directa entre el uso de las pantallas y los buenos o mejores resultados escolares, sino todo lo contrario; y, por el otro, que los profesores cualificados son el recurso mĆ”s importante y determinante en los sistemas educativos competitivos. Por eso, se ha constatado que cuanto mĆ”s invierten los Estados en TICE y cuanto mĆ”s tiempo pasan los alumnos con las nuevas tecnologĆ­as, mĆ”s se degradan la calidad de la enseƱanza y los resultados escolares.
En efecto, las pantallas, aunque pueden facilitar en algo el trabajo de los alumnos, privan al cerebro de los discentes de las actividades cognitivas implicadas en la enseƱanza-aprendizaje de los contenidos curriculares (lengua, matemĆ”ticas, ciencias naturales, historia, etc.) y, por eso, los alumnos son cada vez mĆ”s dependientes de ellas y, por lo tanto, mĆ”s indocumentados y mĆ”s tontos. AdemĆ”s, los alumnos no las utilizan para aprender sino para actividades lĆŗdicas, a las que dedican 2/3 del tiempo del uso del mĆ³vil; por este motivo, son fuente de distracciĆ³n y factor determinante de las dificultades escolares. Por otro lado, las pantallas marginan y ningunean al profesor, privando a los alumnos de las interacciones necesarias y vitales entre ellos y Ć©l.
A pesar del impacto negativo de las pantallas en el rendimiento escolar, las instituciones educativas siguen con la digitalizaciĆ³n de la enseƱanza. ¿Por quĆ©? SegĆŗn las malas o las buenas lenguas, para sustituir a los profesores de carne y hueso por las pantallas, que son mĆ”s baratas y que permiten un ahorro sustancial en los costes de la enseƱanza; y, ademĆ”s, para poder impartir docencia a un nĆŗmero infinito de alumnos. Y se sigue con la digitalizaciĆ³n, a pesar de que la enseƱanza digital no sea tan motivadora, tan movilizadora, tan eficaz y tan operativa como la enseƱanza impartida por un profesor humano cualificado. AdemĆ”s, en esta enseƱanza digital, el profesor tradicional queda devaluado y relegado al rango de un dinĆ”mico animador o guĆ­a o mediador o facilitador, que indica a los alumnos el programa digital cotidiano y que vigila que los mal llamados “digital natives” permanecen tranquilos en sus pupitres.
Todo apunta a que la digitalizaciĆ³n de la enseƱanza es sĆ³lo un aspecto mĆ”s de la “globalizaciĆ³n”, con todo lo que este concepto implica de negativo y que la RAE define como “difusiĆ³n mundial de modos, valores o tendencias que fomenta la uniformidad de gustos y costumbres”. Por eso, la digitalizaciĆ³n de la enseƱanza puede y debe ser considerada como la “globalizaciĆ³n de la enseƱanza”, con mĆ”s potencialidades y augurios negativos que positivos, como hemos apuntado ut supra.
MƔs profesores cualificados y menos pantallas
Todo sistema educativo debe desarrollar las potencialidades del alumno. Y, entre Ć©stas, debe desarrollar principalmente su capacidad de pensar. Ahora bien, esto un ordenador no puede hacerlo, como tampoco puede sonreĆ­r, acompaƱar, guiar, consolar, animar, estimular, tranquilizar, etc. Por eso, todo sistema educativo debe ser dotado de todos los recursos necesarios e imprescindibles para lograrlo. Y, entre Ć©stos, se encuentra el profesorado cualificado, que no puede ser desplazado ni reemplazado por las pantallas. AsĆ­ lo han entendido los gurĆŗs del Silicon Valley y los ejecutivos de las empresas de nuevas tecnologĆ­as, que no disponen de pantallas en casa y que envĆ­an a sus hijos a escuelas donde las pantallas estĆ”n prohibidas. Como afirma, M. Desmurget, mientras “los niƱos desfavorecidos” son sometidos cada vez mĆ”s al aprendizaje digital en las escuelas, los “niƱos mĆ”s ricos” van a escuelas donde las pantallas estĆ”n proscritas. AsĆ­ no se acaba con las desigualdades ni se potencia la igualdad de oportunidades.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

Las pantallas y el desarrollo intelectual
DespuĆ©s de haber echado un vistazo panorĆ”mico sobre el uso y abuso de las pantallas y de haber analizado las consecuencias nocivas sobre los resultados escolares, hoy nos vamos a centrar en las efectos daƱinos para el desarrollo intelectual de los niƱos, de los adolescentes y de los jĆ³venes. Esta cuestiĆ³n es abordada por M. Desmurget en el capĆ­tulo 6 (“DĆ©veloppement: l’intelligence, premiĆØre victime”) de su ensayo “La fabrique du crĆ©tin digital”.
Para este neurocientĆ­fico francĆ©s, las pantallas socaban los tres pilares fundamentales del desarrollo intelectual (la primera vĆ­ctima de las pantallas) de todo niƱo, provocando efectos negativos e indeseables sobre las interacciones humanas, el desarrollo del lenguaje y la concentraciĆ³n.
Las pantallas y las interacciones humanas
El reciĆ©n nacido, cuando llega a este mundo, no es una ¨tabula rasa”, sino que posee un bagaje de potencialidades o capacidades inmaduras (o, como se dirĆ­a hoy, un programa de funcionamiento mĆ­nimo), que deben ser desarrolladas y maduradas. Para ello, son absolutamente necesarias las interacciones sociales con los seres humanos mĆ”s prĆ³ximos (padres y hermanos, principalmente). Ahora bien, si su ecosistema no le proporciona, en los primeros aƱos de vida (“perĆ­odo sensible”, durante el cual el cerebro goza de plasticidad y maleabilidad), los estĆ­mulos necesarios, tanto en cantidad como en calidad, sus potencialidades no se desarrollarĆ”n o se desarrollarĆ”n mal. Y, despuĆ©s, serĆ” muy difĆ­cil o imposible subsanar las deficiencias y recuperar el tiempo y las oportunidades perdidas. 
SegĆŗn las conclusiones de numerosas investigaciones, cuanto mĆ”s tiempo pasan los niƱos (y tambiĆ©n los adolescentes y los jĆ³venes) con sus mĆ³viles, sus teles, sus ordenadores, sus tabletas, sus consolas, etc.,  mĆ”s son alterados, tanto en cantidad como en calidad, los intercambios y las interacciones intrafamiliares. Se puede decir lo mismo de los padres: cuanto mĆ”s tiempo estĆ”n enganchados a las pantallas, de menos tiempo disponen para dedicarlo a sus retoƱos. Estas dos constataciones no tendrĆ­an importancia, si las pantallas proporcionaran al cerebro de sus hijos una alimentaciĆ³n adecuada y con fundamento, con un valor nutritivo igual o superior a la suministrada por las relaciones con seres humanos (padres, hermanos). Pero no es el caso.
En efecto, para que los contactos y las relaciones en el ecosistema prĆ³ximo del niƱo sean productivos y eficaces, es necesaria la presencia fĆ­sica de sus padres y hermanos, y no una presencia humana a travĆ©s de las pantallas. El descubrimiento de las “neuronas espejo” (finales del s. XX) ha demostrado que estas neuronas son mĆ”s sensibles y  reaccionan mejor ante la presencia del ser humano que ante la imagen indirecta del mismo ser humano en una pantalla. Por eso, el niƱo comprende, aprende, utiliza y retiene mejor las informaciones proporcionadas por un ser de carne y hueso que por un video de ese ser. De ahĆ­ que haya que favorecer y mimar las interacciones humanas intrafamiliares en detrimento de las pantallas, ya que se aprende mĆ”s y mejor por lo que se ve y se oye en el mundo real que por lo que se dice y se oye en una pantalla.
Las pantallas y el desarrollo del lenguaje
El lenguaje es lo que nos hace seres humanos, es la frontera que nos separa de los animales. Gracias a Ć©l, podemos pensar, comunicarnos, adquirir conocimientos y madurar intelectualmente. Por eso, hay una relaciĆ³n muy estrecha entre el desarrollo del lenguaje y el nivel de capacidad intelectual (cf. ut supra). Desde el punto de vista histĆ³rico, la humanidad ha desarrollado, perfeccionado y enriquecido progresivamente esos sistemas de signos llamados lenguas naturales. Y, del mismo modo, el reciĆ©n nacido llega a adquirir, paulatinamente  y en muy poco tiempo, el dominio adecuado de la lengua materna, que le permite interactuar lingĆ¼Ć­sticamente para verbalizar sus necesidades y participar socialmente. Ahora bien, es tal la complejidad de una lengua que su aprendizaje no acaba nunca: desde la cuna hasta la tumba, siempre podemos y debemos mejorar nuestras competencias lingĆ¼Ć­sticas.
Sin embargo, desde hace algĆŗn tiempo, el proceso de adquisiciĆ³n lingĆ¼Ć­stica por parte de niƱos, adolescentes, jĆ³venes e incluso adultos parece frenado o descuidado o dificultado. Y, entre los culpables potenciales (reducciĆ³n de las horas de enseƱanza, reformas educativas discutibles, degradaciĆ³n de la formaciĆ³n del profesorado, etc.), segĆŗn M. Desmurget, se encuentran tambiĆ©n las pantallas. El uso desenfrenado de las pantallas recreativas disminuye, en cantidad y en calidad, los intercambios lingĆ¼Ć­sticos intrafamiliares, base y fundamento de la maduraciĆ³n lingĆ¼Ć­stica del niƱo y de su desarrollo intelectual. En efecto, a lo largo de un dĆ­a, un niƱo puede escuchar, en su entorno humano, unas 925 palabras a la hora. Sin embargo, cuando la tele estĆ” encendida, escucha sĆ³lo 155 (un 85% menos). Por eso, para M. Desmurget, lo humano no puede ser reemplazado por las pantallas, cuya ineficacia en el aprendizaje lingĆ¼Ć­stico ha sido probada experimental y teĆ³ricamente (cf. “neuronas espejo”, ut supra).
En el campo de las adquisiciones lingĆ¼Ć­sticas, las pantallas actĆŗan tambiĆ©n muy negativamente, precisamente, en dos aspectos. Por un lado, alteran a la baja tanto el volumen como la calidad de los vitales intercambios lingĆ¼Ć­sticos precoces. Y, por otro lado, obstaculizan el aprendizaje de la expresiĆ³n-comprensiĆ³n oral, asĆ­ como el trĆ”nsito y la entrada en el mundo de la comunicaciĆ³n escrita (lectura y expresiĆ³n escrita). Con las pantallas, estos aprendizajes son mĆ”s laboriosos y lentos, mĆ”s parciales y mĆ”s superficiales que los que se adquieren en el contexto de la vida real. Para que un niƱo despliegue sus capacidades lingĆ¼Ć­sticas y adquiera su lengua materna, no tiene necesidad de pantallas. De lo que tiene necesidad es de que se hable con Ć©l, de que se le estimule para que utilice el verbo para nombrar y narrar lo que ve, lo que siente, lo que vive,  lo que quiere,… de que se le cuenten o lean historias, de que se le invite a leer, etc.
Las pantallas y la concentraciĆ³n
Sin la capacidad de concentraciĆ³n o de atenciĆ³n, no hay manera de movilizar y orientar el pensamiento hacia un objetivo concreto, y alcanzarlo. Ahora bien, las jĆ³venes generaciones, sumergidas continuamente en un ecosistema de pantallas,  con contenidos diversos e ilimitados, estĆ”n permanentemente solicitadas y bombardeadas por Ć©stas y, entonces, la concentraciĆ³n es imposible; ademĆ”s, el funcionamiento cognitivo es perturbado y las capacidades intelectuales se relajan. 
Se debe precisar que el cerebro humano no ha sido concebido ni diseƱado para un bombardeo exĆ³geno tan continuo. Y, por eso, las multi-pantallas tienen un impacto tan daƱino sobre la necesaria concentraciĆ³n, durante perĆ­odos de tiempo prolongados, para llevar a cabo cualquier empresa o alcanzar objetivos concretos: la adquisiciĆ³n de conocimientos, la competencia lectora o escritural, el Ć©xito escolar, etc., por poner sĆ³lo algunos  ejemplos.
Menos pantallas  y mĆ”s relaciones humanas
Ante el saqueo intelectual constante de las pantallas y ante los efectos daƱinos producidos por ellas (malos resultados escolares, deficiente desarrollo cognitivo, problemas de salud), las pantallas son vistas por M. Desmurget como una agresiĆ³n silenciosa en beneficio de algunos (los empresarios de las nuevas tecnologĆ­as) y en detrimento de casi todos (tanto niƱos, adolescentes y jĆ³venes como adultos). En efecto, desde la mĆ”s tierna edad, con la degradaciĆ³n y empobrecimiento de nuestras capacidades cognitivas y lingĆ¼Ć­sticas y con nuestra incapacidad para concentrarnos, se estĆ” dando forma a unos ciudadanos “gamma”, descritos por Aldous Huxley, en “Un mundo feliz”, como unos seres sin espĆ­ritu crĆ­tico, sin lenguaje, sin pensamiento y contentos con su suerte; unos seres “desempoderados”, esclavizados y convertidos en seres irracionales.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

Las pantallas, ¿progenitoras de cretinos digitales?
Hace ya algĆŗn tiempo, dediquĆ© dos textos a analizar los cambios comportamentales provocados por las nuevas tecnologĆ­as en sus usuarios. A partir de mis vivencias personales y sociales, analicĆ©, por una lado, el nuevo tipo de lectura o, mejor dicho, de seudolectura practicada por “el lector mariposa”; y, por el otro, la “degradaciĆ³n de la comunicaciĆ³n en la era digital”. Seudolectura y degradaciĆ³n de la comunicaciĆ³n, propiciadas por el uso y abuso del ordenador y del mĆ³vil, dos de las numerosas pantallas, hoy, al alcance de cualquiera.  
A finales de 2020, leĆ­ algunas reseƱas del reciente ensayo del neurocientĆ­fico francĆ©s Michel Desmurget, director de investigaciĆ³n del INSERM (Institut National de la SantĆ© et de la Recherche MĆ©dicale), titulado “La fabrique du crĆ©tin digital. Les dangers des Ć©crans pour nos enfants” (E. du Seuil, Paris, 2019). La lectura in extenso del mismo confirmĆ³ todas mis sospechas factuales e intuitivas (cf. enlaces ut supra) sobre los efectos colaterales daƱinos del uso y abuso de las pantallas. Por eso y a causa de la trascendencia del problema, he decidido retomar el tema de las nuevas tecnologĆ­as para sintetizar, en una serie de textos, su argumentado, prolijo y documentado ensayo (nada menos que 77 pĆ”ginas de bibliografĆ­a, con casi dos mil referencias).
El ensayo de M. Desmurget (traducido al espaƱol a finales de 2020) es una llamada de atenciĆ³n y a la reflexiĆ³n, sin pelos en la lengua, sobre el uso indebido de las pantallas, reflexiĆ³n imprescindible para padres, profesores y poderes pĆŗblicos, ocupados y preocupados por el desarrollo, la instrucciĆ³n y la educaciĆ³n de sus hijos, alumnos y ciudadanos. Hoy presentaremos una visiĆ³n global de la problemĆ”tica plateada por este neurocientĆ­fico francĆ©s y, en prĆ³ximos textos, analizaremos monogrĆ”ficamente algunos daƱos y peligros reales y concretos, provocados por las pantallas sobre la enseƱanza, sobre el desarrollo cognitivo o intelectual de niƱos, adolescentes y jĆ³venes, sobre la salud y sobre la forma de trabajar (la multitarea). 
En el “prefacio” de su ensayo, M. Desmurget levanta acta del exagerado, indebido y daƱino uso, por parte de las nuevas generaciones, de los dispositivos digitales en todas sus formas: mĆ³viles, tabletas, ordenadores, televisiĆ³n, consolas, etc. En efecto, con tan sĆ³lo dos aƱos, los niƱos de los paĆ­ses occidentales dedican, de media, casi 3h. al dĆ­a a visionar los soportes digitales. Entre los 8 y los 12 aƱos, el consumo digital sube hasta casi las 5h. Y, entre los 13 y los 18 aƱos, se incrementa hasta casi las 7h. Estos consumos representan, respectivamente, un cuarto, un tercio y el 40% del tiempo que pasan despiertos diariamente.
Ante estos datos, demasiados “expertos” mediĆ”ticos (mĆ©dicos, pediatras, sociĆ³logos, grupos de presiĆ³n, periodistas, tertulianos, profesores, etc.) —que yo suelo denominar “todĆ³logos” o “maestros Ciruela” o, ahora, “doctores SimĆ³n— ven con muy buenos ojos este estado de cosas y lo defienden, a capa y espada, como algo positivo, esperanzador, liberador y “empoderador”. En efecto, segĆŗn estos todĆ³logos, los dispositivos digitales (las pantallas) nos han hecho cambiar de era y han propiciado que surjan unos nuevos seres, los “digital natives” o el “homo numericus”, cuyo cerebro ha evolucionado y ha sido modificado gracias a ellas. Por eso, afirman que el cerebro de este hombre nuevo es mĆ”s rĆ”pido en sus respuestas; es mĆ”s capaz de gestionar en paralelo datos diferentes (i.e. estĆ” dotado para la multitarea); es mĆ”s competente para sintetizar grandes flujos de informaciĆ³n; y es mĆ”s apto para el trabajo en equipo. Todos estos cambios son, segĆŗn ellos, la palanca o el instrumento ideal para refundar la educaciĆ³n, para motivar a los alumnos, para incentivar su creatividad, para acabar con el fracaso escolar y, por lo tanto, con las desigualdades sociales.
Ahora bien, esta euforia de los “expertos mediĆ”ticos”, los verborreicos todĆ³logos, choca frontalmente con la realidad descrita en numerosos estudios cientĆ­ficos. Como en muchas otras situaciones, las apariencias engaƱan y el Ć”rbol de las pantallas no dejan ver el bosque de los problemas que provocan. AsĆ­, a propĆ³sito del uso recreativo de las pantallas (uso principal y prioritario por parte de las nuevas generaciones), las numerosas investigaciones cientĆ­ficas han explicitado una larga lista de consecuencias daƱinas, tanto para los niƱos como para los adolescentes y jĆ³venes. En estas investigaciones, se afirma que el uso y abuso recreativo de las pantallas ha socavado las bases del desarrollo armĆ³nico y equilibrado, en todos los campos, de las nuevas generaciones. En efecto, provocan daƱos no sĆ³lo en lo somĆ”tico (obesidad, maduraciĆ³n cardiovascular, sedentarismo, trastornos alimenticios, etc.), sino tambiĆ©n en lo emocional (agresividad, depresiĆ³n, comportamientos de riesgo, etc.) y en lo cognitivo o intelectual (deficiencias en el lenguaje, en la concentraciĆ³n, en la memoria, etc.). Y estas consecuencias daƱinas ponen en entredicho, cada vez mĆ”s, tanto el Ć©xito escolar como el Ć©xito social y laboral futuros.
A propĆ³sito de las enseƱanzas y de los aprendizajes escolares (i.e. del Ć©xito y del fracaso escolar), las evaluaciones PISA son contundentes y concluyentes: el uso de los dispositivos digitales (pantallas) en la escuela no es beneficioso, sino todo lo contario. Recientemente, el padre de estas evaluaciones periĆ³dicas reconociĆ³ que los dispositivos digitales empeoran, mĆ”s bien, los resultados escolares. Por eso y a la luz de las abundantes investigaciones cientĆ­ficas, M. Desmurget  y sus colegas neurocientĆ­ficos comparten este punto de vista. Y asĆ­, tanto ellos como los gurĆŗs de Silicon Valley y numerosos ejecutivos de las grandes tecnolĆ³gicas (entre ellos el malogrado Steve Jobs) protegen a sus hijos contra los instrumentos digitales —que han sido ideados, desarrollados y comercializados precisamente  por los gurĆŗs y ejecutivos precitados— enviĆ”ndolos a colegios donde las pantallas no tienen cabida; y, por otro lado, no poniendo al alcance de sus retoƱos, en el Ć”mbito familiar, las pantallas de las nuevas tecnologĆ­as. A este respecto, uno de los primeros ejecutivos de Facebook, el arrepentido Chamath Palihapitiya, reconociĆ³ su tremenda culpa por haber contribuido a desarrollar unas herramientas que estĆ”n desgarrando el tejido social. Y, ademĆ”s, denunciĆ³ que, mientras los niƱos desfavorecidos son sometidos cada vez mĆ”s al aprendizaje digital en las escuelas, los mĆ”s ricos van a clases donde las pantallas estĆ”n prohibidas. 
¿DĆ³nde estĆ” la verdad? ¿A quiĆ©n creer? ¿De quiĆ©n fiarse? ¿Debemos confiar en la verborrea de los indocumentados “todĆ³logos” (los “expertos mediĆ”ticos”) o en los resultados de las investigaciones cientĆ­ficas? Podemos formular esta alternativa de otra forma: ¿la llamada “revoluciĆ³n digital” es una oportunidad para las jĆ³venes generaciones o, mĆ”s bien, como reza el tĆ­tulo del ensayo de M. Desmurget, una  “fĆ”brica de cretinos digitales” (i.e. de estĆŗpidos, idiotas, necios)? Ɖste dedica su ensayo a responder a esta pregunta. Ahora bien, por el tĆ­tulo de su ensayo, podemos aventurar por dĆ³nde irĆ”n los tiros. Sin embargo, con su respuesta no pretende imponer a nadie lo que debe pensar, creer o hacer; ni tampoco culpabilizar a los padres o poner en entredicho las prĆ”cticas educativas. Pretende sĆ³lo  proporcionar a los lectores una informaciĆ³n rigurosa, precisa y leal. Y, luego, que cada cual la utilice como quiera o pueda. En prĆ³ximos textos, desgranaremos su circunstanciada respuesta ya que, como escribiĆ³ el padre del cubismo, Georges Braque, “la vĆ©ritĆ© existe. On n’invente que le mensonge”.
Manuel I. Cabezas GonzƔlez

LA DECISIƓ ƉS NOSTRA
Quantes vegades t'has sentit infravalorat per ser jove? Infravalorat per mitjans de comunicaciĆ³, en el mĆ³n laboral o inclĆŗs per persones que estimes? No ets l'Ćŗnica, sĆ³n fets que es produeixen sistemĆ ticament degut a l'adultcentrisme. El poder que exerceixen les
persones adultes sobre les joves menystenint-les i considerant que les nostres opinions i propostes no sĆ³n igual de vĆ lides que les seves, ens porta a situacions com la invisibilitzaciĆ³ i la criminalitzaciĆ³. A aquest fet se li ha de sumar que en el context actual el jovent ens enfrontem a la incertesa, la precarietat i el xoc emocional causat per la pandĆØmia.
La regressiĆ³ de drets socials i polĆ­tics duta a terme pels de sempre, PP i PSOE, ha estat una constant en les nostres vides des que tenim consciĆØncia i la resta de forces com CiU i PNB s'han limitat a observar i en la majoria de casos recolzar-ho. Totes aquestes reformes han generat una precaritzaciĆ³ i una criminalitzaciĆ³ generalitzada sobre el nostre col·lectiu: alguns exemples clars sĆ³n l'impediment de tenir accĆ©s a un treball amb condicions dignes, gaudir d'una educaciĆ³ pĆŗblica i de qualitat o una bona salut mental.
El jovent no podem quedar-nos immĆ²bil davant d'aquestes situacions, perquĆØ nosaltres som les que estem al peu del canĆ³ quan toca lluitar als carrers. Organitzades enfront del feixisme, les retallades, el masclisme, el canvi climĆ tic i tambĆ© per la lluita dels nostres drets nacionals i la nostra llengua. En definitiva el jovent hem estat i som la punta de llanƧa de totes les reivindicacions per aconseguir una societat millor basada en el respecte als Drets Humans.
Des del Jovent RepublicĆ  ho tenim clar: sempre hem estat, estem i estarem als carrers, perĆ² si no som nosaltres qui estĆ  en espais de decisiĆ³, ningĆŗ legislarĆ  per les joves. A les prĆ²ximes eleccions del 14-F tan sols un partit tĆ© a les seves llistes persones que veritablement poden representar i revertir la situaciĆ³ amb capacitat real: Esquerra Republicana de Catalunya.
Front l'adultcentrisme i la pĆØrdua de drets, el Jovent RepublicĆ  de la mĆ  d'ERC volem portar la veu de les joves del paĆ­s al Parlament, perquĆØ qui ha de parlar per les joves, som les joves.
Quim Belmonte
Candidat del Jovent RepublicĆ  al VallĆØs Occidental


Apostem pel Decidim a Cerdanyola?
Hola, soc veĆÆna de Cerdanyola i segurament de les poques persones que eviten les xarxes socials comercials (Facebook, Instagram, etc.). Per aixĆ² sovint em perdo debats sobre la ciutat, que m’expliquen les amistats. De vegades voldria entrar i participar, perĆ² llavors penso: He de registrar-me a una empresa comercial per estar mĆ©s informada sobre el meu poble? He de passar pel peatge de regalar a Facebook i empreses de mĆ rqueting les meves dades de comportament a Internet per participar en decisions polĆ­tiques?
La pressiĆ³ d’experts i moviments socials ha aconseguit que la UniĆ³ Europea comenci a posar lĆ­mits a l’activitat intrusiva i poc ĆØtica de les xarxes i missatgeria comercial. La conseqĆ¼ĆØncia: fa pocs dies Whatsapp establia noves condicions d’Ćŗs per obligar-nos a facilitar les nostres dades a Facebook, Ć©s a dir, al mĆ rqueting. M’ha sorprĆØs positivament la quantitat d’usuaris que, informats del que aixĆ² suposa, han migrat els seus perfils cap a altres xarxes. Des de Whatsapp aixĆ² ja ho consideraven, sĆ³n coses del mercat i la competĆØncia. Malgrat marxin alguns milions de persones, la resta seguiran emprant aquesta aplicaciĆ³ per la inĆØrcia i la comoditat del costum. Ara bĆ©: I si els canvis de condicions, les versions “Premium” i els “Upgrade” quasi forƧosos tĆ­pics d’aquestes aplicacions comercials, afecten properament a Facebook, Twitter o Instagram? S’ha plantejat l’Ajuntament quĆØ passaria amb la comunicaciĆ³ pĆŗblica al poble? S’ha plantejat l’Ajuntament fins a quin punt Ć©s Ćŗtil deixar la deliberaciĆ³ dels cerdanyolencs i cerdanyolenques en mans d’empreses comercials? En altres paraules: QuĆØ passa si aquestes empreses evolucionen cap a condicions d’Ćŗs abusives o amb quotes, per exemple,  afectant el fluxe de comunicaciĆ³?
L’ĆØtica -o mĆ©s aviat, manca d’ĆØtica-, d’aquestes xarxes Ć©s una altra qĆ¼estiĆ³ sobre la qual un Ajuntament podria reflexionar abans d’emprar-les. No Ć©s solament la venda de les nostres dades a tercers sense el nostre consentiment (ja sabem que posar-nos en contacte amb gent Ć©s el ganxo pel negoci de la publicitat). Estem parlant de la corrupciĆ³, ja palesa amb Cambridge Analytica, a mĆ©s de l’explotaciĆ³ de treballadors. L’empresa Cambridge analĆ­tica va tancar rere l’escĆ ndol per vulnerar la privacitat dels usuaris de Facebook amb propĆ²sits electorals, entre altres males praxis. D’altra banda, Facebook remunera amb sous precaris els treballadors encarregats de censurar imatges violentes, una feina que deixa forƧa seqĆ¼eles psicolĆ²giques.
El foment del consum local i crĆ­tic, la consciĆØncia de com afecta al nostre poble la comoditat de comprar amb un clic a Amazon, ha marcat la passada campanya de Nadal a Cerdanyola. Seria bo que aquest esperit de consum conscient sigui aplicat tambĆ© per l’Ajuntament en les polĆ­tiques de comunicaciĆ³ pĆŗblica. Recordem: “si no pagues, el producte ets tu”. No es tracta de deixar d’emprar les xarxes comercials, d’aixĆ² cada persona Ć©s responsable. PerĆ² potser sĆ­ es tracta d’apostar per una opciĆ³ mĆ©s ĆØtica, mĆ©s controlable pel propi Ajuntament, en quĆØ les xarxes comercials puguin complementar, perĆ² no ser la via principal de comunicaciĆ³ a l’esfera pĆŗblica del nostre poble. El fet que Facebook o Instagram estiguin tan implantats no vol dir que no hi hagi alternatives, ni que es puguin promoure en base a l’ĆØtica i el servei universal.

Decidim.org no comercialitza amb les dades ni tƩ afany de lucre
Una alternativa d’ĆØxit Ć©s la plataforma Decidim.org, codisenyada i implementada per l’Ajuntament de Barcelona i que actualment empren una trentena d’ajuntaments propers i llunyans (des de Sabadell i Sant Cugat fins a Nanterre i Waterloo), aixĆ­ com governs regionals (Generalitat de Catalunya, Quebec, Regione Puglia, etc.) i organitzacions socials (Som Energia, FederaciĆ³ d’Ateneus de Catalunya, Universitat de Burdeus, etc.).
Seria desitjable que l’Ajuntament aposti pel Decidim com a plataforma de consulta i deliberaciĆ³ pĆŗblica que no comercialitza amb les dades dels usuaris, mantĆ© l’anonimat i es basa en una arquitectura de codi obert. Ɖs responsabilitat dels governs promoure serveis pĆŗblics no comercials, incloent el dret a la comunicaciĆ³, aixĆ­ com oferir igualtat d’accĆ©s als mitjans de difusiĆ³ pĆŗblica. A l’ĆØpoca de la rĆ dio i la TV aixĆ² es va intentar, ara el repte Ć©s aconseguir-ho a les xarxes digitals. 
NĆŗria R.


Llueve sobre mojado en CataluƱa:
nueva sentencia del TSC
El pasado 16 de diciembre, el TSJC dictĆ³ una nueva sentencia (nĀŗ 5201/2020) relativa al espacio que debe ocupar el castellano como lengua vehicular en el sistema educativo de CataluƱa. Con ella, el TSJC respondĆ­a al recurso contencioso administrativo (nĀŗ 168/2015), interpuesto por el Ministerio de EducaciĆ³n, el 24 de abril de 2015, ante la inactividad normativa de la Generalidad de CataluƱa: por un lado, el no haber desarrollado la disposiciĆ³n transaccional 38 de la LOE (2006), que establece el derecho de los alumnos de CataluƱa a recibir las enseƱanzas en las dos lenguas oficiales; y, por el otro, el no haber fijado los horarios ni las materias para el uso vehicular del castellano.
El 20 de julio de 2015, la AbogacĆ­a del Estado tambiĆ©n presentĆ³ un escrito pidiendo la anulaciĆ³n de la ResoluciĆ³n ENS/280/2015 para que el uso del castellano no quede limitado al primer curso de la educaciĆ³n infantil ni a la “atenciĆ³n individualizada” y para que sea lengua vehicular con el catalĆ”n, en rĆ©gimen de igualdad o en unos porcentajes que no sean inferiores al 25%. Esta demanda se fundamenta en el rĆ©gimen de “conjunciĆ³n lingĆ¼Ć­stica” o enseƱanza bilingĆ¼e o de una sola lĆ­nea, vigente en CataluƱa, (las dos lenguas oficiales han de ser lenguas vehiculares, ya que los alumnos no pueden ser separados, en dos lĆ­neas, en funciĆ³n de la lengua habitual); y tambiĆ©n en el derecho de los alumnos a recibir las primeras enseƱanzas en su lengua habitual, segĆŗn doctrina permanente de la UNESCO y de dos psicopedagogos catalanes, de primer orden, de finales del siglo XX (Rosa Sensat y Miquel SiguĆ”n).
En los “fundamentos de derecho” de su sentencia, el TSJC deja claro que la Generalidad de CataluƱa es competente y responsable de la gestiĆ³n de la polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica. Por otro lado, constata que, en conjunto, el uso vehicular del castellano en la enseƱanza de CataluƱa es “residual” o simbĆ³lico y esto constituye “una infracciĆ³n del marco jurĆ­dico vigente”, segĆŗn reiterada jurisprudencia del TC. AdemĆ”s, la Generalidad ha hecho dejaciĆ³n de sus funciones al no haber dictado las normas para que las dos lenguas (catalĆ”n y castellano) sean lenguas vehiculares.
Y, por lo tanto, en su fallo, el TSJC resuelve, de verbo ad verbum, que obliga a “la Generalidad de CataluƱa a adoptar las medidas que sean necesarias para garantizar que, en las enseƱanzas impartidas en el sistema educativo de CataluƱa,  todos los alumnos reciban de manera efectiva e inmediata la enseƱanza mediante la utilizaciĆ³n vehicular normal de las dos lenguas oficiales en los porcentajes que se determinen, que no podrĆ”n ser inferiores al 25% en uno y otro caso”. 
La resoluciĆ³n de esta sentencia, clara y sin ambages, y las circunstancias de la misma merecen algunas glosas para enfatizar ciertos aspectos de la misma y poner el dedo en la llaga del funcionamiento de la justicia espaƱola y del uso torticero e inapropiado de la misma por parte de la Generalidad.
Lo mĆ­nimo que se puede decir de la justicia espaƱola es que es “caracolera”. En efecto, entre el contencioso administrativo de la AbogacĆ­a del Estado y el fallo del TSJC han transcurrido casi 6 aƱos. Y, como reza una cita atribuida al pensador cordobĆ©s SĆ©neca, “una justicia lenta (“caracolera”) no es justicia”. El ser una justicia demasiado garantista y el uso sistemĆ”tico y torticero del derecho al recurso, aunque Ć©ste sea legal, para sustraerse del cumplimiento de las sentencias  judiciales, son letales para la necesaria celeridad de los procesos. 
No es la primera vez que la polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica de la Generalidad ha sido objeto de recriminaciones convergentes, tanto por parte del TSJC como del Tribunal Supremo (TS) y del Tribunal Constitucional (TC). Se podrĆ­a decir que, desde hace demasiado tiempo, llueve sobre mojado en CataluƱa. Y todo parece indicar que el vaso de la paciencia de los tribunales se ha colmado. En efecto, la sentencia no deja lugar a dudas: en todos los centros escolares de la Comunidad AutĆ³noma, la Generalidad debe garantizar el uso “efectivo e inmediato” del catalĆ”n y del castellano como “lenguas vehiculares”. Esta es la condiciĆ³n sine qua non de la implantaciĆ³n real y concreta del modelo de “conjunciĆ³n lingĆ¼Ć­stica”. 
No son posibles, por lo tanto, mĆ”s dilaciones torticeras (cf. “inmediato”). Ahora bien, podemos preguntarnos cĆ³mo puede ser inmediato el uso vehicular del castellano, si la Generalidad podrĆ” presentar, y lo va a hacer, un recurso de casaciĆ³n, que dilatarĆ” nuevamente la aplicaciĆ³n del mismo. Y, ademĆ”s, si vienen mal dadas, siempre le quedarĆ” a la Generalidad, como a Rick e Ilsa, Estrasburgo,  Bruselas, La Haya y..., para dilatar, mĆ”s y mĆ”s, la acciĆ³n de la justicia y sustraerse de ella. Y, por otro lado, la implementaciĆ³n de las dos lenguas vehiculares debe ser real (cf. “efectivo”), ya que no sirve la discriminatoria coartada —engaƱosa y torticera— de la “atenciĆ³n individualizada”.
Por eso, el TSJC concluye que el castellano, lengua vehicular, debe ser usado, como mĆ­nimo, en un 25% de las asignaturas, entre las que debe haber alguna troncal o similar. A propĆ³sito de este porcentaje, debemos preguntarnos de dĆ³nde lo han sacado los tribunales de justicia. ¿Por quĆ© no el 30% o el 40% o el 50% o…? El porcentaje propuesto denota que los tribunales de justicia no se han asesorado o les han asesorado mal y, por lo tanto, no saben cĆ³mo se aprende una lengua ni en quĆ© consiste hablar una lengua. Y, en consecuencia, han propuesto, a la buena de Dios y a la pata la llana, el 25%. Han querido contentar a todos y no han contentado a nadie. Y la casa sin barrer. Si en las sentencias de otros campos del derecho, los tribunales actĆŗan sin conocimiento de causa y con la misma ligereza y  superficialidad que en este caso, es para echarse a temblar. 
Finalmente, los autoproclamados defensores de espaƱol en CataluƱa (ciertos partidos: C’s, UPyD, PP y Vox; algunas asociaciones y plataformas; nuevos medios digitales y numerosos blogs) se han mostrado eufĆ³ricos y se han congratulado ante esta nueva sentencia. Ahora bien, si miramos al pasado, no es para tirar cohetes y hay que moderar la euforia. En efecto, durante los Ćŗltimos 30 aƱos, los resultados obtenidos por ellos en la defensa (?) de los derechos lingĆ¼Ć­sticos de los  ciudadanos de CataluƱa han sido nulos. Y, desde hace demasiado tiempo,  su actitud, me ha recordado siempre la actitud y el comportamiento de las farmacĆ©uticas, que no persiguen curar las enfermedades sino en convertirlas en crĆ³nicas para conseguir pingĆ¼es beneficios a costa de la salud de los pacientes. Y tambiĆ©n me ha hecho pensar en la hipocresĆ­a de las ONGs, que sĆ³lo les interesa que se eternicen y enquisten los problemas para poder seguir viviendo a costa del sudor, de la miseria, del sufrimiento, de la muerte… del prĆ³jimo. 
Hasta ahora, los defensores de los derechos lingĆ¼Ć­sticos en CataluƱa se han puesto al nivel de la casta polĆ­tica, utilizando la vĆ­a judicial y polĆ­tica, que se ha revelado completamente improductiva, ineficaz y frustrante. Y se han olvidado de que, para hacer cumplir las sentencias y asegurar el dominio equivalente y adecuado de las dos lenguas, los criterios pedagĆ³gicos y psicolingĆ¼Ć­sticos no sĆ³lo deben ser tenidos en cuenta sino ser priorizados. SĆ³lo asĆ­ dejarĆ”n de ser figurantes impotentes, durante 30 aƱos mĆ”s, en la farsa de la polĆ­tica lingĆ¼Ć­stica catalana y podrĆ”n conseguir que se respeten los derechos lingĆ¼Ć­sticos de los catalanes. 
Coda: « Je ne demande nde pas Ć  ĆŖtre approuvĆ©, mais Ć  ĆŖtre examinĆ© et, si l’on me condamne, qu’on m’Ć©claire » (Ch. Nodier).
© Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez


Guerra al SĆ hara
El 14 de novembre de 1975, fa ja 45 anys, es van signar els Acords Tripartits de Madrid, pels quals Espanya (amb gran paper del futur rei Joan Carles), va “deixar” el SĆ hara Occidental al Marroc i MauritĆ nia. El poble saharaui, amb el Frente Polisario, va lluitar contra l’ocupaciĆ³ marroquina en una guerra desigual durant 16 anys, fins l’alto el foc de 1991 promogut per l’ONU amb la promesa de fer un referĆØndum d’autodeterminaciĆ³. Que el Marroc ha anat impedint fins ara.
El Marroc s’ha atrinxerat al SĆ hara amb un mur de 2.720 km de llarg, fet amb ajuda d’Israel i de l'ArĆ bia Saudita, defensat amb mines terrestres (entre 10 i 40 milions), fortificacions, radars i mĆ©s de 100.00 soldats. El mur protegeix la zona ocupada, on hi ha les mines de fosfats de Bucraa i la costa. La zona mĆ©s enllĆ  del mur, 1/3 del SĆ hara Occidental, estĆ  sota control del F. Polisario, en el que anomenen Territoris Alliberats, amb poca importĆ ncia econĆ²mica.
A mĆ©s a mĆ©s, el Marroc el 13 de novembre d'aquest any va trencar l'acord de pau atacant civils saharauis al pas del Guerguerat.  De fet, el Marroc va envair una zona desmilitaritzada i va declarar, de facto, la guerra al poble saharaui.
La poblaciĆ³ saharaui actual estĆ  dispersa: la majoria va fugir durant la guerra i estĆ  als camps de refugiats de Tinduf, ArgĆØlia, una part als territoris ocupats, a l’exili, o tambĆ© empresonada al Marroc. La RepĆŗblica Ɓrabe Saharaui DemocrĆ”tica, RASD, declarada el 1976 pel F. Polisario, estĆ  reconeguda per molts governs i Ć©s membre de ple dret de la UniĆ³ Africana.
Espanya Ć©s encara la potĆØncia administradora del territori, segons el dret internacional, l’ONU i el Tribunal de JustĆ­cia Europeu. Per tant, Ć©s co-responsable de fer el referĆØndum i d’acabar la descolonitzaciĆ³ “de l’Ćŗltima colĆ²nia a l'ƀfrica”. 
El SĆ hara Occidental te grans reserves de fosfats, reserves de petroli, gas, ferro, coure i urani, entre d'altres. A mĆ©s de la capacitat per produir energia eĆ²lica i solar per cobrir les necessitats de gran part d’Europa i del Marroc... 
Tots aquests recursos sĆ³n saquejats i explotats sistemĆ ticament i il·legalment pel Marroc, com denuncien nombroses resolucions de l’ONU, amb la complicitat de la comunitat internacional...

Alguns exemples:
- Els fosfats saharauis sĆ³n estratĆØgics a nivell mundial: segons BBC-mĆ³n, del 24/02/20, li poden donar al Marroc un poder comparable al de l'ArĆ bia Saudita amb el petroli. A banda que la venda d'aquests fosfats li suposa al Marroc una de les fonts principals d'ingressos.
- Als bancs de pesca saharauis hi van sobre tot pesquers d’Espanya i de la UE, que paguen al Marroc per l’explotaciĆ³. 
- Venda de sorra del desert i d’Ć rids, que podem trobar a platges i construccions d’aquĆ­. 
- Els parcs eĆ²lics previstos al SĆ hara Occidental per als propers 5 anys donaran el 45% de la capacitat elĆØctrica marroquina. Les empreses acceptades de moment sĆ³n les espanyoles Acciona Energia, AlstomWind i Gamesa, altres de FranƧa, Qatar, ArĆ bia Saudita, Regne Unit, ItĆ lia, Alemanya...
- LlicĆØncies d'explotaciĆ³ del petroli, tant en alta mar com en terra: KosmosEnergy (Bermudes), Sant LleĆ³ Marroc Ltd (Irlanda), LongreachOil and Gas Ventures (Regne Unit), l'estatal marroquina ONHYM...
- Projecte de mega parc solar al SƠhara occidental, "Desertec": consorci de companyies internacionals encapƧalades per les alemanyes Siemens i Deutsche Bankpretende.
- Cepsa i Repsol gestionen el petroli a la zona ocupada.

Volem mostrar el nostre suport i solidaritat amb el poble saharaui, i demanar una implicaciĆ³ directa del Govern en la soluciĆ³ justa i definitiva del conflicte. Demanem a la comunitat internacional que “obligui" al Marroc a complir amb la legalitat i es convoqui un referĆØndum d’autodeterminaciĆ³ al SĆ hara Occidental, tal i com va ser l'acordat el 1991 amb l'alto a el foc.
No Ć©s polĆ­tica internacional, sinĆ³ que Ć©s polĆ­tica interior. La falsa neutralitat espanyola i el fet de no pronunciar-se, nomĆ©s beneficia el rĆØgim invasor del Marroc.
No a l’oblit!
Grup SĆ hara Cerdanyola - Ripollet


REBAJAS EN LA ENSEƑANZA DE ESPAƑA
En un texto reciente formulaba y respondĆ­a a estas dos preguntas: “¿QuĆ© se enseƱa y que se aprende en las escuelas, y quĆ© habrĆ­a que enseƱar y aprender?”. En Ć©l concluĆ­a que, en la escuela espaƱola, no se enseƱan ni se adquieren las competencias instrumentales, —bĆ”sicas y fundamentales— que permitan que los alumnos puedan, por un lado, aprender por sĆ­ mismos y ser autĆ³nomos, sin depender continuamente de esos lazarillos llamados profesores; en segundo lugar, recorrer adecuadamente el itinerario acadĆ©mico; y, finalmente, prepararse para la vida. Ahora bien, el  presente y el futuro de la calidad de la enseƱanza en EspaƱa van a degradarse aĆŗn mĆ”s con el Real Decreto-ley 31/2020, de 29 de septiembre, por el que adoptan medidas urgentes en el Ć”mbito de la enseƱanza no universitaria mientras dure la pandemia de la Covid 19. Hoy, como anunciaba en el artĆ­culo precitado, presentamos y analizamos someramente las medidas-rebajas del R.D.-ley.

Las rebajas del R.D-ley 31/2020 
Primera rebaja: segĆŗn el artĆ­culo 2 del R.D.-ley, en la contrataciĆ³n de profesores interinos para hacer frente a la pandemia de la Covid 19 —una vez agotadas las listas de candidatos con la formaciĆ³n preceptiva— se exime a los candidatos de que acrediten la formaciĆ³n pedagĆ³gica y didĆ”ctica mediante el correspondiente master habilitante o tĆ­tulo equivalente. Sin entrar en una valoraciĆ³n del contenido de este mĆ”ster o tĆ­tulo, esta eximente permite confiar la enseƱanza a profesores sin la formaciĆ³n requerida. Estos profesores interinos son poseedores, formal y teĆ³ricamente, de “savoirs” (saberes sobre la materia, que van a enseƱar: matemĆ”ticas o inglĆ©s o ciencias naturales 0…), pero no de “savoir-faire” (¿cĆ³mo enseƱarla?) ni de “savoir-ĆŖtre” (¿cĆ³mo gestionar la dinĆ”mica del grupo clase?). Y estos dos Ćŗltimos saberes son tan importantes como los primeros.

Segunda rebaja: en el artĆ­culo 4, se flexibiliza tambiĆ©n, podĆ”ndolos, el “currĆ­culo escolar” y las “programaciones didĆ”cticas” oficiales, al tener sĆ³lo un carĆ”cter orientativo para los centros y los profesores. Este precepto permite, por lo tanto, que cada centro haga de su capa un sayo, poniendo en entredicho y en peligro tanto la homogeneidad como la calidad y la equidad en la enseƱanza espaƱola.

Tercera rebaja: el artĆ­culo 5, por un lado, modifica los “criterios de evaluaciĆ³n” para cada materia y curso: en las evaluaciones, se deberĆ” poner el acento en los “aprendizajes mĆ”s relevantes e imprescindibles”, es decir aquellos que permitan la continuidad en el proceso educativo y aquellos que permitan a los alumnos aprender por sĆ­ mismos y en equipo. Y, por el otro, tambiĆ©n se flexibilizan los “criterios de promociĆ³n” de curso o de ciclo: el equipo docente de cada centro podrĆ” modificarlos para decidir quiĆ©n pasa de curso o de ciclo y quiĆ©n debe repetir curso, aunque la repeticiĆ³n debe ser algo muy, muy, muy, … “excepcional”. Ahora bien, las asignaturas suspensas no deben ser ni la Ćŗnica ni la mĆ”s importante causa de las evaluaciones, de la promociĆ³n y de la repeticiĆ³n de curso. 

Cuarta rebaja: el artĆ­culo 6 explicita los criterios para otorgar los tĆ­tulos de “Graduado de ESO” y de “Bachillerato. Tanto el uno como el otro no dependerĆ”n de las materias no superadas (i.e. suspendidas). Dar o no dar el tĆ­tulo correspondiente serĆ” tambiĆ©n una decisiĆ³n colegiada, en la que no se debe tener en cuenta el nĆŗmero de suspensos sino la adquisiciĆ³n de los objetivos generales, el desarrollo de las competencias fundamentales y la madurez acadĆ©mica de los alumnos de la ESO y del Bachillerato para que puedan continuar con sus estudios. Estos resultados es algo que no se conseguĆ­a antes de la pandemia. Y con la pandemia, ni en sueƱos.

Y quinta rebaja: finalmente, el artĆ­culo 7 permite que, a partir de este curso (2020-2021) y con una vigencia indefinida, se supriman las evaluaciones habituales y preceptivas al final de la EnseƱanza Primaria y de la ESO. Esta supresiĆ³n tiene todos los visos de ser simplemente una medida para disfrazar y esconder, por un lado, los resultados desastrosos de la improvisada enseƱanza-aprendizaje “online” del tercer trimestre del curso 2019-2020 y del presente aƱo escolar; y, por el otro, las lagunas o dĆ©ficits formativos que los alumnos van a arrastrar curso tras curso, en los prĆ³ximos aƱos, una vez vencida la pandemia. Ante este mirar para otro lado, para no ver ni conocer la triste y decepcionante realidad, no es ocioso citar esa perogrullada segĆŗn la cual lo que no se evalĆŗa no se puede mejorar.  

A caballo regalado, no le mires el diente
Desde la Logse y antes de la adopciĆ³n de las medidas tomadas en el tercer trimestre del curso 2019-2020 y con el precitado decreto, las enseƱanzas y los aprendizajes no universitarios eran ya, segĆŗn los informes PISA y de la OCDE,  muy deficientes y, por lo tanto, muy mejorables. Por eso, podemos imaginar y prever, sin mucho esfuerzo y sin forzar la realidad, que las rebajas —relativas a la formaciĆ³n del profesorado, a los contenidos de la enseƱanza-aprendizaje, a las exigencias en la evaluaciĆ³n y para la obtenciĆ³n de los tĆ­tulos de “Graduado de ESO” y de “Bachillerato”, y a la eliminaciĆ³n de la evaluaciĆ³n global de la enseƱanza primaria y secundaria— explicitadas “ut supra”, van a degradar aĆŗn mĆ”s la ya maltrecha, renqueante y desvencijada enseƱanza espaƱola. Y, por eso, se puede afirmar que el sistema educativo espaƱol proporciona y va a proporcionar una “enseƱanza de rebajas o rebajada”.  
Con estas rebajas, nuestros niƱos, adolescentes y jĆ³venes no tendrĆ”n una cabeza, como hubiera dicho Michel de Montaigne, ni bien llena ni bien organizada. Y, ademĆ”s, no podrĆ”n adquirir las competencias lingĆ¼Ć­sticas, que les permitan dejar de ser gallinas de corral (analfabetos, que es lo que somos todos al nacer) y ser Ć”guilas reales (alfabetos, i.e. ciudadanos armados lingĆ¼Ć­stica y culturalmente).
Por eso, cinco CC.AA. (AndalucĆ­a, Castilla y LeĆ³n, PaĆ­s Vasco, Madrid y Murcia) anunciaron su disconformidad con estas rebajas del Ministerio de EducaciĆ³n. Sin embargo, no todos los implicados en la labor docente (profesores, sindicatos y, sobre todo, padres y alumnos) han levantado la voz contra las medidas castradoras y esterilizadoras del R.D.-ley de la ministra Isabel CelĆ”a. Todo parece indicar que los actores docentes se han guiado por el clĆ”sico refrĆ”n segĆŗn el cual a caballo regalado no le mires el diente. En el caso que analizamos, se trata de un regalo envenenado y con penitencia: se mejorarĆ”n las estadĆ­sticas, escondiendo y blanqueando las cifras del fracaso escolar de la enseƱanza espaƱola, pero se hipotecarĆ” el itinerario acadĆ©mico de muchĆ­simos estudiantes y su futuro laboral, econĆ³mico y social. 
Con estas rebajas, se hace un flaco favor, en primer lugar, a los alumnos, a los que se les cortarĆ”n las alas, al no poder desarrollar todas sus potencialidades. En efecto, al rebajar el nivel de exigencia, permitiendo el aprobado general y la  distribuciĆ³n de tĆ­tulos a la carta, las rebajas precitadas son un ataque contra la cultura del esfuerzo, la meritocracia y la excelencia. Y, como correlato, convierten a los alumnos en personas ignorantes y manipulables, propiciando la creaciĆ³n de una masa social dĆ³cil y acrĆ­tica, incapaz de analizar y valorar. En segundo lugar, tambiĆ©n desprestigian al cuerpo docente, al rebajar a los profesores el nivel de exigencia tanto formativa como docente. Y, finalmente, dejan al sistema educativo espaƱol con sus vergĆ¼enzas al aire, al dinamitar la calidad, la equidad y la igualdad de oportunidades. Y esto consolidarĆ” el puesto de la educaciĆ³n espaƱola en el furgĆ³n de cola de los sistemas educativos de los paĆ­ses de nuestro entorno, al tiempo que hipotecarĆ”n la vida econĆ³mica, cultural, cientĆ­fica,… de EspaƱa, relegĆ”ndola en el ranking de las principales potencias econĆ³micas del mundo.
La enseƱanza y la educaciĆ³n son tan importantes y vitales, individual y colectivamente, que no se pueden dejar, como hubiera dicho JosĆ© Saramago, en manos de la casta polĆ­tica. Como en muchas otras cosas, el problema radica en que estĆ”n precisamente en sus manos y Ć©stas contaminan y prostituyen todo lo que tocan. Por eso, hoy mĆ”s que nunca, es necesario un pacto nacional por la educaciĆ³n, pensando sĆ³lo en el presente y el futuro de los alumnos y de EspaƱa.
© Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez


¿QUƉ SE ENSEƑA Y QUƉ SE APRENDE EN LAS ESCUELAS?
En la maƱana del pasado 12 de octubre, “dĆ­a de la Hispanidad”, estuve haciendo mi cardiosaludable y cotidiano paseo por la Sierra de Collserola, en el tĆ©rmino municipal de Cerdanyola del VallĆØs (Barcelona). Numerosos paseantes —en solitario, en pareja, en grupo o en familia— desentumecĆ­amos y oxigenĆ”bamos nuestros cuerpos, cruzĆ”ndonos o adelantĆ”ndonos unos a otros. Al acercarme y al adelantar a una familia de viandantes y al alejarme de la misma, pude escuchar cĆ³mo una adolescente de la ESO (EducaciĆ³n Secundaria Obligatoria) explicaba a sus padres lo que estaba aprendiendo en las clases de lengua espaƱola. 
HabĆ­a estudiado ya lo del “atributo”, lo del “complemento de objeto directo”, lo del “complemento indirecto” y lo de los “complementos circunstanciales”,… e iba a estudiar lo de los “verbos transitivos, intransitivos, personales, impersonales, reflexivos”,… Yo seguĆ­ mi camino, alejĆ”ndome de la familia y de las explicaciones de la joven, al tiempo que me preguntaba: Pero, ¿QuĆ© se enseƱa y quĆ© se aprende en los centros escolares? ¿Y quĆ© habrĆ­a que enseƱar y aprender?

Lo que se enseƱa y se aprende
SegĆŗn esta vivencia anecdĆ³tica, todo parece indicar que, en la escuela, a los alumnos se les atiborra de conocimientos “metalingĆ¼Ć­sticos”, es decir se les enseƱan saberes relativos a aspectos teĆ³ricos y formales de la lengua espaƱola (o de cualquier otra lengua), pero no el dominio prĆ”ctico y real, tanto oral como escrito, de la(s) misma(s). Esta inferencia conclusiva es corroborada por los profesores que impartimos docencia universitaria. En efecto, las nuevas hornadas de jĆ³venes que llegan a la universidad no poseen, en general y esto sucede cada vez mĆ”s, tanto las “competencias lingĆ¼Ć­sticas y textuales” (orales y escritas) como lo que Umberto Eco llamĆ³ la “competencia enciclopĆ©dica” (conocimientos curriculares: historia, geografĆ­a, filosofĆ­a, ciencias,…), ni tampoco una capacidad analĆ­tica y crĆ­tica para poder hacer estudios superiores y sacar provecho del paso y de la estancia en la universidad.
Por su lado, los correctores de las pruebas de acceso a la universidad (PAU o EvAU) constatan, aƱo tras aƱo, que los exĆ”menes de las PAU estĆ”n llenos de faltas de ortografĆ­a, que la expresiĆ³n lingĆ¼Ć­stica es muy deficiente y que el conocimiento del tema de las distintas materias es nulo o muy escaso. Y, a pesar de esto, han conseguido el tĆ­tulo de Bachillerato, el aprobado en las PAU y el acceso a la Universidad con tamaƱas lagunas. Por otro lado, basta con analizar el comportamiento lingĆ¼Ć­stico de los jĆ³venes internautas en las redes sociales para verificar tambiĆ©n que la calidad del contenido y la correcciĆ³n de la expresiĆ³n de sus producciones lingĆ¼Ć­sticas dejan mucho que desear. Y, enfin, los informes PISA y de la OCDE dan testimonio reiterado de ello y no dejan lugar a dudas. 
Hoy, en el contexto de la pandemia de la Covid 19, la clausura  de los centros escolares y de toda actividad educativa presencial, durante el tercer trimestre del curso 2019-2020, y la promulgaciĆ³n del Real Decreto-ley 31/2020, para el curso 2020-2021, han deteriorado y van a deteriorar aĆŗn mĆ”s la ya deficiente formaciĆ³n de los niƱos, adolescentes y jĆ³venes, que muchos indocumentados “todĆ³logos” califican indebidamente como la “GeneraciĆ³n JASP” (JĆ³venes Aunque Sobradamente Preparados: la generaciĆ³n mĆ”s y mejor formada de la historia de EspaƱa). Dejo para otra ocasiĆ³n el anĆ”lisis del R.D.-ley precitado, que propone una “enseƱanza de rebajas” (aĆŗn mĆ”s degradada y devaluada) y que ofrece un “aprobado general” y la distribuciĆ³n de tĆ­tulos de ESO y Bachillerato “gratis et amore”. Por eso, algunos pedagogos hablan ya de “generaciĆ³n perdida” para designar a los alumnos (niƱos, adolescentes y jĆ³venes) de la era de la Covid 19. Y, por eso, podemos preguntarnos: “Quo vadis?, minister educationis”, Isabel CelĆ”a.

Lo que habrĆ­a que enseƱar y aprender 
Originaria y tradicionalmente, y tambiĆ©n hoy dĆ­a, la funciĆ³n y el objetivo fundamental y prioritario de la escuela es hacer transitar a los “analfabetos” (no saber ni leer, ni escribir), que somos todos al nacer, hacia el mundo de los “alfabetos” (saber leer y escribir). A esto debe estar subordinado cualquier otro aprendizaje escolar o cualquier otro aprendizaje escolar debe contribuir a mejorar las competencias lingĆ¼Ć­sticas, base y fundamento del Ć©xito escolar, profesional y social. 
Si hay unas enseƱanzas y unos aprendizajes fundamentales e imprescindibles donde los haya, Ć©stos son los lingĆ¼Ć­sticos: instrumentos para la adquisiciĆ³n de “saberes” (“savoirs”) y de “saber hacer” (“savoir-faire”). Por eso, todo profesor, de cualquier materia, deberĆ­a ser tambiĆ©n profesor de lengua. Y no debemos olvidar, pastichando el adagio popular de “la letra con sangre entra”, que “la letra con letra entra”, Pedro Salinas dixit. De ahĆ­ el papel de la escuela para inocular en los niƱos y jĆ³venes el virus adictivo y taumatĆŗrgico de la lectura.
La lectura comprensiva y la escritura cooperadora son dos competencias que se pueden y se deben enseƱar y aprender, y, sobre todo, practicar, ya que como dijo G. Bachelard, “avoir compris et appris, c’est savoir faire et refaire”. Ahora bien, por los resultados escolares que se obtienen hoy, todo parece indicar que el sistema educativo espaƱol estĆ” muy lejos de formar “alfabetos” y que, mĆ”s bien, estamos concibiendo y formando “neo-analfabetos”: individuos, segĆŗn el poeta Pedro Salinas, que han pasado por la escuela pero que o no han aprendido a leer y a escribir (caso demasiado frecuente) o habiendo adquirido el estatus de “alfabetos” no leen ni escriben, dos actividades o competencias que se retroalimentan mutuamente.
Por todo esto, si un dĆ­a se consiguiera un lĆ³gico y necesario consenso educativo, pensando sĆ³lo en el bien de los alumnos de todos los niveles educativos, se deberĆ­a focalizar la enseƱanza-aprendizaje escolar en las enseƱanzas lingĆ¼Ć­sticas, base y fundamento de cualquier otra enseƱanza o aprendizaje. AsĆ­ lo vio Lionel Jospin, cuando se ocupĆ³, en los 80 y 90, del Ministerio de EducaciĆ³n con F. Mitterand y formulĆ³ el objetivo fundamental y prioritario de la escuela francesa con tres sintagmas: enseƱar a leer, a escribir, a razonar.
O se produce este cambio, jerarquizando las enseƱanzas-aprendizajes escolares y privilegiando las lingĆ¼Ć­sticas o, despuĆ©s, pasa lo que pasa. En general, los alumnos, con unas livianas alforjas lingĆ¼Ć­sticas, renquean y se arrastran en las enseƱanzas no universitarias. Por otro lado, cuando llegan a la universidad, suelen suspender muchas asignaturas o repetir curso o cambiar de estudios o abandonarlos definitivamente. AdemĆ”s, aquellos que terminan los estudios universitarios, al tener que afrontar la entrada en el mundo laboral, se sienten desarmados y abocados a la explotaciĆ³n laboral con trabajos mal valorados y remunerados o simplemente al paro (mĆ”s del 40,8%, en julio de 2020). Y, entonces, se preguntan: “Y con estos estudios, ¿quĆ©?”. 
Con las deficientes y livianas alforjas lingĆ¼Ć­sticas —despuĆ©s de haber estudiado y aprendido cosas sobre las lenguas, pero no el uso funcional y prĆ”ctico de las mismas— no se puede salir de casa o tratar de ser un ciudadano cabal, preparado y armado para no ser desinformado, manipulado, engaƱado y “desempoderado”. De aquellos polvos (enseƱanza teĆ³rica y formal de la gramĆ”tica, i.e. de conocimientos metalingĆ¼Ć­sticos), estos lodos (lagunas en la competencia comunicativa y textual, que es muchĆ­simo mĆ”s que escribir frases sin faltas de ortografĆ­a, y en la competencia enciclopĆ©dica).
© Manuel I. Cabezas GonzĆ”lez
1 de noviembre de 2020

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